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Susanne Noltenius, escritora:

"Más que la anécdota externa, me interesan las pequeñas tragedias al interior de las personas, cómo lo que ocurre afuera repercute o tiene una consecuencia dentro"

Por Gabriel Ruiz-Ortega

Susanne Noltenius (Lima, 1972) es autora de Crisis respiratoria, bello y sugerente libro de relatos en el que no tardamos en identificarnos con sus personajes, en hacer nuestros sus anhelos y caídas. Noltenius es una muestra patente de que la nueva camada de narradores peruanos exhibe talento, formación y ambición. En esta entrevista Susanne Noltenius nos cuenta de las bases en las que apoya su evidente talento como narradora.

 

- Susanne, ¿cómo llegaste a la literatura?
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La literatura es un inquietud que me ha perseguido siempre. Desde que aprendí a leer no he dejado de tener un libro al costado y desde el principio me preguntaba si yo algún día podría escribir algo como eso. Durante los últimos años de colegio ensayé algunos relatos, novelas cortas, muy adolescentes. Sin embargo, cuando tuve que decidir estudiar una carrera opté por administración. Creo que en esto influyó el entorno conservador en el que crecí.

Durante algún tiempo, mis lecturas fueron entonces más técnicas y mi profesión me alejó de la escritura. También estuve ocupada criando a mis hijos. Luego, viví como un año y medio en Centroamérica entre 1999 y 2000 y ahí ensayé algunas crónicas sobre la experiencia fuera del Perú que compartía con mis amigos a través del e-mail. Los elogios que recibí de ellos me entusiasmaron para retomar mi antigua inquietud, así que regresé a los libros, al hábito constante de la lectura. Cuando mi hijo menor, que nació en el 2001, hubo crecido un poco decidí que era el momento de enfrentar el tema en serio, sacarme de una vez el bichito que durante tanto tiempo me había zumbado dentro, así que busqué información sobre cursos y justo descubrí que se abría, por primera vez, La Escuela de Escritura Creativa de Alonso Cueto e Iván Thays.

Durante las primeras semanas me sentía algo perdida, rodeada de gente mucho más empapada que yo en el mundo de la literatura, pero al mismo tiempo, todo aquello me iba cautivando cada vez más. Es un viaje de ida. Una vez que lo descubres no lo puedes dejar.

- En los cuentos de Crisis respiratoria noto una influencia marcada -espero no equivocarme- del melodrama de los best sellers. Te digo esto puesto que hay un hincapié en contar ante todo una historia. ¿Cuán acertado estoy en esta impresión?
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Más que contar una historia, quise enfocarme en trabajar un tema a través de las sensaciones que lo sugieren. Así, traté de ser muy descriptiva en lo que hacen los personajes, los escenarios en los que se mueven y lo que ocurre en su entorno más próximo. La historia me interesa en la medida que grafique el tema que quiero tratar: soledad, incomunicación y frustración son, creo, mis inquietudes más pulsantes. Me interesan también los contrastes, los mundos perfectos y establecidos donde, contradictoriamente, los personajes se sienten asfixiados y no logran ser felices.

- ¿En cuánto tiempo escribiste los relatos de este primer libro?
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Estuve casi un año escribiendo los primeros cuentos, unos ocho o nueve. Entonces, apoyada por Iván Thays, empecé a pensar en armar un libro con ellos. Descarté tres de los que ya tenía por considerar que no se amalgamaban con los otros y así, ya con un enfoque de libro de cuentos, escribí los demás en unos siete u ocho meses más. Yo diría que Crisis respiratoria ha sido un trabajo de año y medio.

- ¿Hubo alguno que te trajo algún tipo de complicación?
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De hecho, todos los cuentos han pasado por muchísimas correcciones. Las primeras versiones difieren considerablemente de lo que salió publicado. Recuerdo que Escena de Circo fue especialmente difícil porque mi primer enfoque fue muy distinto, pues intenté escribirla desde el punto de vista del hermano de Virginia. El resultado fue muy malo, casi tuve que rescribir la historia desde el principio, pero fue una lección en cuanto a trabajar una voz de narrador creíble, un personaje que logre llegar al lector.

- ¿Puedes decirme algo sobre La Escuela de Escritura Creativa ?
- Fue una experiencia increíble. Alonso e Iván nos supieron cautivar con un programa estructurado y bien dosificado entre conceptos teóricos, acercamiento a otras disciplinas y taller. Asistíamos nueve horas a la semana de las cuales al menos tres eran teoría, tres exposiciones de representantes de géneros específicos como poesía, novela negra, de terror, crónicas, guiones, etc y también representantes de otras disciplinas como fotografía, artes plásticas, arquitectura, música. Las tres horas restantes las dedicábamos a leer en clase nuestros cuentos. Era curioso, porque a pesar de que el taller era sábado, nadie se lo fallaba ni llegaba tarde porque era de lo más ilustrativo y entretenido.

