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Hombre Muerto



por Juan Paulo Huirimilla Oyarzo

 


 

 

HOMBRE MUERTO


“Es preferible no viajar
con un hombre muerto”
(Henri Michaux)

 


Amanezco en un viaje
veo por entre vidrios cómo desaparece
el bondadoso bosque que conoce mis pasos
el desierto alumbra en soledad
y la mirada de los otros parece
al cruzar el túnel del infierno.
Vaqueros disparan a siervos
Y hombres montados a caballos
Se detiene el tren a carbón
Yo vuelvo a la aldea más mortuoria de todas
en que se construyen
Ataúdes por doquier
Pendencieros sospechan de mí
Un caballo alazán levanta sus pisaderas
Alguien me apunta con un arma
Fantasmas me señalan sin decir mi nombre
Pido lo amargo del ser
Rehúyo de los taberneros
Cojo una florista de papel
Iluminada por un candil
Su mirada me devuelve a lo oscuro
Dispara el otro en nuestros dos corazones
Su sangre júntase con la mía
Yo gatillo la palabra realidad
Para morir este espectro
Una fugaz estrella alumbra mi huida
Con nadie mi redentor
Quien me habla con el lenguaje
De lo mortuorio
Despierto con un cuchillo en mi pecho
Mis redentores cabalgan detrás
De mi alma mientras nadie coloca
Greda en mi follaje
Piedras circulares conversan con la luz de la noche
Sobre mi nombre y mi decir:
“algunos nacen en el dulce encanto”
¡oh! el infortunio de la muerte
cuyo trueno avanza por entre
los ojos del vacío
yo me detengo ha observar el osario del animal
cuya lucha es el tiempo
mi infinito es hurgar en lo precario de la mirada
escribir la vida con la sangre de las palabras
por eso pregunto al espíritu vago de la nada
si las cosas ocultan el primer lenguaje
he comenzado a vagar por la noche
sin el humo del tabaco
sólo lumbre y el filo de un cuchillo
mi rostros suele aparecer entre árboles
por el morir de aquellos que dejaron de soñar
como aquel niño negro que sangra
en un pozo de agua
Abuelo Latúe qué es lo que ve nadie
El rostro de Blake muerto de sí
- Ahora os maquillo Williams
con las cenizas de las estrellas_
no he comido ni bebido
por eso veo lo innombrado
duerme poeta aquí mi manta
y el follaje de este mundo
yo callejearé por los códigos del bosque
hacia dónde caminas nadie
miro hacia arriba y sólo veo
cortarse las nubes:
mi poesía ahora es disparar
y hacer morir al otro:
“algunos nacen en la noche eterna”
mirad cómo burbujea la sangre de su cabeza
en momentos en que un aguilucho grita
el caballo pase y los coyotes nos persiguen
he tenido la visión de los seres que cuidan el bosque
huelo huellas
rodeo mi potro
y disparo con mi Whinchister
a los seres que me clavan flechas
cómo tocar el cervatillo muerto
oler mi sangre que es mi entrada
a su mundo
sacar el sombrero para dormir
junto a él
en el mismo espacio
con que doy vueltas en mi mundo
Nadie me guía hacia el río de arriba
Para cruzar el espejo en que se une
El mar y la tierra
Yo soy el celaje de aquel color del sol
Que brilla como el oro
Os digo:
Vuestra sombra va por detrás de ti
Lo oscuro de la poesía que no permite
Que tu alma vuelva hacia el mar
Nadie mi claridad no dispara
Sólo aconseja y pide tabaco
Para soportar lo invisible
Nadie ha visionado desde la luz:
“algo de humo y fuego
para cruzar por el espejo”
disparo a los infiernos
mientras nadie libera
a los caballos de la razón
vuelven hacia mí
los metales de Cristo
ufa el caballo pintado por ello
Huelen mi sangre en la otra canoa
Del viaje al cielo
Mi sangre comienza a estilar
En la canoa con que cruzo
La oscuridad del bosque
Que se quema
Mi sombra sigue con su contra canto
Los animales la nombran e indican su mirar
De este viaje el mundo sabe
He cruzado al otro lado de lo dicho
Aquel río que acompaño
Desde mi vivir
Nadie me guía hacia su aldea
Donde aún arde el fuego
Primero de la realidad
Uno de los suyos me reconoce
Habla a mi guía
Por la boca de un pájaro
En angarillas el otro miramiento de la muerte
Sólo respirar y levantar la simiente
En espera de la canoa marina
Escucho gaviotas y gaviotones
Gritar alrededor de mi circular
El rostro de nadie alejarse
Con el disparo
De su y mi misma sombra
Las nubes dan vuelta
Yo sólo me adentro al mar
Donde existe sólo marea alta
Para ser luego
Águila del sol.

