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El rudo alacrán de doble aliento

Poesía de Marietta Morales

Por Arturo Volantines


La historia de la literatura del Norte está acotada por su heroísmo fundacional. Primero, la resistencia del atacameño al invasor incaico y, luego, las revoluciones y la guerra civil del '79, donde el pueblo de Atacama fue el campo de batalla. Allí aparecen los escritores más notables como Guillermo Matta y Rosario Orrego. A comienzo del siglo siguiente aparecen: Gabriela Mistral, Manuel Magallanes Moure, Víctor Domingo Silva y Carlos Mondaca. Y en la medianidad surgen; entre otros: Sabella y Mario Bahamonde. Luego, en los '70 aparece la revista "Tebaida" y sus poetas: Oliver Welden, Luis Moreno Pozo, Alicia Galaz, Guillermo Deisler, Ariel Santibáñez -detenido desaparecido-, Guillermo Ross-Murray y Miguel Morales Fuentes. Luego, un grupo de poetas, -también llamados del ´80 y otros que vienen de un poco más atrás-; contemporáneos que dan vida y mantienen en cuestión al desconocimiento de esta literatura en el resto del país: Jorge Zambra, Eduardo Díaz, Nelly Lemus, Luis Araya Novoa, Erna Aros, Juan García Ro, Nélida Baros, José Martínez Fernández, Hernán Rivera Letelier, etc.

Marietta Morales es antofagastina; es hija del "tipógrafo huraño" y fundador del Grupo "Tebaida", Miguel Morales Fuentes; es indudablemente una poeta que viene de una cultura literaria y de una familia que está entre los libros. Por ello que en su obra resalta el recorrido por los grandes e inolvidables escritores. Ella ha vivido privilegiadamente cerca de ellos, ya sea en la vecindad o a través de sus obras. Marietta resulta doblemente interesante para la literatura: lo que expresa su obra y el sendero donde se encuentran sus referencias.

"El rudo alacrán de doble aliento" es un viaje por las calles imaginarias y con encuentros imaginarios. Pero lo imaginario suele ser un territorio más de lo real: hacer puente entre lo atacameño y lo universal. Pero también es como una ciudad, donde cada calle puede ser la referencia literaria o vivencial. Indudablemente éste es un texto elegiaco; un homenaje bibliográfico: al ser poeta en el mundo, con guiños a los viajes, al cine, al teatro y a la fotografía.

Resalta entre sus recursos el cambio del hablante lírico, la metamorfosis que suele sufrir en el texto, acomodado por las circunstancias de este canto que expresa no sólo la cultura literaria sino el deseo de cambio y de libertad. Asistimos a ese río callejero que inunda el deseo de vuelo en medio de la tormenta.

En el texto dedicado a Bukowsky, dice: "Esos sabuesos sueñan con/ desenterrar/ los millones de vértebras/ de esas noches en las cantinas/ de los rostros/ ensangrentados/ por el ritual de los/ cuchillos de la reina de los témpanos/ en el fuego del desierto". Indudablemente esta poesía también se las juega en los bares y los lares. Y por ello aparece como necesario un texto dedicado a Jorge Teillier: "Junto al olor del bacalao/ aspiraste el humo de las locomotoras,/ para alcanzar el cielo/ cubierto de espumas de cerveza".

Marietta Morales nos transmite una atmósfera libresca, humosa, fraterna de libertad y deseosa de vida nueva. Su poesía nos convoca a la ritualidad de lo poético y de los poetas. Pareciera ser que ella es el alacrán llevando a los viejos poetas por los senderos que se bifurcan o, desde lo soñado, adentrándose en La Rayuela como una "fláner". Esta poeta alzada -en la primera línea de la poesía más joven(Quisbert, Araos, León, etc.) del norte- es una de las voces más claras en la hora infinita: cuando se consolida una colina de la poesía atacameña al romperse definitivamente como malas olas las literaturas nacionales.

 

Leer más: Cartas Abiertas a Serguei Marietta Morales Rodríguez

 

 

 

 

 

 

 

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