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METER LA PATA, POR EJEMPLO

en lo barroso: acontecer, transferida y/o traspaso (a)

por andrés ajens

 

Meter la pata, un decir, en lo barroso - ¿cosa de todos los días? ¿Qué fuera, fenomenalmente hablando o no, meter la pata? ¿Y cómo traducir meter la pata, o tal viene ya en traducción? ¿Se mete la pata con la lengua o sólo con la pata? ¿Sólo por figura, la pata - por alegoría? ¿Y qué tendría que ver, o más bien cuál sería el contacto (o acontecimiento: un acontecimiento se da de entrada, en buen romance, en tanto a/con/tingire, con raíz i.-e. en tag-, 'tocar', 'con-tactar': lo que toca, lo que a más de uno/a toca en suerte o de gracia, lo que co-toca), cuál sería pues el punto de contacto entre una abierta metida de pata en lo barroso - aun estirando la pata, buena o mala pata - y eso que llamamos acontecimiento, en y/o con Jacques Derrida, su herencia y/o co-herencia?

De inicio había pensado dejarme interpelar esta vez por MAR PARAGUAYO, del poeta y narrador curitibano Wilson Bueno, cuya publicación, afirma literalmente el poeta "neobarroso" (es su expresión) Néstor Perlongher, nos coloca ante un acontecimiento: "Los acontecimientos suelen llegar callados, casi imperceptibles, sólo los avezados los detectan. Pero una vez que se instalan, que toman lugar, es como si ese lugar les hubiese estado destinado desde siempre. Todo parece igual, pero, de una manera sutil, todo ha cambiado"(b) . Acontecimiento artístico, como invención de una lengua, agrega Perlongher, acontecimiento literario, sea en el sentido moderno de lo literario, sea en la estela de la tradición abrahamánica en la cual J. Derrida inscribe y desinscribe la literatura en DONNER LA MORT (1991). Pero. El estremecimiento por contacto con una escritura no necesariamente a-literaria sino antes bien dada allende y aquende la literatura y su eventual coyuntura abrahamánica, me abre y/o impone otro derrotero, a riesgo, cómo no, de meter, aquí, la pata.

Por economía, me voy rápida y casi dogmáticamente de tesis. Irse de tesis, en la punta de la lengua: poner y a la vez deponer (sustraer), plantear y abandonar un lugar estable, tal en lo barroso, en el fango.

1) Si un acontecimiento sebreviene, toca o se da, no se da, no se da como tal - no hay acontecimiento puro o absoluto acontecimiento, sino

b) si un acontecimiento se da, se da (para decirlo en traducción) en traducción, esto es, a falta de traducción.

Para que la frase anterior no fuera una simple contradicción lógica o un meridiano disparate, algo habrá habido de ocurrirle a la traducción, al término como a la cosa, al término de la cosa (se podría decir tanto que le habrá sobrevenido alguna traducción como que justamente no le habrá sobrevenido traducción alguna).

Este desplazamiento y/o dislocación en traducción, entre traducción y traducción, este más de un lugar y tiempo ahí en juego habrá venido a nombrarse económicamente en otra ocasión, muy cerca de aquí, como la experiencia o el darse, por demás tan traducible como intraducible, del plus d'un foyer, plus d'une fois hier - pero dejo en suspenso esta no poco entonces resistida formulación por ahora y vuelvo a la frase en apariencia disparate: si un acontecimiento sobreviene o se da, se da (para decirlo en traducción) en traducción, esto es, a falta de traducción.

