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El Club de la Serpiente*

Por Rocío Cerón


Un club, un espacio donde las estéticas se transminan o se disputan. Diálogo, posturas que se comparten y al mismo tiempo la gran zona abisal del individuo. Y qué más grande individualidad que la del poeta. Así, ocho autores se han relacionado para crear El Club de la Serpiente: Wilver Moreno, Rubén Landeo, Raúl Solís, David Jiménez, Frank Turlis, Manuel Vargas, Gino Roldán, Henry Miranda, ocho voces poéticas que, como un juego de serpientes y escaleras, se guiñan entre poemas, suben unos, bajan otros, juegan, sin que ello signifique que las voces se enreden. Porque si algo hay que decir de estos ocho poetas es que cada uno mantiene en este club su particular voz, sus personales obsesiones. Más allá de la amistad y la complicidad algo une a estos poetas, todos han nacido entre los 70 y principios de los 80. Una generación desencantada, "desutopizada", posmo y con una mirada pop pero que al mismo tiempo puede ser honda más no solemne.

Es ese cuerpo, atado a la vida pero condenado a ser desencanto, alimento de lombrices, es, el cuerpo sombra, el cuerpo destruido y destruyéndose en los sonetos de Moreno, donde la palabra eclosiona en la piel y se sabe que en realidad uno mora porque las palabras nos construyen.

En Landeo, se baja a otras casillas, la sierpe agita el cascabel, "serpentea mientras estés vivo" clama el poeta y el viaje se propaga por caminos tan extraños (así la vida, azarosa y contradictoria) como un salto desde el espejo carrolliano de Alicia, pasando por las palabras del capitán Scott para dejar atónito al lector en las manos de un aedo que guarda sus días y noches en preservar la memoria. Hombre que sabe que la palabra es historia, más allá de los sucesos.

Y así seguimos de uno a otro de los paisajes del juego para llegar a Solís, que impaciente se lanza una oda a los Sex Pistols. Desenfunda, recarga y apunta: la reina del rock no es Marianne Faithfull es Hatshepsut, reina egipcia, faraona nocturna. Y así estos poemas recorren el deseo y la muerte, el aire oscuro de un fuego que permite quemarse el corazón en la poesía o en la danza veloz y fatal de Nureyev.

Y el juego apenas comienza, atados por un hilito a la cordura, pasando de un mundo a otro, de la ficción a la realidad, de los referentes culturales a la experiencia personal, este club apenas empieza a desmenuzar sus aristas, apenas comienza a soltar veneno…

Jiménez tienta a la serpiente, dice "No necesitamos nuevas heridas / para entrar en el laberinto" y la primera mujer es una mujer llagada y aún así es la Eva seductora. Poemas potentes de goce aquí se halla habitando la belleza en la caverna.

Bajo las escamas, casillas arriba, a punto del ataque, otra sierpe se encuentra en estado de alerta: Turlis presenta una serie de poemas de fuerza contenida, exactos y aunque aspira a "un suave despertar", su presencia se sabe ácida, en el poema se habita desnudo, aunque esta desnudez sea terrible y desholle la cordura.

Vargas surge desde la suavidad, hay búsqueda del significado del silencio y las caricias: mujeres, sexo, amantes que pasan horas en al cuidado de los crepúsculos. En pleno proceso de muda de piel, en el camino, serpeando, un poema se gesta, reflexión última de la salamandra: "Abra el tiempo sus tiernas panzas, muestre la navaja con que ha sido degollado." Roldán habla, se mueve por la carretera, un road poem donde se deslizan sinuosos los versos, una Lima que tiene un sol imaginario y una sierpe que, sabiéndose perdida encuentra en el mar su morada. Un mundo alucinado donde lo que se indaga es la procesión de los significados.

Llegando casi al momento de fundición del Ouroboros, allí donde la serpiente cósmica se come su propia cola, Miranda pone frente al lector poemas que oscilan entre la mirada naif del amante arrobado y un humor donde la "maldita muñeca" no se deja querer y la noche es bailanta, chicha, lágrimas y risas empaquetadas en el frigo.

