Proyecto Patrimonio - 2007 | index | Augusto Rodríguez | Autores |


 

 

DIEZ APUNTES Y UNA CONCLUSIÓN SOBRE LOS POETAS JÓVENES
DE INICIOS DEL SIGLO XXI

Por Xavier Oquendo Troncoso


El presente libro contiene una muestra mínima de 35 nuevas voces poéticas del país, nacidos entre 1975 y 1987. Doce años separen al más joven de los mayores de este grupo. Son autores de varias ciudades del país que han ido formándose en grupos o talleres para mantener una voz colectiva dentro del panorama poético nacional. Su gestor es el poeta guayaquileño Augusto Rodríguez, extraordinario cultor de este grupo de jóvenes y voz latente y fundamental de la novísima poesía.

Habiendo hecho un trabajo parecido al de Augusto Rodríguez desde hace más de 13 años, me permitiré comparar y asimilar al grupo de poetas de este libro con mis apreciaciones frente a ellos y a otros nombres que los antecedieron en edad (desde los nacidos en 1965) para compactar a una generación y vislumbrar lo que podría ser la siguiente.

1. Los antecedentes a este grupo: la posta y el puente generacional

En 1994 convoqué en Quito a los poetas jóvenes de mi generación, que tuve acceso, a las "Primeras jornadas poéticas juveniles del Ecuador Nueva Generación". Fue este año el clave para firmar la constitución de nuevas voces en el país, que se formaron un tanto exiliados de los talleres literarios de los años 80 y de los nombres más representativos de esa época.

Marcelo Báez, Ana Cecilia Blum, Pedro Gil, Luis Carlos Mussó, Freddy Peñafiel, Paúl Puma, Aleyda Quevedo y Cristóbal Zapata figuraron en esta hornada nueva y sus poemas fueron publicados en el libro de memorias(1), en un total de 34 poetas. Sin embargo también fueron convocados Alex Tupiza Aldaz, Jairo Estacio, César Carrión y David (Gómez) Barreto, cuatro nombres que están presentes en este libro.

Trece años, es casi una generación completa. El año de nacimiento de Estacio y Tupiza (1975) da el límite generacional para escogitar los nombres que conforman este volumen.

En el año 2001 aparece mi libro "Ciudad en verso -Antología de nuevos poetas ecuatorianos-"(2), con 25 nombres que, a mí concepto, conformarían lo más representativo de mi generación (1965-1980), al que, en una segunda edición ("Antología de nuevos poetas ecuatorianos", Loja, 2002)(3), añadí dos nombres más. En estas ediciones los poetas Javier Cevallos, David Guzmán y María de los Ángeles Martínez fueron seleccionados y figuran, también, en el presente libro de memorias, motivo que me hace pensar efectivamente en el hecho de que no existe, a cabalidad, una nueva generación a parte de la citada, si no una suerte de extensión a ese grupo que está formando una propuesta.

2. Influencia de lo extra literario: Vanidosos y "exquisitos"

Abundan en estos días, entre los jóvenes y no tan jóvenes poetas del país, un discurso "afrancesado" al que algunos de ellos mismos han titulado "exquisito". Los escritores amantes de los poetas franceses del siglo XX y su tradición de poesía pura (lo extremadamente gracioso es que muchos -por no decir todos- no saben leer ni escribir en francés, sin embargo encuentran la verdadera sensibilidad en la traducción) que se ha ido mezclando en su discurso como una epidemia sin vacuna.

"Lo exquisito", si bien he podido entender, consiste en alabar sin fin a la poesía "pura", repleta de hermetismo, que esté escrito en cualquier otro idioma que no sea el español (y si es en francés, mucho mejor). Algunos de los "exquisitos" suelen utilizar también, en sus discursos, referencias a poetas griegos antiguos para sostener la "profundidad" de su lírica amparada en un "canon" inexistente, fortalecido por el discurso de otro.

Nunca he podido entender como los poetas que no hablan y dominan otra lengua como el francés, el inglés, el alemán, etc. Se atreven a sostener que sus grandes referentes son los poetas extranjeros (me refiero extranjero a la lengua). Buscan los italianos, los ingleses, los franceses, los germanos para sostener una idea de erudición en un discurso sin fundamento. Las traducciones son una versión. Los "exquisitos" se olvidan de que la poesía es sonido y silencio. Y que cada lengua tiene un sonido y un silencio distinto.

3. ¿Nuevas posturas frente a la poesía?