Desplazamiento y/o dislocación entre traducción y traducción: entre traducción como transporte de un significado al precio del sacrificio del significante (transmigración del alma entre cuerpos diversos) o, lo mismo, transporte de una idealidad de sentido entre dispares continentes (casi toda la historia de la traducción en Occidente, remarcado por demás por la ducción ínsita en el término traducción), esto es, traducción en el sentido corriente o más convencional del término, transferencia edípica incluida,

des(em)plazamiento, digo, entre esa traducción y otra,

traducción en otro sentido, en un sentido enteramente nuevo tal vez, sentido con todo no asegurado de antemano, oscilante o por venir, por lo cual podría también no venir, donde de entrada la metafísica del signo se habrá vuelto inoperante (la partición tranquila entre significado y significante) y donde, pese a todos los eventuales esfuerzos por transportar la idealidad del sentido o de la cosa, tal transporte permanece abierto al accidente sino a la ruina de la ducción, única posibilidad tal vez (cada vez) para la venida o transferida de un acontecimiento, contacto o co-tocar, a la vez único e imprevisible.

A esta otra traducción (cuyo carácter de traducción permanece con todo, lo subrayamos, abierto) llamámosla por ahora, lo acabamos de oír, transferida (donde hay o habría que oír la ferida de la ferencia o referencia y a la vez la ferida de la herida, la herida en la mortal ferida, indecidiblemente) y/o traspaso, donde habría que oír desde ya acaso una transferida del transpas francés (que no existe), esto es, el pas de trans como el pas au-delà y aun el pas de poème (entre el pas de poème absolu y el pas de poème chaque fois qu'un poème arrive ou il'y en a, trasfiriendo de paso Der Meridian de Paul Celan). Transferida y/o traspaso, digo - ou pas.

¿Por ejemplo? Por ejemplo, Jacques Derrida datando un pasaje de Un ver à soie(c) - Santiago du Chili-Valparaiso, 29 novembre-4 décembre 1995. En tal datación de/sde más de un lugar y más de una fecha, lo remarco apenas al paso, pudiera leerse desde ya una tranferida tan simple como compleja de la sobrevenida extraordinariamente recurrente de un plus d'un foyer tal plus d'une fois hier (es, por demás, y acaso no enteramente de manera gratuita, el único pasaje de Un ver à soie datado explícitamente desde o entre más de un lugar y más de una fecha; es también el único pasaje, volveré sobre esto, donde la datación se expone explícitamente como huella y/o traza). Y es, para mayor abundamiento, acaso tampoco de modo enteramente fortuito, el único pasaje donde la pregunta, el enigma y/o el problema de la traducción es abiertamente abordado, y casi pudiera decirse que tal pasaje no habla sino de traducción y/o traspaso, comenzando por el paso al Nuevo Mundo como a un mundo enteramente nuevo, lo que no deja de marcarse de entrada como événement ("Ce qui vient d'arriver, changement de voix, imprévisible venue de l'autre, c'est cet événement...") y, luego, por contacto, como toucher ("...le feu du Nouveau Monde et toucher terre").

