En esta novela la protagonista central es Felisa, joven investigadora del Departamento de Criminología en la universidad con más prestigio del país. Con sólo 25 años, tiene como principal anhelo recobrar su identidad marcada por la violencia y los abusos. Todo comienza en medio de una tormenta en alta mar. Con ese inicio nos adentramos en las aguas agitadas de una novela sicológica donde las pesadillas y la acción están cargadas de una energía y oscuridad evidente. Se trata de un Thriller muy visual, como es la costumbre en cada entrega de Nicolás Poblete, en donde el asunto está estrechamente relacionado a las imágenes. Acá los muertos han logrado sobrevivir, sin mayor explicación, lo han conseguido. Severina es una joven que ha tenido un hijo. Tiene 20 años y está sola. Su propia madre los ha dejado. En recompensa le hereda un restaurante, con lo que debería mantener a su nueva familia. En este contexto, la atmósfera de la cabaña donde vive se va transformando en una suerte de prisión, donde los maullidos de los gatos se mezclan con las telas de araña que atrapan las lágrimas.

Nicolás Poblete Pardo
La casa de las arañas (Cuarto propio, 2025), la nueva novela de Nicolás Poblete, se construye con saltos temporales; de 1974 va a 1994, de dictadura a democracia. Aparece en escena Isa, una mujer común y normal que accidentalmente conoce a una chica de vestimenta extravagante. Ambas se topan en un concierto de música clásica. El aspecto de Max es andrógino y llama la atención alguien vestido así en ese elegante escenario. Ambas se acompañan sin saber la razón. La trama avanza sin pausas. El desenfreno de los años 70. La narrativa de Poblete se caracteriza por urdir tramas que rozan lo irreal, pero que, al mismo tiempo, revelan una vitalidad e imaginario único, en donde cada detalle es importante, y eso se nota en sus entregas anteriores y en esta, una de sus novelas más ambiciosas. El autor logra dar vida a personajes avasalladores, llenos de realidad, donde la maldad y la bondad se describen abiertamente. Se nombra a una casa de piedra en donde se ejecutan torturas, violaciones y se planean desapariciones. Los habitantes del Cajón del Maipo están al tanto. Ellos han escuchado por sus radios a pilas los horarios de restricción que se han impuesto. Las acciones son incesantes, la descripción de las locaciones son nítidas, las anécdotas, las palabras que hieren y los espejos resultan múltiples. La lectura de la novela interpela al lector a escoger su propia interpretación sobre la trama de la obra. Es interesante que acá los lectores poseemos un conocimiento de las acciones más desarrollado que los propios personajes, generando algunos giros realmente inesperados. Hay algo que llama a quien lee y logra atrapar su atención, es como una telaraña de la cual no se puede escapar. El final siempre acecha, y lo sabemos, pero el camino es largo, y recorrerlo a través de la pluma de Poblete es aterrador e irresistible. Existe un imán que nos atrapa como en los mejores thrillers donde hay mucho suspenso y en La casa de las arañas lo maneja con maestría. No es la primera vez que el narrador entrega libros como este. Succión (2023) y Corral (2024) son un ejemplo, donde las atmósferas asfixiantes y los recursos detallistas también están presentes. La prosa del Nicolás Poblete es muy cuidada y los detalles la hacen muy visual. La casa de las arañas ratifica a su autor como uno de los escritores chilenos más prolíferos y con un imaginario único.