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El final del sendero, de Carolina Brown: Amigas entrañables
Por Cristián Brito Villalobos
Periodista y magíster en literatura
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Alguna vez leí que Roberto Bolaño sostenía que existían distintas formas de amistad, donde los amigos más cercanos eran aquellos que dejaban una huella indeleble, los que él llamaba amigos entrañables. En El final del sendero, primera novela de la joven escritora Carolina Brown (1984), se relata la historia de una fuerte amistad entre Simo y Jota, dos jóvenes que se unen como una sola, comparten secretos y están siempre juntas. Son amigas entrañables. La historia relata el gusto que tiene Simo por subir cerros y estar siempre en movimiento, muy inquieta, mientras que Jota es lo completamente opuesto, pero de todas maneras se da el ánimo para acompañar a su amiga, con la que inclusive adoptan un perro que Simo acoge en su hogar llamado Freddy Mercury en homenaje al líder de Queen. El libro se sostiene principalmente en las reflexiones de Simo sobre la vida en general. Si bien este es un recurso presente a lo largo de la obra, no implica un desgaste o reiteración abusiva, por el contrario, le otorga una especial importancia a los mundos interiores de los protagonistas, de Simo en particular, que lleva la voz que cuenta el asunto. La novela por su temática y lenguaje podría suponerse que está especialmente enfocada a lectores jóvenes, sin embargo, la trama que se desarrolla puede llamar la atención de cualquiera. La historia de Simona se sostiene en las relaciones que ha desarrollado a lo largo de su vida por más efímeras que estas sean, con tres mujeres en particular, su madre, Lucy y Jota. Es interesante la expresa distancia que mantiene con su madre, con quien tiene una relación de amor y odio y mucha rabia acumulada especialmente por su abuso del alcohol. Asimismo, se narran breves pasajes de la infancia de la protagonista donde se advierten profundas heridas que se han mantenido en silencio generando un quiebre permanente. Estamos frente a una novela muy bien escrita, detallista, sin dejar cabos sueltos, donde la sicología de los personajes y la descripción de cada uno es muy acertada y permiten al lector adentrarse en los hechos, especialmente en la parte final, de la mano de una pluma atractiva y absorbente. Para ser su primera novela -le precede el libro de cuentos En el agua- Carolina Brown concibe una obra llamativa e inquietante que no dejará indiferente al lector en un debut que augura un fructífero futuro.