 

 

OSARIO

“It is preferable not to travel
with a dead man”
(Henri Michaux)


Adónde dices que me llaman anciana de paz
El gran espíritu nos hace entender
El porqué del nacimiento del búfalo blanco.
Hoy seremos nuevamente una manada.
Es el momento en que todas las tribus
Vuelven a decir
Alrededor de su circular.
¡Oh! Adónde dices que me llaman
eco de mi voz.
Y vosotros qué haces aquí en Quilacahuín misión
Qué cronista abre la página
Del río bueno que flotar el cuerpo ha
Tomar esa voz de Rahue
Cadáver de agua
Qué Yancacura encubre lo transterrado.
_tuve un sueño que venían cueros sin mordiente
Trilkewekufu que le nombran_
_Cruzaba el toro debajo del vaho
se vieron burbujas
hundir nuestra marina embarcación quiso_
Cerca de la barra espumosa
Habita el osario del hombre
Que no vez lector la cordillera
Llover de sangre
El copihue rojo en el cielo ver
Enredarse en mis ropajes.
_Ya no podemos cazar el león
arrebatar su hígado y hacer azul
para el jefe de la reducción_
_Os digo que este es mi contrapunto
de cómo las cosas son en el ver_
Luces rodean la borda de un bote
Que balsea hombres que no orillan.
El ómnibus bordea Cantiamo
Huacahuincul, Pupañimo, Quitra Quitra
Donde la contra es beber
Hojas de maqui dadas vuelta
Crecer así de espaldas al mundo
Al mirar.
_En agua fría hijo con el primer rocío
acaricia a tu madre_
Oír cómo se duerme el fuego
Del entierro brillar
Por entre cercas
_El pinal se llevó un pedazo
de nuestros huesos_
Viene entrando un tiburón con boca caída
por la barra donde espumea el hombre.
Haz huella con el timón
Tuerce y huye
Da vueltas
Que no te alcance la sombra
Del animal encanto.
Hay ahí coleando el mundo
Una casa donde manejan el arte
Donde hacen blanquear
El ojo del ser
Para luego huir fuera del horizonte:
_ Yo he quebrado el mal
con una rama de hinojo_
Aquí no hay isla sólo un ojo de mar
Esperando entrar por el río del cielo
En cuyo lomo navega el hombre
Con sus estacones de paria.
A propósito de qué nombras a tus muertos
Desenterrados en el agua
Volver quieren al mar
No al foso
en que el wekufu guarda
El espíritu sin mirar.
Adónde dice que me llamas memoriosa
Este río avanza con nudos
En su miramiento.
Yo como no soy diaguita
Ni he viajado por Chile Mapu
Anclo con islas
Rodeado de tiburones ahora
Para soñar elevando mi cuerpo
Por arriba de cercas.
Adónde dices que me llaman madre vieja
Ya voy orillando el Rahue
Y he visto la mirada
De las estrellas reflejarse
En el hablar de los pájaros.
Un espíritu que se ha encantado
En la roja viaja a lo invisible
De la cordillera pelada
_Vengo hablar contigo
desde arría del agua_
Mi nao navega con un sueño en la proa
Para anclar en el límite del mundo
De unos ancianos que dicen:
_Cambia esa agua hijo
pues es el río del cielo que habla_
ver el osario tapado por la neblina
aquí donde el río viaja hacia el mar
se junta con la espuma que guarda
nuestras propias heridas.
Adónde me llevas memoriosa
a la fosa en cuyo fondo
habita el hombre y un árbol
florecer aún.
A qué tipo de agujero.
_Soñé que me había ido en un bote
al otro lado el botero esperaba
vino por mi llamado
yo fui solo
alguien empujó_
Sé que mis hijos hoy se reunirán
Volverá Pedro vagabundo desde Argentina
Estará cruzando la frontera
Por el lado de Neuquén.
Adestiempo mis nieto sumergen sus bocas
Buscándome en lo oscuro
Del agua y el bosque.
Paso por grandes lluvias ahora
Mis remos se sumergen en el río del cielo
Quedo encantándome
En la roca que habla.
Cruz en una oveja
Me sonríen sus ojos
Yo le doy mi palabra
-Un pihuel cae sangrando en su mirar_
Oíd cómo cae el clavicordio
Pues este es otro tiempo
La antorcha que nos alumbra sigo
Hasta llegar al vacío.
Del otro lado está pronto
A salir el sol
Hay que colocar el espíritu en la piedra
Que aún habla
Llegar a ella con el botero
Y un caballo blanco como una llamarada.
Voy detrás empujando la embarcación
Que mi abuelo ha soñado
Toda la isla llora
Vestiduras negras las mujeres
En mis adentros heridas.
Escuchad el agua del espejo
Atravesar el sol.
Ustedes conocen el espíritu
Cuya hoja guarda la niebla
Del que golpea el corazón
Del ser del mundo
Con una piedra relámpago
acompaña el agua deste ser
antes que aparezca el lucero del alba.
En las Juntas se une
El río de arriba
Con aquel que trae greda
En su oleaje
Ahí los huesos de los desaparecidos
Brillan con el sol del otoño
Justo en el momento
en que una bandada de garzas
corta nubes y lluvia
más abajo en Yancacura se alza kai Kai
y Tren Tren lo mira desde Kofalmo
con un anciano vestido de lanar
que grita Tren Tren
para que no suba nuevamente el mar
como una gran ola
al mundo de la memoria
en que el tiempo es un espiral
de cenizas
que removemos para el decir.

 

 

 

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Juan Paulo Huirimilla: Hombre muerto.
Poesía.