No creo que haya un pensamiento renovador ya consolidado, probado y justificado entre los poetas más jóvenes. Lo que sí puede haber son varios pensamientos. Y todos ellos válidos, mientras sean honestos. Siento, entonces, que a nuestra poesía le falta autenticidad. Dejar de copiar moldes y formas del extranjero. Dejar de ver el canon impuesto, dejar de sentir con el corazón de los otros.

Sin embargo, estoy conciente de ciertos rasgos nuevos en los novísimos: la brevedad, el regreso a lo clásico en el tema e incluso en la forma (un neoclasicismo posmoderno), el oficio del escribiente y el poema sobre el poema; y, en cuanto a la forma: la sencillez de un estilo claro y citadino, una sobriedad en la economía de las palabras, un sustento individual de las cosas y los hechos, son, para mí, las características de estilo en la nueva poesía.

Los cánones se sostienen todavía. Los mismos de hace muchos años, y eso es raro. No fuimos una generación de ruptura total, sino de acomodo.

Debemos, también, tomar en cuenta que los límites entre los géneros literarios cada vez se difuminan más, y que la historia y el tiempo son los encargados de aprobar a los nuevos clásicos -futuros referentes de nuestra labor de escritores- y de desaprobar cánones reiterativos y postizos dentro de las vanguardias literarias. Pese a ello, en las nuevas voces se ha visto ciertos aportes formales, todos ellos amparados en la aprobación de la historia poética del siglo XX:

- El texto corto (la condensación de un discurso poético en breves versos)
- El rehuir a la medida formal, por considerarla anti vanguardista
- El regreso a la imagen poética, no como un recurso literario, sino como un hecho contemplativo (el poeta-observador)
- La concepción de un verso como el de una línea igual a una idea.

Si analizamos los aportes formales, nos damos cuenta que las nuevas generaciones de poetas se han repetido y han hecho una selección imprecisa de ciertos cánones impuestos por las vanguardias de las tres últimas décadas del siglo pasado. Pero el verdadero aporte de los novísimos está en el hecho intrínseco del creador. Es decir en lo que podríamos llamar "fondo" o temática, debido a que la historia y el contexto es un hecho lingüístico, y el hombre se debe a ello. El escritor siempre ha tenido que enfrentarse a los grandes temas y misterios del hombre: El amor y la muerte. Estos dos abarcan todo el resto, y talvez solo el último sea el todo: Dios, la naturaleza, el hombre, su lucha, sus caminos...

4. Una voz individual

La individualidad del poeta actual obliga a que su voz poética sea en soledad, admitiendo una primera persona que se identifica consigo misma, y que luego reflexiona sobre el resto, que no es sino él mismo. Es un yo más reflejo que en los grandes poemas sociales, o en los textos con persona del plural, en los que la que voz personalísima no se reconocía como tal, sino que era la voz de todos, la que salvaría al mundo, la que se duele en todos.

La voz de Sartre todavía parece escucharse cuando proclamó la necesidad del compromiso o responsabilidad del escritor con sus contemporáneos, con todos los hombres (...) El creador literario debe escribir participando de los debates sociales y políticos de su tiempo(4). Sartre se debía efectivamente (y casi parafraseándolo) a su época, una época repleta de esta cosmovisión rica y productiva, pero sin embargo ese yo colectivo se fue convirtiendo en un estandarte del pasado.

5. Los novísimos son escritores contemplativos que viven un caos citadino

La ciudad está dentro del vivir diario del hombre. Como antes lo fue la aldea, y antes la mínima comarca. La poesía empezó defendiendo el territorio desde el principio de los tiempos. El canto épico de los poetas tenía sus límites -los límites del parnaso de Apolo-. Todo infunde respeto único. La ciudad y sus habitantes se circunscriben dentro de un todo legítimo. Por lo tanto el urbanismo influye en el comportamiento de lo poético. El poeta actual mira al horizonte y a todo aire bucólico, con absoluta lejanía. Y esto ha hecho que en la nueva poesía haya más interés por lo contemplativo, desde la perspectiva oriental -mirar desde lejos a "Natura", como un fenómeno nuevo: así, por ejemplo, nos damos cuenta de que el nuevo discurso está vislumbrando la imagen en el mar, las montañas, los ríos, los valles, la naturaleza en su pleno. Pero siempre desde los órganos de los sentidos (acaso entrando en lo explicativo) sin llegar a convivir con estas nociones. Es decir, la ciudad es el sitio desde donde se lanzan las miradas, para que los lienzos estén repletos, y el cuadro se complete.

6. Una generación dividida entre lo Universal y lo Local

Lo local siempre ha sido fuente de gran audacia literaria, de grandes monumentos literarios y de la consolidación de la literatura como parte de la historia: recordemos, por ejemplo, el Don Quijote de la Mancha, desde su título, trae ya la marca indiscutible de su territorio.

