Proyecto Patrimonio - 2012 | index | Bernardo González Koppmann | Autores |





 

 

 

 

 



Última conversa con el Monje

(Entrevista a Alejandro Lavín, por Bernardo González)
Talca, 5 abril 2012




 

 

.. .. .. .. .. .. .. .  

Alejandro Lavín (Nueva Imperial, 1937) es un poeta y artesano residente en Vilches Altos. Ha publicado “La fiesta del alfarero”  (2010) y “Pez de piedra” (2012), ambos textos en Ediciones Inubicalistas de Valparaíso.

BG:     - Monje, ¿cómo defines tu poseía?
AL:     - La defino como un compendio; como un conjunto de elementos culturales que he ido acumulando en mi bagaje con el tiempo, donde se maceran el arte clásico y el arte moderno en un lenguaje personal que pretendo popular.

BG:     - ¿No sería mas bien un lenguaje culterano?
AL:     - No…

BG:     - ¿Hermética sí tu poesía?
AL:     - Sí, en el sentido cabalístico más que arte enmarañado.

BG:     - Perfecto. ¿Cómo se potencian, en tu poseía, la artesanía alfarera con la literatura?
AL:     - Sí, veo la relación…

BG:     - ¿Quién potencia a quién?
AL:     - La greda a la literatura. Es una dicotomía, diría ancestral, que he replicado en mi poesía.

BG:     - ¿Cómo se da esta relación estética en tu proceso creativo?
AL:     - Parto de la arcilla como elemento tangible y práctico; en la materia gredosa siento que voy amasando las palabras, mi lenguaje. Bueno, luego trasciendo a lo inmaterial del verbo.

BG:     - ¿Cómo llegaste a la poesía?
AL:     - Hay un nexo en cuanto a relación de imágenes; hice abstracciones creando mis cacharros que después repliqué e incorporé al diseñar mis poemas. Lo plástico de lo rural, la montaña, los bosques, la flora y fauna de mi entorno, todos estos elementos se repiten tanto en mis terracotas o granitos como en mi literatura. Así bregué para arribar a lo que sería mi concepto de Poesía en plenitud.

BG:     - Tú eres un gran lector de filosofía; pensamiento lógico, racionalista. En tu poesía, ¿cuál sería tu propuesta filosófica, tu visión de hombre, de mundo, de sociedad?, considerando que la poesía trasciende la filosofía, creo yo…
AL:     - Por supuesto.

BG:     - Toda la poesía tuya, toda criatura elemental que salió de tus manos, tiene un substrato filosófico…
AL:     - El homos bellus renacentista, de Leonardo, como el ideal de hombre. Admiré a Lorenzo el Magnífico; era pintor y poeta.

BG:     - ¿Él sería tu referente?
AL:     - Y Leonardo da Vinci, por supuesto.

BG:     - De allá viene el arte del Monje, entonces.
AL:     - Además, piensa que el ideal de hombre renacentista mira hacia la Grecia clásica, y ésta a su vez a los etruscos, a los cretenses, alfareros magníficos de la edad del hierro. Ahí hay todo un compendio del hombre universal que hunde sus raíces prácticamente en la prehistoria.

BG:     - ¿Por eso optaste por una vida retirada, trabajando el barro y la piedra?
AL:     - En mí fue una opción más vocacional que racional. Creo que todos llevamos adentro un eterno retorno a las materias primordiales, a las cenizas. Sólo me dejé llevar.

BG:     - ¿Cuál aporte de los griegos coges en tu artesanía?
AL:     - Yo pienso, más que nada, en la claridad del diseño y el equilibrio, que es un legado aristotélico en mi arte; especialmente, en la armonía de las formas.

BG:     - Yo también veo otra cosa. Tus obras tienen la simpleza profunda de lo definitivo, igual que Fidias.
AL:     - Él quedó para siempre en esas líneas puras del Discóbolo, por ejemplo.

BG:     - Eso lo veo replicado en tus trastos y bártulos de barro, que nacieron clásicos como un pez o un pájaro. Un Lavín perdurará mil años, como la paloma de Picasso.
AL:     - Amé el desnudo original de toda forma; el dibujo como origen del mundo antes del caos.

BG:     - Otra cosa, Monje. En tu obra poética has potenciado los clásicos incorporando conceptos artísticos modernos, sin perder el arquetipo renacentista.
AL:     - Sí; incorporé, o pretendí hacerlo, todo elemento contemporáneo y americanista que me conmovió.

BG:     - Incluso, has llegado a ser en tu poesía más innovador que los novísimos. Lo dijo Moncada, respecto a que muchos literatos jóvenes intentan incorporar giros idiomáticos a sus propuestas, neologismos, intertextualidad incluida, con el fin de lograr una escritura novedosa y atractiva; pero pierden la profundidad y la visión de una poética seria, y sólo experimentan con lenguajes truncos y amanerados que desaparecen como flor de un día, precisamente porque carecen de lo esencial. No echan anclas, no fondean en lo fundamental de lo poético, que reside en la construcción de figuras, metáforas y tropos, lo que en tu poesía, Monje, abundan.
AL:     - En mi poesía, creo, logro unir los lenguajes tanto renacentista, moderno y contemporáneo en un compendio acrisolado, como te dije al principio, pero sin abandonar el creacionismo, el imaginismo, la ensoñación de la materia, al decir de Bachelard.

