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Ramón Díaz Etérovic

 

.......RAMON DIAZ ETEROVIC:

"HEREDIA ME DOBLÓ LA MANO"


Nadie menos "polilla" que este escritor sólido y sencillo, de frente amplia y ojos pequeños que perforan sus anteojos poto de botella. Luego de recibir el premio "Las dos orillas" en el Salón del Libro de Guijón, conversó con Caras sobre la vida y andanzas de Heredia, el detective escéptico y justiciero que protagoniza la mayoría de sus novelas. También de la galardonada Los Siete Hijos de Simenon.


por MARCIA SCANTLEBURY


En las ferias de vanidades que subyacen en los encuentros literarios, donde los escritores no consagrados se acercan con o sin disimulo a los que ya alcanzaron el olimpo de lectores y críticos y cortejan ansiosos a editores displicentes, el puntarenense Ramón Díaz Etérovic circula silencioso y ajeno a todo afán de protagonismo.

Funcionario del Instituto de Normalización Previsional, INP, Díaz ha ganado más de treinta premios por su obra literaria. Entre ellos el Municipal de Santiago y el del Consejo Nacional del Libro. Y afirma que "como todo chileno" partió muy joven escribiendo poesía, pero hoy, aunque sigue escribiendo poemas, se inclina por la narrativa.

El escritor anota en cuadernos lo que se le pasa por la mente y luego va dando rigurosa estructura literaria a estas ideas en el computador. Es capaz de escribir con partidos de fútbol como música de fondo. Y también con los ruidosos juegos de sus hijos que le cobran a menudo una deuda pendiente: cuentos para niños.

Entre sus relatos más conocidos, todos en la línea de la novela negra, se cuentan Angeles y Solitarios, Correr tras el Viento, Solo en la Oscuridad y Nadie Sabe Más que los Muertos. Mientras Díaz Etérovic fue presidente de la Sociedad de Escritores de Chile escribió dos antologías de autores de su generación: Contando el Cuento y Andar con Cuentos.

En 1985, mientras atendía el stand de la SECH en la Feria del Libro, conoció a su mujer, la abogada y escritora Sonia Gonzalez, y tienen tres hijos: Valentina de 20 años (de su matrimonio anterior), Alonso de Magallanes de 11 y Angeles de 8. Ella confiesa que le fue casi natural enamorarse de este hombre tímido y honesto, más persona que personaje y que "no vendía ninguna pomada". Ramón había terminado su primera historia de Heredia y se la entregó para que la leyera. Ella la despachó en un dos por tres, lo felicitó y lo incitó a seguir ese derrotero. Sin embargo, a diferencia de muchos de los lectores de su marido y aunque reconoce que ambos son románticos, Sonia no encuentra demasiadas similitudes entre éste y el famoso sabueso de sus libros.

Sur y Literatura

Díaz Etérovic nació en Punta Arenas en 1956. Su padre era cocinero en los campamentos de la Empresa Nacional de Petróleo, ENAP, su madre, dueña de casa y tiene dos hermanas mayores. Habla de una infancia feliz "al aire libre, en la calle, en la playa, en los cerros". Y cuenta que su familia lo había pasado bastante mal, "pero yo tuve la suerte de nacer cuando mi padre ya tenía un empleo estable".

Trasluce una emoción sobria cuando habla de su progenitor y cuenta que muy pequeño éste quedó huérfano y tuvo que trabajar como peón en las estancias de la zona. Después comenzó a desempeñarse como ayudante de cocina hata que llegó a ocupar el cargo de cocinero titular.

En casa de los Díaz nunca hubo biblioteca, pero cuando Ramón tenía como diez u once años, una de sus hermanas comenzó a comprar libros que él leía con avidez. En esa época nació su pasión por Jack London, Francisco Coloane, Julio Verne y Emilio Salgari.

En 1974 se trasladó a Santiago para estudiar Ciencias Políticas y aterrizó en una pensión en la cale Lord Cochrane. Aunque añoraba el paisaje sureño, lo capturaron el anonimato y las posibilidades que le ofrecía la gran ciudad. " En Punta Arenas si te veían conversando con una chica en la calle ya te daban por casado. Ah?".

