La muerte del poeta Pablo Neruda se encuentra aún rodeada de una densa niebla de venenos, gases ponzoñosos y conjuras de todo tipo, y eso a pesar de que los veredictos forenses realizados tras exhumar sus restos ratificaron lo expresado en el certificado de defunción: muerte por cáncer de próstata. Por cierto, hubo siempre preocupación y diligencia por aclarar los hechos, un amoroso cuidado, por parte de su viuda, sus amigos y su partido. Pero ese mismo esmero y esa misma dedicación brillaron por su ausencia a la hora de averiguar quién asesinó en 1977 a Homero Arce, quien fuera por treinta años secretario personal y confidente de nuestro Premio Nobel. Arce era tan cercano al vate de Isla Negra que tenía incluso atribuciones para corregir sus poemas, llevaba consigo las llaves de todas sus casas y trabajó con él hasta el último minuto en la Clínica Santa María recibiendo el dictado de sus memorias.
No son pocos los que ven en el libro Confieso que he vivido la mano experta del poeta y gran sonetista Arce; en esas páginas no se
encuentra —como sugiere Jorge Edwards entre otros— el característico tono y la redacción del poeta de Los versos del capitán. Otros apuntan a la pluma de Volodia, a quien por lo demás se le ha sindicado como propulsor de las falsas memorias del general Prats. Lo cierto es que Arce es apenas nombrado en esos recuerdos nerudianos, cosa por cierto muy sintomática. Bueno, ya la muerte ha pasado su paño húmedo sobre la mesa, y sería todo. Además, Homerito, como lo llamaban todos (en esa tan chilena forma de nombrar que puede ser tan cariñosa como miradora en menos o ambas cosas a la vez), habría tenido, según la investigadora Virginia Vidal, una "desaveniencia" con Matilde Urrutia, quien lo cesó de toda función y lo mandó para su casa.
Lo que sigue viene siendo un misterio ideal para los detectives Heredia o Cayetano Brulé. Las cosas se presentan así: vivía el ex secretario y fino caballero Arce en la calle Última Esperanza, con el gran amor de su vida, Laura Arrué. Salió de su casa a las 10 de la mañana del 2 de febrero de 1977, vestido
con el rigor del antiguo funcionario de Correos que había sido. Su viuda afirma que se dirigía a la Tesorería General, para dejar un formulario donde solicitaba se le descontara un 5% para la Caja de Empleados Públicos. Como vemos, no se trataba de documentos secretos ni de planes del Bloque del Este para invadir Chile. Sin embargo, regresó a las cuatro de la mañana del día siguiente, en estado de total confusión, con los ojos inyectados de sangre, mostrando señales de haber recibido una golpiza descomunal y rogándole a gritos a su mujer que lo defendiera.
Según el escritor Germán Marín, los responsables fueron unos carabineros. Para otros, fue la bestial Dina. Venía agonizando, perdió pronto la conciencia y murió unos días después, el 6 de febrero. A ese enigma se suma la muerte de su viuda, quien unos años más tarde murió quemada viva, a raíz del incendio que arrasó con la casa de Última Esperanza y todo cuanto pudo haber en ella. ¿Qué secreto escondía Homerito? ¿Por qué lo asesinaron? ¿Quiénes fueron los autores de ese crimen?
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Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com ¿Quién mató a Homerito?
Por Antonio Gil
Publicado en Las Últimas Noticias, 1 de diciembre de 2022
