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18 PREGUNTAS PARA GLORIA MENDOZA

Rosa Núñez / Julia Barreda
Universidad de Arequipa, Perú. Enero de 2006


Esta entrevista surge luego del viaje que hicimos con Gloria Mendoza al X Encuentro Internacional de Escritores en el puerto de Chañaral-Chile, donde participaron poetas como Paz Molina, Cristina Larco, que presentó su libro Es la tierra la que habla; Aristóteles España, Arturo Volantines y Juan Godoy, integrantes de la Generación NN; Guiomar Cuesta, miembro de honor de la Academia Colombiana de la Lengua, entre otros poetas. Justamente cuando Gloria Mendoza reclamaba por qué la entrevista terminaba en la pregunta 17, nos llegó la triste noticia de la muerte del escritor Juan Godoy; entonces terminamos con la pregunta 18 para romper la cábala de Gloria aunque en una situación penosa.


- Usted formó parte de la Promoción Intelectual Carlos Oquendo de Amat, ¿de qué manera influyó Oquendo en su poesía?
- En principio abrazar el surrealismo, por tener fe en una libertad individual y social, en la limpidez de la poesía, además mi nexo con él por su amistad con mi familia, con el pueblo donde nació su gran amigo, mi tío Vicente Mendoza Díaz y mi padre Julio, ambos abogados y líderes de la izquierda peruana; por la forma cómo usa sus imágenes poéticas Tu nombre viene lento como las músicas humildes, en realidad nos estaría hablando de las zampoñas y de los sicuris que lo hacían llorar para recordar a la madre ausente; dicen que bailaba también desenfrenadamente el charleston, influencia de su padre que tuvo estudios de medicina en Francia.

- ¿Podría hablarnos de sus libros?
- Sin lugar a duda mi primer libro Los grillos tomaron tu cimbre (Ediciones Veloz, Cuzco, 1971) tiene que ver con el surrealismo, yo no parto como la mayor parte de poetas con una poesía amorosa, la problemática principal que abordo es la social. No olvidemos que el surrealismo en algún tiempo se inscribió en el Partido Socialista de Francia, no duró, claro, porque los principios eran diferentes en realidad, pero hubo la intención. Publiqué mi primer libro a imprenta y cuando empezaba mis estudios universitarios en San Antonio Abad de Cuzco y el poeta Luis Nieto Miranda se convirtió en mi maestro, Nieto fue muy amigo de Neruda. Me siento también cusqueña, escritores como Roland Forgues y Marco Martos en La escritura un acto de amor (Francia, 1989) me ponen como cusqueña. Últimamente, el joven historiador René Calsín encontró información demostrando que Neruda fue llevado a Puno por Vicente Mendoza Díaz. Mi segundo libro salió ese mismo año, Wilayar (Edición Casa de la Cultura de Cuzco, 1971) ya no existen ejemplares. El lenguaje de este libro se convirtió inaccesible a las mayorías. Wilayar en una palabra inventada por mi abuelo paterno periodista que tenían comunicación con muchos escritores del extranjero. Wila es sangre en aymara, y ayar significa hermano en quechua. Este libro es un canto a una especie de guerrillero. En el momento ya no me interesa la temática. Los movimientos guerrilleros estaban emergentes en ese tiempo. Recuerdo que el poeta cusqueño Ángel Avendaño dijo para leer a la Mendoza hay que tomar un diccionario. Finalmente creo que ese comentario hizo mucho bien a mi poesía, y en mayor medida cuando me fui a vivir con mi familia a Huamanga. Me consideran también casi ayacuchana, el escritor Marcial Molina en su libro Poetas Mujeres de Ayacucho o un espacio para voces ausentes (Lima, Lluvia Editores, 1991) dice en el prólogo Dejo expreso reconocimiento a las escritoras Carlota Flores y Gloria Mendoza, que en su tiempo y en este medio animaron la vida cultural. El doctor Augusto Tamayo Vargas viajaba constantemente a Ayacucho invitado por la Universidad y particularmente por Juan Alberto Osorio que era autoridad universitaria, recuerdo que yo era estudiante y él hizo una breve antología de poesía ayacuchana, conversamos, y grande fue mi sorpresa al encontrarme en sus estudios de Literatura Peruana; por esos años recibí la constante correspondencia de Cecilia Bustamante radicada en Texas, quien hizo una selección de mi poesía y publicó Lugares que tus ojos ignoran (Texas, 1985, Serie de Poesía Femenina Peruana), ese librito me trajo suerte, no tenía trabajo luego de la fuga de Ayacucho, presenté mi libro en la Casa de la Cultura de Arequipa en la dirección del doctor Pedro Luis González Pastor y al día siguiente estaba trabajando. Salieron varios comentarios de este librito, especialmente de Rocío Silva Santisteban. En 1997 en Lima se editó un breve librito El legendario lobo, que fue un regalo de mi hermana mayor Mercedes. En 1998 salió La danza de las balsas (Editorial Horizonte) este librito sacudió espacios, se habló de una contracorriente en la poesía peruana escrita por mujer; un día apareció un hermoso comentario de Rosina Valcárcel en La República, y otro de Rocío Silva Santisteban en Somos, y empecé a ser invitada constantemente a diferentes eventos en Lima como el Encuentro de Escritoras Peruanas (1999) organizado por la RED de Escritoras Latinoamericanas (Mariella Sala, Carmen Ollé, Aída Balta y otras). El 2001 salió Dulce naranja dulce luna (Arteidea Ediciones), que me dio satisfacciones en el extranjero, en Puerto Rico apareció un reportaje con la foto de mi libro a toda página. Inclusive hay una tesis con este libro en la universidad de Puno. En el año 2004 Jorge Luis Roncal editó una breve antología Mujer mapa de música con tres poetas en este orden: Gloria Mendoza, Rosina Valcárcel y Ana Bertha Vizcarra. Este es el libro traducido al italiano el 2005. Están algunos poemas de La danza de las balsas y otros inéditos. Este libro Donna Carta di Musica, en la traducción de la escritora Gladys Basagoitia, inicialmente fue presentado en Italia, luego en Arequipa con el saludo especial del embajador de Italia en el Perú. El librito ya tuvo comentarios en diarios de Italia. Poco podemos hablar de nuestra realidad porque nuestra lengua es el español. Además es muy pronto, pero ya hay un estudio de Soledad Maldonado y otro de Jorge Monteza.

