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POEMAS ERÓTICOS

Silvia Rodríguez Bravo



Del libro Versóvulos
Registro Prop. Intelectual Inscripción Nº 104.396
Impreso en Chile - Junio, 1998
Ediciones Safo

 


Salomé

Llevo en la sangre la venganza de Salomé
el deseo inclaudicable de intercambiar
el huésped lujurioso de tu cuerpo
con las cenizas sacrílegas de mi piel.

Todo arde en el éter de estas paredes
en las sandalias de este momento, y es que
estamos tú y yo unidos en esta hora incierta
que me recuerda y eterniza
como la necesidad impostergable
de toda carne.

Aún con los ocasos quebrados y arañados
por la bebida de tu vientre,
te cedo el privilegio de saciar el hambre de tus placeres
sobre el envoltorio de mi esqueleto lleno de laberintos.

Como tú otros han traído fiebres acumuladas,
demonios escondidos,
como tú otros han querido la mordida de mi beso
el castigo, un perdón para entrar en la morada
de mi insaciable lujuria.

Te vistes de ofrendas olvidando las deudas
que tienes con dios,
y me ofreces la humedad de tu piel,
y yo compasiva, lucho contra tu cuerpo
sin ser tu enemiga.

Vienes a mi como yo voy a los sueños
a ese soñar de la desteñida infancia
por un momento con el escapulario escondido
anhelo ser una mujer pura y casta
pero la imagen del cerebro me abraza
y me lleva al gólgota de mi cautiverio.

Soy la venganza de Salomé
los pecados de Magdala,
soy mujer, una Venus múltiple, una virgen, una Eva
mil mujeres soy, mil hembras, mil demonios,
mil seres encadenados a un solo cuerpo.

 

Cansancio Mujeril

Habitan en la religión de mi piel ateísmos angustiados
de tanto ceremonial impuesto, necesario, superfluo,
mientras la ciudad ofrece ofertas y me tienta con su
consumismo innecesario.

Camino amortajada, oscura, asfixiada, buscando
identidad en este nido lleno de perfumes, panties,
sin saber que toalla higiénica es más absorbente.

La tiranía del espejo acusa mi gordura
el vello de piernas, axilas, cejas, bigote,
como esclava venero esa cera caliente
que se extiende sobre mi piel y masoquista
amo ese tirón que exilia los pelos traídos
desde el nacimiento.

Lamida por lenguas emancipadoras
contemplo en los vidrios el útero de la noche,
me bautizo en la religión de ser algún día
una excomulgada de la depilación,
del maquillaje y de la maternidad.

A pesar de tanto dolor y sometimiento social
amo los dolores que día a día amanecen en mi piel
los cultivo en el almanaque de mis arrugas
y los leo cuando de mis continentes emergen
sentimientos puros y odios inconfesables.

En medio de la ciudad enfundo la espada y camino
buscando la otra mitad que me silenciaron
y en ese silencio aún no comprendo
porqué Neruda se casa de ser hombre.

 

Psicosis

Quisiera arañarlo hasta verlo sangrar
pasearme por sus poros ensangrentados
bebiendo la rojez de sus venas abiertas,
cicatrizando con mis labios la herida
que provocaron mis manos.

Quisiera atarlo, subyugarlo a mis instintos
aleonar la quietud de su gozo
en la lujuria psicótica de los placeres
imaginados por mi memoria.

Le arrancaría con los dientes cada misterio
apuñalaría las raíces de su pasión,
hasta hacerlo gritar, clamar piedad
y un resto de perdón.

Quisiera verlo crucificado en el gólgota
de esta lujuria excomulgada y sin vida eterna
succionar cada trozo de su cuerpo
hasta que anhele la muerte de su violado cuerpo.

Estoy atando sus manos a la marquesa
no sabe que el nudo es ciego y será sometido
a un psicótico deseo.

 

Fantasía

Desnuda, débil, ansiosa
arrimo el cuerpo al bosquejo
de tu imagen.

Con la fantasía diluida en la piel
contemplas silencioso la cercanía
el calor sudado que expelen mis poros.

Lento, abro mi boca, un volcán consume
seca esta ansiedad y suplico más.

Más de esta angustia derrochadora,
más de este puñado apocalíptico
más de este misterio.

Una fugaz eternidad humedece
el racimo de mis entrepiernas
y condensada busco en la aurora
un apellido para este sueño.

Sutil, desnuda, débil, semi plena,
semi complacida, masturbada contemplo
mis dilatadas pupilas frente al espejo
que silencioso no dice nada.