- Algo que me ha gustado bastante de tu libro es la introspección en el mundo interior de tus personajes. Digamos que hay una exploración de la conciencia. En este punto percibo el influjo de Alonso Cueto puesto que él es un narrador que deja notar esta exploración interna de sus personajes en casi todos sus libros. ¿Cuán lejos o cerca estoy de esta opinión?
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De Alonso admiro mucho su pasión literaria. Él se empeñó en transmitirnos la importancia de construir personajes posibles de ser sentidos, personajes con muchas dimensiones. Una de estas dimensiones es la de la conciencia. Más que la anécdota externa, me interesan las pequeñas tragedias al interior de las personas, cómo lo que ocurre afuera repercute o tiene una consecuencia dentro. Creo que esto es lo que finalmente logra acercar al lector a los personajes y a la historia.

- Tengo la idea de que todos tus personajes ansían explotar. Y esto, por ejemplo, se hace sentir bastante en el cuento Al pie del volcán.
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Los personajes de CR están viviendo un punto de quiebre en sus vidas, un momento en el que los problemas los tienen medio asfixiados - de ahí el título del libro - . Y esta asfixia parece que por momentos los va a desbordar, pero esto no se concreta, por eso la explosión queda en ansias.

- Hay un par de cuentos de los que quiero comentar algo. Tanto en Manos en la nieve como en El lenguaje de las flores me dejaron pensando que estamos ante un par de novelas atomizadas. ¿En tu próximo proyecto narrativo está la escritura de una novela?
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He recibido varios comentarios como el tuyo. Parece que la mayoría de mis cuentos dejan una sensación de no haber terminado, de que hay algo más después. Me gustan los finales abiertos porque creo que la vida real es así, que no está todo dicho y porque me interesa más el proceso que vive el personaje que la resolución del conflicto.

Ahora estoy tratando de escribir una novela que involucra a dos personajes de dos cuentos de CR. El tema central es el "hubiera", las cosas que dejamos de lado cuando encauzamos nuestras vidas en una determinada dirección y si es posible retomarlas.

- Pregunta inevitable: ¿cuán autobiográfica es tu literatura? Después de leer tu libro me acordé de una cita de Amos Oz: "Todo es autobiográfico, nada es confesional."
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Es curioso que menciones justo esa frase. A mí me encanta porque creo que dice mucho respecto de mi trabajo. Cuando uno se compromete con lo que está escribiendo es inevitable chorrear en ello nuestra esencia: qué somos, de dónde venimos, cómo hemos vivido, la gente que frecuentamos, las vivencias personales como determinantes de nuestra visión del mundo. Si el escritor no es un testigo privilegiado del tema que quiere tratar, su obra saldrá débil, probablemente inverosímil.

Los cuentos de CR grafican situaciones que me han movilizado profundamente, pero ninguno de ellos es una crónica de mi vida personal.

- Leo en la solapa de tu libro que eres madre de tres hijos y que trabajas. Dime, Susanne, ¿Cómo te las arreglas para escribir?
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Por ahora no estoy trabajando. Quiero terminar mi maestría y entonces conseguir un trabajo. Los niños me absorben mucho. Sin embargo, creo que ha sido un privilegio que pocas mujeres se pueden dar actualmente poder pasar estos primeros años junto a ellos. Les he tratado de enseñar a respetar mi espacio, ellos saben que soy feliz escribiendo y les entusiasma que haya publicado un libro.

- ¿Y en qué momento del día escribes?
- Generalmente escribo en las noches o los fines de semana. En realidad, creo que estoy escribiendo todo el tiempo, aunque no esté frente a la computadora porque, como te dije antes, es un oficio que luego de haberlo aprendido no lo puedes dejar.

- Y para terminar, ¿cómo ves a la nueva generación de escritores peruanos de la que tú también formas parte?
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Creo que estamos viviendo un momento literario especial. No sólo porque hay muchos jóvenes muy talentosos, sino por el apoyo y los medios con que contamos actualmente y que allanan el camino hacia las publicaciones. Han surgido buenas editoriales pequeñas que están descubriendo y apoyando a los nuevos escritores. Me encanta que me digas que yo soy parte de esta generación, yo soy algo mayor que el resto pero estoy saliendo casi junto con ellos, así que es un lujo que podamos compartir este momento.

- Muchas gracias.
-
Gracias a ti.



 

 

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Entrevista a Susanne Noltenius, autora de "Crisis respiratoria" (Cuentos. Estruendomudo, 2006).
Por Gabriel Ruiz-Ortega