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Carmen Berenguer


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Carmen Berenguer:


que nadie se muerda la lengua

Ahí, sentada en lo que fue una cantina de estación de trenes , estuvimos con esta escritora, ensayista y poetisa que hace tres años obtuvo la beca Guggenheim para publicar su quinto libro: "Naciste pintada", una recopilación entre vivencial y profética de mujeres acusadas de crimen. Ni pasionales ni premeditadas, ellas son, al fin y al cabo, las más vulnerables frente al delito.


por Alfredo López Jiménez


 

 

Estrujando unas bolsitas de té supremo para calentar un poquito la noche porteña, Carmen Berenguer mira los cerros y el mar. Si bien es santiaguina de nacimiento, sus padres más de una vez le dijeron que había sido concebida en Valparaíso. En Playa Ancha específicamente. Por eso le gusta lanzar en este lugar su quinto libro: "Naciste pintada".

Subiendo y bajando cerros,ahí, donde antes se tomaban los trenes para ir del puerto a Santiago, Carmen Berenguer llegó a presentar su libro que para la crítica nacional fue considerado, en principio, más que transgresor.

Su mirada literaria mantiene una sola línea: "una que va más allá de una prosa que gravita en torno a los grandes temas universales". Y para encontrar esa línea primero hubo una investigación que ella define simplemente como muchas conversaciones con mujeres que estuvieron detenidas entre los años ochenta y noventa. "Todas con su historia, algunas retenidas por las circunstancias políticas, otras por criminales, en fin, todas ocupando los mismos espacios de la prensa, sobre todo como titulares para diarios sensacionalistas".

Ahí, en cada crónica diaria, Carmen se sentaba a leer esos "pedazos de historia pasionales que -en el fondo- casi respondían a un argumento para el cine o el teatro". A cada rato, entonces, se asomaban esas mujeres tan mal-tratadas por la prensa y después por las leyes, "cuando lo que hicieron fue fundamentalmente hacer justicia con sus manos y tomar las armas para defenderse".

--¿El libro no viene de pronto a justificar a las mujeres criminales; un poco a defenderlas desde el mismo frente: el de la mujer?
...... Aquí no se busca justificar de ningún modo el crimen de la mujer, sino simplemente se describe cómo la ley a veces es muy compleja para algunos casos. Imagínate esa mujer que sufre a diario, que es violentada, que es atropellada, en fin, que es vulnerable... y de repente, esa mujer reacciona y se defiende. Claro, es una criminal, pero hubo todo un preámbulo muy injusto, que tal vez nadie supo, y que al final la convirtió en un ser peligroso.

-- Eso de entender -entonces- que la mujer reacciona, pero nunca premedita.
...... Claro, lo que pasa es que todos creemos que la mujer por naturaleza no es violenta. Pero cuando nos encontramos con un caso, se la condena más.
Pienso, de todas maneras, que la mujer es violenta de otro modo: con la lengua, con las palabras, con lo que dice. Pero muy raramente con golpes.

--Según tus cuestionamientos , la prensa juega un papel bastante condenatorio, sobre todo en el principio...
...... Es que es cosa de leer los diarios: la mujer que comete un crimen o está involucrada en cualquier atropello al orden social, inmediatamente es tratada de fresca, de mala, de fea, de pérfida, de gata, de macha... y a veces ni siquiera existe un testigo que pueda dar fe que esa u otra mujer tiene esas connotaciones.

--Es decir, el hombre, el hombre criminal, nunca tiene adjetivos tan despectivos.
...... Exacto. Cuando se habla de un hombre criminal se dice: el sujeto. Cuando se habla de una mujer, es la malvada, la que se reía en la fila, en fin. El punto es explicar hasta dónde la prensa y en general los medios de comunicación maltratan a la mujer, del mismo modo en que lo hace la publicidad, y que prácticamente utiliza el cuerpo femenino como un objeto.

--La tipificación en estos tiempos parece hacer más llevadero el lenguaje, ¿no?
...... Seguramente. Por eso la prensa está improntada. para todo tiene un prototipo, un cliché, un lugar común. Es muy fácil decir que lo pobre y lo malo estan relacionados. Por eso, cuando ocurre un hecho de sangre en la clase media, o en las clases altas, se provocan tremendos escándolos y eso como que nadie lo puede creer. Pero sí que lo encuentran común y corriente en los sectores más populares.

COLOCARSE LA CARETA

--Su libro se llama "Naciste pintada". ¿pintada en qué sentido?, porque "estar pintado" o "pintada", vaya que tiene significados.
......Es que "nacer pintada" tiene que ver con una condición que leva cada uno. Uno nace pintado para bailar, o para cantar o para lo que sea. O también te dicen ese traje está pintado para tí, esta hecho a tu medida, para nadie más. En definitiva, habla de ciertas predeterminaciones, pero -que al final- también tienen mucho de maquillaje. El libro tiene también una idea de dualidad, de colocarte la careta, en fin de maquillarte.

-- Carmen, usted alguna vez ha estado privada de libertad.
...... ¿Me preguntas si he estado presa?

--Si eso mismo.
...... Sí, un par de horas... me retuvieron para que declarara. Cuando se había declarado la ley de seguridad interior del estado y estábamos en el Parque O´Higgins con otras mujeres hablando en un acto por los derechos humanos. Afortunadamente, en ese tiempo, ya pertenecía a la Sociedad de Escritores de Chile, la que finalmente apeló en mi defensa.

--¿Esas secuelas la hacen sentir una escritora marginal? Se lo pregunto, porque hace rato que las mujeres dejaron de ser figuras marginales de la literatura.
...... Creo en realidad que queda muy poco de marginal. Porque por una parte existen muchos tipos de miradas femeninas y además se ha desarrollado un mercado bastante grande en torno a la escritura que viene de mujeres. Y existen, por lo mismo, muchos talentos que no son reconocidos ni valorados como corresponde.

--Concluyo, entonces, que hay escritoras y escritoras.
...... Si. Pero lo importante de todo esto es que ya pasaron los tiempos en que la mujer siempre era un ente marginal. Por lo menos existen muchas instancias de la institucionalización de la mujer y del rol que cumplen.

--Miel sobre hojuelas, ¿entonces?
...... Para nada. Las cosas están marchando a favor, pero falta. Por ejemplo en estos últimos diez años, estoy absolutamente segura de que operan más mecanismos censuradores. Sobre todo porque ahora es cuando más los chilenos debemos dialogar. Por ahí tampoco veo mucha libertad.

--Su literatura a cada rato aboga por la libertad, es casi un argumento a priori.
...... Es verdad. Lucho, lloro y grito por la libertad, aunque nunca he pertenecido a ningún grupo muy radical de personas que se reúnan con ese objetivo. Me siento como la mujer cómplice en el sentido de que estoy segura que existen muchas otras mujeres que deben estar en mi mismo frente. Y con ellas, claro, estoy conectada.

--¿Cuando la mujer entonces comienza a ser objeto de discordia?
...... Cuando se para enfrente de algo que le disgusta y responde; o simplemente cuando hace algo que la identifica y la hace notarse; o cuando crea un mundo nuevo y logra accionar cosas que interfieren colectivamente.

--Pero también una mujer puede ser objeto de discordia e incluso de disputa entre hombres.
...... Claro, aunque ahí el problema no es de la mujer, sino de los hombres que empiezan a vernos como meros objetos de deseo y después de posesión. Eso es: todo se reduce a la mezquindad de la posesión. Y yo soy bien poco sumisa.

 

en El Diario Austral, Temuco, 18 junio 2000


 

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