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MUESTRA TEXTUAL:
POESIA CONTEMPORÁNEA DE LOS ANDES,
Región de Coquimbo y Provincia de San Juan.

Selección y notas: Arturo Volantines

 

Este texto de poesía publicado recientemente por el Gobierno de la Región de Coquimbo ya se encuentra agotado. Trae textos de 10 poetas chilenos de la Región de Coquimbo y 10 de poetas argentinos de la Provincia de San Juan. Contiene una presentación del ex intendente, Felipe del Río y un prólogo de Luis Aguilera González. También expone fotografías de los 20 poetas, tomadas in situ por Alberto Castex, que estuvo a cargo de la edición. También participaron en la producción de la obra, las autoridades: Lenka Rivera, Marcela Carreño y Eduardo Peñafor (Argentina).

Se ha seleccionado para esta muestra un texto de cada autor. Los autores participantes de la antología son: Juana Baudoin Madrid, Tristán Altagracia, Samuel Núñez, Arturo Volantines, Ramón Rubina, Oscar Elgueta, Ana Leyton, Rodrigo Durand, Benito Cortés Chacana, Javier del Cerro, Alfia Arredondo, Eduardo Frazeto, Adrián Campillay, Silvina Vinzio, Ricardo Luis Trombino, José Casas, Víctor Nobre, Reyna Domínguez, José Campus y Jorge Leonidas Escudero.

 

CHILE: REGIÓN DE COQUIMBO

JUANA BAUDOIN

No nací para ser nómade

Yo nací para derribar el bosque,
destroncar y levantar en el húmedo suelo,
la madera,
elevar el esqueleto,
y cubrirlo con una piel de tejuelas de alerce.
Calentar mis piezas con la cocina de fierro,
con la llama roja de la luma mojada del río.
Envolver mi cuerpo, en la lana suave de las ovejas.
Equipar mis ojos, por las ventanas,
con ese patio verde nítido,
con la montaña clara…
¡De tanta naturaleza virgen,
de tanto silencio y sombra en las noches!

Yo nací para llegar desde el agua,
después de días de navegación,
con un cargamento de belleza,
y vaciarlo en mi casita de Puerto Cisne,
cebando el mate amargo,
cuando el viento arrecia, y
la lluvia pasa descargando,
¡tanta agua pesada!

O talvez, nací
para levantar con troncos de eucaliptus,
aromadas vigas, frente al lago Lanalhue,
donde la luna aparece más blanca y bella,
donde mi ventanal tiene ojos azules
de cielo estrellado,
y el jardín florece, entre árboles grandes,
que sombrean el musgo.
Es mi casa grande, amplio estar,
estar mirando la tarde que cae,
estar entre muebles gruesos,
y cojines de seda.

 

 

