proyecto patrimonio

Carlos Germán Belli
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Canciones y otros poemas de Carlos Germán Belli

por Jaime G. Velázquez Premiá

México, 1982,
52 pp,

...... Son varias las audacias que vuelven atractiva la poesía de Carlos Germán Belli: el creer en un mundo de artificios y habitarlo; el extraer de la tierra las antiguas piedras de aquellas torres desde donde el hombre se midió con lo inalcanzable; el tratar de erigir de nuevo ese observatorio que permitiría alargar los ecos de una poética cuya historia parecía haberse detenido en el neoclasicismo. Audacia el renunciar a una identidad extrema, nueva, formada por los giros de una tradición que cuando huye de sí misma, vuelve para reencontrarse, más adelante, meditando consigo acerca de sus similitudes.

...... Belli sujeta sus poemas a ruinosas y encantadoras paredes; sabe que los secretos que dan pie a sus cantos permanecen resonando en las Academias, privilegio de eruditos. Pero esta última certeza le confiere su primer valor: es legítima su poesía. a pesar de que es una imitación de formas de otras épocas. Valdría decir, de todas las épocas. Más que de una exhumación, se trata de concordancias, de armonías; no de supervivencias sino de algo que sólo puede ocurrir en el arte: la palpable convivencia de tiempos distintos -el pasado es el pre-sente-, por encima del tiempo político -el presente absoluto, que intenta borrar el pasado cuando promete un futuro mejor-. Para Belli ocupar “la cima de la edad” (a los cincuenta años) significa estar “donde al unisono se escucha / o a la par se contempla / lo ido ayer y lo por venir mañana, / como un solo sonido o haz de luz”.

...... “Petrarca sentía lo histórico, volvía la mirada hacia los mundos lejanos, anhelaba toda lontananza -fue el primero que emprendió la ascensión a una montaña alpina-; en rigor, fue un extranjero en su tiempo”. Esta figura que Spengler evoca como ejemplo de una actitud cultural de Occidente, inédita en la Antigüedad, la figura de un coleccionista de manuscritos, monedas y otros remotos objetos, es el modelo que sigue Belli en Canciones y otros poemas. Es la misma mirada y el mismo anhelo. Belli colecciona viejas piedras y nubes, viejas palabras y esferas donde la poesía puede volver a ser canto, con nostalgia de Provenza. El habita un páramo tan reducido como es la idea de esfera: un sólido limitado por una superficie -la totalidad de sus puntos son equidistantes de un punto interior -.

...... En el viejo libro de geometría de Wentworth y Smith, en el que estudiaron mis abuelos, se lee una curiosa aclaración: “La superficie se llama superficie esférica y a veces esfera también”. La parte y el todo. El poeta ve sus imágenes desde la superficie (esférica corteza); anhela ver todo desde la bóveda celeste, otro límite, destino. ¿No son la tierra y el cielo la superficie que limita por dentro la esfera del deseo? Lo de afuera, el espacio externo, es algo ajeno, inalcanzable; en cambio, arriba y abajo son puntos engañosamente cercanos, aparentemente no equidistantes: en ‘la parte transparente de la esfera, entre el cielo y la tierra, es posible el espejismo. El deseo puede salir de su cárcel corporal y volar, alma, entendimiento, ciencia; puede ser un topo que hurga en “los cimientos del orbe” (orbis: circulo, disco, ruedo). El deseo puede inventar un árbol y descifrarlo, asignarle virtudes: “arbolado cráneo” (una imagen: “tallo del saber erecto penetrando la carne de la vida”); tener cerca la ciencia, saber qué es un triángulo equilátero, el espíritu escapando por el falo. Incluso, Belli convierte las alas en tentáculos que repiten el mundo del aire en el seno acuático.

...... Al final, el tiempo ha pasado dentro de un círculo cerrado; una certeza queda: vida o bienes se desvanecen “en la más pura nada”, junto con el deseo. Escapan. Lo inalcanzable, el amor, la ninfa, quizá pertenecen a otra esfera codiciada.

...... En la Egloga III, Garcilaso, el más ilustre descendiente de Petrarca, cantó estas cosas que ahora nos recuerda Belli:

...una ninfa, del agua,
do moraba,
la cabeza sacó y,
el prado ameno vido
de flores
y de sombra l l e n o ...

...... En este paisaje descrito por Garcilaso hay, por ejemplo, cerca del Tajo, sauces y una hiedra “que por el tronco va hasta el altura”. El paisaje de Belli, peruano, tiene “olmo y yedra unidos”. En las Canciones, Garcilaso siente la lejanía de esas otras esferas donde puede estar escondida la ninfa: regiones desiertas, hirvientes o heladas, “allá os iría a buscar, como perdido, / hasta morir a vuestros pies tendido”, escribía Garcilaso. y este lugar, opuesto al allá de suma crudeza que crea la soberbia de la ninfa, es el refugio del poeta, una suerte de paraíso al que ella podría asomarse:

Mirá bien que el amor
se desagrada deso
(de la soberbia),
pues quiere que el amante viva
y se convierta
a do piense salvarse.

...... En el transcurrir “entre la cuna y la tumba” de Belli hay un trastocamiento; el lugar origina un temor esencial: el crudo alrededor (que a su dama le causa indiferencia, a él lo hace ponerse a la defensiva, contra “aquel gusano vil que a la redonda / los pertinentes órganos afina / para engullirse todo”), es una esfera ajena y atroz, presentida, que amenaza el sueño del Edén; es el lugar en el que a veces está preso: cuando la oscura casa es convertida por ella en un luminoso invernadero, él queda en la sombra y ella reina el mundo:

...y todo lo que a la intemperie yace
más allá de tu imperio soberano,
es de la vida deshonor inmenso,
y ruines cosas cuán repudiadas,
porque tus bellos ojos hacia allí
no dirigen sus miradas .

...... Es entonces cuando el poeta abjura del saber: “He aquí que nada sabe y yace inerte”, escribe Belli (Petrarca: “Chiare fresche e dolci acque / ove le belle membra / pose colei che sola a me par donna”; Garcilaso: “La soledad siguiendo, / rendido a mi fortuna, / me voy por los caminos que se ofrecen”). Ezra Pound se adelantó unos años a Spengler confirmando la citada actitud occidental respecto al pasado. Para Pound, “tradición ‘no significa ataduras que nos liguen al pasado: es algo bello que nosotros conservamos”.

...... Yo creo que Carlos Germán Belli ayuda a confirmar la relativa autonomía del arte en la historia del hombre. Si durante el reinado de Felipe ll las imitaciones españolas de Petrarca van disminuyendo y la creación propia aumenta, la voz del italiano persiste hasta el siglo XIX. Algunos críticos han visto a Belli como a un tratadista literario de la sociología; otros lo han juzgado metafísico y creador de símbolos. Mario Vargas Llosa reconoció en él una voz profunda y subversiva. De Belli puede encontrarse en México otro libro: En alabanza del bolo alimenticio (1979). Sus otros libros son inevitablemente inconseguibles: El pie sobre el cuello, de 1967, que recoge cuatro libros, de 1958 a 1964, y Sextinas y otros poemas, de 1970.

 

en Vuelta, 1982


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