................................... NICANOR PARRA


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nicanor parra

el hombre imaginario



El antipoeta dice que ha dejado de coquetearles a las mujeres y que ha entrado al bosque en pos de Brahma. Habla de Nietzche y sigue creyendo más en el kino que en el Nobel. Le dio por recoger coplas en Las Cruces y, de tanto en tanto, se sube a un avión para que lo homenajeen en Viena o Ciudad de México. Por estos días debería andar en Oxford recibiendo la distinción Honorary Fellow. Son 86 años, pero a él no le entran balas.

por Marcelo Simonetti


 

..... Parra no es un santo. Baja del segundo piso de su casa en Las Cruces envuelto en una parka blanca. El cabello cano se le revuelve como a un querubín. En su dormitorio queda uno de los mejores amigos con los que hoy cuenta: Hamlet. "Estaba conversando con él", asegura.Esparcidos por los rincones están sus trabajos prácticos. Hay una fotografía del Papa con prismáticos, bajo la que se lee Christ is coming. El fundador de la antipoesía se ha convertido en un anacoreta con vista al mar; un ermitaño que es postulado por tercera vez al Premio Nobel de Literatura y que ayer debía estar en Inglaterra recibiendo la distinción Honorary Fellow, que la Universidad de Oxford otorga a sus ex alumnos más destacados.
..... Pero Parra no sabía si viajar o no. Le cuesta hacerse a la idea de deambular por el cielo durante más de quince horas y llegar al aeropuerto de Gatwick sin un lazarillo. Y como los ingleses, para estas cosas, tienen la austera política del bed and breakfast, como que le da no sé qué.
-Si ya tengo 86 años, compadre. A veces, me vienen lagunas y me pregunto qué estoy haciendo aquí -confiesa, cubriéndose la boca con la mano, como quien se espanta de algo-. Nietzche decía: los que saben son los jóvenes; los viejos harían bien en pegarse un tiro.
..... Es cerca del mediodía y Corita -quien le cocina, le limpia la casa y le contesta el teléfono- se desliza hasta el living con té y piñones. Una suerte de desayuno para Parra que acaba de levantarse y que suele almorzar a eso de las cinco de la tarde. "Para mí, todos los días son domingos", sostiene. Lleva tres años radicado en Las Cruces y ya la Municipalidad de El Tabo lo nombró hijo ilustre. "Tabo", dice, y pone cara de horror: "Yo le dije al alcalde que debía cambiarle el nombre al municipio. ¿Por qué no Municipalidad de Las Cruces? Tiene todo un sentido, las tres cruces, el monte del Calvario, ya sabes".
..... La casa es blanca por dentro y mira al Pacífico. El lugar propicio para la renuncia: a las mujeres, a la fama, a los bienes materiales. Está en el bosque en pos de Brahma. "¿Sabes cuál es el premio de Brahma? No volver a existir. Morir para siempre. ¿El castigo? Volver a la vida en una forma inferior: una cucaracha, un gusano. La existencia a veces es humillante", señala.
A Parra la vida lo ha golpeado con fuerza, incluso en sus relaciones amorosas -entre las que se cuentan tres matrimonios. No hace mucho vivió con una muchacha hermosa, mucho más joven que él. Un buen día le dijo que se iba . Y por la ventana le fue haciendo señas, mientras partía del brazo de otro. "Me han puesto el gorro hasta el mentón", dice, aunque también a él le ha tocado estar del otro lado.
..... La mujer que inspiró su poema "El hombre imaginario" era casada. Para él -tal como lo cuenta en el libro de Leonidas Morales, Conversaciones con Nicanor Parra-, "ella era la mujer que yo soñaba, y que yo buscaba y que creía haber encontrado". Aquello ocurrió en 1978. Él tenía 64 años; ella, 32. "Cuando me pulverizó, entonces ella me dejó, me abandonó". Tiempo después, ella optó por el suicidio y Parra inmortalizaría ese idilio en uno de sus poemas más hermosos.

"Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario".