TRISTÁN ALTAGRACIA

Sintonía con el lejano País de la Radio

Cada mirada que robo en la calle -me dijo- el guitarrista
.......... le añade un día a mi vida.
y luego musitando en voz baja entonó
.............. su canción preferida:
.......... "Nunca los celajes del poema. Tampoco los vientos,
.......... concedieron aguas como aquellas lágrimas
.......... que al verlas descalzas contigo
.......... hacia el Edén remaron".
Sepan ustedes: él, es un poeta joven que surge de la calle.
.......... Contento, me confiesa "que la radio es su amiga".
Se siente emparentado no tanto con la música
.............. como con la voz de la radio.
Es una voz sublime -continúa diciéndome- pero, ¡épa!
.......... ¡Cuidado! no hay que confundirla con las voces
............................... que salen de ella.
....................... Este joven poeta -pienso-
....................................... ama
..................... la capacidad que la radio tiene,
para transmitir la ilusión de personas a largas distancias.
............................. Por eso agrega:
.......... "Todas las noches duermo con la radio prendida".
Lo cierto es que él cree, en un Lejano País de la Radio.
.............................. Cree además:
que jamás encontrará ese país
.......... de modo que se conforma sólo con escucharlo.
.................................. Cree
haber sido expulsado del País de la Radio
.......... y que está condenado a rondar eternamente
...................... tras las ondas que cruzan el éter
.............................. a través del espacio.
Se siente condenado a continuar buscando
......................... una emisora mágica
que le devuelva la herencia perdida.
........................ Ahora bien, resulta que ese joven poeta
........................ padece de esquizofrenia y él es además:
.......................................... mi hijo
a quién le digo que un día de estos
.......... nos veremos nosotros mismos
............................ embellecidos por la música.
Cuando vayamos amaneciendo para siempre
................ en el cielo inmenso
del mágico y Lejano País de la Radio.
¿Cuándo sucederá? -me dice- parando la oreja
Le digo: cuando tú y yo seamos soñados por la luz
.......... que viene aún viajando
.......... desde las estrellas de Mataró.
............... Pero no logro convencerlo
Eso nunca pasará -me replica-.
...... Luego rascándose la cabeza
........................... mira el cielo y me sentencia:
......No te equivoques poeta
.......Eso será más arriba de las estrellas nuevas
............. Las estrellas del País del Dolor
.......... y sólo podrá ocurrir
............. cuando ya no haya nadie
............. con quien poder hablar sobre la Tierra.

 

 

SAMUEL NÚÑEZ

Departamento "D"

Si un día nos encontramos
ya tendidos en aquel cuarto
arrendado por unas horas
espacio de reo
tomar aire
volver a la realidad
el sacarte la panty negra
volver a calentarse con amor
encender la radio y el cuerpo
"reflexión of life"
que tanto nos gusta
acabar con la mierda del mundo
abrocharse los cordones de los zapatos
& subirse a un próximo sueño
sin ti es terrible.

 

 

ARTURO VOLANTINES

Lo que la tierra echa a volar en pájaros 15.-

Me refugio en tu monte,
como niño huérfano frente a los astros,
o aquel de La Edad de la Ira de Guayasamín.
Y cuando el sol relincha arriba de los cogollos,
aleteo como el Cristo de Elqui en sábanas de tu pubis
y leo boleros que dejan los tordos en hojas del bosque.
Me dice la Mistral: "la cordillera no necesita sombrero".
Me envuelvo en tus faldeos: enhebro mi osamenta en ti;
no así el Reichstag sino un satélite en la casa de Asterión,
sino una lavandera inclinada en el overol tiznado de la nube.
Y cuando Copiapó resuella mansamente me baño en tu ombligo,
así el alba al día o la fruta al árbol o la boca a tus olas oscuras.
Desde el acordeón del viento inflamo carbones de tus pezones
y me sitúo como cordero magallánico en nylon de las pampas.
Siéntate, le dije, Llano triste: tus nietos están sepultando
a la revolución cartesiana: "Adiós a la bandera roja".
Del cielo me veo: soy una sola cordillera contigo,
con tus tesoros donde cantan nuestros dientes,
como el sábado de campanas en la catedral
de la Candelaria. Y vuelvo a tu set fílmico
así un trompo ronroneando en álbum sepia,
así Andrómeda adueñada del flash nocturno.
Y cuando el chonchón se duerma en tu piel;
trasquilado por la araña de Doña Bárbara,
me vuelvo greda en tu regazo: me hago
vasija en tu vientre; pulpa y palomo.
Me crecen raíces y salgo al aire
desde tu cuerpo: de esa luz
alimentamos al mundo.

 

 

RAMÓN RUBINA

Cine de barrio

Cuando los muertos van al cine
No llueve en París
Y la sala se llena de moscas.
Los muertos no se toman de la mano
Pero lloran,
Cae sal de las nubes
Y los perros se convierten en paraguas.
Humphrey Bogart,
El Gordo y el Flaco
Se dan una vuelta de cordero
Y nada sucede.
Una anciana defeca alegremente
Para que pueda salir la luna,
La noche se llena de melones eternos.
Cada butaca es una sepultura,
Los muertos vuelan por el techo,
De sus intestinos caen árboles;
Pasa una manada de elefantes.
Dios prosigue la película,
Sucede como un tren con zapatos;
Se escucha un redoble de gusanos.
Al final el cine estalla
Y se enciende una lámpara de sangre.