La literatura, a lo largo de su historia, ha servido para marcar territorio, para volverlo segmento del mundo, y que ese segmento se universalice desde su concepción individual. América Latina cada vez se aleja más de su realidad ficcionante, para acudir a una invención postiza. Los motivos son muchos: una resquebrajada situación política y social, una vergüenza oculta que hace negar a la tierra, a sus costumbres, a su arte, a su dignidad. El tema de identidad siempre ha estado rodeado de discurso barato y ramplón; esto ha obligado a que los nuevos escritores no quieran hablar de su segmento de patria. Y esto sí es nuevo. La generación que nos antecede, todavía recuperaba a la nación imaginaria en sus discursos líricos. Ahora huimos de eso.

La discusión sigue, porque si recordamos al enorme Kavafis, al tan famoso discurso lorquiano, a la genialidad de Borges, por poner ejemplos al azar, demostramos que su potencial lírico estaba en lo local de su discurso (Grecia, Andalucía y Buenos Aires, son obviamente los referentes respectivos, de estos tres poetas).

7. Los novísimos y lo intertextual

El libro Seis propuestas para el próximo milenio de Italo Calvino, es uno de los más serios acercamientos hacia una literatura posmoderna de occidente. Su quinta propuesta habla sobre "La multiplicidad". Dicha propuesta toma como base a la literatura como una enciclopedia (en el caso de Calvino, habla, específicamente, sobre la novela). El nuevo escritor es un lector insaciable. En la nueva poesía se puede notar claramente esa red de conexiones entre hechos, personas y cosas de la que habla Calvino. Los textos no se detienen en planteamientos únicos, sino que dicho planteamiento (llamaríamos idea central) es desglosado por la voz poética hasta conseguir nuevos lineamientos, nuevos acercamientos y claras alusiones a temas que se dejan ver en la inclusión de hechos sucintos dentro de un discurso. Calvino dice que la multiplicidad es el mejor camino a la incapacidad de concluir, así es como vemos en estos poetas, planteamientos de poesía sin "remates", es decir que el tema no termina, porque los temas son interminables, debido a que el escritor viene a resultar un cúmulo de experiencias y conocimientos, en donde la idea central se repleta de nuevas ideas y la secuencia se vuelve infinita.

Aquí entramos en lo "intertextual", que tiene que ver con todo ese aparato de ideas que el escritor de fin de milenio quiere depositar en su texto, con el fin de completarlo y volverlo uno y, por tanto, volver cómplice de sus ideas a otros que ya tuvieron la misma idea, pero como la forma siempre tendrá opción a ser nueva en cualquier fondo (por razones de estilo), entonces la formación de estos nuevos parámetros múltiples hacen una nueva poesía.

Voces ocultas que nos citan a otros autores, conexiones con libros, con ideas, con versos de otros, llegando, inclusive al denominado "plagio transtextual"(5). En algunos nombres podemos hallar ciertos versos ocultos que forman parte de su discurso, pero que ya fueron escritos.

8. Los novísimos mantienen un hermetismo

Lo críptico en la poesía, he llegado a pensar, es una etapa en todo poeta. El enjambre de palabras que propone nuestro diccionario para tales fines es un hecho. Los poetas tratan de complicar su discurso para llegar al total alejamiento del "lugar común" y lo coloquial.

En 1921, Borges explica los principios de su renovación poética, dentro del Ultraísmo, movimiento fundado por Rafael Cansinos Assens; en el tercer punto dice: Abolición de los trabajos ornamentales, el confesionalismo, la circunstanciación, las prédicas y la nebulosidad rebuscada(6) (lo resaltado es mío). Con esto queremos hacer notar que lo rebuscado es un paso, nada más, para llegar al planteamiento real de la poesía, a través de los siglos: la sencillez. Esa sencillez que uno consigue en el rigor y en el trabajo poético.

Los llamados poetas difíciles, a quienes la historia induce a imitarlos (Pound, Tzara, Artaud, Celán, entre muchos otros), no plantean el hermetismo, sino una carga de inmensa sabiduría lingüística y un largo camino por las experiencias de la vida.

9. Es una generación obsesionada por el oficio

Una temática recurrente y nueva entre los poetas de esta nueva hornada generacional, es el buscar el justificativo del "escribiente", de lo que es el poeta y qué hace frente a un mundo tan ofuscado, escribiendo. El poeta y su sentido de la escritura, ese rebuscarse por todos los flancos de una sociedad que no tiene a los poetas como hombres productivos, sino como simples casualidades de un destino. Dentro de esta temática se ampliaría aquel tema de si el escritor nace o se hace, o si es un obsesivo compulsivo, o si está más cerca de la locura, o si el mundo le afecta, le disgusta, y entonces decide crear uno nuevo a través de sus palabras, de su propio yo lingüístico.

