La historia sigue siendo ruda en este segundo libro, la imaginación será una vía de escape y Mihai (su alter ego) está en proceso de transformación. Si bien entre las dos novelas media sólo un año, la voz narrativa es otra, una más adolescente, en “Allegados” el personaje todavía poseía trazos infantiles.
En el primer libro existían dos planos interdimensionales: el mundo de los vivos y el de los muertos, la historia era ficcional, creada por Garrat a través de los dibujos y diálogos de Mihai. El todavía niño dormía en su ataúd (pieza de allegado) durante las noches y en el mundo de los muertos, el vampiro iniciaba sus primeros vuelos fuera de ese espacio reducido.
Ernesto Garrat
La ficción de Mihai, el arte como una vía de escape de la realidad, la forma de sublimar el dolor de casi no ser humano. En cambio, “Casa propia” es un nuevo hábitat, un lugar para dejar atrás la vida de allegado. El vampiro ha encontrado el cementerio, más amplio, y Garrat junto a su madre han hecho realidad el sueño.
En esta segunda novela, hay plena conciencia de la existencia del alter ego, no es la imaginación, es un ende de ojos amarillos que existe al otro lado del espejo. Ambos existen, quieren traspasar el espejo y dejar ver el reflejo de su futuro (pasado). Los dos quieren transformarse en ser humano, seres de primera clase en el caso de Garrat y una nueva estirpe de vampiros que traerán un nuevo orden a la oscuridad reinante.
La casa simboliza un capullo, un envoltorio donde el gusano renacerá como un ser libre, una metáfora potente que se reafirma en esta segunda entrega. En la casa propia ya no es necesaria la transmisión de pensamiento, se puede dialogar a sus anchas e incluso gritar.
Pero la vida de allegado causó estragos en la mente de Garrat. Ha ido a psicólogos y psiquiatras y le han recetado fármacos para contener sus percepciones extrasensoriales.
No son percepciones, en estas páginas nos enteramos del origen de esos “poderes”, el adolescente ahora domina el arte de la levitación y la fuerza de su mirada puede penetrar los pensamientos de las personas.
El mundo de Mihai y el mundo de Garrat son dos galaxias y el espejo es un agujero de gusano. Un delgado vidrio que augura una reunión de esas dos almas que en realidad son dos caras de una misma moneda, el bien y mal viven separados, pero tarde o temprano deberán convivir en esta dimensión.
Las dos existencias conviven con sus parejas, Mihai con Mina, Garrat con Paula. Mina espera un hijo y también Paula está embarazada, aunque el niño no sea de Garrat. Para todo adolescente el sexo es importante, pero ahora vendrá una nueva etapa en vísperas de los nacimientos.
Cambia la visión ante la religión, incluso odio por los curas, el odio en esta etapa de la vida va tomando espesor, no sólo como sobrevivencia, sino que el autor le da residencia, una expresión de clase. En la adolescencia Garrat toma consciencia de la pertenencia a una clase social y también a una raza. Los que están al otro lado del cerco (de otra clase social) ahora serán enemigos, hay una rabia enquistada y la necesidad de surgir dentro de este mundo injusto.
Querrá ser periodista en el futuro y le preocupa el puntaje que obtendrá en la Prueba de Aptitud Académica. Hará facsímiles para ensayar y lograr el objetivo de ingresar a la universidad. El hijo de una empleada doméstica debe luchar contra otras clases sociales que lo miran con desprecio. En “Allegados” fuimos testigos de la carga de maltrato que enquistó este odio parido, la voz de los otros no es tan nítida, pero el odio los transforma en enemigos mortales.
El mundo es un lugar violento. La madre anciana luchó toda su vida y al momento de al fin tener una casa propia, viene la enfermedad, el cáncer a extirparle este breve rato de felicidad.
Es conmovedor el relato de la llegada al nuevo departamento, ese hogar de más de una habitación, el lugar donde pueden ubicar libremente unos rudimentarios muebles para simplemente mirar el exterior.
La importancia de los detalles en esos años donde la pobreza era mayor, que le prestaran una máquina de escribir en esa época donde los menos afortunados escribían sus tareas a mano, esa época donde no todos tuvimos un teléfono en casa, tan distinto a estos años donde ahora hasta el más humilde posee un celular.
En el primer libro, la historia de Mihai avanza rápido, el proceso de conversión en humano ha comenzado (en una lógica de película de supervillano). Hay un homenaje magnífico a esa gran película de Roman Polanski, La danza de los vampiros (1967).
En este segundo libro, la historia de Mihai y Mina es un ensueño, no avanza demasiado en el futuro 4 ni en el 5, pero se va transformando no en una historia del pasado (cine clásico) sino en una moderna historia de terror a la usanza de las películas orientales.
En futuro 5, la historia se oscurece, no es odio, es rabia por la muerte de la amada, una rabia que lo impulsa a traspasar el umbral.
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dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com CASA PROPIA, novela de Ernesto Garrat Viñes
Comentario de Aníbal Ricci