 

 

OSCAR ELGUETA

Pollock

La línea parece entrar de pronto
el color que pasa del naranja al marfil
y dibujos
y paño abierto
y música subterránea el pincel
Munber 3 tiger
Composition with pouring 11-1943
Jackson Pollock el gesto o la pintura
el objeto que alumbra y deslumbra
" yo soy la naturaleza "
el emigrante alemán aquí vivió
la casa del frente parece venirse abajo
de cuya muerte sólo él lo sabrá
Paisaje urbano
el rito
el cigarro
la fotografía y la estatua
vacilante la lluvia que te moja
Easter and Totem 1953
el epígrafe que sale de los labios
y el urinario como única firma
de Marcel Duchamp y su juego de ajedrez
Pollock trabaja en una de sus obras
su esposa lo mira desde la otra pieza
lejos están los días de Wyoning
la pintura de los indios en la arena
la piel curtida por el sol
lejos están los días de esa tierra
Miro el lienzo y veo el grabado del mundo.

 

 

ANA LEYTON

EPIDAGUERROTIPOS:
Pequeños escritos fotográficos

EDG NUEVE

I
El mundo gira en cuadrado y no en redondo
Me tinca que por eso estoy perdida,
Aparte de la vuelta que di de más
Que me dejó contando estrellas ...

II

Parece,
Que me sobró una vuelta
En este girar girando de este vivir viviendo
Me giré girando,
En poemas, en versos...
Estoy extraviada y no puedo encontrarme
por eso se me pusieron los ojos tristes
Y me fui hacia el lado contrario
Siguiendo un verso...

 

 

RODRIGO DURAND

Siete de Agosto
A Eduardo Campos Barra

El invierno se ensaña, llueve en la memoria,
en un bosque lejano, aún crece la madera
que un día fecundó tu guitarra,
proyección de tu cuerpo y de tus alas.

¿Dónde está el instrumento que solo tus manos
volvían casi vivo, casi humano?

La noche apura, hay nieve que recorrer,
nadie sabía que en Agosto de tu nacimiento
el destino ya te había hecho escoger,
entre la canción y un negro presentimiento.

¿Dónde están tus cantos, en qué trinar
cantan tus notas, las aves en el mar?

En el mes gris, séptimo día de sombras,
solo relucen tus ojos llenos de mundo,
luz de esperanza contra las cuencas vacías,
de quienes te mataron. Ay, que crimen inmundo!

¿Dónde partió a sembrar tu querer,
acaso en nuestros pechos que hace florecer?

Desde tu cuna, alma de miel y hiedra,
un hada hizo eterna tu estadía
y esa tarde, tu sonrisa iba y volvía;
aún te espero, junto a tu blanca piedra.

 



BENITO CORTÉS CHACANA

Salomé
a Wilde

Baila para mi, Salomé
soy un pobre viejo rey
sin hígado
Deja caer tus velos sobre mis manos
temblorosas y torpes

Toca mis labios con tu roja lengua
y mis ojos con tus senos
blancos como la luna
que presagian la muerte

Baila Salomé y después
regocíjate
desnúdate Salomé mastúrbate

Que el profeta pierde su color
y su cuerpo de marfil como
una cinta de seda
resbala en tu orgasmo

 

 

JAVIER DEL CERRO

SERPIENTE
CANTO DOS
(Fragmento)

I

Un puerto es la maqueta
sus laberintos escaleras
yodo, luces en la bahía y los cerros

Las prostitutas, sus prendas
bijouterie,

un niño recicla desperdicios.

