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LA LLAVE
DE LA OTRA HISTORIA



Ingrid Odgers



Prólogo

Estoy aquí para reconstruir la voz más antigua -dicen la de Eva-, para mirar distinto. Estamos acá para retomar las historias y sacudirnos como pájaros presos las costras enmohecidas de siglos y símbolos. ¿Será atrevido y justo asumír con abundancia nuestro destino…"el lugar de nuestro vuelo"?

Esta posibilidad e interrogante parece sugerirnos Ingrid Odgers en la lucidez de su canto. "La llave de la otra historia" aparece como una inscripción definitva, testimonio que quiere escriturar la existencia de paraísos diluidos en canto, relámpagos que expanden su eco de ola sideral, golpe a golpe, cuerpo a cuerpo, renacimiento.

Esmeralda Mora Luviano
Poeta
Zihuatanejo-Ixtapa, México
Diciembre 15 de 2004

 

* * *


"porque todo lo di, ya nada llevo…"
Gabriela Mistral

AGRADECIMIENTOS:
A
Millaray Harms
amiga
y viajera incansable
por dar
vuelo a este proyecto
un 23 de octubre
en el apacible Quillón de la Región del Bío-Bío
con la solidaria mirada de Alemania
y el amor de chilena incurable.

* * *


A María Cristina
por la amistad y consuelo

 


UNA INFANTA

Soy una infanta en lágrimas ante la presencia de Cristo
los lazos inviolables la red del albedrío
Arrodillada sobre las hojas del Miedo a la Libertad
encuentro redención sobre el halo de tu vientre

Posada al borde del sueño más antiguo
al borde del abismo que no registra mi historia
al borde del farol sempiterno la alta nube del círculo
el oráculo que no pregunta ni retiene mi nombre
la sinfonía del canto sobre esta cabeza

Un golpe
el hechizo
liberado en la noche
Un golpe
sobre el cielo
al que vuelvo los ojos
Buscando afanosa
un lugar a mi vuelo

 

EL ÓLEO

Me has otorgado el óleo. Esa liturgia tan tuya de saber
que te pienso. Con tu susurro palpas la cítara del alma
transformada en la llave del poema que cincela los cerrojos
y divulga furiosa la otra voz sumergida en la caricia
cantada por el grito de tu boca.

Destrozas páramos de norte a sur
de este a oeste
en la bahía azul que te arrebuja
El horizonte de naranjas cae
sólo por ser tú
sólo por ser como entras en mis ojos
que observan insaciables
lo arcano de tu templo
Su fulgor

 

HARTA

Harta ya de cargar tus arquetipos
empapados de hombría y simbolismo
yo la Eva relegada
el cristal etéreo en su discurso
abro un nuevo paradigma

Entrego mi reclamo
este olor culposo a manzanas
y azahares en fiesta
hacen de mis sábanas
mitos traviesos
Mi ojo es otro
como otras me siguen
Gritan
Ruegan
Exigen abrir sus grilletes
Prestamos las pupilas
para renovar la mirada
Volvamos al origen
El diálogo está abierto

 

 

CAMBIO

He cambiado bajo el arco envolvente de tu respiro. Se esfumaron agónicos los fantasmas, la turbulencia de tus aguas ha desatado la prisión y el verbo vuelto carne avasalla la impúdica presencia de las tinieblas. Me levanto emanada de tu boca. Estoy y eso basta porque presides mi mesa.

Eso basta
.......... y sigo la lumbre que tu mano lleva
.......... Sólo por eso
.......... no salivo los harapos mutilados de la memoria

 


CABALGO

Cabalgo hacia la cumbre escudriño horizontes. Quédome ciega sin caminos.
En el zurcido extraño de esta alegoría me acomodo a Marte y Venus.

Rescato mi armonía
vuelve la paz
Afirmo
que en lo arcano de la historia
estábamos las Evas
pincelando teorías

 

EVA

Edipo se ha paseado insolente
Engulló impío a mi amado
Entonces hice las maletas para cerrar la historia
la búsqueda de otros mundos
ajenos a mi falda
De nuevo a los orígenes
donde habita la Eva desolada
En la nacencia de la vida
lejana constructora, albañila sediciosa

Tras el derrumbe
nos nacemos
sin prejuicios
sin pancartas
sin ataduras
la posibilidad del infinito
el sueño consumado

 

EL ABRAZO

Has parido duraznos maduros sobre mi cielo y trizado el abismo de los días. Desde tu centro las nueces del sosiego han roto los enigmas. El fruto de Dios hemos comido. Luego arreció el descanso donde las centellas del mundo con su horroroso lamento no lograron tocarnos.

