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Nuevos Chamorro -textos.


por Ricardo Chamorro


La rebelión de la flores.

Los humanos insistimos en poner flores dentro de jarrones, en el ojal o en la mano de nuestras amadas. La biología enseña que las flores no son sino el órgano sexual de la planta. Mi temor es que en el futuro la situación se invierta y que las flores, ya hartas, nos corten los testículos para usarlos en sus funerales. Imagino a un clavel armado de un cuchillo, atacando a una muchacha para robarle el clítoris. Luego tiernamente lo pone en el comedor o lo lleva a su enamorada. Una dedicatoria posible será "Estos labios menores para ti, la rosa mas hermosa".

No regale flores, corre el riesgo de que a sus nietos los cultiven.

 

 

El viejo pascuero

El viejo pascuero es igual que Dios porque está en todas partes. Para la pascua uno lo ve materializarse en cada esquina y en eso le gana a Dios, porque este no se materializa nunca. Tiene mucha capacidad para evadirse en situaciones de presión como, por ejemplo, niños diciendo que se comieron toda la comida, se acostaron temprano durante un año y que a cambio quieren una bicicleta. El viejo pascuero es terriblemente friolento. Usa un pesado traje rojo aunque sea verano. Dicen que viene del polo norte, un lugar muy agreste para un anciano. Yo creo que eso le ha enfriado los huesos al extremo de conservar nieves eternas. Ni siquiera el sol tan fuerte de Santiago durante diciembre logra eliminarla.

El viejo pascuero vive rodeado tanto de moscas como de niños. Hay algunas materializaciones que huelen a pipeño, a otras le faltan dientes y, los que aun mantiene, son amarillos y con restos entre ellos; aunque, bueno es decirlo, las materializaciones de los barrios mas acomodados son de aspecto nórdico, limpias y de voces aterciopeladas. Las de los barrios populares son agresivas en ciertas circunstancias, escupen entre niño y niño, pegan rodillazos cuando pierden la paciencia. El viejo pascuero hace todo en una noche, pero es fácil, por eso de multiplicarse uno en cada cuadra. Cuando, en la nochebuena, oigo ruidos en la chimenea se que hay millones en el mundo que sienten ruidos en la chimenea. El viejo pascuero se ríe mucho para que crean que está contento, cuando en realidad sufre terribles depresiones durante el año debido al aislamiento y al terrible destino de vivir en territorio esquimal, rodeado de hielos. Su mujer no lo comprende. Para ella los pastelillos y los renos son todo su mundo. No necesita mas que eso. El viejo, en cambio, necesita cambiar de aire periódicamente. Las salidas de nochebuena no le bastan. No son mas que viajes por razones de trabajo. Mientras la tierra está feliz él se deprime trabajando. Pero ríe por conservar las apariencias.

Los niños pueden usar al viejo pascuero como coartada. Si roban un juguete pueden decir a la mamá. "mami, la pelota me la trajo el viejo pascuero". Es una respuesta convincente aunque la mujer crea haber visto una igual en la casa del vecino. El viejo pascuero lo sabe todo y sabe de estos engaños. Esos niños son automáticamente borrados de la lista mental de los viejos pascueros. Al año siguiente habrá una materialización menos en el mundo.

 

chamorro@esfera.cl

 

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