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Las Memorias
Santiago, RIL Editores, 1996


Ernesto Guajardo

 



CANCIÓN DE LOS NÁUFRAGOS EN LAS CARRETERAS


el mundo pierde color
se vuelve algo así como el pavimento de las calles
alguien me pavimenta el mundo
y todo es sendero o carretera o camino
pero nunca destino
Rodrigo Lira


Uno

algún día abandonaremos las carreteras,
................................................................ nos decimos
volveremos al hogar

 

 

nos prometemos superar estos estados transitorios
aún cuando elevamos la vista
y ningún vehículo se observa en el horizonte
allá donde la ruta inaugura un vértice entre los cerros

 

hemos sobrevivido ... hemos sobrevivido,
................................................................nos decimos


no ha sido suficiente:


algunos de nosotros han perdido el habla
otros desean extraviar la memoria

/ésta se resiste
nos ocupa
en las noches al amanecer/


la memoria nos inunda
es lo único
que aún impide
nos arrojemos desde los puentes.

 


Dos

estamos solos
hemos sobrevivido
tal vez por lo mismo transitamos en este estado

decidimos
sumergirnos en aquella la gran ciudad
perdernos

caminar caminar caminar
mañana mañana
mañana será otro día
nos lo repetimos
cada cierto tiempo
cada cierta distancia
mientras tanto
ni siquiera los vientos recorren
estos cordones umbilicales de asfalto

estamos solos
sólo la memoria nos acoge
y las carreteras parecen no tener fin.


 

Tres


no nos hemos vuelto a amar de igual modo
...........................desde entonces
cada uno refugiado en el recuerdo más benévolo

nos reconocemos en las ciudades en los puertos
por la manera de buscar el horizonte:

una línea que ayude a comprender.
una extensión al interior del cerebro.

esto ha sido la historia:

curvatura de los hombros
pupilas sin brillo

parecemos fantasmas
lucecitas que se apagan a lo lejos
la mayoría no dice nada de esto
yo me evidencio en el poema
pero el verso también se construye para ocultar:
las palabras tienen una notoria tendencia a la traición

el silencio
tal vez el silencio

pero el silencio se parece demasiado al olvido.


 

Cuatro

en los bordes de las carreteras
agotados
han decidido no moverse

sol

superficie seca de tierra sobre el rostro

no pensaron que estos serían los días
siempre caminaron
dividían las carreteras
los senderos se orientaron según esos pasos
aceite era la superficie sobre el rostro
ninguno de ellos imaginó otra cosa
ahora se contemplan desde el suelo
entre ellos la carretera como una frontera

uno recuerda el primer cuando niño
o la segunda cuando ya jóvenes
ahora saben que todo empieza a ser postrero

de espaldas
los ojos ven / no ven el cielo
nubes
muchas nubes
parece que va a llover.

 


Cinco

aprendimos: no seríamos inmortales.
nuestra juventud una bisagra mal aceitada

/algunos de nosotros se cerraron sobre sí mismos:
no han vuelto a abrirse desde entonces/


nosotros


generación manchada
generación mordida

nadie podrá ahora limpiarnos estas pieles.

 

Seis
(los mantenidos)

sólo la memoria nos sostiene


de tiempo en tiempo alguno desea
la ausencia de los signos vitales
pero en él ella persiste
suave ..... frenética


somos los de los ojos mustios
nubosos
ya no mostramos los dientes
nuestros abrazos de amor son de náufragos.
sólo esperamos que el enemigo nos descubra
y que seamos nosotros los más débiles
pero no nos encuentra
y pareciera que somos más fuertes en esta espera.


ella
la suave la frenética
alimenta estos nuestros pobres organismos
en ella esperamos los días que vendrán

los días de miedo
las noches de furia.

 


Siete

recordar entonces
recordar recordar
recordar para qué

volver a pasar por el corazón, dicen
retornar a los espacios que no serán

nadie cruza dos veces el mismo río
aún cuando parezca serlo, dijo

porque ya nadie podrá ser el mismo desde entonces:
yo soy el que ahora existe
el que no volverá a ser
el que ya no está siendo

así son estas cosas

a veces lo único real que tenemos
pareciera ser la memoria

pero no siempre

no se recuerda todo lo que se desea
no todo lo que se recuerda es lo que fue

así son estas cosas.

 


Ocho

...............................se precipita el cielo.

...............................la lluvia debiera llevarse esta tristeza
................................toda esta
...............................lavarnos
...............................no permitir el avance de más desolaciones
...............................lavarnos


he aquí algo de lo acontecido:

aún no extraviamos la mirada
pero no sabemos hacia dónde dirigirla.

tratamos de no llorar
buscamos entonces entre la noche
un espacio del cielo que no sea lluvia
una superficie que ilumine estos
nuestros valles interiores
cada día más poblados de quebradas
de acantilados


......................................................nuestras ropas pesan más ahora húmedas

 


............................náufragos ... náufragos
........................... náufragos en tierra somos.

 


Nueve

por haber sobrevivido
intentamos huir en las carreteras

no es consuelo:
casas derruidas a los costados
animales muertos en los bordes

nosotros
recién llegados a la raza de caín
agotando las posibilidades
los escapes:

perdernos en los cerros
retornar a la ciudad
concluir los incendios
que alguna vez
fueron nuestra manera de mirar esas calles
perdernos en los cerros

entre la soledad y la violencia

nuestros cuerpos se buscan nuestros cuerpos
se rehuyen

pareciera que no existe tierra
destinada a estos organismos

ah
nosotros los desolados
malheridos
pero no lo suficiente:

recuerdo:
en mi pueblo
crecen flores entre las rocas.

 


Diez
(Mnemósine, madre de las nueve)

la memoria:

arde
ella arde

pero no se consume.

 

 

LAS MEMORIAS
Ernesto Guajardo
RIL Editores, 1996

 

 

 


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Santiago. RIL Editores, 1996.