- ¿Cómo influyó en su producción poética su residencia en Puno, Cusco y Ayacucho?
- Puno es mi espacio memorable, Puno es mi comunión eterna con el agua, Puno es mi mundo andino aymara y quechua. Allí empecé a escribir, pero Cusco es la ciudad donde publiqué mis dos primeros libros, donde participé de su vida cultural, a tal extremo que estoy en algunos tratados como en la antología Piedra sobre piedra de Mario Pantoja. Allí me casé. Allí fui amiga de toda la generación de escritores del 70 como Enrique Rosas, Ana Bertha Vizcarra, Jorge Flórez, María Luz Crevoisier, Carmen Escalante, Juan Alberto Osorio, Vladimir Herrera, posteriormente de Luis Nieto Degregori en Ayacucho. En esta última ciudad cambió mi lenguaje. Eran años donde Juan Alberto Osorio organizaba eventos nacionales y llegaban a esa ciudad Antonio Cornejo Polar, Augusto Tamayo, Luis Jaime Cisneros, Rosa Cerna, Alfredo Bryce, Manuel Scorza, Sonia Luz Carrillo, Ricardo Falla, Antonio Cisneros, Manuel Pantigoso etc. y otros. Me nutrí de estos maestros, algunos contemporáneos míos como Sonia Luz. Y ahora Arequipa es mi ciudad sol, el centro de mi creación y mi comunicación con el mundo literario, desde esta ciudad me proyecto al extranjero. Desde aquí sueño con el espejo de mi lago o de mis ríos Ramis de Huancané o Maravillas de Juliaca o Chiasi de Moho. Ahora preguntémonos ¿cómo influye Chile en nuestra literatura? En nuestras lecturas están Neruda, Rojas, Mistral, Parra, Paz Molina, Volantines, Aristóteles España, Larco, Vieira, etc.

