Hablar de la ecfrástica en literatura es también una aproximación a los dispositivos de lo tradicional y de la distancia. Aún estando bajo el rótulo original de una forma de descripción, la écfrasis se ayuda de tiempo, historia y de las distintas edificaciones del lenguaje, para acabar tomando aquella forma retórica que sostiene el puente entre soportes de distintas energías (en el sentido físico): el nombre para todas esas literaturas germinadas a partir o en relación con alguna pieza de arte visual, sea ésta real o imaginada. En su mini ensayo ‘el psicoanálisis no tiene nada que enseñarle al arte’, Aránguiz señala como una de las dimensiones fundantes del arte, y en particular de la literatura, su característica de insondable, donde el sentido no descansa necesariamente en un ocultamiento a resolver, sino en su cualidad de inagotable: su capacidad de resonar, de afectar, de abrir preguntas sin cerrarlas.

Sebastián Alvarado
La Ekfrasis con K que nos presenta Sebastián Alvarado pareciera resumir en su título un punto de encuentro entre pretérito y presente-futuro. Sus poemas ecfrásticos tienen como materia primera un colectivo de filmes (que recordemos no son otra cosa sino montajes de fotografías en aceleración) y otras obras de arte visual, que reunidos parecieran sostener un eco de radar abriéndose paso a través de esa profundidad insondable y afectada del lenguaje. Si bien cada pieza de texto lleva la titularidad de una obra respectiva, la lectura de Ekfrasis dista de una reversión poética en clave sección de TV guía o de una curatoría de criterion collection. Pienso en el colectivo de poemas como el mapa picto-biográfico de su autor, a través del cual se evidencia un leitmotiv orientado hacia las dimensiones de la salvación y de la luz. Ese radar en un mapa imposible reporta reiteraciones de baja visibilidad y preguntas por el destino del trayecto, donde el eje pieza-poema sirve como hoja de ruta incompleta, críptica, improbable de entregar mayor nitidez a una pregunta que se plantea persistentemente (con mayor acento en mi opinión en los textos relacionados a películas de Angelopoulos).
Después de leer los poemas ecfrásticos, no podemos volver a ver los cuadros en los que se basan de la misma manera, nos dice Jonnathan Opazo. Todos los textos son autobiografías de sus autores, responde Sergio Mansilla. Pienso que las dos ideas tienen razón. Para adentrarnos en Ekfrasis de Alvarado no es necesario haber visto las obras, los cuadros, filmes. Como toda aproximación a la poesía, el único requisito es una posición que se incline hacia la búsqueda y la pregunta.