No me es posible reseñar en detalle el conjunto de tal planteo (reenvío pues a tal pasaje); pasaje de un texto, Un ver à soie, que es una lectura o lectoescritura, no nos apresuremos en llamarla desconstructiva (una disminución dice más bien Derrida, un estrechamiento), de, paralelamente, más de un texto o velo: a saber: de Savoir, de su coterránea argelina Hélène Cixous, y a la vez de ese otro velo textual que fuera la "realidad" misma, los azares y encuentros del viaje a partir del cual Un ver à soie [se] da y [se] data. En cualquier caso, con máxima concisión: Derrida remite por de pronto a las traducciones y a la transferencia edípica. "Transfert et traductions de l'homme au sable [el hombre de arena o más bien del saco, traslape desde ya de Der Sandmann, de E. T. Hoffmann, retomado o traducido por S. Freud en Das Unheimiliche], à savoir: un accident peut toujours arriver" (esto es, a pesar de toda la fuerza de la ducción en traducción, en lo que toca a lo que en gracia toca, lo imprevisible - la sobrevenida de un grano de arena o de barro en el ojo - puede cada vez ocurrir). Luego Derrida recordará la concepción tradicional o heredada de traducción: "Dans sa verité reçue, la traduction mise sur [subrayo: apuesta por y a la vez presupone, cuenta con] une verité reçue, une verité stabilisée, ferme et fiable (bebaios [también: salvo, seguro, no sujeto a cambio ni a traducción; y bebaios gê: tierra firme]), la verité d'un sens qui, indemne et inmun, se transmettrait d'une soit-disante langue à l'autre en général, sans voile interposé, sans rien qui tienne ou ne s'efface qui soit essentiel et résiste au passage". Más adelante, el mismo pasaje (y aún con el telón o velo de fondo de la traducción heredada), Derrida mienta y pone en juego lo intraducible y/o extraducible de la "trenza" (de la lengua) francesa, de Savoir como de Un ver à soie y aun allende. Por último, tras un largo rodeo, el viajero llama la atención sobre lo que, en tanto don y/o data/ción, aun pudiendo guardar el nombre de traducción, ya no se deja dominar ni por la figuración ni por la instuición ni el movimiento de la visión o del saber, sino por el tocar singular (l'avoir-lieu) del acontecimiento, como historia de lo/la único/a: l'avoir-lieu de l'événement, l'effectivité singulière de l'"une seule fois" comme histoire de l'unique: la fois, la trace de la date et la date même comme trace (el trazo de la datación y la datación como trazo). Y entremedio, ya no en el cuerpo del Verme sino en un pie o pata de página, siniestra en la edición franca de Galilée: contacto entre poema y economía, entre poema y traducción: apertura a lo que [nos] toca, otro poema: Qu'est-il arrivé? Qu'arrive-t-il? Rien n'est impossible, et la traduction n'est pas exclue, mais [subrayo] il y faut une autre économie, un autre poème.

Un ver à soie, decía, opera un doble estrechamiento; de Savoir, en tanto acontecimiento "literario" si se quiere, y de los alea y contingencias de un datado viaje, tal acontecimiento "real". En tal data/ción, en tal paso y pasaje dado en Santiago de Chile-Valparaíso, 29 de noviembre-4 de diciembre de 1995, ¿qué acontecimiento y/o contacto se diera (para decirlo en traducción) en traducción, esto es, indecidiblemente en traducción y transferida? Más de uno, cómo no, tal repartida vez. Entre otros, muy cerca de aquí, en Huérfanos, en calle Huérfanos, se habrá venido a marcar, con J. Derrida, su nombre o título: Todtnauberg. Título de un poema de Paul Celan (Celan habrá comenzado a ser estrechado sino estrellado de camino al Nuevo Mundo en Un ver à soie), nombre del caserío en las montañas de la Selva Negra donde M. Heidegger había cabaña, esto es, ya en 1967 como en 1995, de memoria, entre Celan y Heidegger - Todtnauberg: título, nombre y/o ley en traducción, para el caso 'Monte de la muerte' o 'Monte de la nave de la muerte' (J. Bollack)(d) y a la vez "él mismo" enteramente nuevovieja transferida, cisurando de paso el cerro, el berg al término, más de un desplazamiento y/o desemplazamiento del antiguo francés Toutenouua (toute neuve: 'enteramente nueva'), que probablemente precelaba ya Celan... A partir de tal viejonueva transferencia (trans-herencia), de tal enteramente viejonueva transferida con J. Derrida tocando tierra en el nuevoviejo mundo, y tal vez, entre Huérfanos y Barroso, hoy, a riesgo, reitero, de meter otra vez y hasta el fondo la pata, para decirlo ya: Celan, lector de Las Casas, lector crítico de Bartolomé de Las Casas, evita expresamente traducir Vernichtung y/o "exterminio" de los judíos en Europa por Vernichtung (M. Gusinde) y/o "exterminio" (D. F. Sarmiento) de los amerindios, pero más de un poema suyo marca, no puedo aquí sino subrayarlo al paso, su co-pertenencia y/o co-implicancia (cf. Wutpilger-Streifzüge, en FADENSONNEN (1968), que a la vez traduce a Las Casas y destraduce una traducción alemana de Las Casas, y Die Rauchschwalbe, en op. cit., donde hay cuestión expresa de un lebenden Inka); co-pertenencia y/o con-tacto para nada simple por demás, en cuya atención me habré demorado en otra parte, en las cercanías de un poema del pampeano Bustriazo Ortíz: Balada arcaica (1972). (e)

