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Libertades Alucinadas

Por Donsatula


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Con todo su dinero, ya no podrían añadir un manjar a sus festines, ni un eslabón a la muy larga
cadena de sus fornicaciones, ni un lujo más a sus abigarrados palacetes, ni otro matiz al ya barroco tejido
de sus concupiscencias. Y, sin embargo, amontonan todavía ese oro que no les puede comprar ya nada.
Camaradas, ¿no estamos en presencia de una locura risible?
(Leopoldo Marechal, Adán Buenosayres, p. 294)


Poesía Alucinada

La alucinación, según la voz latina “Allucinaris”, es la visión errada, engañada de las cosas. Es esta alucinación la que guía a los grupos de control que nos rigen y que rigen países sin mediar fronteras. Nos instalan una forma de apreciar la realidad sujeta a sus fines. Es tan excelso este mecanismo que no lo podemos filtrar, de otra forma, que no sea creativamente, y así poder situarnos en el universo y en lo que en él acontece.

Si pudiéramos realizar un análisis crítico un tanto Antropológico del sensualismo actual, podríamos darnos cuenta que nuestros sentidos, en general, responden a estímulos venidos de la publicidad y su propaganda. Debe ser una tarea agotadora e infinita, por no decir imposible, explicar a las multitudes que la mayoría de los asuntos del saber popular son implantados “científicamente” en la conciencia pública día tras día mediante mil anuncios publicitarios. Es esta la base de” Las Libertades Alucinadas” aquellas libertades que en apariencia son las “conquistadas por los pueblos”, pero en realidad responden a un positivismo de mercado. “Somos gobernados, nuestras mentes moldeadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas y lo peor es que, mayormente, por hombres o mujeres, de los que nunca hemos oído hablar, más aún, no sabemos si existen o no.”

Alucinamos con reformas, alucinamos con los derechos adquiridos, alucinamos con salvar el planeta, alucinamos con recuperar espacios… lo desdeñable es que lo hacemos sin siquiera degustar conscientemente algún tipo de alucinógeno o enteógeno. Alucinamos por no ser críticos de nuestra propia existencia y responsables de la misma. Se nos vino encima la “Fábrica de las Percepciones”, en palabras de Donsatula : “…alucinamos con Becerros de Oro y sólo encontramos abortos de éste”. Nos recetan y medican y nosotros compramos.

Sin embargo, la cuestión no es tan solo la alucinación en sí misma, sino, saber si somos o no capaces, creativamente, de manejar el sucedido de alucinar, para sanarnos, construirnos. Y siendo un poco ortodoxo, entender y proponer como aprehendemos la capacidad de ser seres alucinados. Si interiorizamos este proceso, pues es un proceso, evocaremos los versos libres.

La Poesía debe ayudarnos en este ejercicio. Nos debe sensibilizar, estimular, Lubricar la capacidad de lograr la Epifanía. Visión mediante la cual vaticinaremos identificando el topos onírico de las cosas.

Si bien es cierto, hay mecanismos que contrarían un proceso liberador como este, también lo es, que al asir el acto poético como un hecho de responsabilidad hacia nosotros mismos y hacia el don de construir artísticamente, podemos iluminar el camino por donde “arenguemos” la palabra poética. Esta incumbencia, por el contrario, se extingue, volviéndose “Libertad Alucinada”, en el momento que permitimos que “los otros” nos moldeen cual arcilla.

Autoexplotacion Poetica

Si permitimos que nos instauren “Libertades Alucinadas” entenderemos el mundo como los “Otros” desean, no como nuestro sentir lo desee; uno de esos anhelos, es cómo y cuándo debemos producir. Según lo que exponía Netchaev en “El Catecismo Revolucionario”, obra escrita por encargo de Bakunin : …”tan sólo con la poderosa presión de las asociaciones de los trabajadores, el capital y los medios de producción caerán en manos de aquellos que producen la riqueza con su propio trabajo”. Esto no escapa al proceso de “producción poética”, ya que éste juega en los círculos de la “vorágine neoliberal”, como cualquier otro movimiento social e inclusive virtual.

Si bien es cierto, la construcción poética, es un mecanismo que de siempre ha permitido al ser humano un intento de comprensión de su entorno, historia y universo, por el cual transita, y que de una u otra forma impulsa una “búsqueda”, ya sea esta de la verdad o del simple entendimiento de las cosas, cierto también es, que el poeta y la poesía, nunca habían afrontado un periodo de la historial en el cual “lo comprendido” no sea entendimiento, sino un opiáceo, que invade las capacidades y voluntades. Es por tanto hoy la labor del poeta y su creación: la poesía, la de visionar vías por las cuales “lo comprendido” sea interiorizado, asimilado al funcionamiento del “tejer” humano. Y para esto es genuinamente necesario desarrollarlo a partir del “ocio”.

Contrario es esto a lo que caracteriza el tiempo al cual asistimos, pues éste está sujeto al “objeto industria” y al “objeto trabajo-cansancio” que de forma directa afectan el cómo y cuándo producimos. Si tomamos el ocio como plataforma de “producción poética”, o mejor dicho, permitir que el “Otium”,tiempo de descanso, pero no de descuido, se presente como un verdadero” chakra indiano”, como un punto de meditación que lleve a la creación, a ser “lo comprendido” y no un mero acto “objeto industria”, sin mediar tregua, iríamos frente a frente en el proceso “construcción-mundo” y no en la corriente inferior de la ola sistemática.

Pese a lo expuesto, los, las, él, la poeta, asimilan vagamente la pertenencia al arte de la escritura en donde el fundamento en sí es el “arte escritural” y no “la cantidad de veces reproducido el manuscrito” o la cantidad de apariciones en público, declamando a lo “porno star” como si fuera el fin último de esta obra titulada “Poesía”.

¡Multitudes, nos Autoexplotamos Poéticamente! Damos ventaja a que “los otros” troquen la “producción poética” equiparándola al “objeto trabajo-cansancio”.

Cierto es que Donsátula no plantea un “modus operandis” para la “producción poética” “sólo sondea, no todo náufrago, dando luz, en donde otros han atollado sus versos” .

Octavio Paz, grafica claramente la sensación narrada con anterioridad:

“[…] Yo me siento sobre todo un poeta. Eso es lo que yo quiero ser. No sé si lo sea. Lo central para mí es la poesía. Pero al mismo tiempo creo que un poeta que escribe poesía todos los días se expone a escribir muchas tonterías. Hay que dejar la poesía para los mejores momentos. La poesía es como el amor […] es una pasión. ¿Qué puede hacer el poeta cuando no escribe poemas? En primer lugar, no hacer nada: sin ocio no hay poesía”. -Octavio Paz, “En el filo del viento”, Pequeña crónica de grandes días (FCE).

 

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Don Satula (Elías Romero). Nacido en el año de 1972, chileno. Ha publicado el libro de poesía UNA PARA LOS MALOS (autoedición) 1999; CHERNOBYL (autoedición y publicado bajo el Heterónimo de Manguera Riffó) 2003; MAFIA DE BARRIO, Editorial EL JUSTO MEDIO, 2011. Es Organizador del encuentro de mujeres poetas titulado ELLAZ, que se realiza en la Población La Victoria y de los encuentros de poesía DESGENERO, POESIA ASALTO, AUTOEXPLOTACIÓN POETICA. Es coorganizador de Santiago Poesía y de sus eventos SANTIAGO 4043 (2013) las lecturas INVADIENDO LA CIUDAD (2014) y las lecturas INFEXION del 2015. Ha sido publicado en antologías, revistas electrónicas y blogs.



 

 

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