 

Venida

Sumida en la inmediatez necesaria de este escenario
vengo del momento preciso de no saber porque existo,
vengo coartada por costumbres que sanas o insanas
pertenecen como yo, a la epopeya gastada de la vida.

Resulta que a veces vengo de ver días claros,
de arrendar la embriaguez de un hombre bohemio,
o de parir otro hijo para este innecesario mundo.

Vengo de vender calendarios, relojes de arena,
de arrendar voces y risas para vientres cansados.
vengo retorcida de comulgar con doctrinas prehistóricas
de comulgar en esta lógica razón ilógica.

Vengo de subir y bajar la trizadura de una lágrima
de cobijarme bajo la mirada de un siglo y
sonrío enloquecida al ver la nada y el todo
que a diario me sustentan.

 


Instante

Anestesiada por el golem de mi cerebro
conjugo pasado y futuro en el vértice de esta hora
conjugo un poco de razón, un resto de neurosis
luego de quitarme el disfraz y quedarme desnuda.

Desnuda y perderme en la jauría de un sueño
devorar la muerte en cada amanecer
vivir hoy un poco más que ayer y
sentir que aún tengo infancias en la piel.

Amar el revés de las hojas, el acantilado nocturno
de una noche como ésta
cuando apasionado le quitó una hebra al horizonte
para zurcirme las heridas.

Hay tantos siglos en el dedal de un instante
todas las noches de todos los días son una sola,
en sus ramas trepa el silencio, la entrega clandestina
de los amantes, la primera cuota de la muerte.

En ella habita lo que nunca existió, lo que pude ser
y de pronto viene el día con su náusea bulímica
a borrarnos la noche.

Es entonces cuando me diluyo a media mañana
y me sumerjo en acantilados nocturnos
en el bramido de los sueños para dialogar
con la bestia que llevo dentro.

 

Una Noche

Y se pintó los labios en un acto religioso, para un suicidio falso.
Muerte lujuriosa, placentera. Agonía de besos entre caricias y zigzagueos.
Víbora que afiebra con el veneno de sus colmillos

Masca la avaricia de sus incontrolados deseos y camina por la ciudad buscando donde menguar el hambre de su cuerpo.

En el bar esparce sobre sus labios el trago maquiavélico y el arpa de Dios comienza a tocar la melodía olvidada de Mozart. Pastoril embrujado que llama a los excomulgados a ser cómplices de noches alquiladas donde saciar el deseo carnal.

Ahí están. Ella sin máscara en los labios, entrega otra de sus noches, al sarcasmo libidinoso de un extraño. En sus pezones atesora las ruinas del mundo, el génesis, el Apocalipsis veneran su carne esculpida en sal.

Ahí están los desconocidos cuerpos mezclándose entre zigzagueos, sin promesas, sin eternidad que cuidar. Lujurioso romano sin César. Libidinosa egipcia sin Dios, carne exterminadora, ansiosa, disoluta.

Carne unida al consuelo de un dios fortuito, de un dios casual.

Muerde cada respiro, extermina cualquier perdón. Amazona que busca libertad en el esclavo. Guerrera nocturna. Gladiadora romana. Necesidad justa de piel contra piel, labio contra labio, pelos entrelazados que se castigan sin hacerse daño.

Se acarician los muslos, entre besos, entre mordeduras. Besos abiertos que gimen en la antesala del placer. De tanto gemido y por tanto roce, un oleaje salado guillotina la humedad fundida en las entrepiernas, que saturadas nada desean, nada esperan.

Atenuada el hambre del cuerpo, se viste perezosa. Complacida me miro en el espejo y me pinto los labios para esconder otra noche. Noches que no me hacen daño.

 


Entrega II

Ven, redúceme al instinto carnal de tu laberinto
comulga en mi templo la penitencia del pecado
que no es pecado, es la necesidad justa, natural,
grano a grano de tus manos en mis labios.

Poro a poro, sin fatiga tu cuerpo y mi cuerpo
se irán desgranando en el verbo prehistórico de los deseos,
bebe de mi piel cada sorbo, mira estos labios
que buscan la humedad de tu sexo.

Ven, busca en mis pupilas asilo para tus demonios
toca la expresión de mi carne, la alquimia de mis senos,
antes que el amanecer extermine esta hora.

Devoro tu cuerpo como Saturno a sus hijos,
y es que siento como tus aspas rompen el madero
de mi cautiverio
y soy el reventar de olas nocturnas, el caudal que silencioso
recoge la nieve del verano.