Recuerda que enloqueció con las librerías de libros viejos de San Diego, y con la Feria del Libro, donde hurgueteaba hasta encontrar obras de Cortázar, Vargas Llosa y García Marquez. "Los jueves llegaban al quiosco de la esquina las publicaciones de Quimantú. Yo me mantenía alerta con el billete en la mano. Me sumergía en las revistas Paloma, Onda, Ercilla y, obviamente, me devoraba los libros. El sábado ya tenía todo leído".

En 1975, con otras diez personas -entre estas el poeta Esteban Navarro conel que hasta hoy conserva una gran amistad-, Díaz fundó el taller literario "Extravagario". Sacaron una revista cultural a mimeógrafo de cien ejemplares, Luz Verde para el Arte, que al quinto número fue prohibida.

Al año siguiente ganó su primer concurso literario. "Y cuando llegué a Punta Arenas, un amigo me dijo que quería hacerme una entrevista en la radio Polar. En mi casa nadie sabía que yo escribía, entonces les pedí a todos que ecucharan la emisora a las doce del día. Así se enteraron".

... -¿Cómo reaccionaron cuando se dieron cuenta de que eras escritor?
-Mi papá,que era muy reservado y poco elocuente, no dijo nada. Pero el lunes se levantó muy temprano y a mediodía llegó a la casa con una máquina de escribir. A mí nunca se me ha borrado ese gesto. Sentí que era su manera d decirme lo orgullosos que se sentía y de impulsarme a seguir adelante. El murió en 1980 cuando yo había publicado a mimeógrafo mi primer libro de 200 ejemplares.

... ¿Has recordado a tu padre en alguno de tus escritos?
-
Hablo de él en unos poemas y cuentos, uno de los cuales salió en la antología Honrarás a tu Padre, que sacó Planeta hace tres años.

Díaz conserva intacto el recuerdo de su paisaje original. "Tengo presente el viento, los cielos inmensos, los espacios grandes, la pampa y, sobre todo, la nieve. Me veo abrigado, corriendo y protagonizando batalas campales con pelotas de nieve". Por eso no es casual que sus dos primeros libros publicados sen de poesía lárica y están dedicados a Punta Arenas.

... -¿Hasta dónde lo ha marcado el Etérovic?
-Mucho. Hace tres años visité en Croacia la pequeña isla Brac y fue impresionante llegar a ese lugar tantas veces descrito en mi casa, escuchar la lengua que hablaban mis abuelos, ver como estaban vestidas la mujeres, la forma y disposición de los muebles en las casas: igual que en Punta Arenas.

"Un escritor croata me llevó a la iglesia que quedaba frente a mi hotel y el párroco empezó a revisar libros, documentos, certificados de bautismo y a llamar por teléfono. Al otro día, estaba tomando desayuno y sentí que el cura atravesaba la calle gritando que me tenía una sorpresa. En su oficina me esperaban tres hombres y una mujer mayores. Eran mis tíos directos y uno de ellos era idéntico a otro hermano de mi madre que murió hace unos años en Punta Arenas".

... -¿En qué escenario te gustaría escribir?
-En Tranqui, una isla de Chiloé que visito a menudo y que me regala soledad y silencio.

... -Se dice que Dubrovnik es el sitio más lindo de la tierra...
-No, el más lindo es Punta Arenas.

Hermano Interior

... -¿Qué sentiste al escuchar tu nombre el día de la premiación?
-Sorpresa. Porque ni siquiera sabía que estaba postulando: mi nombre fue presentado por la Editorial LOM, que publicó la novela. Yo estaba a punto de partir para Oviedo y pensaba volver en la noche. Entonces empezaron llamarme al hotel para decirme que era indispensable que me quedara para participar en un programa de radio.

... -¿Te quedaste?
-Claro, pero como el programa nunca se producía empecé a ponerme cachudo. Pero, aun así, yo ... Santo Tomás pa' mis cosas: "Ver para creer". En la tarde me senté atrás, como cualquier hijo de vecino y, cuando escuché mi nombre, sentí como que se me descorría una cortina.

... -¿Piensas que los premios sirven para algo?
-Son estímulos importantes. Yo tengo publicados algunos cuentos en croata, alemán, italiano e inglés y el 20 de agosto de este año la editorial suiza-alemana Diógenes, que está interesada en toda mi obra, lanza dos novelas mías en alemán; sin embargo, el premio que he recibido implica que Los siete hijos de Simenon será publicada en seis países y en seis lenguas diferentes.