II

Construida con deshechos,
una mediaguas sostiene
a una pareja de viejos enamorados
de los perros;

-Una calle ciega en el espacio público-

Una postal de la infamia,
en Villa Miseria,
campamento,
fabella.

 

 

 

ARGENTINA: PROVINCIA DE SAN JUAN

 

 

Alfil Arredondo

Llueve

en geografías desconocidas,
cántaros del cielo
perforan incesantemente
mi piel
que te escucha a cada gota
estallada en alma,
alma donde llueve tu imagen,
.....................
lluvia me convoca en tus labios,
.....................
la humedad calma
tu sed desierto de mí
o tal vez ...
te pasa como estos ojos
inundándose de vos,
como a esta mente
destruyendo distancias
......................... desesperadas
......................... impotentes.
Lluvia, puede convocarnos
en relámpago silencioso
bajo poros buscándose,
y lo sabemos...
nos fuimos fundando
entre silencios y rituales de agua.
Hoy llueve demasiado
y tu beso fugaz
resiste
tanta agua por mi cara,
tu barco de papel
resiste
empeñado, en tormenta
de tantos días
que no sabemos cómo,
resiste
se abraza en mis manos
que hoy no quieren
ahogarse solas.

 

 

Eduardo Frazeto

Pedido último para la vida

amigo mío consígueme un cráneo para mis días
amigo mío consígueme un cráneo para mis noches

de modo que despunte pálido
de modo que se vea negro

consígueme alguien que me llore
cuando este de pie
alguien que se ría
cuando este tirado
tráeme también
algo de jengibre
ajo
y nueces

me levanto y palpo .. la articulación final
las coyunturas vencidas .. me veo y me pienso
todas las veces que me puse sobre mí
sobre estas piernas ..y jadeante llevo
la transpiración del llanto ..la ubre del dolor
desconsolada en sí ..mis irreverencias
lo que aprendo a perdonar a cada momento
hasta las puertas de la vida

..............................y me voy hacia ti mujer
................................que forzosamente vistes de blanco
...................................y negro en la bahía
.......................................y me voy hacia a ti
.........................................aunque no me pueda las piernas
...........................................y me voy hacia ti antes que amanezca

amigo mío
consígueme un cráneo para mis días
consígueme una cráneo para mis noches

de modo que despunte muerto
de modo que se vea vivo

.............................y que se quede en mi lugar
................................y con mis cosas
yo me voy
me estoy yendo
..................................hacia la vida.

 

 

 

Adrián Campillay

Livrho

Me atormento de mi propia mentira
hecha de mentiras ciertas, pedazos inútiles,
máquina descompuesta en el tiempo, en el amor, en la sangre,
en vínculos remotos................................................. y por cierto:

túneles subterráneos.

Aunque no hay trenes ........esta ciudad .......parece dormida
por el murmullo dulce y ensordecedor de la tierra agujereada
y nítida, bajo aguas de un mar congelado por el fuego.

Esa voz -que no es una voz, sino movimiento de sonidos
y sombras, o de sonidos en las sombras-, es la voz del cementerio
bajo nuestros pies, el hospital helado o la refrigeración permanente
de la locura. A veces un sonido agudo de golpe desaparece,
como un grito y no llega a ser siquiera
la insinuación de un grito.
Pero el dolor .............................al oír a ese casigrito casigritar
no se compara con el de saber que esa voz -y ahora sí es una voz-,
murmullo ensordecedor.........permanecerá.

De la misma manera pienso
finalidad de la vida
constante invento de la verdad.

El objeto del arte. ..........La finalidad de la vida.

