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"El espíritu de las leyes". Textos póstumos de Carlos Cerda
Parodia en serio


Por Javier Edwards Renard
Revista de Libros de El Mercurio, viernes 29 de abril de 2005

 


El 19 de octubre se cumplirán cuatro años del fallecimiento de Carlos Cerda. Pasa rápido el tiempo y se extraña la presencia de este escritor de fondo - dramaturgo, narrador, hombre de ideas literarias- que, sin renunciar a la difícil y dolorosa misión de recrear los años de la dictadura militar, evitó caer en el discurso estridente y la mera consigna.

Ahora se publica El Espíritu de las Leyes, libro póstumo que recopila, bajo solemne título que toma prestado de Montesquieu, un conjunto de textos de diversa factura, de lectura autónoma e independiente, escritos en la obsesión y el apuro de los últimos días o recuperados de tiempos anteriores, con la decisión de dejar a la mano todo lo que había escrito, de "hacer obra" hasta el final. Sin embargo, los relatos que se publican de esta manera tienen la ambigüedad que introduce la intervención de los editores en ausencia del autor.

El Espíritu de las Leyes consta de tres partes, a mi modo de ver, distintas y separables, que no constituyen el todo a que alude el "Prólogo" (ficcional) de su primer segmento. Tiendo a pensar que éste es un texto inacabado, parte de una obra ambiciosa que se anuncia interesante y lúdica. Así, las cuatro misteriosas carpetas que en ella se mencionan no tienen que ver con los textos de la segunda parte, "Café Vienés" (breve novela de alta precisión) ni con los de la tercera, "La Utopía del Ciudadano" (seis cuentos de registro diverso). Sin embargo, en la autonomía real de cada uno de ellos lo que cuenta es su relación con la escritura anterior de Carlos Cerda, con su preocupación siempre presente por los temas políticos. Además, en este libro de título pomposo, más que en ningún otro texto del autor, nos encontramos con un acertadísimo uso de la parodia, la ironía, el símbolo y la metáfora, lo que da a sus tres secciones un aire nuevo, humorístico, agudo. En el epígrafe que cita a Montesquieu se alude al orden legal de la naturaleza social con ese ingenuo optimismo del siglo de las luces; aunque el orden, nos dice el escritor, no es más que la convención, el decreto que lo instaura o, en otras palabras, algo que no depende de la estructura debida del ser y evidente a la razón, sino del ejercicio de la voluntad y poder de turno.

Destaca en este libro la micronovela "Café Vienés", donde el autor hace uso de sus conocimientos de dramaturgo para construir una poderosa metáfora de los tiempos de dictadura. En el encierro inevitable de un café, en los horarios restringidos de un país con toque de queda, bajo las instrucciones del dueño del negocio - el señor Trímboli- , suerte de director de teatro y pequeño dictador, se monta, día a día, la representación de una falsa realidad, bajo las retóricas directrices de una estética precisa: "el arte escénico", tal como esa suerte de señor Corales - director del circo, administrador del pan- lo visualiza, en su desesperado e inútil intento por mantener cautiva a su clientela.

Asimismo, en la tercera parte hay relatos irónicos, como "Lecturas", donde bajo los nombres de Marcela Pereira (despiadada crítica literaria) y Teresa Sótero del Río (manipuladora escritora con vocación por el lobby) se caricaturiza la triste realidad de nuestra farándula literaria; y también otros conmovedores como "Huyendo de las Láprabas", breve cuento dedicado a Rodrigo Rojas Denegri y Carmen Gloria Quintana, víctimas de un violento acto criminal, donde el anagrama de "palabras" alude al lenguaje como artilugio del engaño, insecto verbal de cuyo ataque no queda sino huir, aunque de ello resulte el peligro de muerte.

Habría sido interesante saber qué tenía en mente Carlos Cerda cuando comenzó la historia de Danton Aparicio y de Cristina Minerva, la imaginaria secretaria del presidente del Senado que se clausuró el 11 de septiembre de 1973, pero, aun con ese inicio que no llega a ninguna parte, lo que sigue en El Espíritu de las Leyes justifica la publicación de estos textos póstumos que se suman a una obra de primer nivel.

El Espíritu de las Leyes
Carlos Cerda
Alfaguara, Santiago, 2005, 207 páginas.

 

 

 

 

 

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"El espíritu de las leyes", de Carlos Cerda.
Por Javier Edwards Renard.
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viernes 29 de Abril de 2005.