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Entrevista a Enrique Paredes Bassi:
“Creo que es bueno ver la poesía en cosas que no son poesía”


Por Ernesto González Barnert*

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En esta ocasión, tengo el placer de presentar una conversación con el joven poeta y creador Enrique Paredes Bassi, cuya trayectoria artística y vital nos invita a explorar los caminos de la poesía contemporánea y sus múltiples expresiones. Tuve la suerte de conocerlo como tallerista en el Taller de la Fundación Pablo Neruda 2024, dirigido por Francisco Martinovich, donde quedé atento a su poética y a su libro recién publicado por Editorial Aparte, donde también colabora.

Su poemario, titulado CD Espirituada y editado por la editorial nortina, ha sido destacado por la poeta Gloria Dünkler, quien lo describe así:

“La voz de CD espirituada busca su lugar entre lo rural y lo urbano, entre la carne y el instinto. (...) En esta exploración, Enrique Paredes Bassi encuentra su primera señal al borde del camino: la escritura, un mirador, un catalejo. Allí lo esperan las palabras como fauna rabiosa y un cuaderno donde anota. (...) Este ejercicio poético marca sus primeros hallazgos.”

A mi juicio, CD Espirituada es un artefacto literario que se aparta de las estructuras convencionales para construir un álbum de cacería de imágenes, sentidos y sinsentidos, bajo la música de los días. Su escritura es un ejercicio de desvío: a la normalidad le abre grietas, la subraya con un destacador conceptual, emocional o poético, y la sumerge en una luz ominosa que desenmascara lo que solemos dar por sentado.

Paredes Bassi despliega una mirada atenta a lo cotidiano, pero no desde la complacencia, sino desde la extrañeza. Cada reflexión, cada escena o pensamiento parece descolgarse de la linealidad para sugerir nuevas conexiones, revelando una poética de la inestabilidad apenas sostenida por el “alambrito” de lo emocional o visto, real o imaginado. Lo que sucede no solo es observado, sino reinterpretado con una inquietante escala de grises, donde lo absurdo, lo superfluo y lo significativo coexisten en un delicado equilibrio hasta dar con una estampa de temple por lo general tierno y lo tierno —como dice Anne Colere— debiera ser política.

Escribe desde el filo, allí donde las palabras no solo nombran, sino que también desarticulan. Su prosa es una invitación a mirar de otro modo, a detectar los pliegues de la realidad que solo se revelan cuando se altera el ángulo de visión. CD Espirituada se convierte así en un mapa de exploración, un testimonio de cómo el lenguaje puede ser no solo una herramienta de comprensión, sino también un dispositivo de extrañamiento. Un libro que desafía y nos recuerda que, en la grieta, en los intersticios de la modernidad y en el desconcierto, puede estar la clave para mirar, si no más allá de lo evidente, al menos con mayor profundidad.

Nacido en Los Ángeles, Biobío, y residente en Santiago desde los 13 años, Enrique ha construido un recorrido de búsquedas y transformaciones que lo han llevado desde la música y el dibujo hasta la escritura, la fotografía y la experimentación artística.

A través de esta entrevista, profundizaremos en sus experiencias personales y su desarrollo como poeta. Conversaremos sobre su niñez en el sur de Chile, marcada por la música y los cómics; su adolescencia en Santiago, llena de introspección y descubrimientos; y su posterior inmersión en la poesía y las artes visuales. También abordaremos cómo sus estudios en Literatura Creativa y su trabajo en editoriales han moldeado su voz y su mirada como creador.

Enrique Paredes Bassi es un poeta cuya obra nace del cruce entre lo íntimo y lo colectivo, entre la exploración de su mundo interior y la conexión con las experiencias de otros. Su recorrido artístico, enriquecido por su capacidad de dialogar entre disciplinas y su constante búsqueda espirituada.

—Mencionas que empezaste a escribir poesía a los 15 años, ¿qué fue lo que te llevó a preferir la poesía sobre otros géneros como el cuento?
—Creo que no fue una decisión, ahí hubo una pulsión, una respuesta a lo que estaba percibiendo. Un día pensé o sentí algo que me hizo querer escribir un poema, y lo hice no más, sin planificación. Tampoco tenía la intención de adherirme a una tradición como podría ser la de la poesía chilena. Todos mis primeros poemas los escribí en las notas de mi celular, viajando en auto, en la micro, en la casa de algún amigo. Yo creo que hoy mucha gente está escribiendo poesía de esa manera, quizás sin saberlo, o al menos sin considerarlo de esa manera, como algo que podría dialogar con la escritura poética que después se “oficializa” en revistas, en libros, en lecturas. Hay una especie de instinto en eso. Por ahí, las notas del celular cumplen una función parecida a lo que fue la libreta por mucho tiempo, un medio en el que escribir rápido algo, en el que liberar una ansiedad o sistematizar el pensamiento. La poesía a diferencia del cuento es laxa en ese sentido, su dimensión de origen es más misteriosa, y puede constituirse a partir de pedazos heterogéneos de lenguaje. Este lenguaje viene de todos lados

—¿Recuerdas algún poema o poeta en particular que haya marcado ese periodo inicial?
—Por lo mismo que decía antes, empecé a leer poesía después de empezar a escribirla. Uno de los primeros libros que compré y me quedó dando vueltas fue Variaciones Ornamentales de Ronald Kay. Un poema del libro:

Nada ha cambiado después de su partida
(Como en la fábula los dos jóvenes
Sus dos alazanes y sus dos lirios
Son todos en cierto sentido uno)
La frágil sonrisa sobre la placa sensible
Es prueba suficiente de la eternidad.

