Proyecto Patrimonio - 2004 | index | Diego Muñoz Valenzuela | Autores |





Diego Muñoz Valenzuela
Déjalo ser
FCE, 165 págs.


por Ma
rco Antonio Coloma
en El Periodista, viernes 7 de mayo de 2004



Es muy probable que éste sea el mejor libro de Diego Muñoz Valenzuela. Las obsesiones que rondan su imaginería -y tal como en el resto de sus libros- son en buena parte una permanente actualización de las consecuencias que produjo en una generación completa una dictadura que se encargó de -al menos- hacerles la vida imposible. Esa generación no superaba los veinte años cuando los militares asumieron el poder, vivieron una juventud a salto de mata, con fiestas de toque a toque, y fueron regularmente los protagonistas callejeros de algo que se conoce como resistencia. "Déjalo ser" es una colección de diez cuentos, algunos de los cuales funcionan como una crónica de esos días, evitando con bastante éxito el tono nostálgico que abunda en la obra de otros autores. Se trata de relatos protagonizados por personajes anónimos que de pronto se ven transformados en pequeños héroes (Foto de portada), o que se ven envueltos en aventuras que la militancia y el compromiso de esos años no contemplaba (Yesterday). El aire, en estos relatos ambientados en el pasado, siempre aparece enrarecido y teñido de sospechas.

La otra materia de la que están hechos estos cuentos es más contemporánea, y está concentrada en el retrato de una sociedad que se parece mucho a la nuestra: un cesante que acepta el ridículo disfrazándose de pollo para conseguir algunas monedas (Mirando los pollitos), o un exitoso y viril funcionario que un día descubre y confiesa con cierta ambigüedad que se ha enamorado de la persona equivocada (Déjalo ser).

Muñoz Valenzuela exprime aquí un talento que en algunos de sus libros apareció con más tibieza, como en "Angeles y verdugos", un volumen de micro cuentos que nos propinó hace un par de años. Pero esta colección de relatos es muy distinta. Se trata de una buena oportunidad para darse cuenta que la literatura también se construye a partir de pequeñas dosis de asombro, y en este libro esas dosis son el efecto de la especial perspicacia que tiene Muñoz Valenzuela para describir, por ejemplo, breves gestos con palabras exactas o cierto encanto en los ojos de un personaje dibujado en la página con el talento de un grabador.

En general se trata de cuentos entretenidos. Lo son más aquellos en que el autor se atreve a ensayar un tono distinto al común de los relatos. Lo hace en el cuento Ojos un poco perdidos, donde cuenta la historia de una pareja de amigos -Mónica y Leonardo- que conversan de cualquier cosa sentados en un bar. Desde el principio ambos intuyen que terminarán inevitablemente bajo las sábanas. Por lo mínimo de la anécdota y por la aventura que significa describir a dos personajes que dialogan medio borrachos, este cuento debe estar entre los mejores del volumen.

A veces uno lamenta que ciertos personajes sean descritos casi como una caricatura (Ramsay, por ejemplo, el elegante y exitoso empleado del cuento Déjalo ser, dueño de todas las virtudes), o que el texto acuse cierto descuido fónico ("sonrisa en cierta ocasión propicia", o "me soltó y salté a un lado"), o que el título del libro no sea el mejor (suena a libro de autoayuda). Pero son males menores en un libro que gana por todos lados (aunque para ser exactos faltaría agregar algo más: también es lamentable la foto que la editorial eligió para la portada).

Diego Muñoz Valenzuela le saca punta a su habilidad como narrador, gusta, entretiene, y deja en el seso una cuantas páginas memorables.

Diego Muñoz Valenzuela
Déjalo ser
FCE, 165 págs.

 

* * * *** * * *

 

Déjalo ser
Diego Muñoz Valenzuela. Fondo de Cultura Económica, 2003, 163 páginas.

“Diego Muñoz Valenzuela logra en este libro reconstruir ambientes como un director de cine”, se asegura en la contratapa de “Déjalo ser”, sin que medie explicación alguna sobre lo que el anónimo reseñista quiere decir: ¿un escritor es bueno porque escribe como director de cine?, ¿el autor es un director de cine que -por falta de plata, suponemos- no hace cine sino literatura?, ¿el editor pensó que pintaba bien eso de “director de cine”? En fin, de estos cuentos de Muñoz -conocido, sobre todo, por la novela “Flores para un cyborg”- no hay mucho que decir: nostalgias y devaneos intelectuales varios y una prosa apenas razonable. Nada nuevo, por cierto.

(Las Ultimas Noticias, sábado 3 de abril de 2004)


 

Proyecto Patrimonio— Año 2004
A Página Principal
| A Archivo Diego Muñoz Valenzuela | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: oso301@hotmail.com
Diego Muñoz Valenzuela: Déjalo ser,
por Marco Antonio Coloma,
Fuente: El Periodista, viernes 7 de mayo de 2004.