Esa lucha interna, que se vuelve una guerra palpitante, cuando el poeta entabla su relación con el lenguaje. Valery dijo que la poesía no se hace con el sentimiento, sino con las palabras. Y esa lucha está ya en los poetas hace siglos. Pero esa fue por años clandestina.

10. Qué viva el humor negro

Los novísimos están amparados en el humor. Un recurso dejado a un lado por los poetas de los noventa. Y que estos ultimísimos lo utilizan con el fin de concienciar, de despertar con su mensaje irónico, repleto de novedades lingüísticas (neologismos, rupturas sintácticas que producen significaciones nuevas y novedosas).

El humor es lo que falta a los caldos, a las gallinas, a las orquestas sinfónicas. Y a la inversa, es lo que no falta a los empedradores, a los ascensores... Se le ha visto entre la batería de cocina, ha hecho su aparición en el mal gusto, tiene su residencia de invierno en la moda... ¿A dónde va? A la ilusión óptica... ¿Su debilidad? Los crepúsculos, siempre que parezcan un huevo al plato.... Así hablaba el maestro surrealista Aragón(7), sobre el tema que nos concierne.

El humor es el hecho artístico de mayor dificultad dentro de la palabra. Porque, como dice Aragón, este humor va a la ilusión óptica. Entonces el poeta que lo intenta, tiene que valerse de la imagen, para conquistar el Olimpo intransferible de la risa.

A manera de Conclusión

Suena extraño que se hable de una nueva generación de poetas en el Ecuador luego de la conformada por los poetas nacidos entre 1965 y 1980, según el estudio generacional de la poesía estructurado por el crítico Hernán Rodríguez Castelo, apreciación generacional que me gusta muchísimo, porque me resulta muy pedagógica para el estudio de la literatura en este país. Esta periodización fue propuesta por el gran filósofo español Ortega y Gasset. Según él cada treinta años nace una gran generación que se ampara en el puente de la anterior y deja el camino a la siguiente.
Últimamente los poetas muy jóvenes están incurriendo en la idea de que hay una nueva generación que va a "romper con lo establecido" y que los nacidos cinco o dos años antes que ellos ya son "harina de otro costal", ya están condenados al olvido, ya han sido juzgados con el juicio final de la poesía. Pienso que los nuevos poetas están confundiendo "grupo" con "generación".

Pregunto: qué canon pueden romper los novísimos si aún no hay una estructura que conforme un parámetro poético ni siquiera en las generaciones anteriores a las de los años 90.

A este libro le hará falta el paso del tiempo. Él hará la mejor de las antologías. Mientras tanto el talento de los jóvenes se hace notar en este libro que dará la pauta y los senderos por donde va a caminar la poesía de la patria.

 

*****


NOTAS

(1) Memorias de las Primeras Jornadas Poéticas Juveniles del Ecuador "Nueva Generación" 1994. Fundación "Nueva Generación", Quito, 1996.

(2) Casa de la Cultura Ecuatoriana "Benjamín Carrión", Núcleo de Tungurahua, Libresa, Colección "Crónica de Sueños", Quito, 2001.

(3) Universidad Técnica Particular de Loja

(4) Andrés Amoros, op. cit.

(5) Pequeña mención de enunciación que ironiza sobre un lenguaje popular convencionalizado. El plagio es un préstamo ajeno, no declarado y liberal (Teresa Alfieri, Transtextualidad y originalidad literaria, Revista Letras del Ecuador, Quito, 1992. Citado por Jackie Verdugo: Voces y polifonía femenina en la poesía ecuatoriana de la última década, Memorias del VII Encuentro sobre Literatura ecuatoriana "Alfonso Carrasco Vintimilla", Universidad de Cuenca, 2000).

(6) Los otros rasgos que Borges explica en su estética son: 1. Reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora; 2. Eliminación de las frases medianeras, nexos y adjetivos inútiles y, 4. Síntesis de dos o más imágenes en una, que ensancha de ese modo su facultad de sugerencia. op. cit.

(7) Antología del humor Negro.

 

 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2007 
A Página Principal
| A Archivo Augusto Rodríguez | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: osol301@yahoo.es
Diez apuntes y una conclusión sobre los poetas jóvenes de inicios del siglo XXI.
Por Xavier Oquendo Troncoso.