- ¿Considera imprescindible el uso de terminología quechua en su poesía para expresar el mundo andino?
- No se trata de considerar imprescindible el uso de esta terminología, sería un concepto muy ingenuo y muy forzado. ¿La pregunta tiene doble sentido?. El uso de estas palabras salen de mis dedos como una cataratita, como el agua espontáneamente, porque esa es mi tradición personal, soy hechura de la cultura aymara y quechua. Los años iniciales de mi primaria estudié en la comunidad campesina de Sollata porque mi madre era profesora rural, fue mi primera maestra y los niños campesinos mis primeros compañeros, tuve que aprender el quechua; por el trabajo de mi padre luchador social trasladaron a mi madre a Huancané a la comunidad de Titili a orillas del lago, pues tuve que pasar aprender el aymara. Si ésta es una de las características de la posmodernidad al jugar con muchas lenguas al escribir, no me corro de la posmodernidad, y de hecho la literatura andina es moderna.

- ¿Conoce Ud. grupos que cultivan la poesía neoindigenista o andina? ¿Qué opinión tiene de ellos?
- La revista Apumarka dirigida por Jorge Flórez Aybar aglutina al Grupo Sur de Escritores Andinos, allí estamos narradores y poetas. Allí publicamos además de Jorge, Boris Espezúa, Feliciano Padilla, José Paniagua, Juan Alberto Osorio, Enrique Rosas, José Luis Ayala, Percy Zaga, Walter Bedregal, José Luis Velásquez Garambel, Christian Reynoso, Juan Luis Cáceres, Soledad Maldonado y otros. La literatura andina busca ser el centro como cualquier otra tendencia, lo está consiguiendo. No se pueden hablar de una real historia de la literatura peruana si se desatiende otras literaturas como la andina, la amazónica, etc.

- ¿De alguna manera la violencia política y social de los años ´80 tuvo repercusiones en su obra?
- Los años iniciales de la violencia empecé a trabajar en el Colegio Particular María Auxiliadora y en la Universidad San Cristóbal de Huamanga, dejé todo por la violencia, no quería esa vida para mis hijos, y perdimos mucho. Aquí en Arequipa no había trabajo. Andaba triste, pasé penurias económicas, de pronto me llegó de Estados Unidos el libro Lugares que tus ojos ignoran, hicimos la presentación y al día siguiente comencé a trabajar en los institutos Duncker Lavalle y Carlos Baca Flor. A lo lejos debo agradecer a Cecilia Bustamante la poeta que debería ser estudiada en la misma dimensión que Blanca Varela porque su obra lo amerita, su poesía está traducida en varias lenguas, pero no vive en el Perú.

- ¿Considera Ud. que su poesía tiene un carácter colectivista o intimista?
- Según las circunstancias, es colectivista porque a veces cuando se escribe es la memoria de los pueblos y los hombres la que dicta, es la desesperanza de vivir en un país como el nuestro; y otras veces intimista cuando parlo con mis ángeles interiores. Según mi estado de ánimo, según los golpes al corazón por vivir en un país donde los niños y los jóvenes pierden valores con el ejemplo de los débiles gobernantes.

- Además de la temática andina, ¿qué otras temáticas aborda en su obra?
- La poesía social en general, creo además que hay mucha influencia de la pintura en mi poesía. Además en este momento ya no se puede hablar de temáticas ni tendencias, ni escuelas. La literatura es un condensado. A mí particularmente me gusta la poesía breve pero con sustento, con venas interiores, con fuerza y con agua centrípeta y centrífuga. Yo leo también como catarsis. Y a veces escribo como catarsis.

- Si bien es cierto la poesía andina es una importante vertiente de la poesía peruana, ¿por qué está tan relegada en el canon oficial?
- Porque el canon es Lima, pero ¿quién busca ser un poeta oficial? Un poeta oficial es servil. En el gobierno de Fujimori muchos escritores cerraron la boca, felizmente algunos levantaron la voz sin temor. Esta brecha está más fuerte con el problema surgido en el Congreso de Narrativa Peruana en España, evento al que concurrió nuestro Mario Vargas Llosa, resulta que allí se separaron los escritores criollos y andinos. Claro los escritores de Lima no querían juntarse con los provincianos. Exactamente igual sucedió en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, los escritores se separaron en dos grupos, los criollos y los andinos. Escuché una entrevista al autor de La noche es virgen. Puede haber un tercer grupo que no está ni con unos ni con otros. Finalmente lo que vale es la calidad de la obra y no las rencillas. En Lima también hay escritores andinos, el Perú es una país mayoritariamente andino. También leí que el Perú era un país mayoritariamente amazónico. Hay estudios sociológicos y antropológicos como el de Manuel Jesús Granados con quien codirigí la revista El Barco ebrio en Ayacucho.

