Estoy escribiendo como toda la vida. Como el niño viejo, leyendo
hasta enloquecer mientras mis amigos de infancia enloquecen jugando
a la pelota o esperando que aparezca un OVNI en su patio. Ahora son
adultos y enloquecen conduciendo OVNIS dentro de su cerebro y
mirando como otros juegan a la pelota. Otros escriben. Otros no
hacen nada. Otros murieron sin poder despedirme de ellos.
Da lo mismo todo al parecer en este país, además La Constitución no
la respeta nadie. Quedó como invitada de piedra y al parecer hay
algunos que la consideran una obra de la naturaleza, más bien, del
salvajismo de la naturaleza. También consideremos que cualquier
afirmación o conclusión en estos tiempos está no lejos de la verdad,
ni cerca, entonces si todo es así no más no escribamos más, menos
justo cuando nos estamos ahogando y solo queramos hacerlo para dejar algo salvado, unas palabras, palabritas, algo así como una foto
borrosa en el bolsillo de alguna chaqueta.
Alguien, con los años, quemará esa chaqueta (Hedionda a cigarro la
chaqueta, además)
No hablemos más de aquella chaqueta.
La chaqueta azul dirá el poeta Baéz a quién no pasé a ver en mi viaje a
Valparaíso para no tener que mirarme en un espejo tan profundo y
simple. Mi amigo sagrado y poeta sagrado.
Tus vecinos siempre han hablado mal de ti amigo (Está en la pitilla,
dijeron)
Y cuantos habrán hablado mal de mí.
Pero recuerdo que ahora no estoy en el puerto de Valparaíso después
de 12 años de ausencia para hablar de mí.
—Te pido que no hables sobre tu persona al menos cinco minutos... crees que podrás
hacerlo?— me dijo mi amigo Rienzi, elegantemente, que más que amigo
parece que es el padre Alberto Hurtado porque me cuidó en esta
visita como si yo fuese un serio postulante a entrar a un Monasterio
para quedarme encerrado allí para siempre. Y Rienzi igual me
cuidaría en ese Monasterio porque es un amigo de otra vida, otra
Galaxia, otra dimensión.( Me iría a dejar cigarros)
Y de pasadita Rienzi grabó mi disco “Canciones de Melipeuco” y me
invitó a comer dulces chilenos en su casa.

El maestro y amigo, Rienzi Nahuel

Jacobo Grinberg, amigo de Rienzi
Carlos Castaneda, amigo de Faúndez

Fotografía sesión de grabación disco:
“Canciones de Melipeuco”

Mi amigo Jesús Pereira, compañero de Rienzi Nahuel en la mítica
banda de rock Ocho Bolas creadores de uno de los 50 mejores discos
de Chile. Genio & figura, basada en la obra del poeta Pablo de
Rokha) fue el primero que me grabó en Valparaíso en mi regreso. Su
compañera Paloma habita el cielo de su imaginación cada mañana y
son felices. Jesús que lo apodaban el sata es uno de los mejores
vocalistas de Latinoamérica y además es el único iluminado de todos
nosotros porque fue al infierno y volvió.

Jesús Pereira, cantante

Uno de los grandes discos de Chile
Hablo con mi amigo el poeta Moncada como si un día fuese lo
mismo que doce años. Es profesor de Física y solo este poeta puede
romper las reglas del tiempo o rearmarlas o no tomarlas en cuenta o
tomarlas en cuenta demasiado y todo eso me hace bien y debiese
hacerle bien a todos. Fue este amigo que me dijo quince años atrás
antes de abandonar el puerto para radicarme en la bella Melipeuco,
que yo debía de aprender a soportar el dolor, a vivirlo, desde mi
poesía y no escapar de él o cubrirlo con capas de pasta muro. Cuando
me dijo esto cambió mi vida, para bien.

