Me gustaría agradecer, primero a la autora, Sandra Villanueva Gallardo por la posibilidad de ir tejiendo ideas entre mujeres de México, Argentina y Chile con su libro Transfronterizas imaginarios feministas de América Latina. Sandra me contó que estas ideas partieron cuando estaba estudiando su doctorado, en medio de la pandemia. Y acá quiero pensar también en el tiempo. Digamos que se adelantó a lo que venía inmediatamente después, ahora que la pregunta por el territorio está siendo indispensable y más vigente que nunca.
Un par de años atrás, habíamos vivido con efervescencia poderosos movimientos feministas en Chile y otros países del mundo, aprendimos a experimentar la fuerza del colectivo viendo esas enormes cantidades de mujeres manifestándose.
Cuando pienso territorio, pienso en organismo, pienso en tejido. Hilado de cruces, hebras, pero también tiempos, intersecciones, coincidencias que nos van configurando, pienso en el territorio del cuerpo, las vivencias, los pensamientos, como cadenas de acontecimientos y propósitos.
Sandra Villanueva Gallardo
Para mí territorio es el mundo que compartimos, se mueve con nosotras como una piel o bordado que contiene multitudes y conceptos de lo diverso. Un espacio para crear, más que como algo fijo, la escucha es importante al momento de generar territorio, interpretar, socializar, también veo vacíos, heridas, zonas secas, actualmente veo mujeres cociendo, tejiendo, moviendo los hilos de algo que actúa a contrapelo de las definiciones del poder que tienen los mapas. El territorio que me interpela no es el territorio que definen esos mapas. Pienso en los territorios de las infancias, los mentales, corporales, y como encajamos en el tejido social, como tejido rico, diverso, creativo. ¿Qué pasa con esas infancias? Cómo nos moldea o marca el territorio donde nacemos, a veces, de manera violenta y radical. Niñes naciendo o viviendo en zonas de guerra. Arriba, abajo, poder, explotación, depredación, son conceptos asociados al territorio y sus dificultades hoy.
A mí me interesan esos cruces y desplazamientos, las fugas, yo misma me siento territorio, piel conectora de sectores diversos. Es lo que he hecho, transitar y conectar zonas, posturas, pedazos de telas que hacen cruces con otros pedazos, pienso los territorios de la incomodidad, las migraciones, los desplazamientos forzados y cómo operan los poderes en este gran organismo desigual y de texturas diversas. Mi territorio ideal es amoroso, feminista, horizontal.
Pero, en menos de cinco años, post pandemia COVID, recién iniciándose el 2020 el mundo cambió de manera inimaginable. Hoy, Putin y Trump, tratan de acapararse las riquezas de la tierra, en frente de las narices de millones y millones de seres humanos, en medio de un egoísmo y narcisismo capitalístico nunca antes visto, se acompañan de altos magnates. Para ellos, el dinero lo es todo, y así como está repartido, ese todo no alcanza. Una caricatura de alta peligrosidad se mueve en las pantallas de todo el mundo, dice que quiere comprar una ciudad completa porque le ve potencial, para qué la quieren toda destruida, apuesto, la compro y la convierto en felicidad, asegura, como si estuviera jugando Citypol.
Ahora más que nunca la pregunta por el territorio está siendo indispensable.
¿Es posible pensar imaginarios feministas de América Latina, cómo podemos ir generando otras formas de tejer esos imaginarios? Un año después de terminado este libro, tal vez, lo que siga en el corto plazo, llegue a ser si aún es posible pensar otras formas de habitar el mundo.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com “Transfronterizas imaginarios feministas de América Latina”.
Entrevistas de Sandra Villanueva Gallardo o cómo imaginar formas de habitar el mundo.
Por Eugenia Prado Bassi.