BG:     - Y en una forma magistral, superando a muchos poetas que se pierden en el intento. Ahora, háblame de la relación música y poesía en tu arte; eres un melómano perpetuo.
AL:     - Consuetudinario…

BG:     - Hay mucho Monteverdi, Bach, batutas de pellín, instrumentos varios, fagot, violines… ¿Cómo influye la música, el silencio, en tu poesía?
AL:     - Hay una relación recíproca entre el ritmo interior de mi poesía y la música que amo. Por el ritmo, la armonía, la ensoñación de los fenómenos naturales y, porqué no decirlo también, por la brevedad, lo fugaz, lo instantáneo de los motivos que poetizo, que son los mismos tópicos de los movimientos musicales de todos mis maestros: vientos, corrientes de agua, rumor de hojas... Es una relación muy sutil, muy profunda, que fui educando con oído atento desde muy joven.

BG:     - Una vez me dijiste que la música era el antídoto de todos tus males.
AL:     - Así es.

BG:     - Monje, se podría decir que tu vida es el arte. Renunciaste como empleado público a un trabajo remunerado formal por los escarceos del arte. ¿Valió la pena?
AL:     - Sí, valió… Hay que vivir soñando; tesón, insistencia. Ahí reside el secreto de mi arte. Soledad, silencio, naturaleza, pueblo.

BG:     - Siempre te marginaste del poder y te refugiaste en tu cabaña, pero trascendiste… ¿Cuál es tu opinión de las políticas culturales oficiales?
AL:     - Obstruyen la creación del artista genuino, porque se imponen una serie de limitantes - la burocracia -, que molestan al verdadero creador que está inmerso en su obra. Me bastan el bosque, las quebradas y un par de conversas.

BG:     - Es un verdadero zapato chino presentar un proyecto.
AL:     - Como un laberinto micénico… Pocas veces recibí apoyo de las políticas culturales en boga.

BG:     - ¿Qué satisfacciones te dio la poesía?
AL:     - Las mayores satisfacciones.

BG:     - ¿Cuáles?
AL:     - Como el acceso a una relación, a un matrimonio, directo con la belleza. Me casé con la poesía. Me casé temprano. Miré la vida desde lo que estimé hermoso; eso me dio autoestima sobre todo lo superfluo. Lo demás es silencio.

BG:     - ¿Qué opinas del mundo actual?
AL:     - Demasiada tecnología; muy aplicada sin espíritu, lo que terminó entorpeciendo la vida. Cada vez evito más los viajes a la ciudad. Me ahogo entre tanta baratija, tanta chuchería…

BG:     - Tus poetas predilectos. Partamos por poetas universales.
AL:     - Saint John Perse, Ezra Pound. Y los grandes italianos, como Cesare Pavese y Giuseppe Ungaretti. De Francia debería empezar de Verlaine, por Valery.

BG:     - ¿Te gustó Baudelaire?
AL:     - Por supuesto.

BG:     - ¿Españoles?
AL:     - Los que están merodeando siempre por mi espíritu; Machado, Alberti…

BG:     - De lo nombrado, reparo que casi todos son poetas que incorporan elementos de la vida moderna en sus propuestas.
AL:     - Son poetas modernos, que incorporan aportes novedosos a sus poéticas, sí; los que luego vendrían a fundar el lenguaje contemporáneo. Eliminan la rima, por ejemplo; pero también asumen otra problemática del hombre, de la sociedad.

BG:     - Son poetas que eliminan el yo romántico y cogen motivos externos, sociales, del existencialismo de entre y postguerras.
AL:     - García Lorca, Miguel Hernández…

BG:     - ¿Y los inmortales?
AL:     - Claro. Especialmente Tu Fu, Li Po y Yuan Chieh con su “Lago del pez de piedra”…

BG:     - ¿Americanos?
AL:     - Wittman y Vallejo. De los nuestros, inexcusable no leer a los cuatro grandes; no es necesario nombrarlos. Además de Parra y Rojas.

BG:     - Clarito. ¿Dónde insertas tu obra en el panorama actual de la poesía maulina y chilena?
AL:     - Creo hacer un aporte a la reflexión poética más preocupada del vuelo estético que de la farándula, de lo extraliterario, al decir de Juarroz. Una cierta ética, diría; sin pecar de Tonto Morales, ni mucho menos. El tesón que despliego al intentar fusionar giros de todo lo que alcancé a leer, antiguo y moderno, me dejan conforme con mi oficio de poeta. Eso. Fíjate que no sé donde me inserto. Creo, sí, dejar una obra seria, honesta; nada más.

BG:     - Yo creo que con tu legado le dejas la vara muy alta a la poesía maulina. Para terminar, Monje, unas palabritas a tus lectores.
AL:     - (Silencio).

 

 
(Nota: Alejandro Lavín Fallece el 25 de abril de 2012, a los 74 años de edad).

   Talca, 5 abril 2012
        (10.00 a 12.00 am.)



 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2012 
A Página Principal
| A Archivo Bernardo González Koppmann | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: osol301@yahoo.es
Última conversa con el Monje.
(Entrevista a Alejandro Lavín, por Bernardo González)
Talca, 5 abril 2012