Felipe Moncada, Poeta

(El Ensayo fundamental de Felipe Moncada para leer
antes de izar banderas)

Su Obra
Rodrigo Arroyo mi amigo poeta cuando me vió en su puerta después
de doce años puso la misma cara de sorpresa que deben poner los
viejos cuando le vienen a embargar la casa. No, yo no embargo, solo te
vine a saludar Rodrigo. Por algún momento pensó que sacaría una
pistola para asaltar a sus vecinos aunque nunca he asaltado y nadie
puede decir en este mundo que me ha visto asaltando pero Rodrigo
siempre me mira como suponiendo que yo en verdad no soy un poeta
sino que un asesino en serie. Además, Rodrigo, lo único cierto es que
en esos mismos días de mi estancia en el puerto asaltaron el banco
ITAU. 60000000 millones.
En el cerro los de la esquina decían que había que celebrarlo. ITAU.
Banco brasileño. Campeones del mundo. Dueños de Hidroeléctrica
LAP en Melipeuco.
A pesar de mi primera impresión mi amigo Rodrigo me hizo sentir
que nunca me había ido a ningún lugar.

Rodrigo Arroyo, poeta
El libro de poesía de su generación

Entonces vine al puerto de Valparaíso y canté, vine y leí poesía, vine
y visité para un reportaje, junto a su Director, el Hogar de acogida de
la Iglesia La Matriz en donde dormían viejos abandonados por todos
menos por la Iglesia La Matriz. Algunos de estos viejitos pintaban y
vendían sus trabajos en la calle. Lo que hacían con el dinero o si esos
cuadros eran una obra mayor no me corresponde decirlo, aunque
aquello lo tengo claro, pero prefiero guardarlo en un cofre santo pues
sus razones para acercarse al arte son distintas a las mías que además
supongo por mi parte no las tengo muy claras las mías. Tal vez solo
me fui acercando al arte para buscar un lugar de reposo.
Casa de reposo se llama el libro de poesía de mí amiga Ximena Rivera
que no está en esta tierra para abrazarla pero está en cada abrazo.
Como en cada abrazo que doy a los demás está el abrazo a mi amigo
El Ché, soy el que soy dice cuando le preguntan por su nombre en
Melipeuco.

Fotografía en el patio de El che, soy el que soy

No sé si tengo la razón de mí parte cuando miro llover tras una ventana— me
dijo una tarde, Ximena.

El escritor Hernán Narbonna reencarnó en mi padre celestial acá en
el puerto. Además Presidente de la SECH, Filial Valparaíso, en donde
asistí al Taller y en donde conocí compañeras y compañeros
adorables, Filomena, Miguel, Leopoldo, Ivette, María Isabel, Matilde,
Sol, Sergio, Guillermo, Salvador y el entrañable Carlos de los Ríos que
andaba en París leyendo poesía. Hernán es un luchador de tomo y
lomo y ha llevado a la SECH Valparaíso a funcionar de forma
impecable. Para ser nombrado Ciudadano Ilustre. Editó mi libro en la
editorial Comarca de letras, Poemas, un retorno, con un cariño y una
dedicación entrañable. Gracias maestro.

Mi libro de poemas
Mi mamaíta me preparó estos días la lonchera en mi visita al puerto,
tal como me la preparaba cuando chico y me quería mucho.
Hoy tengo la certeza de que no me quiere tanto pero igual preparó mi
lonchera.
Ya estás viejo para que sufras porque alguien no te quiere, me dijo mamá.

Uno de mis discos favoritos
De eso se trata mi poesía mamá le dije una mañana pero mi mamaíta mira
el árbol en la ventana y el árbol en la ventana para ella es un
manicomio.
*
Mi padrastro está loco y trata de mirarnos como si no estuviese loco
pero está loco y esto duele escribirlo pero que quieren que haga.