PARRA, LA INFANCIA

..... Dentro de los trabajos prácticos que tiene repartidos por su casa, hay una máquina de coser que parece haber sido rescatada de un incendio. El cartel reza: "La máquina de la mamá de la Violeta". Parra se detiene frente a ella y cuenta que con una maquinita igual a esa, su madre, Clarisa Sandoval, se ganaba el dinero. Él la asistía con una palmatoria para que pudiera seguir trabajando de noche. A veces, la aguja caía sobre la uña de su madre y había que traer el botiquín y curarle el dedo a doña Clarisa.
..... La infancia de Parra se disemina por San Fabián de Alico -lugar de su nacimiento-. San Carlos, Lautaro, Villa Alegre, Chillán y Santiago. Tiene gusto a chanfaina, su plato preferido: un guiso similar a la carbonada, pero que en vez de carne se hace con el hígado del animal. Había que ingeniárselas porque ni el sueldo de profesor primario de su padre, Nicanor Parra Parra, ni lo que juntaba su madre como costurera, alcanzaba. Llegaron a ser nueve hermanos: Hilda, Violeta, Elba, Eduardo, Caupolicán, Lautaro, Óscar René, Roberto y Nicanor (el primogénito).
..... De su padre tiene recuerdos cálidos, como aquellas jornadas en las que se iban al campo y, entremedio de los espinos, sacaban huevos de diuca que para él fueron verdaderos manjares. O las veces que le acompañaba a jugar rayuela y el niño Nicanor llevaba las cuentas y agrandaba el oído para escuchar los dichos de los amigos de su padre. El regreso a casa no siempre era dulce, porque a su progenitor se le pasaban las copas y su madre se las cantaba claritas. Aquellas peleas le resultaban a Parra lo mismo que "el juicio final, el diluvio universal, algo tremendo".
..... Antes de emigrar a Santiago, postula a la Escuela de Carabineros. Su estatura no se enmarca dentro de los requisitos exigidos y el país se libra de un antipoeta cursando infracciones de tránsito. A diferencia de la mayoría de sus hermanos, el mayor de los Parra enfila por el lado del estudio. Parece un cuento de hadas porque del Internado Barros Arana pasa al Pedagógico de la Universidad de Chile, donde en 1937 recibe el título de profesor de Estado; en 1943, estudia mecánica avanzada en la Universidad de Brown (Estados Unidos); y en 1949, realiza un doctorado en cosmología en la Universidad de Oxford.
..... La antipoesía hacía rato que se había incubado en él. "Yo me preguntaba por qué cresta los poetas hablaban de una forma y escribían de otra. ¿Por qué utilizan esa jerga que se llama lenguaje poético y que no tiene nada que ver con el lenguaje de la realidad?", asegura. Hay versos suyos que aluden a esta cuestión trascendental en la irrupción de la antipoesía:

"Durante medio siglo
La poesía fue
El paraíso del tonto solemne.
Hasta que vine yo
Y me instalé con mi montaña rusa".



NERUDA, MISTRAL, GINSBERG, SONTAG

..... Muchos han querido ver en esa y otras frases una odiosidad contra Pablo Neruda. Parra lo niega y manifiesta su cariño hacia él.
-Él fue uno de los que recibió de mejor forma Poemas y Antipoemas (1954). Y años más tarde, en un congreso de escritores en el Pen Club, al Papablo se le ocurre decir que en Hispanoamérica no había más que tres poetas: Darío, Huidobro y Parra. Yo me quedé con la boca abierta. No lo podía creer -explica.
..... La Mistral también le había dado su venia en Chillán, aplaudiendo con fervor una irrupción del joven Nicanor que no estaba considerada en el programa oficial. "En un descuido de los figurones, Parra se encaramó hasta el escenario y sin que mediara intervención alguna -cuenta el escritor Efraín Szmulewicz-, por la sorpresa, leyó el poema Canto a la escuela, dediacdo a la Mistral".
Ha corrido mucha agua bajo el puente desde entonces. Los beatniks lo acogieron entre los suyos y en más de un recital poético, Ginsberg tradujo los poemas que Parra declamaba en español. La novelista Susan Sontag le susurró durante un almuerzo en Nueva York: "Nicanor, tú siempre has sido mi héroe". Y la esposa de Nixon lo invitó a tomar el té en 1970, lo que gatilló su expulsión del jurado literario del Concurso Casa de las Américas de La Habana. ¡Horror de horrores!, porque en Chile le dieron como caja.
También se le murio la Violeta. Tremenda cosa. En 1967.

"¿Por qué no te levantas de la tumba
A cantar
a bailar
a navegar
En tu guitarra?
Cántame una canción inolvidable
Una canción que no termine nunca
Una canción no más
una canción
Es lo que pido".

..... Parra es un torbellino de emociones. Se enamora y se desenamora. Se casa y se vuelve a casar. Le coquetea al mundo y a las mujeres. Poco antes asegura haber inventado el pop en Chile, junto a Alejandro Jodorowsky y Enrique Lihn. El trío da forma al Quebrantahuesos, suerte de poesía mural que confeccionan en base a recortes de diario. Parra le roba a la prensa frases del estilo de "Muchas felicidades" y sobre esto instala un corazón canceroso lleno de grasa o una foto de la guerra de Vietman.
..... A Parra le dan el Premio Nacional de Literatura en 1969. Él ya había descargado buena parte de su artillería: Cancionero sin nombre (1937), Poemas y antipoemas (1954), La cueca larga (1958), Versos de salón (1962), Discursos (1962), Manifiesto (1963) y Canciones rusas (1967). Ese mismo año saca Obra Gruesa y Poemas.
..... Si bien la primera postulación oficial de Parra al Nobel se hace en 1995, ya en 1972 la idea comenzó a rodar en la cabeza de algún chileno. Enrique Lihn lanza la idea en la presentación de Artefactos (1972). Claro que pone una condición: "Primero se lo dan a Borges, después a Parra".
Vaya.
..... Pero ahora va en serio. El 17 de enero del 2001, Leonidas Morales, integrante del comité gestor de la idea, se presentará en Estocolmo para inscribir oficialmente su nombre. Las dos postulaciones anteriores de Parra (1995 y 1997) fueron fallidas. La tercera es la vencida, dicen, aunque Parra siga diciendo que cree más en el kino que en el Nobel. Claro que bajo cuerda susurra: "Entre tenerlo y no tenerlo...".