- ¿Existen nuevas voces femeninas que cultivan la poesía de temática andina?
- Al parecer no, solamente me parece percibir esta temática en Liliana Quinto, una joven poeta y periodista puneña. Pero tampoco me preocupa esta continuidad. La literatura andina no es una obsesión. Con el trabajo que estamos dejando basta. Y se recibe con el mayor agrado todo lo que venga dentro de un equilibrio y madurez de la palabra.

- ¿Las referencias a mujeres como Frida Kahlo y Rigoberta Menchú traslucen una postura feminista en su obra? ¿O más bien considera que la poesía no tiene una marca de género?
- No es una postura feminista, yo no soy feminista. Pero nadie puede olvidar que por mucho tiempo la voz de la mujer fue acallada, recordemos a Clorinda Matto de Turner, Mercedes Cabello, Magda Portal. No es necesario ser feminista para hablar de ciertos paradigmas en nuestra vida como lo son Frida y Rigoberta.

- En su libro Dulce naranja dulce luna es notoria la presencia del agua, ¿acaso es el símbolo mayor del texto?
- La escuelita rural quechua donde estudié inicialmente estaba rodeada por un río, para entrar a ella, teníamos que pasar por un puentecillo de piedras. La segunda escuelita rural aymara estaba a orillas del Lago Titicaca. Un año de la primaria estudié en Moho la tierra donde estuvo Oquendo y de donde era su madre; subía al cerro y todo el panorama era un espejo turquesa. Pues a lo lejos veo mi vida en el espejo azul del lago y solamente me llega en una balsa una lejana nostalgia de un ayer sin retorno.

- Hace poco su poesía fue traducida al italiano, ¿qué recepción tuvo?
- En realidad somos tres las traducidas, pero por la poesía andina un tanto que llamaron la atención mis textos en Italia, sin embargo a menudo confunden la poesía andina con una poesía indígena, nosotros también tenemos una formación académica. Me pidieron una entrevista a cuatro manos. A veces piensan que soy una nativa y que debo escribir en mis lenguas nativas. Y esto sí me sirve para sonreír.

- ¿Cuáles son sus autores predilectos?
- Mis lecturas son diversas, me gusta la literatura española antes de la Guerra Civil, la literatura francesa, la literatura oriental, por allí debo seguir los libros de Nicolás Guillén, Rafael Alberti, André Bretón, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Juan Rulfo, Virginia Woolf, Jorge Luis Borges, Ho Chi, Ezra Pound, Vallejo, Oquendo, Gaston Bachelard, etc. y muchos otros. De los contemporáneos por supuesto que leo, me llegan libros del extranjero ediciones 2005.

- ¿Qué opinión tiene de la poesía peruana actual?
- Insisto que no es una postura feminista pero creo que la poesía peruana está siendo escrita por mujeres. Cuando el maestro Manuel Baquerizo nos reunió al finalizar el siglo XX en un Coloquio Nacional de Literatura para revisar los últimos 25 años de literatura peruana, éramos más mujeres en las ponencias y lecturas, entonces la escritora Doris Moromisato dijo solemnemente Este no es un coloquio, es una coloquia. Si quiero recordar el último viaje a Chile el 2005, la escritora colombiana Guiomar Cuesta sustentó un interesante trabajo ficcionando con un personaje del El Quijote, Doña Casildea de Vandalia, para afirmar el uso correcto de la palabra y la liberación de la mujer, cuando terminó su ponencia en la Universidad de Atacama, en son de humor un escritor gritó: ¡hombres, uníos! La misma tarde sustentaste tu ponencia sobre el extraordinario Carlos Oquendo de Amat, y un escritor chileno habló sobre La casa de los espíritus de Isabel Allende, para luego decir que Chile no tiene una novelista. Pues si te pareció de algún modo interesante, a mí me disgustó. Porque La casa de los espíritus es la expresión de lo real maravilloso: magia, dictadura, realidad latinoamericana, poética. A mí me gusta la literatura cuando deja dentro mío un goce especial en la lectura. Y a propósito, en México salió un trabajo mío sobre Oquendo en la lujosa revista Otravoz, la escritora Etnairis Rivera de Puerto Rico me comunicó que esta revista fue presentada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