El día según mi padrastro
*
Escuché, al pasar, en la radio:
Locutor: Y usted que aprendió en la vida?
Señor: Aprendí a quedarme callado.
*
El día Lunes me encontré con un amigo del barrio:
—En Valpo no asaltan a nadie, eso es mentira Claudio, acá solo secuestran
empresarios porque se lo merecen.— dijo al despedirse.

Pasé por la casa de Alfonso Larrahona, poeta, 94 años, el primer
poeta que conocí en carne y hueso cuando yo aún estaba en la
educación básica en el cerro playa ancha.
Está descansando me dijeron en su puerta:
—Don Alfonso se acuesta temprano, tiene más de 90 y está sumamente lúcido.
Aún lee aunque le cuesta por la visión pero puede visitarlo al mediodía de
mañana.
Elegancia y buen gusto.

Alfonso Larrahona, poeta
Sus valiosos gestos

Alfonso Larrahona
Llamé por teléfono al Editor Luis Riffo con su hermoso proyecto
Editorial Bogavantes. Lo primero que le dije es que el autor de
Valparaíso, mitos y leyendas no era un quijote como decían en un
rinconcito de la portada del diario en La estrella esa mañana.
Luis rió.
Después le dije que tenía una novela terminada (La muñeca enferma) de
600 páginas y se la vendía por una módica suma. No se rió pero
quedamos en reunirnos.
En este viaje al puerto después de doce años recordaba todos los días
el título y la portada de su obra poética “Casi nadie”.

También le dije que en la Biblioteca Municipal de Temuco en un
diario mural con los nombres de los escritores de la Araucanía
aparecía escrito Luis Rifo y no Luis Riffo que es lo que corresponde y
que había hecho el reclamo pertinente hace dos años al funcionario
de la Biblioteca que me dijo le diría a la Directora que supuse era la
que escribía los papelitos con los nombres de los escritores y yo me
quedé afuera de la oficina de la Directora. Ella respondió ...y para esta
guevada me molestan? No ve que estoy llena de guevadas? El hombre volvió y
me dijo que lo solucionaría él mismo.

Dos años después estaba el mismo papelito con el apellido de Luis
mal escrito y el mismo hombre dijo bueno hay errores que pueden llevar cien
años pero siempre llega el día de arreglarlos y sacó el papelito mal escrito y
diseñó otro en donde el nombre de Luis Riffo quedó escrito de
forma correcta.
Después me pregunté si aquello servirá de algo y me dije que sí
porque así el país avanza porque un país que escriba los nombres de
los escritores mal para empezar le serán rechazadas dos
Constituciones y nos quedaremos con una según conclusión forzada de
las urnas no de la razón.
*
En la calle donde está la casa de mamá me encontré con varios
conocidos. Ahora después de 12 años siguen siendo conocidos y nos
reconocimos y nos dijimos hola y chao, bueno verte bien, tanto tiempo, que
estás flaco ( el cínico de mi primo que está más flaco que yo) donde andabas, que
tal, mira tú, y que andas haciendo, andas perdido?, ya te echaron?, estabas preso?,
me dijeron que estabas en new york, etc, etc.

Fábrica de helados York, en el cerro Playa Ancha, Chile

Noticias del puerto narradas por La estrella.

No hay respeto, me dijo un viejito mientras leíamos este “titular”

Noticias del New York Times
*
En Valparaíso me enteré del suicido de la hermana de un amigo
músico, el mejor quenista de Chile, que quiero mucho y fui a su casa
pero no lo pude encontrar. No pedí su teléfono. Escucho su quena
entre las ramas sacudidas por el viento. A la próxima visita aunque
esté muerto te prometo nos encontraremos.
*
Otro Patricio que me encontré en el puerto es el Pato González que
armó las Escuelas de Rock
Pato González en esta visita me dijo apenas me vió:
Bienvenido a tu puerto Faúndez, te invito a almorzar.

