Proyecto Patrimonio - 2022 | index |
Georges Aguayo | Autores |













ALEMANIA EN LA DECADA DE 1920

Georges Aguayo


.. .. .. .. ..

La exposición del Centro Cultural Georges Pompidou que finalizó este 5 de septiembre tiene un intitulado lacónico: Allemagne Années 20, Nouvelle Objectivité, August Sander. Breve recordatorio histórico. En esos años, producto de su derrota militar, en la Primera Guerra Mundial, en Alemania la república de Weimar reemplazaba al imperio de los Hohenzollern. El desempleo y la miseria asolaban el país. En un contexto social tan difícil, como este, floreció, sin embargo, un potente movimiento artístico y cultural. La Neue Sachlichkeit, una Nueva Objetividad, cuyos orígenes primeros remontarían, en realidad, a la década anterior, como una reacción al expresionismo. De naturaleza pluridisciplinaria, incluía las artes plásticas, la literatura, la música, la arquitectura, la fotografía y el cine. En el campo de la pintura dos corrientes coexisten en su seno: los veristas y los realistas mágicos.  Entre otros objetivos, la Nueva Objetividad buscaba aprehender la realidad modelada por el maquinismo industrial y el consumo de masa. A partir de 1924 el plan Dawes yuguló una hiperinflación galopante. El país pudo experimentar una mejoría económica. Esta situación acarrearía una racionalización de la producción, una fascinación por el progreso tecnológico. Alice Lex Nerlinger, pintora, diseñadora y militante del partido comunista, se inspiró del mundo del trabajo para concebir unos montajes que eliminan las líneas divisorias entre la abstracción y la figuración. Ella inserta las figuras de los trabajadores en una geometría inflexible, que expresa el peso de la explotación capitalista, pero también la voluntad de los explotados de liberarse por la fuerza reivindicativa y revolucionaria (Der Maschinist, El maquinista, alrededor de 1930). El fotógrafo Renger Patzsch utiliza los primeros planos para crear, a partir de objetos, una estética nueva. Gracias a sus efectos de luz y de sombras los objetos que fotografía poseen una vida autónoma (Maschinenkupplung, Acoplamiento de máquinas, 1925). El pintor Carl Grossberg, parece compartir también esta admiración por las tecnologías modernas.  Maquinas, correas, bielas simbolizan, con su helada perfección, el optimismo por un avance tecnológico que permite el aumento de la productividad. Pero detrás de esta visión idealizada de la producción y de la organización taylorista del trabajo, en su obra siempre aparece una crítica implícita, minúscula, como cuando introduce un murciélago en la representación gigantesca de una caldera. El pintor Hans Baluschek, militante del partido socialista, describe en Sommerabend, (Tarde de verano 1928) uno de esos raros momentos de descanso que podían disfrutar los proletarios que vivian hacinados en los edificios insalubres existentes en los suburbios de Berlín. Juegos infantiles, actitudes relajadas, manifestaciones de amor y de amistad, se desarrollan, sin embargo, en un espacio que incluye usinas y líneas férreas. Un tinte terroso impregna este cuadro. Los obreros sus familias y sus amigos, parecen   aplastados por la presencia masiva de un edificio. Tras una carrera húngara, como pintor, Martin Munkacsi, fotógrafo independiente, contribuye al desarrollo de una prensa que incluye un nuevo tipo de representaciones artísticas: los relatos en imágenes. Su foto Arbeiter Beim Verlassen des werkes, Trabajadores abandonando la fábrica (1930), muestra su aptitud a capturar las imágenes de la vida diaria, sin abandonar su preocupación por el trabajo de composición.