- ¿Podría describirnos cómo nacen sus poemas?
- Es muy difícil describir cómo nacen los poemas, no olviden que escribo desde los catorce años. Los poemas se gestan desde adentro y se necesita de unos parteros, nuestros dedos. Un joven en Bellas Artes me contó que quería escribir poesía porque estaba enamorado, pensó en su profesora de comunicación, quería imitarla, esperó la noche, corrió las cortinas de los ventanales, suspiró, miró la luna y no le salió nada. Al día siguiente me contó. Este joven tenía una poética interior que afloraba en la pintura.

- ¿Finalmente, podría decirnos en qué se resume su arte poética?
¿Por qué me hacen terminar con el número 17 de pregunta?, tengo algunas cábalas especiales con los años, y no me gustan los sietes ni acompañados. Así rápidamente traté de referirme de una poesía con identidad andina en el discurso creador de la mujer y la andinidad que arriba particularmente en mi poesía con un torrente de recuerdos de la infancia en medio del vientre de la madre tierra, en el corazón húmedo del lago Titikaka, en los ríos que cruzan la memoria, en los bravos pajonales y doradas retamas, en la imagen de taikas (viejitas) y achachilas (viejitos) del corazón; allí donde transcurrió mi vida entre altos eucaliptos, huidizas vicuñas y hermosos ojos de agua en el altiplano; ese aroma a tierra húmeda después de la lluvia en mis pueblos aymaras y quechuas. Cómo no hacer una poesía de contracorriente si nuestra experiencia de vida fue distinta a la de las grandes ciudades, donde el plomo domina su arquitectura y el verde solamente aparece en los parques.

Finalmente puedo decir que en la literatura andina encontramos las leyes de la creación poética que con mucho acierto esquematiza el estudioso, investigador y poeta mexicano Fredo Arias de la Canal: redescubrir nuestro estado de sueños, los poetas recogemos el inconsciente colectivo, todo poeta trabaja con elementos cósmicos. El poeta andino trabaja con elementos cósmicos porque su espacio principal es el paisaje hombre-naturaleza. Todo poeta es soñador. ¿Quién no sueña despierto-a?

- Nos ha conmocionado la muerte de Juan Godoy…
- La noticia corrió por Chile y Latinoamérica con pena y sorpresa, una muerte muy temprana. Quería que redactemos la Declaración del año en el Encuentro sobre la Integración Cultural en Latinoamérica. Juan persistía que somos países sin fronteras, buscaba el integracionismo latinoamericano. Era promotor cultural y solemne director de la revista El Papiro. Nuestras condolencias al escritor Omar Monroy, organizador de estos eventos. Godoy me dijo que escribió en uno de los números de la revista sobre mi libro Dulce naranja dulce luna, no me llegó a dar porque al año lo haría, ya no será. Lo siento. Este año en Chile y el mundo se recuerda los 50 años del Premio Nobel de Literatura a Gabriela Mistral. Uno de los últimos números de El Papiro está dedicado íntegramente a Gabriela Mistral en un homenaje con variados artículos y muchas fotografías que no conocíamos de Gabriela. De Chile y Bolivia nos han escrito Cristina Larco, Graciela Bilbao La Vieja, Zaida Gonzáles, Erna Aros, Guiomar Cuesta y otras personalidades de la literatura.

Justamente con ustedes organizábamos una exposición de artículos en hermosas cartulinas en la Biblioteca de Chañaral cuando llegó Juan Godoy con bastante producción y lo dejamos trabajando… ¿No se arrepienten? Queríamos que el bello Puerto de Chañaral lea el trabajo de los escritores que llegaban a mezclarse en la vida cultural del desierto de Atacama. Quien gritó luego de la conferencia de la colombiana Guiomar Cuesta ¡Hombres, uníos! fue Juan Godoy.

 
 

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18 preguntas para Gloria Mendoza.
Por Rosa Nuñez y Julia Barreda.
Universidad de Arequipa, Perú.