Un legendario
Mientras almorzaba con el pato me acordé del otro Pato González,
otro entrañable para mí, uno de los grandes dibujantes chilenos, del
puerto y del mundo, y que además creó un universo delirante en
donde los porteños habitábamos junto con los marcianos. Me quería
mucho y me decía en su casa al notar mi vida licenciosa de joven: —Faúndez para un artista lo primero es papear (comer), después pintar o escribir,
pero primero papear- Esto me decía mientras el almorzaba puré con una
cuchara sin mango mientras con la otra mano iba pintando un dibujo.
Un maravilla. Se te extraña.
Pato González
Dibujo del otro Pato González que ahora habita en el paraíso.
*

Pato González director de Editorial Altazor, lo mejor
que ha dado Viña del mar al mundo.
Y al tercer Pato González lo pasé a ver a su librería y la señora del local
de al lado me dijo:
Ya no trabaja acá.
Aún pública le dije
Eso quise decir dijo la señora pero ya no trabaja con la librería.
Ah sí –insistí- pero aún pública poesía.
(Ese aún lo cargué con orgullo, orgullo ajeno pero orgullo al fin y al
cabo)
Después de decir eso me retiré.
Un premio para estos tres patos, por favor, un diploma, al menos.
Cuestan cinco lucas los diplomas le dije al encargado de cultura de la
Municipalidad de Melipeuco, alguien en verdad que no ha leído ni diez páginas de las diez millones quinientos que he leído yo y no sé qué
hace en ese puesto salvarse de la cesantía supongo aunque tenga que
obedecer órdenes del Alcalde de Melipeuco acusado por la
Contraloría de la República por actos deleznables en su
administración. Para un empleado público debe ser como acatar las
órdenes de un asesino o psicópata supongo y de pasadita me acuerdo
de la tragedia del Ex ministro Monsalve o la tragedia que ocasionó
Monsalve etc, pero bueno al menos este funcionario anotó este dato
en su agenda (los diplomas valen cinco lucas en las livrerías, eso debe haber
anotado y escrito librería con v, tal cuál) además lo anotó como si
fuese algo importante, pero no, ahí van premiando o recordando a
gente que no se lo merece.
Al menos a mí aún aquí en el puerto todos me recuerdan y con
alegría, al menos eso demostraron en el primer reencuentro por acá y
no me quedaré mucho tiempo para comprobar si aquello se mantiene
en el tiempo o si todo esto no es más que una broma.
*
Conocí a una escritora talentosa que publicará unas memorias de su
familia y que tiene un poco de temor por perder esa familia cuando
sepan lo que escribió.
Le dije:
—No te preocupes, a nuestras familias no les importa lo que escribimos.
Esa escritora es un ángel. Nos visitó en casa para hablar de la obra
Una noche sucede en el paisaje de Ximena Rivera de la cuál fui su editor.
Un ángel esta mujer al igual como mi bella amiga del sur. Reina. la
extraño como si yo fuese un niño perdido en el bosque.

Meli

La escritora ángel y mi amigo Marcos de Melipeuco
*
Y de paso extraño a mi amigo Eduardo y los partidos en la
Asociación de fútbol campesino de Meli con nuestro club Deportivo
Sahuelhue con quienes hemos salido campeones en varias ocasiones.
Edu es uno de los mejores mediocampistas que he visto en la cancha.

Edu y su hijo Ignacio

Hay personas que buscan la paz en la guerra, hay personas que
buscan el sol en la noche y bueno yo no ando ni andaba buscando
nada en el puerto, (mi padre sigue en el cementerio) pero lo que es
ahora podré escribir algunas canciones cuando esté de regreso en
Meli y aquellos cantos seguirán siendo una ofrenda para la amistad,
además, eterna, la misma que siempre me dice que no me preocupe
de lo que escribo o dejo de escribir, que debo estar más preocupado
de cumplir las promesas a mis amigas, amigos, más preocupado de
hacer latir con triste alegría mi viejo corazón entre sus manos.
Valparaíso, 14 Agosto, 2025. . . . . .