... -Lamentaste no haber viajado con Heredia a Gijón? El se merecía compartir tu éxito...
-Claro que me habría gustado que estuviese aquí. Cuando estaba a punto de abordar el avión hacia España, recibí una nota suya donde me decía que se había enterado de que en mí última novela, una vez más, yo contaba algunas historias que él protagonizaba. Sin embargo, agregaba que, aunque le habría gustado acompañarme, a él le incomoda moverse de Santiago y pocas cosas le desagradan tanto como acarrear maletas y poner sus asentaderas en lugares extraños.

...-Después de quince años de complicidad, ¿qué rol tiene en tu vida este antihéroe?
-Creo que es el caso típico del personaje que le dobla la mano a su autor. Porque Heredia ha adquirido una vida propia hasta el punto que últimamente me he topado con periodistas más interesados en sus opiniones que en las mías.

... -¿Y esto no te pone celosos hasta el punto de querer eliminarlo, literalmente , de un plumazo?
-No, y quisiera que llegue a viejito junto conmigo. Siempre le voy dando unos cinco años más de los que tengo. Ahora anda en los cincuenta.
"Cuando escribí la primera novela de la serie, La Ciudad está Triste no imaginé que iba a escribir otras seis con él y a vivir en su compañia tanto tiempo. Pero él se las ha ingeniado para seguir a mi lado hasta convertirse -para decirlo a la manera de Paul Auster- en una suerte de `hermano interior' al cual le debo muchas satisfacciones".

... -Es indudable que tu personaje se ha consolidado como un gran carácter de ficción, pero ¿te parece que ha madurado?
-Indudable. Ha ido creciendo. Al comienzo era demasiado esquemático y ahora le he ido incorporando más vida, más amigos y hasta el gato, Simenon.
Obviamente este felino que circula en las oficinas de Heredia, entre documentos que contienen las claves para detectar al asesino fue bautizado en homenaje al famoso francés George Simenon, padre del famoso comisario Maigret.

... -¿Te pareces a este detective solitario, culto, arrabalero, borrachín, fumador, autocrítico y bohemio que circula por Santiago siempre dispuesto a mantener una larga conversación en torno a una botella de vino o en su vieja oficina?
-Noooo (se ríe). Quizás en el humor negro. Pero yo, si alguna vez viví la bohemia, se trataba de una bohemia diurna en que con Jorge Teillier, Rolando Cardenas y otros nos juntábamos en el bar La Unión Chica.

Burocracia y Literatura

... -¿Cómo funciona una pareja como la tuya en que ambos trabajan en el INP y ambos escriben?
-Muy bien. Llevamos quince años casados y seguimos entreteniéndonos y conversando. Compartimos el computador. Nos leemos y nos criticamos sin concesiones. Pero ella es más exigente porque escribe muy bien. A mí me resulta más difícil corregirla porque cuando leo lo que escribe, en general no le encuentro fallas.

... -Es raro ver a un escritor sumergido en la burocracia...
-Este trabajo es mi cable a tierra y es una experiencia muy valiosa. Trato con gente que no tiene idea de literatura y que jamás me ha leído. Atiendo a viejitos que hacen consultas. Esa es la vida real, la misma en que se mueven mis personajes.

... -¿Compartes aquello de que la popularidad de la novela negra reside en que busca la mugre debajo de las alfombras?
-Efectivamente. Yo, como muchos otros escritores latinoamericanos, comencé mis primeros balbuceos literarios durante la dictadura y pensé que el terror, la injusticia y los abusos que se cometían eran abordables desde la narrativa policial. Desde entonces he pretendido testimoniar estas situaciones a través de este antihéroe armado de una ética y el valor suficientes para no caer en concesiones ni inclinarse frente al poder. Heredia ha punzado en temas sensibles de nuestra realidad social como la represión política, el drama de los detenidos desaparecidos, la guerra sucia, el narcotráfico y el contrabando de armas.

... -Tu nostálgico y cáustico sabueso exhibe una gran dosis de descreimiento y escepticismo...
-Efectivamente. Es un personaje un poco negro, escéptico, un antihéroe. Pero trata de sujetarse con alguna idea de utopía, de solidaridad.

... -¿Cuales son tus planes?
-Terminé otra novela de Heredia, El ojo del alma y comenzaré a escribir una novela medio histórica sobre una revuelta anarquista que hubo en Puerto Natales el año 1919.

 

en revista CARAS, Chile.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

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