Tal es el renombre internacional de nuestro gran poeta Carlos Germán Belli (Lima, 1927) que su poemario más reciente, titulado "En las hospitalarias estrofas", ha ido apareciendo en partes o adelantos diversos, primero en Colombia (1998), luego en Chile (1999) y, recientemente, en España: Un volumen primorosamente impreso por la Fundación César Manrique de la isla de Lanzarote (2001, 59 pp.).
Añádase a ello que la cima mayor de "En las hospitalarias estrofas", el monumental poema de mil versos "¡Salve, Spes!", a nuestro juicio una de las obras maestras de la poesía hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX, ya dado a conocer en la publicación chilena citada, mereció una edición peruana el 2000, en la selecta colección "El Manantial Oculto" que edita el Rectorado de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Se diría una carrera cumplida por postas, en una red internacional de 'hospitalarias' editoriales. Buen augurio de la recepción ecuménica que debe alcanzar un libro tan notable, digno de figurar entre los mejores de la poesía peruana. Desde su primera entrega ("Poemas",1958) Belli mostró un dominio artístico fuera de la común, plasmando muy pronto (a partir de "¡Oh Hada Cibernética!" 1961) uno de los universos poéticos más originales y consistentes de las letras contemporáneas en lengua española: Personalísima síntesis de las formas poéticas de otrora y la estética "moderna".
En los quince poemas de la edición española de "En las hospitalarias estrofas" podemos hallar
páginas en las que subsiste el Belli de los 60, 70 y comienzos de los 80, con su registro para autorretratarse como torpe versificador, inepto para emular la armonía y el logro expresivo de sus admirados clásicos: "Lo fallido", "Balada del dios Hefesto el cojo" y "Remordimientos por el mal uso de la gaya ciencia, que es el arte de la poesía".
Frente a ello, la mayoría de las composiciones transmiten la dicha de sentirse acogido por estrofas que se dejan moldear deleitablemente: No una "chapucera lira disonante", sino "cuerdas de oro / tañendo... con destreza deleitable" (p. 58). Se declara "hablante contento", satisfecho por sus poemas (pp. 55-59) "un inteligente y feliz viejo" (p.11), "ayer bruto y endeble hoy ciclópeo y erudito"
(p.15). En lugar de la decrepitud, Belli respira una plenitud no conocida, al igual que nunca ha sido más vital y erótico que en los poemas de sus últimos lustros, en particular "Bajo el sol de la medianoche rojo" (1986-1990).
Un poeta del amor y la esperanza (Spes, en latín) y del fruto poético conseguido. Un poeta que ha terminado por no vivir encerrado en su "reino interior", descubriendo la Madre Natura que lo rodea: El "espacio externo" ha dejado de ser "barro deleznable" para revelársele morada de la vida, de "cien mil seres" con impulsos que no duda en calificar de "psíquicos" (p. 53). Delicia de existir y de celebrarlo en estrofas hospitalarias para él y, sin duda, para nosotros, sus agradecidos lectores.
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Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com La meta conseguida
"En las hospitalarias estrofas", de Carlos Germán Belli, 2001
Por Ricardo González Vigil
maestras de la poesía hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX, ya dado a conocer en la publicación chilena citada, mereció una edición peruana el 2000, en la selecta colección "El Manantial Oculto" que edita el Rectorado de la Pontificia Universidad Católica del Perú.