Proyecto Patrimonio - 2009 | index | Adolfo Couve | Autores |

 

 

 

 

 


Afán imposible

Por Gonzalo Contreras

 

 

"Landas áridas del secano costero, hierba hirsuta, dando la impresión de que el viento pudiera cambiar a su amaño. Abajo, a distancia, el mar, Cartagena. De sobra es sabido que tiempo atrás, mi ambicioso e iluso ser pactó con el Olimpo y sus dioses anacrónicos que, sin embargo, disponen de una cierta solvencia y disponen de nosotros los artistas". Son las primeras líneas del libro postumo de Adolfo Couve, que lleva un título no menos expresivo: Cuando Pienso en mi Falta de Cabeza, libro que, en su momento, nadie quiso publicar. Couve sí había hecho un pacto con el Olimpo. Un riesgo demasiado alto, pero en su caso, inequívoco. Puede uno dudar si los dioses bajan del Olimpo para dar la mano al artista. Pero no era el caso de Couve. Para él, la creación era una tarea de índole distinta a cualquier otra labor terrena. A partir de esa convicción puede comprenderse su método de trabajo, su estilo, tanto en su pintura como en su escritura.

Autor secreto, casi confidencial, alejado de todo ruido mediático se aisló en su casa de Cartagena para terminar una obra singular cuyos signos fueron la medida, la mot juste, el equilibrio, la estructura. Se lo tildó de naturalista, minimalista y también de anacrónico. Ninguno de esos adjetivos le viene bien. Hizo suya la célebre y paradójica frase de Da Vinci: "El arte gana por la contención, sólo la libertad la pierde". Tal vez sí fue un irremediable formalista, un obcecado de la "obra maestra". De ahí su concisión, su economía de recursos, su laconismo. Así como en su pintura podían vislumbrarse los paisajes velados de un Turner, en su escritura es inútil rastrear los énfasis, porque los escabullía como si se trataran de un mal de época. La literatura debía remontarse a esa cualidad apolínea de las primeras frases citadas, a una perfección que no era de aquí, y tal vez de ningún Olimpo posible. Como sea, hizo de su vida un arte. Su suicidio, a poco de acabar su último libro, no deja de ser un signo. Pocos como él llevaron a la práctica su radical postura en cuanto a la búsqueda de una materia artística libre de toda impureza, de toda polución. Por lo mismo, no fueron pocos los que tacharon su escritura de una mera artesanía impenitente y, no sin razón, ya que su obra quedará, sin duda, como un testimonio de un afán imposible.


 

 

 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2009 
A Página Principal
| A Archivo Adolfo Couve | A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Afán imposible.
Por Gonzalo Contreras.
La Tercera Cultura, sábado 1 de marzo de 2008.