Tu respirar corto, agitado, espacioso anuncia el malparir
de nieves condensadas y yo cómplice del aborto,
dejo caer servilletas blancas sobre la selva sudorosa
de tus colinas.

Hemos calmado la náusea placentera del alma y cuerpo,
hemos sondeado el vértigo del placer, el aullar de la noche,
hemos liberado al demonio escondido
a ese esclavo anónimo que llevamos dentro.

 

Extraños

Bajo el ecuador de esta noche, sobre los ruidos de la ciudad
Acaricio los bramidos de esta desnudez prehistórica.

Dolorosamente placentera siento los inciensos de tu cuerpo
Sumergirse en la ciudad de mi universo.

Por hoy los la ideología de un hombre honesto,
se duerme bajo los insultos eróticos de tu lengua.

Estamos desnudos, desprovistos de cualquier moralidad,
arañándonos la carne, mordiendo toda sospecha carnal
de nuestros instintos.

Te sumerges en mi vientre para olvidar tu tristeza
en mi cuerpo no está el consuelo de tu vida
tan sólo hay cierta anestesia decapitada
que te adormece para este momento.

Los suspiros arden bajo el vendaval de este cielo
promiscuos, nos hemos ido goteando placeres,
hemos rebanado un arcoiris en la esquina de los poros.

Acaricias mis costados y Cristo gime por su costilla rota
la voz de la carne silencia después del último gemido
todo lo hemos escrito en las páginas de nuestra piel.

Nada complace más, nada duele más
que sabernos dos almas desconocidas
con la misma hambre en el cuerpo
Dos seres prendidos a la pasión de una noche
que no olvidó ser verso.

 

Miedos

No hay más voces que tus voces,
no hay tormento más eterno
que el tormento surgido
desde la ausencia de tus besos.

Dame en esta noche una hermosa mañana
deja reconocerme en tu piel
antes que las galeras infinitas
recojan las vísceras de mi esqueleto.

Estoy aquí, actuando, como actor suicida
creo que seguiré actuando entre vosotros
como vosotros y para vosotros.

A veces un camino extraviado me reconoce
y me quedo sin país, sin ciudad, sin exilio,
y me confundo entre el anatema de querer ser
y la nada que me sustenta.

Y de pronto me reconozco en el acuario de tus ojos
ahí contemplo mi propia imagen y veo
cuantas mujeres he sido, cuantas mujeres dejé de ser.

Soy como un ángel caído, sin tierra, sin eternidad,
sin muerte, sin haber nacido, a la espera que la vida
me reconozca en su cordura o en su delirio.

Agonizo en el medio día de mañana
el cerebro se confunde en la bahía del misterio
agoniza y antes de morir me llega tu voz.

Ven, y concédele a mi piel el placer
de confesarse en tu carne
deja que guarde en mis labios la voz de tus besos.
deja que tu cuerpo penetre mi cuerpo.

Que necesito razones para olvidar quien soy
que seré cuando muera
sumérgete en mí, déjame sentir que en tu carne
existe la morfina que enciende mi delirio.

 

Sombras

Las sombras acusan el regreso de la noche
queda estampado en el ocaso
una necesidad urgente de soñar.

De soñar sueños donde el delirio de Dios no duela
donde no aflija el sinónimo de la vida.

Dame de tus momentos, un momento,
un solo instante para acudir a tu boca
y no sentir la letanía de este cansancio.

Camino sobre escenarios solitarios,
desnudos de sonrisas, de aplausos
camino como ayer buscando armonía
para esta angustiada realidad.

Dame de tu voz el tiempo preciso
para reconocerme en tus labios
estampar esta imagen inconclusa
en el abecedario de tu mirada.

Ven, teje sobre mi piel la bendita inocencia
de ser hombre bondadoso
teje sobre mi cuerpo la maldición placentera
de ser hombre cruel.

Pronto cerraré la puerta que abrí al nacer
pronto volveré al otro origen solitario.

Sombras diluidas acusan el arribo del amanecer
me tiendes una sonrisa, me besas y te amo.
Te amo sin pasado, sin dioses que bendigan
o maldigan nuestra unión.

Te amo inacabada, sin muertes, sin nacimiento,
te amo porque tu boca me sosiega la razón
y perdona mis pecados.

 

Suspensión

Hemos caminado con la muerte sobre los hombros
se ha quebrado la carne sobre la lira de esta pequeña tarde.
Hoy todo se nos vuelve sombra.

Nos hemos ido oscureciendo en los segundos del tiempo,
a veces todo sangra en las manos
como una herida abierta a la procesión de los años.