¡HAMLET! ¡HAMLET! ¡HAMLET!

..

Parra fue dueño de un castillo de tres pisos que estaba recubierto de tejuelas de alerce. "¿Sabes lo que es eso?", dice. Ese castillo se levantaba al lado de su actual casa en Las Cruces. "El que entraba ahí se quería quedar. Uno se sentía un duque y así caminaba por los corredores", afirma. No le duró mucho, porque una tarde de 1987, el castillo se quemó.
-El cuidador me había sentenciado a muerte, porque yo lo tuve que correr. Él se había apropiado del castillo, que estaba medio abandonado. Cuando yo lo compré, él tuvo que irse. Se fue yendo de a poco, como preparando todo. Primero su esposa, luego sus hijos, el último en irse fue él. Todas las señas indicaban que él había provocado el incendio. El día que se quemó, lo sorprendí mirando las cenizas. Me acerqué y le dije: "¡Tú lo incendiaste, huevón de mierda!". Él me miró y me respondió: "Yo lo quería más que usted".

... De todas formas. Parra hizo de Las Cruces su refugio, su bosque. Se puso su traje de anacoreta después de ir a México en busca del premio Juan Rulfo (1991). En ocasiones, lo mete bajo la cama para recibir a su tropa, los suyos, entre los que ya cuenta seis hijos y varios nietos. Por uno de ellos, el Tololo, babea sin conmiseración. Cuenta que estando en la escuela, el profesor quiso llamarle la atención. "¡Cristóbal Ugarte!", le dijo. Una, dos, tres veces, y el Tololo no respondía. Ante tanta insistencia, el mocoso de ocho años se dio vuelta y le respondió: "Mi nombre es Hamlet".
-¡Hamlet, Hamlet, Hamlet! -confiesa Parra, obligado a develar el secreto de su fortaleza. No es fácil llegar a los 86 años con esa claridad mental y su condición física. Asegura que allí está todo. No en El rey Lear, que él tradujo al castellano, sino en Hamlet. Incluso una guía práctica para vivir en los tiempos modernos, marcados, según él, por "el dominio del care' palo, del care´raja, el que está en la televisión".
-A los care´raja hay que saber tratarlos -sostiene-. Hay que hacer como Hamlet hace con Osric. "Se lo agradezco humildemente, mi señor", le dice Hamlet. Pero inmediatamente le dice a Horacio: "¿Conoces a este mariposón? No te has perdido nada". Al care´raja no hay que enfrentarlo, porque no sabemos cómo puede responder. Hay que hacerle una verónica. Hola y chao.
Parra hace verónicas a medio mundo. Saluda y se despide, sin más. Ahora le dio por recoger coplas. "Aguien tiene que rescatar la cultura popular", justifica y, tras cartón, regala dos coplas pescadas en San Antonio: "Mi suegra anda por ahí / diciendo que no trabajo / que le pregunte a su hija / cuando la tengo debajo". Y: "Yo no me caso con viuda / increíble pero cierto / por no ponerle la mano / donde se la puso el muerto".
..... Más regalos. A propósito del Premio Nacional a Raúl Zurita: "Batahola: / Por el Premio Nacional de Literatura 2000 / Nada de que admirarse / En este país se ponen en entredicho / Hasta los veredictos de la Corte Suprema / Golosinas de la democracia".
..... Camina Parra. Se arregla el cabello. Pone cara de pato malo. Puede hablar con el académico y con el vendedor de la feria. Dice sentirse a gusto en Las Cruces. Un minuto después se saca de la manga una reflexión triste: "La vida es una humillación". Cita a Shakespeare: "El mundo es un conglomerado de putas y cabrones". Afirma que ya no le coquetea a las mujeres. Unas cuarentonas lo saludan. "¿Cómo está poeta?". Parra se acerca, les sonríe y las besa, muy cerca de la comisura de los labios. Luego les regala un poema. Parra no es un santo.

 


Galería de imágenes


Parra junto a Inga Palmen, su tercera mujer


Con Raúl Gonzalez y Blanquita MacFadsen


Acompañado de Panchita, una de sus hijas, y su nieto Jaime.


Durante 51 años fue profesor de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile


Con Antonio Skármeta.

 

 

en Revista del Sabado , de El Mercurio, 30 de septiembre de 2000.


 

 

 

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