Esta logia y sus miembros, esa secta sagrada y cómplice afincada en la amistad, son las serpientes emplumadas que hoy, en este Club han levantado sus armas para morder el mundo. Serpeante bienvenida les damos los lectores y larga vida a sus miembros.

Lima, 5 de septiembre 2007.

 

* El juego al que se alude dentro del texto es al juego de mesa denominado como "Serpientes y escaleras", originalmente es un juego indio denominado moksha-patamu, y desde sus inicios tuvo un objetivo didáctico para transmitir enseñanzas religiosas. Se basa en las enseñanzas de monjes brahmánicos que postulan que el bien y el mal conviven dentro del ser humano (el pap y el punya), y los actos virtuosos representados por las escaleras acortan el viaje del alma, gracias a una serie de encarnaciones hasta que se alcanza la perfección.

 

 


La Serpiente del Club*

Por Miguel Ildefonso


El grupo poético El Club de la Serpiente nació en los albores de este nuevo milenio en las aulas de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es una de las agrupaciones más consolidadas y que ha durado más que sus coetáneos, además que guarda el perfil de una tradición peruana importante, que proviene desde grupos como Hora Zero y La Sagrada Familia, pasando por Kloaca, hasta llegar a Neón y Noble Katerva. En una excelente edición, con textos críticos de José Pancorvo, Ricardo González Vigil, Renato Sandoval y Róger Santiváñez, nos entregan esta selección de sus poemas, en los que demuestran el honesto compromiso asumido con el oficio de la palabra.

Hay un aliento neo-mítico, visionario, trascendentalista, que sale de la serpiente poética al recorrer por el conjunto de estos textos involucrados en un mundo cotidiano pero trasladado, a la vez, a nuevas dimensiones. Sea serpiente del mal, serpiente mutante, o amaru, la poesía del Club lúdico de cronopios se aventura a mirar al pasado desde la medusa posmoderna con versos violantes que nos revelan a una nueva Musa, así como también mira el Apocalipsis del mundo tecnológico de hoy con la llave de los alquimistas. La poesía es, entre otras cosas, ese enganche con lo divino, y su recorrido textual llega hasta los palimpsestos de una lengua tan antigua como el deseo; es decir, la poesía que aquí tenemos se metamorfosea en eras poéticas, trazando un compendio de temas que giran sobre el amor (Obsequio), el éxtasis (Venus Tentada), la ciudad (Lima-City), el silencio (Bendición Solar), el erotismo (Aromas de Tierra fértil), la belleza (El Bellísimo Tadzio), los mitos (Teseo) y el cuerpo (Sombra). La imaginación al Poder de una actitud desencantada, asociada a las traslaciones culturales es uno de los rasgos más marcados en la nueva poesía. La realidad como referente o contexto no basta para que la poesía signifique, la nueva poesía busca resemantizar los viejos símbolos alejándolos de su peso y especificidad, alejándose a la vez del coloquialismo imperante por décadas desde aquellos años del pop y el británico modo de los 60s.

Una nueva sensibilidad poética avizoramos sin estentóreos ni grandilocuencias sino con convicción: "Tadzius, Tadzius, eternal andrógino, tu jamás/ Le sonreirás y harás guiños a la Muerte", declara Raúl Solis. Vemos también este nuevo signo en los versos de Rubén Landeo: "Ayer, presencié una pequeña muerte, una reina murió sobre su aguijón. La marcha fúnebre inició su largo recorrido por caminitos inciertos, por caminitos seguros de vida, cuando no, de incierta desazón." Todo el conjunto demuestra, además, plasticidad en sus figuras y un hábil manejo del ritmo: "Un poema roto/ Una noche oscura/ Una vela riéndose de/ Mi escalofriante desnudez", dice Frank Turlis.

El club de la serpiente, escrito por David Jiménez, Frank Turlis, Gino Roldan, Henry Miranda, Manuel Vargas, Raúl Solis, Rubén Landeo y Wilber Moreno, es una valiosa apuesta por la vitalidad y trascendencia de nuestra poesía. La poesía peruana siempre ha sido una de las mejores en el espectro latinoamericano. Lo que falta es el apoyo de las instituciones tanto públicas como estatales para su difusión; y, aun quizás más urgente, la atención de los escasos críticos literarios que existen. Por eso, hablar de El Club de la Serpiente no sólo es competencia exclusiva del campo de lo poético y literario, sino que además corresponde integrarlo a todo el fenómeno cultural (de resistencia cultural, de vanguardia, de rebeldía) que desde ya hace décadas viene sucediendo en el Perú.