A veces todo duele y el amanecer se pierde
en túneles afiebrados que vomitan flema y desgano.

Nos hemos quedado antiguos,
desde el nacimiento hasta el cadáver
que nos viste con su viruta de muerte.

Y jamás sabremos si después de sentir
el peso de la tierra en el cuerpo,
habrá otra oportunidad de besar sus labios
de tener la caricia de una madre,
o sentir como sienten la boca y la piel.

Vuelan los pájaros sobre el laúd del este anciano ocaso
la noche titila menos que anoche,
algo se ha perdido entre el océano y la selva.

Los ojos, las miradas también vuelan
la mirada es lo único que avanza lejano a nuestro cuerpo
camina sobre ríos, tumbas y desiertos
se pierde entre esta gota de aire y el firmamento.

Hoy nos hemos quedado con el mar en las manos
algo viene renaciendo sobre la herida que abierta
no sangra.

Entre el surco tejido por nuestros sueños una luz brilla
y los labios sin despedirse de la boca sonríen
al ver como las sombras se alejan.

 

Lo que quieras

Depositada en el inventario de esta noche
aúllo insostenible por tener el derroche de tu piel
sobre esta descamada carne.

Te arrimas despacio al tótem de mi cintura
que semi desnuda habla el lenguaje que quieras.

Sumidos entre alcohol y cigarro dibujas con tus labios
la imagen de mi cuerpo y te entrego el afán lujurioso
de todas las bestias que me habitan.

Cruzo la noche de hoy y olvido la senectud de Dios.
En la antesala nocturna sangra mi estirpe,
por esta bendita herejía de entregar mi carne pública
al polen libidinoso de nuestros desconocidos cuerpos.

Reconoces en mi piel el escenario de tus fantasías
y pagas por ver el acto de la virgen humillada
gracias a mis sarcásticos instintos.

El escándalo de mi piel ha hablado en tu lengua
más tarde vendrá otro a soñar tus mismos sueños
sobre el placer condenado de mis cenizas arcaicas.

 

Pecado de una Entrega

Soy la sangre de Salomé, la carne de Magala
que pide sacrificios antes de penetrar el laberinto
de mi vientre.

Hoy quiero toda la pasión que mi sangra sueña
anhelo la mordedura de tu historia, la razón
por la que fuiste expulsada del paraíso.

Ven a construir en la hendidura de mis poros
la torre de Babel, el rescate de Sodoma y Gomorra.

Bebe de mi vientre el pecado de la excomunión
no tengas miedo que por hoy Dios duerme y no
verá los placeres que en mi sientes.

Huelo el aroma de tu selva encendida
y te bebo completo en esta noche gitana
Recuerda Dios duerme, no sabrá los pecados
de tu carne en mi carne.

Mañana pecaré con otro, como pequé anoche
mientras él dormía y no sentía la nueva herida
que habrías en la noria de mi vientre.

 

 

Del libro Profeta de Bares
Ediciones Mosquito, 2002

 

Amor Fugaz

Mi animal fue un gusto conocer la cálida brutalidad de tu gemido, sentir tu boca en el océano polvoriento de mi isla náufraga.

Mi Divino Endemoniado, eras una tragedia imposible de evitar, enfermedad y remedio, muerte y resurrección, un niño insano, un hombre bestia, que humilla y enaltece al ser amado.

Eras filosofía ardiente, yo la eternidad fugaz de una noche.
Ambos con una falsa identidad humedeciéndonos hasta enloquecer en este anonimato.

Mi animal, olías a niebla, yo a misterio. Ambos buscando un albergue carnal donde satisfacer el aroma febril de nuestra lengua.

Y te amé con oficio de puta. Con caricias maternas besé cada hemisferio de tu carne aún sabiendo que es inútil la entrega, pero te amé bestial con carne de loba y besos de inocencia.

Mi leproso, la infección de tu alma fue un brebaje divino para mi alma-útero, me entregué cuanto quise y como quise a la furia de tus enjambres, mientras la bestia de tus caricias paseaba por la jungla de mi cordillera.

Después de ti, Mi Venenoso, otro tan amargo no he tenido. Habría sido un pecado no venerar el santuario de tu cuerpo.

 


Lección Placentera

Hoy anhelo desmigar mi cuerpo,
tenderme lujuriosa en tus muslos
para amarte suave, lenta,
profunda y brutalmente.

Querido,
desde el mes pasado hasta hoy,
tan sólo ha sido abrirme de piernas,
fingir para hacerte feliz
para que pronto me bajes
de la cruz objeto de tu instinto,
para que pronto llegues al orgasmo
y me dejes dormir.