 

 

 

Transgresiones.  En 1925, Otto Dix pinta el retrato de una artista de cabaret (Bildnis der tanzerin Anita Berber, Retrato de la bailarina…). El espacio en la obra es exiguo, el color rojo es predominante, la expresión facial de Anita Berber es luciferina.  La carrera artística de esta precursora de la performance, fue brevísima. Actriz de cine, cantante, bailarina desnuda, en ella el arte y la vida se confundían en un solo cuerpo. Mujer libre de un punto de vista sexual, Anita Berber solía travestirse, y portar un monóculo (costumbre que adoptaría más tarde Marlene Dietrich). Numerosos fotógrafos, pintores y cineastas inmortalizaron a esta artista, adicta a la cocaína, que alcanzo a vivir solo 29 años. En el Berlín de esa época veremos, igualmente surgir un nuevo arte lésbico; liberado de las imágenes homosexuales masculinas, y de las representaciones sáficas tradicionales. Jeanne Mammen, líder de este movimiento, legitima el derecho a la diferencia, creando las garçonnes. Mujeres de rasgos acerados, ojos estirados y pelo aplastado, a menudo con un cigarrillo en la boca Zwei frauen tanzend (Dos mujeres bailando, alrededor de 1928). Para muchos homosexuales, franceses o ingleses, en  la capital alemana  podían realizarse como artistas, asumir compromisos y experimentar placeres. Pero sobre todo terminar con el aislamiento social, que sufrían en sus países, porque disponían de bares y de muchos otros lugares de encuentro.

 
Terminado el infierno de la Primera Guerra mundial, las dadaístas barinenses critican violentamente el militarismo de la burguesía. George Grosz y Otto Dix trascriben en sus obras el caos social que reinaba en la sociedad alemana. Transformados en máquinas asesinas durante la guerra, los veteranos - desmovilizados y mutilados - para poder sobrevivir debían mendigar en la calle (der Streicholzverkäufer, Elvendedor de cerillas, Otto Dix 1920). El monigote sin manos y sin rostro, Konstruktion (Construcción, 1920) de Ohene Titel simbolizaría esta sociedad sin alma. Gerd Arntz confronta en su obra el sufrimiento proletario a la despreocupación burguesa.  Aborda el tema de la prostitución, una muestra más de la dominación del hombre sobre la mujer, con un estilo frio y simplificado Bordell (Burdel 1927). Sus figuras describen otro resultado de la industrialización: los nuevos métodos de explotación de este “recurso humano “. El teatro busca, igualmente, acercarse lo más posible de la realidad. Siguiendo un nuevo concepto de utilidad artística, que se impone en la literatura y en la música, el arte escénico se transforma en una herramienta de información y de educación de masas. Dos figuras mayores se imponen en esta tendencia: Erwin Piscator Das Politische Theater (El teatro político 1929 ), Bertolt Brecht Die Dreigroschenoper (La ópera de cuatro centavos 1928).

 

(ampliar)

 

Persona fría. El historiador literario Helmut Lethen sostiene que el traumatismo de la derrota militar había incubado en muchos individuos un sentimiento de vergüenza, que debían, forzosamente, confrontar con la mirada del Otro. Para protegerse del juicio exterior y conservar un mínimo de coherencia interna, estos individuos disimularían sus afectos, mostrando un rostro frio y lejano.  Con el fin de desviar las miradas del Otro, y pasar así de la condición de observados a la de observadores Esta conducta social va a modificar el relato pictórico. Apegado, desde siempre, a la interioridad del modelo, el retrato comienza a describir individuos definidos sobre todo por su profesión. Los colores fríos, los fondos neutros, las miradas distantes y vacías señalarían la profunda alienación de una humanidad desprovista de su interioridad.

