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Adolfo Couve


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NUESTRO ESCRITOR DE HOY

Adolfo Couve


Es de sobra conocido por las lectoras de Paula. Pintor y escritor, sus ilustraciones aparecen en la revista, sus entrevistas le sirven para desarmar mundos establecidos. Creemos de interés publicar esta crónica del crítico Hernán Díaz Arrieta (Alone), que entrega una visión inteligente y perspicaz de la literatura couvista, mundo nuevo, fundamental enla nueva escritura chilena. Alone, ojo avizor, lo supo en 1970, cuando escribió la crónica que no fue publicada. Hoy la entregamos como una primicia, por gentileza de su autor, quien la hizo llegar a Adolfo Couve.


"En los Desórdenes de Junio"
por Adolfo Couve
(Zig-Zag 1970)

... Uno de los pocos cuentos que en este libro traen el detalle local, donde se nombra con todas sus letras la calle San Diego, se llama "La MUsa de Darío", y esboza el dibujo de dos figuras huidizas. La obrita, muy breve, 60 páginas, se compone de pequeños trozos fugaces, fantásticos, a menudo de intención irónica, señalados por la delicadeza del rasgo y el jugueteo de las imágenes.

...Constantemente hacen recordar algo de alguien, como casi siempre ocurre con las primeras producciones de los jóvenes muy jóvenes.

...Pero ¿quién, cuál?

...En este cuento, si tal puede llamarse, más exactamente en ese título está la hebra del ovillo.

...Así empezó Darío en Chile, así ensayó las alas que tanto debían volar, con ese ánimo despreocupado y curioso, con la misma mirada en que lo real y lo imaginario se mezclan, orientados por una sola intención: darse gusto. Ninguna gravedad, ningún problema. Eso se lo deja a los demás, a los que toman la vida como un drama, a los apasionados y los comprometidos. Esa hora no llega todavía para él ni quiere precipitarla, uniéndose a los que luchan y tiemblan.

...Ya tendrán tiempo de venir los dolores y de arreciar.

..."Por la calle San Diego andaba errabunda y envuelta en velos una musa antigua. Suelen los siglos tener sus musas y así Adelina, célebre en tiempos remotos, no encontraba oídos prestos a escucharle ahora. Y cuando se arrimaba a los poetas modernos éstos desoían su canto argumentando que aquellos requiebros dulzones estaban ya escritos".

...Diriáse una autocrítica, un sarcasmo. El autor habla como podrían hacerlo, en el peor sentido de la palabra, sus críticos, los de Adelina, la pretérita, la anacrónica, obsoleta sombra entre velos de sombra.

...Cuidado. Las cosas de la juventud nunca son tan sencillas. Ojo con la sombra de la sombra que puede reencarnar.

..."Así Adelina desistió de intervenir en este siglo y se dio a vagar por las calles estrechas. Pero este deambulaje sin sentido le duró poco tiempo, al cabo del cual entró para ocupar sus horas al servicio de un taller de zurcido invisible".

...La realidad, si no el realismo, torna a la carga y asoma su perfil, trabada por la fantasía de un zurcido invisible.

...¿Sería nuestro escritor un novelista en cierne?

...Porque es allá donde, tarde o temprano, van a parar las vocaciones indecisas, los temperamentos múltiples, las voluntades que vacilan entre varios géneros, ensayando en esta y en aquella dirección sus fuerzas principiantes.

...Las de Adolfo Couve se anuncian vivaces, promisorias, a ratos de una sorprendente madurez, tanto que se diría un artista fogueado, próximo al refinamiento y ya de vuelta en recursos, malicias y destrezas.

...¿Quién podrá decirlo? ¿Cómo darle un consejo?

...Esto no puede brotar sino del mismo que lo pide, nadie sino él contestará sus preguntas y únicamente se le puede insinuar que las busque ahí, en su interior, en sus aficiones predilectas, en su íntimo placer. Todos los secretos del mundo exterior se encuentran en el recinto interno que los escoge y valoriza, en sus apremiantes voces, en su determinación oculta. Descubrirse, conocerse, realizarse, llegar cada uno a ser quien es. Tarea para la vida de cada cual, trabajo arduo, inagotable empresa y manantial profundo. ¡Y que fuente de curiosidades! Nunca se acaba de saber.

...Es la novela del novelista y la poesía del poeta, la historia del historiador y el drama del dramaturgo, como los pensamientos del pensador y la crítica del crítico.

...Junto a Adelina, la del zurcido invisible, numerosos y distintos embriones de personajes se acumulan bajo ese vago y caprichosos título "En los Desórdenes de Junio"; un viejo hugonote arribado a Valparaíso en 1850; el Gobernador colonial Meneses, ese demonio; Juansa de Leona, madre soltera; un pirata en acción armada; un Ministro de Estado; un incrédulo que recita su breviario, un célebre profesor y hombre de letras, un rey de leyenda, ninguno tratado al modo naturalista o en plano de simple realidad, todos medio entrevistos, medio soñados, coherentes, verosímiles, increíbles y significativos; en suma, una danza de temas, un carnaval de escenografía abigarrada, gérmenes, alas, plumas, sinotra pasión que la de ver y contar, a traves de un velo de sonrisas insinuadas con cierto despego, como para indicar que de nada serio se trata, aunque podría ser, aunque podría ocurrir...

...Curioso, bien curioso, pequeño libro revelador de corrientes vagabundas que así podría canalizarse en un sentido único o perderse derramadas al azar sobre una ilimitada superficie.

...¿Quién sabe?

...Es el sigo mismo de la juventud que se busca y aún no se conoce, aunque ya dispone, como Adolfo Couve, de las palabras, las frases, las imágenes.

...................................................................................ALONE

en Revista Paula Nº 208 Santiago 23 de Diciembre de 1975

 

 

 

 

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