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Hilda Hilst abandona la vida disonante
............ para comprender la música de la muerte

Por Cristiane Grando*

 

"Una mujer encantada por la vida mundana que sedujo muchos corazones. [...] Después de retirarse para la Casa do Sol, sin embargo, Hilda Hilst transformó esa vitalidad en energía interior. 'La soledad es vivir mucho más para las cosas de dentro que para las cosas de fuera', explicó. En 1966, en un recinto de la hacienda materna, construyó su propio hogar, la Casa do Sol. Fue una especie de conversión, no propiamente una conversión religiosa, mas, podemos pensar, una conversión poética", afirma José Castello, en 2003, en Caderno B del Jornal do Brasil. A partir de esta introspección y de lecturas variadas -desde biografías hasta textos de psicoanálisis, matemática, física y, evidentemente, poesía y prosa de la literatura universal- surgirán versos que se fueron tornando cada día más complejos, piezas de teatro escritas con el deseo de denunciar las atrocidades de la dictadura militar, textos redactados en prosa poética, en los que lo sagrado y lo profano, la trascendencia y la sexualidad frecuentan el mismo espacio textual, además de crónicas bien-humoradas e irónicas que divulgaran innumerables poemas de su autoría, buscando siempre desenmascarar a la sociedad.

La vida camina en círculos. Hilda Hilst (Jaú, 1930 - Campinas, 2004) abandona el mundo disonante en que vivimos al mismo tiempo que inicia su trayectoria por la inmortalidad. La autora de Amavisse tenia conciencia de la eternidad del alma y de la eternidad de su obra: "Las barcas sumergidas. Centellantes/ Bajo el río. Es así el poema. Centellante/ Y oscura barca ardiendo bajo las aguas. [...]// Las barcas sumergidas. Mis palabras./ Podrán arder lunas de eternidad./ Y doctas, de ironía las tuyas/ Solamente a través de las mías vivirán." (1989).

En este momento de despedida de una de las mayores escritoras brasileras del siglo XX, los lectores son invitados a releer sus tres primeras obras, Presságio (1950), Balada de Alzira (1951) y Balada do festival (1955), que acaban de ser reeditadas, en este verano de 2004, en un único volumen, Baladas, 12º título de las Obras Reunidas de Hilda Hilst (Editora Globo, organizadas por Alcir Pécora). En un epígrafe de Balada de Alzira, Hilda Hilst anuncia dos temáticas de predilección: la muerte y la busca de Dios. "Somos iguales a la muerte. Ignorados y puros./ Y mucho después (cuando el cansancio brote de nuestras alas)/ seremos pájaros blancos en procura de un dios." En su obra, la autora de Sobre a tua grande face renueva la forma convencional de relacionarse con Dios y con la Muerte: "Juntas. Dos naves/ Números/ Dos rumbos/ En la búsqueda de un dios.// Y las mismas preguntas/ En el siempre/ asombroso instante." (1980). Poeta y Muerte están juntos en la tarea de la Vida, "a la caza de la Nada".

A pesar de cierta regularidad rítmica de los poemas, especialmente de los versos escritos a partir de Júbilo, memória, noviciado da paixão (1974), puede notarse que Hilda Hilst aprecia, y mucho, la irregularidad. La escritora construyó textos al mismo tiempo estables e inestables. La obra publicada, en este sentido, se asemeja a los manuscritos de Proust estudiados por Philippe Willemart en el texto "Crítica genética e história literária" (Manuscrítica: revista de crítica genética, no 10. São Paulo: Annablume/APML, 2001, p.170): "A pesar del desorden de la mayoría de los 75 Cuadernos que reflejan una inestabilidad notable, existe un orden, esto es, una estabilidad en el sistema global de los Cuadernos, comprobada por el texto publicado, que posibilita la convivencia de sistemas inestables en un sistema global estable."

"Comencé a desestructurarme después de 20 años de poesía ordenada", afirma la autora de Ficções en 1977, entrevistada por Ana Lúcia Vasconcelos (Folha de São Paulo). La inestabilidad propuesta de manera consciente por Hilda Hilst no registra un universo caótico; al contrario de eso, el caos sirve para dinamizar el orden, para crear textos con formas y ritmos múltiples, huyendo de la monotonía y de la simplicidad la mayoría de las veces, sabiéndoles valorizar cuando asumen una función en el texto.

