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ANTE EL SILENCIO PERMANENTE DE DIOS

A Gonzalo Millán


Se desfigura la piel con tantos años que se fueron
.. . .. .. . cómo si nada.
la larva se reconcilia con el insecto que morirá en unas horas.
El homicida actúa como una deidad del antiguo testamento
así también Nietzsche trastornado por la sífilis.
Me sorprende la deslealtad de Brod con los escritos
de Franz su amigo.
Unos rastros dactilares anónimos de un hombre prehistórico
en la roca de una caverna se mantienen ciertos
ante el silencio permanente de Dios.
Los signos cuneiformes en una aldea sumeria para asediar la palabra.
El nacimiento de cualquier ser es la recompensa de una segura muerte.
Se agrega a esto los cambios que sufre la materia:
El oxígeno que nos hace envejecer más de prisa.
Humus y energía
¿Por qué Galileo tuvo que ser sometido a tortura si tenía razón?
Hieráticos o no dejaremos de todas maneras huellas palpables
de nuestra existencia
ante el silencio permanente de Dios.
Tenemos un espacio transitorio de relativa calma
.. . .. .. . aunque un asesino nos busca para quitarnos la vida.
De esa mesura alcanzamos a salir posiblemente repugnantes
alterado el pellejo con tantos años encima.
La escoria porfía por apaciguar la velocidad de la hoguera
la crisálida comprende al artrópodo que expirará en algunos días.
La ceniza pugna por aplacar la impetuosidad del fuego:
Ante el silencio permanente de Dios.
ante el silencio irrevocable de Dios.

 


Sergio Badilla Castillo (Valparaíso, 1947).
Del libro. Poemas transreales y algunos evangelios. (página 69))
Ediciones Aura Latina. 2005. Santiago / Estocolmo.

 

 

 

 

Gonzalo Millán y Sergio Badilla, 2005.




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Ante el silencio permanente de Dios.
Homenaje a Gonzalo Millán.
Sergio Badilla