 

 

Silvia Vinzio

Aquí

Automóvil modelo setenta
venido a menos
esquivando carretelas con alfalfa, con escombros,
compro cartón vidrio botella.
Se cargan baterías. Tayer de chapa.
Y mientras un lejanísimo mundo
sube y baja su prisa
por escaleras eléctricas,
aquí escalamos de rodillas
las piedras de la promesa,
y derretimos ríos de sebo
porque sobrevivimos al derrumbe,
a la sed y a la pobreza.
Con las primeras heladas
vamos a carnear nuestro chancho,
el puñal sin error se clavará
en el corazón de la esperanza,
y la sangre a borbotones calentará el asombro
y anunciará cosas nuevas. Humo, escarcha
y licor de anís, bajo las desatadas estrellas.
A la orilla del brasero
seguiremos tejiendo el amor heredado, de lazada en lazada,
de madres bisabuelas a hijas madres para que no se rompa,
para que no se caiga, para que no se corte,
para que no se muera, ni se marchite, ni se agrie,
para que quedemos atadas
en el nudo de la hembra cobija, nido, alimento, pujo,
misericordia y alegría.
Sobando al Cristo del amasijo agachado, blanca, salada
y tibia su frente dormida en un rincón de la cocina.
Marcando a puño el territorio del miedo y la locura
que se cura con nueve avemarías
y vinagre derramado alrededor de la casa.
Queme chalas de ajo con una brasa
los viernes por la tarde y ahúme donde vive
para alejar el daño.

Muriendo nuestras muertes semianalfabetas,
cargando burros con leña
y empeñando la vida
para adquirir un bien de segunda mano.
Vamos a esperar el brote, las pariciones,
la rajadura de los huevos, el turno para regar
los sueños eternos,
el piadoso despertar en septiembre
de las aguas de nieve en el alambrado,
la grieta en la piel de las brevas,
la miel del melón que baja
la fiebre salvaje del verano.
Esperar,
que el viento no se lleve la flor del olivo, del durazno,
el viento y el silencio calientes que todavía
no han terminado de explicarnos quiénes somos,
hondo infinito estas raíces busco, huelo, muerdo,
soy
este tantísimo que me rodea y no lo dejo, ni lo cambio,
lo nazco, lo canto, lo lloro, lo padezco, lo florezco, lo gozo.
Lo bendigo.

 

 

Ricardo Luis Trombino

Opción

Se creyó la vida,
esa de cuadros que pintaban otros,
una acuarela asegurada por muchos,
certeras pinceladas de costumbres.

Pero un día
lluvias intrusas cayeron en los cuadros
y transformaron todo
en tinta para versos.

Le dolió en sí mismo
tanto color que no le contaron.
Entendió que debía elegir,
decidió hacerlo:

En el banco de una plaza sola,
con algunos gorriones curiosos
y un viento suave de tarde distinta...
tomó sus armas
y se mató de poesía.

 

 

José Casas

Soledad Lujan (fragmento)

Y fue por ti que entré en los recintos
de la luz extinguida
y allí vi los cuerpos desnudarse o descarnarse
girando en una danza
que sin fuego, sin amor se consumía.
Y Soledad Luján era tu nombre
cuando te vi bailando
bajo las falsas luces del espectáculo.
Y vi que la noche te tenía aprisionada.
Y las luces y la música
y el espeso humo de los cigarrillos
y el alcohol y los gestos
y los cuerpos que deambulaban
y las palabras
que eran todo, que eran nada,
que eran la noche, esa noche,
esas tiendas que giraban
en torno a la danza.

Y cuando sales a las calles oscuras
los perros sacados devoran aún pedazos
de la noche devorada,
de la noche ahuesada.
Y tú transitas en esa hora
entre cuerpos límites,
entre cuerpos alineados,
entre cuerpos tendidos
como guiñapos de luz inventada.
Y caminas tratando de no tropezar
con los cuerpos,
tratando de arrancar de ti
el humo de los trajes y de las bocas
que gritan en los intersticios
aún sobrevivientes de la oscuridad.

 

 

Víctor Nobre

El navegante y el jaguar
4. Por los sus Ojos lo Reconocerás

Por los sus ojos lo reconocerás.
Por la prisa de sus manos.
Por la su boca dolorida huyendo y atacando.