—¿Cómo influyeron tus experiencias recorriendo Santiago, escribiendo, fumando y conversando en tu desarrollo creativo?
—Recuerdo con cariño ese tiempo en el que con varias amistades empezamos a experimentar de esta forma. Ahora sé que lo que hacíamos era una especie de situacionismo o flâneur. Íbamos a lugares que no conocíamos, nos volábamos y recorríamos esperando encontrar algo bello o raro, algo que nos provocara. Sacar fotos era central, con el celu pero también con cámara análoga. Al mismo tiempo se compartió en tiempo real la plasticidad en formación de nuestros pensamientos, para bien y para mal… Hay un riesgo ahí, es fácil descuidar la mente en esa búsqueda, llevarla a lugares de los que después vamos a querer devolvernos.

—¿Qué papel jugaron esos amigos que compartían intereses similares en tu crecimiento artístico?
—Su papel hasta hoy es central. Me siento inspirado por mis amigos y amigas. Creo que pueblan lo que hago.

—Has explorado diversas disciplinas como música, fotografía y dibujo. ¿Cómo dialogan estas distintas formas de expresión con tu poesía?—Me gusta pensar que todas estas disciplinas están conectadas y pueden ir formando un imaginario común que en algún punto podría unificarse, hacerse convivir, por ejemplo en una película. Algo que me gusta de la poesía es que es una forma de arte que no requiere de mucho materialmente, con un lápiz y papel ya es suficiente. Con ella se pueden ir sentando las bases de todo lo demás, ir conformando una poética que después se transfiere a la música, al trabajo visual, a todo lo que hagas. Es material crudo y directo, un primer nivel de la creación artística.

—¿Qué buscas transmitir a través de la música que no logras expresar en la escritura, y viceversa?
—La verdad no sé si busco transmitir algo a través del arte. Creo más bien que el arte se transmite a través de nosotros, como un germen cultural, y a veces no se tiene control sobre eso, o es mejor no tenerlo. Pero para responder la pregunta, al menos en este punto me parece que con  la música encuentro una forma de contacto distinta a la de la escritura, aunque igual ambas son artes auditivas, por lo que tienen harto en común. De cualquier forma, creo que para mí la diferencia tiene que ver por un lado con el tipo de experiencia que suscitan, y por otro con cómo nos relacionamos con las tendencias de los tiempos. En mi caso, la escritura, la literatura en su extensión, va más por el lado intelectual y contacta con una sensibilidad anacrónica, hace un enlace con los muertos, desde el presente; es algo menos inmediato, requiere reposo para que cale. La música en cambio es sentimiento e intuición, se conecta rápido.

—¿Cómo fue el proceso de creación de tu primer libro? ¿Qué aprendizajes importantes te dejó?
—Este primer libro fue inesperado, no lo busqué mucho. Podría decirse que existió un poco por defecto. Entonces no fue tan fácil encaminarlo, porque por mi dispersión siempre me encontraba con ganas de irme hacia otra cosa, de seguir adelante con nuevos proyectos. Ahí hubo un primer aprendizaje, el de dejar que el texto repose y volver a él, y después de nuevo, y de nuevo. Extender su proceso de confección. En ese ir y volver empezaron a surgir dudas y realizaciones, también algunas crisis. Me acuerdo que en un punto me cuestioné y pensé algo tipo “por qué chucha estoy escribiendo esto, cuál es el punto”. El proceso del libro me obligó a encontrar respuestas a ese tipo de preguntas, y eso fue muy bueno. De alguna forma tuve que enfrentarme a las fallas propias de mi escritura y de mi parada con la poesía. Terminar pensando en qué mostrarle al mundo, porque supongo que eso es lo que diferencia a un texto inédito de uno publicado. Con este último se saluda al mundo, se hace un contacto más directo con otra humanidad, y las opciones son muchas. Surge una especie de responsabilidad, o bien, una posibilidad de ataque y disrupción. Ojalá haberlo hecho bien, pero en verdad eso no importa realmente, hay que dejar que sea, no más.

—¿Qué proyectos o exploraciones artísticas tienes en mente para el futuro cercano?
—Hay varias cosas. Un proyecto de poesía, los poemas de una profe de lenguaje obsesionada con el medio oriente y la tarea de escritura de poemas que le pide a un curso de quinto básico. Pronto saldrá por una editorial de Rancagua una especie de nouvelle en verso que escribí hace años, una historia media romántica. Y estoy intentando escribir una novela, aunque voy lento. También tengo muchas ganas de escribir ensayos, hay varias ideas armándose en mi cabeza antes de sentarme a escribir.