Meter la pata, de entrada, un decir. Para llegar a término, para cesurar y/o estrechar ya provisionalmente este pasaje, sólo hubiera de subrayar que la más temprana huella (viejonueva: nueva porque vieja, vieja porque nueva) humana, pre- o antehumana, fenomenalmente atestiguada en lo que hoy llamamos el continente americano, se deja nombrar hoy, al sur de Chile y aun allende aquende: Monteverde. Huella de ¿un/a? infante en el fango, en lo barroso como en lo húmedo de Monteverde (entre Maullín y Puerto Varas), inmemorial metida de pata - en el lodo austral. Acontecer archivado y archivante, dado y da(ta)nte a la vez, ha más de doce mil años: allende y aquende la des/inscripción abrahamánica de la literatura, si hay tal, enlodado vestigo cuya correspondencia, Monteverde, por con-tacto o acontecimiento hoy por hoy [nos] toca - y aún [nos] aguarda.

 

* * * cogollo * * *

 

de lo húmedo, mucho.

alzando toldos junto al estero
entre varios, con amarres
antes del nombre del agua escurriéndose
y de fuegos y de hombres; ¿el nombre
(propio), antes que invención, a coger,
advenimiento que tarda?, ¿nombre,
dios, propio y hombre - fluyendo, confluyendo
por la misma comarca, misma
entreabierta punta de su trama? presagio
de nombres, antes de aguayos, hundiendo estacas
como patas en el fango. (f)

 

 

(a) Leído en una mesa redonda denominada 'Derrida y el acontecimiento', convocada por Grupo de Investigaciones Fenomenológicas (GIF) de la Universidad Alberto Hurtado, en calle Almirante Barroso 6; Santiago, 25 de mayo del 2007.

(b) MAR PARAGUAYO, W. Bueno, São Paulo, Iluminuras, 1992, con prefacio de N. Perlongher en traducción al portugués (Sopa paraguaia). Habiéndose extraviado momentáneamente el original del prefacio, la edición chilena del libro (Intemperie, Stgo., 2001) incluyó un traslape mío de la susodicha Sopa (el texto en castellano, reencontrado, apareció posteriormente en una edición argentina, B. Aires, Tsé-Tsé, 2005, junto a posfacios de Reynaldo Jiménez, Adrían Cangi y del suscrito, el cual venía ya en la edición a la Intemperie).

(c) Un ver à soie. Points de vue piqués sur l'autre voile; en Derrida, J., & Cixous, H.., VOILES, Paris, Galilée, 1998. (trad. al castellano por Mara Negrón: Un verme de seda. Puntos de vista pespunteados sobre el otro velo; en VELOS, México, S. XXI, 2001). Sobre la colisión homonímica de la expresión Un ver à soie [un ver: un verme o gusano, un verso, un hacia, (un) inverso, etc.; à soie: de seda, a sí o para sí, suyo, etc.] me habré extendido en Petit texte / c'est chez toi que je vis, toi, l'inverse, en rev. Actuel Marx nº 3, Arcis-Lom, Santiago, 2005.

(d) Cf. Paul Celan-Martin Heidegger, le sens d'une rencontre, por Jean Bollack, en rev. Lignes nº 29, París, 1996; hay pasaje a medio transitar al castellano migrante: El monte de la muerte / El sentido de un encuentro entre Celan y Heidegger, en rev. El Espíritu del valle nº 4/5, Santiago, 1998, traslape de Isaac Dentrambasaguas, salvo el poema (de Celan), por quien suscribe.

(e) La flor del exterminio, texto en parte leído en el II Encuentro Quetral, Santa Rosa de La Pampa, Argentina, diciembre de 2006, de un libro cuasi homónimo por venir: LA FLOR DEL EXTÉRMINO.

(f) Pasaje de Monteverde, cotextil en camino, poemaguayo.

 

 

 

 

 

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