Pero esta noche no habrá tregua,
lavaré mi ansiedad
en el pulso de tu carne,
te lloveré por cada poro
hasta que aprendas de memoria
como amando se tiene sexo.

Querido,
esta noche tengo ganas
y te haré el amor
hasta complacerme.

 


Noche Casual


Nos ovillamos en un sólo gemido.
Tu cuerpo semejante a la noche
avanzaba como el tiempo -sin errores-
bajo el hambre sudorosa de mi cuerpo.

Y yo que juré no amar
te amo atropellando la muerte,
ésa que me esperará
en medio de la ciudad
cuando camine de cara al grito
alejándome de tu voz.

Llueve, es invierno, llueve,
escucho el vacío de cada gota
el silencio de nuestra soledad
el misterio de lo que somos:
perros de la misma camada
lamiendo la vieja historia
del cuerpo.

Sabemos que es un accidente,
un encuentro casual.
Aún así,
dame la sal de tu absurda existencia
el océano ardiente de tu boca.
Déjame convencerte
que hacemos el amor
para siempre.

 


Cafe Salado

Querido,
no puedo entregarme esta noche
tengo letanías esparcidas sobre la piel
la ducha crema y agua de colonia
no logran suavizar el roquerío
que transita por mi cuerpo.

Aún así langüeteas mi frente
tierra de cementerio,
besas mi boca
nido de silencio
deshojas mi vagina
océano cansado y triste.

Aún así te estiras, encoges, gimes
sobre mi cuerpo-objeto al cual juras
saciar convencer quitarle nerviosismo
y cansancio.

Amor, tu comprensión me enternece
al desayuno recordaré lo de esta noche
y así como confundiste mi No con un Sí
yo confundiré la sal con el azúcar
y te daré un café salado.

Querido,
espero que desayunes en silencio.

 


Momento

Las horas caen a la tierra
un murmullo viene lento,
deposita angustias esperanzas,
en el cerebro
y gimo violada,
al mínimo roce de la vida,
al mínimo roce de la muerte
que me espera a gritos
en silencio
antes y después de este segundo
donde tan sólo existo
sin justificar mi nacimiento
sin justificar esta realidad
donde deposito a diario
la senectud de mis horas.


Justifico tu ausencia
como justifico la ausencia
De Dios.

*********
Amor,
eres como todos los hombres
pero no te pareces a ninguno.



Eternidad De Una Noche

Repito a diario el suicidio dejado en la mesa
el insomnio efervescente, la embriaguez necesaria
para no enloquecer en la madriguera de mis pupilas.

En esta noche él construye mi lamento,
su abandono y ausencia reparte angustias
a todo habitante de mi ser.
En esta noche él acaricia y se entrega
a cristales ajenos a mi piel.

Duermen y mientras duermen,
aúllo sobre las paredes
que sostienen mi rostro enlagrimado,
el insomnio rompe las vísceras del sentir,
descuartiza el poco sentido que tengo
en esta hora sin remitente.

Trasnochada con mi espalda de bronce
recojo las quemadas cruces,
el caudal de mis ojeras,
las súplicas elevadas al cielo.

Y fumo y mientras fumo
veo como la angustia se baña en el café
y lloro,
al saber que en esta noche es otra quien
se evapora junto al hombre que amo.

 


SILVIA RODRIGUEZ BRAVO : CHILE, San Javier 1964, Diplomada en humanidades en la Universidad de Talca, con estudios de teología en la Universidad Católica del Maule, las oficia de Secretaria. Se inicia en su Profesión de Poeta en 1992, participando en la antología " Voces de la Ciudad ", con ocasión de los 250 años de la Ciudad de Talca. A colaborado como Cronista y Critico Literaria en los diarios regionales " La Mañana " de Talca, (1993) Diario " El Regional" ( 1994 a 1996) y " El Trueno, de la misma ciudad, (1995).

En 1993, autoedita su libro " Entre la Poesía y Yo". En l995, es incluida como narradora en el colectivo " Entre Cuento y Cuento " de la SECH. Maule, En 1998, con ediciones Safo, publica su poemario " Versóbulos" y en 1999 es antologada en el poemario " Poetas del Maule", el 2000 aparece en el libro " Travesía por el río de las Nieblas" y el 2002 con Mosquito, publica su libro " Profeta de Bares " , participa como guionista del programa "Claroscuro" de TVN. Y es antologada en Madrid ( España ) en el libro "Primavera Eterna" , el 2003, vuelve a ser considerada en Madrid en el libro "Penumbras y Sombras".

 

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