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Los Libros

Por Alejandro Lavquén

 

 

 

 

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El leve aliento de la verdad (LOM Ediciones). Decimocuarta novela de Ramón Díaz Eterovic perteneciente a la saga protagonizada por el inspector Heredia, un investigador privado que sobrevive entre un mundo que se fue y uno que asoma cada día más incierto. Heredia continúa su vida en el barrio de siempre –en compañía de su gato Simenon-, bordeando el río Mapocho y deambulando por la calle Aillavilú, el Mercado, calle Bandera y los bares del centro de la ciudad, continuamente en busca de algo que no siempre tiene claro o masticando la melancolía de un antiguo amor extraviado en el azar de la existencia. En eso estaba cuando recibe la visita de su amigo periodista Marcos Campbell, cuyo encuentro da paso a un caso más por resolver.

En esta ocasión Heredia debe ir tras la pista que lo ayude a dilucidar el crimen del periodista Julio Segovia, que investigaba los asesinatos de varias prostitutas que trabajaban en el centro de Santiago. En la trama se ven involucrados traficantes de drogas, periodistas, policías corruptos y el asesino, un actor fuera de circulación llamado Alberto Ferrara. Uno de los méritos de Díaz Eteovic, entre muchos, es que a través de su obra se puede conocer la historia de nuestro país desde 1990 a la fecha con todos sus quiebres, frustraciones, miedos, abusos y sobre todo, con la carga terrible que dejó la dictadura en la conciencia de los chilenos. Sus personajes son reales, los hechos son reales, y pertenecen al Chile de hoy, a la famosa transición que no acaba nunca, a aquella fauna que heredó la política sólo de lo “posible”, sin más esperanza que confiar en el azar. Por otro lado, están los que sustentan el poder con su carga ideológica reaccionaria, envueltos en la corrupción y la mentira. El leve aliento de la verdad, es una novela con muchos vericuetos, potente en su denuncia, rápida y seductora en su trama.

 


Óscar Hahn, poesía completa
 (LOM Ediciones). Publicación de toda la obra del Premio Nacional de Literatura 2012 escrita hasta ahora. Una cuidada edición en formato de tapa dura, con una presentación de Adriana Valdés, da cuenta del trabajo de uno de los poetas chilenos más reconocidos en el extranjero, traducido a varios idiomas y publicado por prestigiosas editoriales. En esta edición se recogen todos los libros de Hahn, desde Esta rosa negra(1961) hasta La primera oscuridad (2011), incluyendo además algunos poemas fuera de libro. Adriana Valdés explica que este trabajo la lleva a “ver a Óscar Hahn como un poeta de potencias múltiples. En esta Poesía completa las vemos desplegarse: las capacidades incantantorias, evocadoras, de una sonoridad que hace juntarse mundos y tiempos diferentes, para efectos también inicialmente inconcebibles; una no menor capacidad de generación de imágenes perturbadoras, de fuerza extrema, y que provienen desde los íconos culturales hasta las más populares de las manifestaciones, como las del cine; una capacidad de generar pensamiento a partir de estos recursos suyos, que son los del lenguaje. Estas potencias le aseguran a él un lugar destacadísimo en la poesía de lengua castellana, y al lector de este libro, una experiencia poética excepcional”.


 

Bruma (Lolita Editores). Última entrega de la poeta María Inés Zaldívar. En esta ocasión nos encontramos con la cuidada edición de un libro que reúne poemas de María Inés Zaldívar y fotografías de Bruno Olivier. El trabajo de complementar textos e imágenes requiere de síntesis en el texto y embrujo en la imagen, para provocar, con su interacción, un todo coherente que pueda cautivar al receptor. Nos parece que en Bruma esto se logra de manera armoniosa. Sobre esta obra, el poeta y académico Waldo Rojas expresa que esta es la “historia de un hallazgo mutuo, poemas y fotografías, cada cual con sus notables calidades, los unos y las otras estaban ahí, desde tiempos y horizontes distintos, y desde sus respectivos vértices de apertura vueltos hacia la eventualidad de una experiencia in-nombrada: experiencia de lectura que inventa su condición de posibilidad. Sus páginas, son así la ocasión de un encuentro sin cita concertada”. Ahora bien, así como la selección fotográfica es de calidad visual, los poemas también poseen vuelo lírico y se entretejen con la imagen con fuerza y motivo. Dicen unos versos: “No hay puerto disponible/ A cientos de metros del malecón/ un barco se balancea suspendido/ en la cresta de las olas/ Se incrusta en la espuma y sorprende/ a los tripulantes que tientan pie sobre cubierta”.

 

 

Útima función (MAGO Editores). Poemario de Horacio Eloy, cuyo trabajo se ha centrado en la ciudad, especialmente en los barrios cuya cotidianidad se ha marchado, llevándose con ella la vida propia que los caracterizaba, con sus almacenes, boticas, cines, plazas antiguas y calles empedradas. El autor realiza un rescate histórico-patrimonial a través de sus poemas, cuyo valor es significativo y necesario. Última función se divide en tres partes: Matiné, Vermuth y Noche. La primera parte reúne textos que recuerdan antiguos recorridos y paraderos de micro: Ovalle Negrete, Recoleta Lira, Catedral Lourdes, entre otros. Luego vienen poemas de diversa índole para finalizar con el capítulo dedicado a los Cines de barrio Santiago, hoy inexistentes. Treinta y dos cines rescata Eloy, los cuales en la actualidad están convertidos en restoranes, templos evangélicos, moteles, etcétera. El poema del “Cine Apolo”, dice en parte: “Todo acontecía/ en aquella intersección de pupilas:/ Juan Vicuña-Victoria./ Ahora sólo musas trasnochadas, faunos de fin de semana,/ polvo blanco y raíces./ Este Apolo traga motores, bujías,/ subterráneas miradas,/ batidores funados/ y esa música del último/ de los tranvías”.  

 

 

 

Magnolia (Ajiaco Ediciones). Este libro de poemas de Felipe Ruiz, dividido en tres partes: Guarda en este frasco tu pequeño Olimpo, Hortencia y Morimos como los unicornios, recorre, con el amor como sentencia y vitalidad, lo cotidiano de una relación que bien pudiera ser de novios, esposos o amantes. Mostrando situaciones que se van percibiendo a veces confusas, otras distantes y algunas inciertas. Dentro del recorrido se nota la presencia intensa del tema de la maternidad y la paternidad: “En cada escala pondría yo un retoño, hijo de la/ paciencia, y me ruborizo si le das pecho,/ cuando de entre todos, nazca la hortencita./ Sería mi flor predilecta, entre la apacible,/ mientras muerda el tallo, y así herido,/ pronuncie la palabra por la que te amo”. En cuanto al conjunto, habría que destacar el poema Hortencia, que se compone de seis partes. Un texto bien trabajado y que demuestra el oficio de Felipe Ruiz, uno de los poetas con más dedicación de los de su generación. Ruiz nació en Coronel en 1979 y había publicado, anteriormente, Cobijo (2005), Arquero (2008), Fosa común (2009) yTrenes (2010).     

 



 

 

 

 

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"El leve aliento de la verdad", Ramón Díaz Eterovic; "Óscar Hahn, poesía completa"; "Bruma", María Inés Zaldívar; "Última función", Horacio Eloy; "Magnolia", Felipe Ruiz.
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