* Ambos textos fueron leídos en la presentación del libro El club de la serpiente
(Hipocampo Editores. Lima: 2007).

 

 

David Jiménez

Crucifixión Serpiente

Observamos el loto desde el abismo
Nuestras manos se acercan a la nube fugitiva
Y se alejan del dios prisionero
Infame sollozo
Rumor del astro en la incandescente pureza
La tormenta de labios decapitados
Desaparece el vuelo del pájaro cegado
Para que la sierpe no se alimente de sus heridas
Eternidad negra en la asfixia negra
La sierpe se arrastra por el desierto de espejos

 

Frank Turlis

Un poema roto
Una noche oscura
Una vela riéndose de
Mi escalofriante desnudez

 

Gino Roldán
Mensaje de la Salamandra

'Hombre de negro
Que tras la puerta
Te escondes
No observes
A la niña
Darse
Las primeras
Caricias.'
.. .. .. .. . -Sobre el campo de rosas el asesino
.. .. .. ... . .. .. .. .. .. . .. .. .. . .. . .. .Se consumó.

 

Henry Miranda
Colores Lilas

Mi cabeza rodando el abismo lentamente
Piensa en ti que me dejas desnudo a tu lado
No conservo la cualidad tierna de la flor
Sólo el deseo negro que toca tu piel
Te desnudo pensando en la catarata
En mis ojos nace el puro dolor
Creces para mí entre las sábanas
Caigo por la sed donde me duelo
Surco tu madrugada redonda
Porque allí es donde llegaron mis piernas
Y tus labios pronuncian la "O"·
Y yo la "A"
Colores lilas nos cubrían la resaca marina

 


Manuel Vargas Trujillo

Liberación Nocturna

Te complaciste transformando
El espejo añorado de los arrecifes
Que doblegaron la resistencia de tu refugio
Profanando lentamente la complicidad de nuestro aliento
Entre suaves gritos y olor a amor.
Exhudo
Por la imprudente agitación
De embriagados seres inmortales
Que ansían poseerse.
Es la humedad de venturosos amantes
Contemplándose en el crepúsculo
De la liberación de su desnudez.

 

Raúl Solís
El Bellísimo Tadzio

.. .. .. .. ."La creación de la belleza y la pureza
.. .. .. .. .Es un acto espiritual…"

.. .. .. .. .Morte a Venecia
.. .. .. .. .(Del filme, 1971)

I
Fabuloso mancebo en Luz,
Hijo alabado del dios-río Cefiso
Y hermano predilecto
De un rizado y adorable Narciso,

Entraste en mi ardiente vida
Dentro de cristales en cuarzos, cuyos
Calcinados ojos sembraban puertas polacas
Al alba, Oh, criatura que tomas la
Mano abierta de tu institutriz inmutable.

Los crepúsculos en belleza de tu
Casta cabellera vaciaron un arrobal
De ternura en mi semblante insolente,
A la piedra tormentosa que aprieta
Sobre mi pecho este destino de escritor
Abandonado por las Neréidas en playas del Amor.

 

Rubén Landeo
Serpentario

Serpentea
Entre
Ciudades
Y
Ríos
Con horrísonos alaridos
Entre la
Vid y el trigo
Por caminos misteriosos
Por mil médanos
Y océanos extintos
Serpentea mientras estés vivo
Un eco:
Lentejuelas y máscaras, fiestas taurinas ante multitud de corazones
Doloridos, millones de torturados, multitud ataviada. Muertos al
Sol, muertos de ira, muertos por nada.

 


Wilber Moreno Tineo
Sombra

Mi sombra
Grande Oscura
Sigue la línea
Ondulante que rodea
La tranquila sensación
De no estar de mi cuerpo
Ella / Así
De grande y maligna
Quiere apoderarse de mí
De la delgada sensación
De estar cómodo
Después de haber
Dormido interminablemente
A la luz de
Mi cuerpo

 

 

 

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