Una nueva mirada. La fotografía, experimenta un auge importante. Los propulsores de la Nueva Objetividad, con August Sander a la cabeza, postulan la idea de una imagen documento; a fin alejarse de los efectos deformadores de la pintura. Médicos, hombres de negocios, comerciantes de textiles, obreros, desempleados. La cuasi totalidad de las categorías profesionales de la sociedad alemana desfila delante de la cámara de August Sander. Al igual que   en las otras disciplinas artísticas, las mujeres también están presentes en la fotografía. Dentro de toda esta producción femenina cabría destacar una fotografía de Lotti Jacobi: Hande auf Schereimachine (Manos sobre la máquina de escribir 1929). La  mecanografía  era un oficio esencialmente femenino. Al igual que el trabajo industrial estaba racionalizado, taylorizado. Por su concepción, por su motivación, por su poder de evocación, esta obra de Lotti Jacobi formaría parte igualmente de la Nueva Objetividad.

 

Bildnis der Journalistin Sylvia von Harden, Otto Dix (1926)
(ampliar)

 

Esta exposición sobre la Nueva Objetividad no podía tener en Paris un mejor lugar de recepción. Al momento de su construcción, la concepción modernista del Centro Georges Pompidou, no fue del agrado de muchos parisinos demasiado apegados  a  una arquitectura más tradicional.  En la prensa de la época la polémica fue durísima. Debo decir que mi primer contacto (involuntario) con la Nueva Objetividad tuvo lugar hace mucho tiempo en una sala de cine. En efecto, Bob Fosse inserta en Cabaret (1972) Das Porträt des Journalisten Sylvia von Harden (El retrato de la periodista Sylvia von Harden, de Otto Dix). Gracias a esta exposición pude ver el cuadro en directo. Estas líneas son una aproximación a un tema del cual se ha  escrito mucho,  pienso   (la escuela de Bauhaus merecería  algunas líneas de mi parte). La Nueva Objetividad floreció en un periodo de profunda crisis económica, social y política. En Alemania la revolución de 1918 había sido derrotada, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht habían sido asesinados, pero la revolución rusa parecía consolidarse. Un futuro liberado de la explotación capitalista parecía posible para la humanidad. En nuestra época los temas tratados por la Nueva Objetividad podrían considerarse como obsoletos. El maquinismo industrial y el taylorismo han cedido su poder de fascinación a la electrónica, a la informática, al mundo numérico, a las biotécnicas, etc. Nuestra era seria postindustrial. Sin embargo, esta nueva realidad no impide que la vida laboral de un repartidor de Amazona o de Uber no es muy diferente, en el fondo, a la que tenía el peonaje de fines del siglo XIX. Innovación técnica, por un lado, arcaísmo social por el otro. La Nueva Objetividad floreció en el intermedio de dos guerras que asolaron Europa. Visto la coyuntura histórica actual, esto resulta algo perturbador, porque vivimos un periodo de incertidumbres. En los confines de Europa, una guerra amenaza con transformarse en mundial. En guerra atómica, inclusive. Al desempleo masivo, ahora se agrega una inflación que se teme alcance los dos dígitos. Los precios de la energía se han disparado. Durante este invierno muchas familias van a pasar frio. La situación parece tan critica que se vislumbra el estallido de revueltas populares.

Finalizo estas líneas para citar  una novela que  ocupara siempre un lugar de honor en mi imaginario literario: El obelisco negro (1956).(pdf) Si el escritor Erich María Remarque es capaz de reírse de la hiperinflación de los años 1920, una situación que traumatizó durablemente a los alemanes, es que francamente un autor puede reírse de todo.

 

 

_______________________________________
Bibliographia : 

      • Connaissance des arts (Hors-série) Centre Georges Pompidou,2022 : Allemagne Années 1920 Nouvelle Objectivité August Sander. 
      •  Rainer Metzger : 1920s Berlin (Taschen, 2022)

     

     




 

 

Proyecto Patrimonio Año 2022
A Página Principal
| A Archivo Georges Aguayo | A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
ALEMANIA EN LA DECADA DE 1920.
Allemagne Années 20, Nouvelle Objectivité, August Sander.
Centro Cultural Georges Pompidou / 11 mayo-5 septiembre.
Por Georges Aguayo