Por el lado de la música, con mi polola tenemos casi listo un EP de pop experimental o algo así, eso se viene muy luego también.

—Si tuvieras que aconsejar a alguien que recién comienza a escribir poesía, ¿qué le dirías?
—No sé, creo que todas las personas pueden abordar esto de formas distintas. Igual le diría que intente leer harto, y de todo. Que se junte a hablar sobre sus poemas con otras personas, pero que no encierre a la poesía en la poesía, eso pasa harto. Creo que es bueno ver la poesía en cosas que no son poesía, no sé si se entiende: salir a caminar, ir al cine, bailar, conversar estupideces, en todo eso pueden ir encontrándose los versos.

—¿Qué errores o aprendizajes de tu propio recorrido les sugerirías evitar o aprovechar?
—Evitaría atraparme. Es fácil encontrar lo negativo en lo que hacemos, convencerse de que algo está mal. Y puede ser, pero es mejor darle una vuelta, oponer una fuerza y ver qué pasa en ese intercambio, en esa calibración.

–Por último, puedes dejarnos 4 poemas de tu autoría?

 

Poemas de CD ESPIRITUADA

1.

cerro de la ballena
yendo para atrás al revés
y por este pido perdón
ver que alcanzaron las idas y vueltas
de las mandas a la pura tierra

íbamos y volvíamos caminando
con un balde lleno de moras
un deambulante del clima
se bajaba el sombrero al verlas
preguntaba
qué le pasó a mi papá anoche

y seguía dando vueltas
al cerco del hospital
con cuidado a los perros
de la costa salvaje

2.

todo el lugar para nosotros
el cerro ruborizado sobre la capital
un poco más verde de lo acostumbrado
como yo ese día, que consumí más
de lo normal, como alguien
de nuestro grupo cinematográfico
que tenía rosácea. y unas plumas sucias

equivaldrían un regalo fácil; los arbustos
harían una sombra agujereada por el sol.
son esqueletos y esta extensión
un gran potrero, quizás
hasta donde alcancen a ver
los mejores ojos del grupo
que eran los de paloma, yo creo,
nuestra amiga en ese entonces.
no sé si te arrepientes de algo
no sabes la suerte que has tenido

3.

quizás todavía alcanzar a deshacer
una despedida si se cruza en rojo.
pero volver y que las cosas sigan
tal como se habían dejado.
pronto tener que guardar
algunos objetos perdidos
y devolverlos en otras torres,
en otras pausas del fotograma
en los videos del niño adrián;

en otros días de otra semanaque toque salir y subir a la pasarela
iluminada a medias en la principal
para cruzar con los demás usuarios
y las tsumiki de pedigree que quedan
al otro lado de nuestro seúl

4.

mensaje:
corazones de manzana en un botellón
yemas apuntan altocúmulos undulantes
el mercado circular avanza por las tablas
hay harto movimiento en alrededores
de un lugar inaccesible, candado
alambres de púa y afuera se ofrece
comida a precios convenientes

enrollándose con un chal en el muelle
espera que esta lista les sea útil
el día que las nubes empiecen a ventilar
las bodegas, los galpones, las logias
y el resto de la infraestructura.
derivada a un texto largo que se inclina
a la mañana lúcida, escucha la palabra
chinombianos. perro bueno para la pelota:
permítete amar a los gatitos sordos

 

 



*Ernesto González Barnert (Temuco, Chile, 1978) es poeta, gestor cultural y cineasta documentalista. Autor de Playlist, Venado tuerto y Trabajos de luz sobre el agua, entre otros libros, su obra ha sido distinguida con el Premio Pablo Neruda (2018), el Premio Nacional a la Mejor Obra Inédita del Consejo Nacional del Libro y la Lectura de Chile (2014), el Premio Nacional Eduardo Anguita (2009) y el Premio de Honor Pablo Neruda de la Universidad de Valparaíso (2007). Además, ha recibido el Premio de Poesía Infantil de las Bibliotecas de Providencia (2023), la Mención Honorífica en el Concurso Internacional de Poesía Nueva York Poetry Press (2020) y menciones en el Concurso Nacional de Poesía Joven Armando Rubio (2003) y los Juegos Literarios Gabriela Mistral de la Ilustre Municipalidad de Santiago (2005).
Licenciado en Cine Documental por la UAHC y Diplomado en Estética del Cine por la Escuela de Cine de Chile, ha trabajado en la creación y realización ejecutiva de las series de televisión Obturaciones y Letras Migrantes.
Actualmente se desempeña como productor cultural en la Fundación Pablo Neruda, donde impulsa la difusión de la vida y obra del poeta, así como de la poesía hispanoamericana, mediante entrevistas, talleres, encuentros, presentaciones y edición de libros. Reside en Santiago de Chile.




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