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EL ENTREVERO de Ajens *

Por José Ángel Cuevas


                                                                                                                    Me veo a mí mismo llegando a Oruro al anochecer en el maldito tren de Antofagasta, los cerros, el vacío del desierto poblado de fantasmas entremedio de cientos de promeseros indígenas camino a la virgen de las Peñas.

                                                                                                ¡Ay papito Ajens de Concepción y Osorno, la Unión, que anda escribiendo por aquí y por allá en esos peladero collas. En tu Entrevero el personaje es la lengua que tú tan bien dejas venir en ese condicional de los verbos y esos humos que no se te terminan. El personaje es la lengua, digo, y haces vivir el aymara en el juego de descentrar, hilvanar discursos y conciencias latinoamericanas. Es que Ajens es un continuador de                                          en la poesía.

Ahora pienso en ese estar, ese "lugar" a 3500 metros allá arriba de la gloriosa Cordillera de los Andes. ¡Ay mamacita! ¿Quién lo mandó, quién le pidió a Ajens hacer este hilo de                                                   poéticas paseándose allá en La Paz y conectar con otros que andan por los boulevares de París? Ahora bien, esta aventura                            un demesurado esfuerzo por                                        Vallejo y Huidobro con vigor y fantasía o fábula en la aletheia de los viejos griegos.

EL ENTREVERO ha sido mi placer en la madrugada cuando me despierto en la soledad de las montañas precordilleranas de esta terrible comuna en que me ha tocado vivir junto a la belleza de estos relatos, escenas de                la la huella; de repente se me ocurre que voy subiendo con mi amigo Santana, Dago, Elsa Escríbar, pero de un golpe pasan a la fuerza del enigma, a la afirmación de Huidobro que "los 4 puntos cardinales son 3: norte y sur." Eso es Chile, me digo a mí mismo.

Y yendo al fondo del fondo en la doxa: Mistral, Neruda, sobre el idioma dejado por el español y sobre la esencia de la palabra de un poeta aymara que le dice a Huidobro "no le cantes a la lluvia... haz llover en el poema".

A través de los poetas bolivianos que hacen su vida: la Puba, Quiroga, y su maestro Jaime Saenz, contactamos con Derrida que "estuvo precioso", lo pillaron con droga, farmacopea... La escritura de Neruda en el sur, llega a través de Celan, en una suma de órbitas amarradas o textos, acontecimientos de los dichos poetas que                               amén de borracheras, amores, disquisiciones.
Todo eso provoca felicidad, el libro entero es          en ciudades como ésta.

* * *

* Texto                            (leído) en la presentación santiaguina de El entrevero , de Andrés Ajens, publicado en coedición por Cuarto Propio –Santiago- y Plural ediciones – La Paz, el 13 de agosto pasado.

 

 

 

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"El entrevero" de Ajens.
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