Íbamos, cantando en el alba fría.
Íbamos, pulsando en aquella cuerda
donde los pájaros,
las voces de los pájaros,
anidan el futuro.

En derredor el páramo.
La piedra explotando en la madrugada.

Por los sus ojos de miramar
la obsidiana recorre la vela
se filtra la luna propicia
se detiene sin viento la nao.

Ese fuego viene de Oriente, dicen.
Navegante y jaguar se miden.
Giran alrededor de la nada,
se buscan la mirada esquiva.
Tampoco el jaguar es de aquí, dicen.

El sol del alba se detiene.
Aquí la guacamaya no canta.
Silban sus anuncios, sin embargo,
cuidando su territorio, los benteveos.
Las manos enzarpadas avanzan,
las espaldas encorvan, los dorsos erizados.
A parado el aire, tras el portal, dicen.

El silencio cae a plomo.
De obsidiana y jade las miradas.
De mariposa y pétalo las garras.
Al paso por la su tenue ribera
muy devagar /vagarosa/ avanza la barca.
Dulces sabores de lunas y tilos
tales, ¡qué otra cosa es alto mar!

Mira asombrado en la era.
Dulces y placenteros hilos
cuanto en derredor su vista abarca.
Se solaza sin a otros llamar.

 

 

Reyna Domínguez

Palabras por qué me has abandonado

Palabra
por qué me has abandonado

Estoy apoyada en una larga pared
una vieja disciplina de esperar misterioso
Palabra, me exceden la pared
y las palabras
me gritan a la cara lo inútil
del oscuro trabajo
de aguardar en vilo
el secreto de la Gran Significación
Palabra, por qué me has abandonado
justo hoy que soy constante
y dejo que sangren las heridas
la sabia mordedura
la quemazón

Palabra, palabra
he sido conforme a tu medida
Estoy sobre la explanada del viento peleador
clavada en las altas ramas
sedienta me consumo a mi misma
a mi mundo
y me tragan los otros con sus mundos
El mundo me devora
son míos los dolores de todos
Mi casa es ancha
la habitan las voces de los hombres
la inundan gran número de ríos
espero tu fuerza conciliadora
Te busco
consuela nuestro sordo
silencio
solo

Palabra, reúnenos.

 



José Campus

Del libro: "Quiero"

........................ La ronda.


...................................... El frío,
............................................... los años
...................... . ... .......... la mancera,
................................ ........... ... ..... los surcos

...................... . ... .........dándole vueltas
...................... . ... .........bailando la ronda.
...................... . ... .........tiene las manos
...................... . ... .........cargadas de callos,
...................... . ... .........los huesos de herrumbre.
...................... . ... .........que no se detenga
...................... . ... .........parecen decirle sus hijos
...................... . ... .........rodeados de hambre.
...................... . ... .........caerán las semillas
...................... . ... .........cantarán los pájaros,
...................... . ... .........habrá una cosecha,
...................... . ... ............................ . ... ............entonces
...................... . ... .........de nuevo la ronda.

 

 

Jorge Leonidas Escudero

El empecinao

Aquí anduvo un tozudo hombre buscando,
en esta altivez de los cerros sanjuaninos,
el fabuloso tesoro que cuentan
era para el rescate del inca Atahualpa: siete
cogotes de guanaco pupudos de oro.

Muchos años vino a buscar tal riqueza
y se le puso la barba blanca de no encontrarla;
pero firme en su idea
no cejaba de llevarla entre ceja y ceja.

Nos hicimos amigos y en mis adentros
lo bauticé El Empecinao, justamente
porque cada vez que me lo topaba en el cerro
me hablaba de su sueño y sonreía feliz.

Pero el verano este ya no vino
y el anterior tampoco.
Sospecho que murió directamente
o algo peor todavía, que se desempecinó,
y al perder la alegría de buscar el tesoro
quedó muerto en vida.

 
 

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Selección y notas: Arturo Volantines.