Desde sus primeros pasos literarios, Hilda Hilst sabe que caminamos en dirección a la muerte. En 1980, a los 50 años, siente la presencia sonora de la "negra cavalinha" batiendo con insistencia en su imaginario, en un silencioso y duro galope, semejante a los leves e incesantes golpes de "El cuervo" de Edgar Allan Poe, "Negro pájaro de ébano" venido "Del reino de la Noche oscura/ En esta hora negra, tan tarde/ Hora de sombra y locura", siguiendo la traducción al portugués de Isa M. Lando; ambos, Cuervo y Muerte anuncian la separación inevitable entre seres queridos cuando alguien muere: "Nunca Más!"... "Nunca Más!"... "Nunca Más!"... expresión retomada y recreada en los Cantares do sem nome e de partidas, última obra inédita en versos publicada por la escritora paulista: "Nem é corvo ou poema o Nunca Mais." (1995). En la obra Da morte. Odes mínimas, en imágenes y ritmos variados, Hilda Hilst compone cantos de deseo y repulsión a la "Velhíssima-Pequenina", que "tão escuramente caminha": "Cavalo, búfalo, cavalinha/ Te amo, amiga, morte minha,/ Se te aproximas salto/ Como quem quer e não quer/ Ver a colina, o prado, o outeiro/ Do outro lado, como quem quer/ E não ousa/ Tocar teu pêlo, o ouro// O coruscante vermelho do teu couro/ Como quem não quer."

"Estoy viva. / Más la muerte es música. / La vida, disonancia.[...]// Algunos días más/ y seré música. / Y serás tú a mi lado/ la nota disonante.", versos de 1950. En otro poema del mismo libro, la poeta se imagina muerta, y al amado velando su cuerpo y guardando sus ojos: "Cuando tierra y flores/ sienta yo sobre mi cuerpo,/ me gustaría tener a mi lado tus manos,/ Para guardar después mis ojos dentro de ellas." Jorge Coli, en texto publicado originalmente en el periódico Folha de São Paulo en 1996 y divulgado en varios sitios, puntualiza: "El poeta intenta la travesía hacia la muerte y con él seguimos el camino del amor perdido, del amor apartado, del amor contenido y mudo. Revelado por la poesía, la muerte y el amor, están hechos de polvo porque hechos de materia, se eternizan 'impulsos para perpetuar la Duración'. Hilda Hilst va a buscar en la esencia de la materia sus palabras." A los lectores, Hilda Hilst dejó más de 40 obras, escritas bajo influjos amorosos intensos - júbilo por la poesía y por la vida, siempre; y por el hombre amado, que se funde en la imagen paterna de Apolonio de Almeida Prado Hilst, con quien la hija tuvo poco contacto debido a la temprana separación de los padres. Queda ahora, a los admiradores del trabajo literario de Hilda Hilst, el deseo y la voluntad decidida de leer, releer y compartir con las futuras generaciones los textos hilstianos y de la literatura universal, muchas veces citados por la autora de Tu não te moves de ti.

 

 

Texto publicado en português en el periódico Garatuja. Bento Gonçalves-RS, no 65, março de 2004, p.6.

* Cristiane Grando (Cerquilho, São Paulo, Brasil 1974) poeta, fotógrafa, traductora e investigadora. Laureada UNESCO-Aschberg de Literatura 2002. Directora de Jardim das Artes: espacio cultural y residencia internacional de artistas - Cerquilho-SP. Ha publicado el libro Caminantes: poesía en francés, portugués y traducido al español por Leo Lobos (2003). Defendió magíster y doctorado en la Universidad de São Paulo (USP) sobre la obra y estudio de manuscritos de Hilda Hilst. En la Universidad de Campinas (UNICAMP), desarrolla un post-doctorado sobre crítica genética y traducción de Hilda Hilst al francés, además de realizar un trabajo de difusión de la obra hilstiana en Francia, Chile y Perú, junto a los poetas chilenos Francisco Véjar y Leo Lobos, y a los poetas peruanos Reinhard Huaman Mori y Cinthya Torres.
crisgrando@yahoo.com.br

 

Traducción: Leo Lobos


 

 


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Hilda Hilst abandona la vida disonante para comprender la música de la muerte,
por Cristiane Grando,
traducción de Leo Lobos.
marzo de 2004.