El Universo se ha plegado
en este abrazo
de oriente a occidente
se han llevado los trenes
su carga mortuoria
Multiplícase la primavera
en el resplandor de las piedras
arrullamos el espléndido abandono
rompimos cautiverios
mordimos tácitamente
los prejuicios
Es nuestra toda la geografía del orbe

 


NADA MAS

Yo no soy más que eso amor
lúgubre verso descolgado de los labios
un ciervo en la brutal presencia del gentío
y tú
el serafín que irradia mariposas celestes
ante la animal presencia de una corte impía
Te busco en el huracán de los siglos
ansiosa de tu lengua como el pájaro al nido
No soy más que una larga tristeza
diluida en tu magia
incinerada en tu volcán
Soy
en el verdor de tu cuerpo la pelusa calva
sobreviviente del hierro la herida rota
un desierto incendiado por tu llama
................... donde bebo ferozmente
................... las veinticuatro horas
................... que vienen y me estrechan
................... cuando no paro de pensarte

 

HE VUELTO

He vuelto a nacer en una calle sin nombre
en tus ojos castaños en tu boca salada
en el concierto de savias exento de nostalgias
De un útero henchido de truenos y estrellas
he vuelto a nacer al rayar el día
en el diálogo que relega la sangre a su fluido
sin pecado en el embrujo de cerros marítimos
De néctares que exhalan tus piernas a mi regazo

No hubo golpe ni llanto en tu velero
El más espléndido delirio manado de tu médula

De tu blanca mañana
en una calle sin nombre
he vuelto a nacer

 

 

GUERRILLERA

Entras en mi galaxia como un cirio en liturgia guerrillera del alma. Vas desnuda como un venado a la majada. Yo abro el portal de sábanas como el mar su rugido para que invadas perfecta y mínima el ocaso que eclipsa en murmullos tibios la madera.

Vienes descalza a vestir el crepúsculo
Un cuarto fosforecido en tu presencia
Te conviertes en mi piel y en ella
busco insaciable el misterio de tu lengua
Entras con furia a crucificar el imperio
en el relámpago del orgasmo
Lavas los aciagos horizontes que rondaban
(negros cuervos en los bordes de mi cama)
Mandarina errante en la búsqueda guerrillera del alma
Entras en mi galaxia como el cirio en la liturgia



LA CUERDA

Te cuelgas de mis párpados al nombrarte
abruma infausta esta agonía
de soñarte despierta
al descubrir la cuerda
el ansia tensa de mi vientre.

Pobre agujero que desnuda y nutre este nido de vacío.
Pobre de mí que de lobos y angustia cubro tu ausencia.
La ceniza envuelve este día y huye el ojo del destello.
Mi lámpara apagada.

 


ECLIPSES

He marcado tu casa y tú hiciste filigranas en el subterráneo de mi blusa.
La gaviota rehén del hades ha ascendido a los cielos luego del infernal escarnio aquel que nos deja sin ojo sin latido.
Mayores fueron los luceros. Abolieron los eclipses de luna. Los has dejado en la planta de mis pies en el contorno de mi oreja. Fulgentes en las palmas generosas en mieles en racimos.

Yo no volveré
a estampar mi nombre
en esa puerta
Como duraznos
refugiados en tus pechos
no volverán a sellar tus ventanas
imperecederamente abiertas
para recoger
el ala herida de mis pasos.

 



ALONDRAS


Somos alondras que en su vuelo desandan esclavitudes
Desbaratan dominios que azotaron en fusta sangrienta
Espinas clavaron en el silencio el búho de la angustia
los triturados soles del fracaso
El lento vagar de incertidumbre que colmó el cáliz del hastío
La redención viene de lo alto
Una espera se rompe. El llanto se extingue en la última tortura. Cantamos libertad en el parque de los sueños y la luna encendida despliega sus alas en el techo del infante.

Somos alondras
liberamos promesas
como el vino sacro
en el exilio

 

 

LOBAS

Y fuimos lobas atrapadas en la jaula del infierno que se buscan y esperan en el torrente.
Acá estamos en el huerto del estío corremos el riesgo de trascender los sinos. Desentrañamos enigmas bajo velas y vainillas
Hambrientas devoramos las heridas y el viejo loco de los años reivindica la cordura cuando mira extasiado como se rompen los hielos que entumecieron los huesos de las barcas. La llave ha penetrado la puerta de este extravío demencial y se roba en segundos la ebriedad en su nostalgia.

La araña de lo efímero
La torpe obsesión
que gesta soledad
y el embrujo
de unos ojos
que no fueron
Ha muerto en su isla
la palabra equivocada
El eco del mar
pronuncia otro nombre
besa húmeda su arena
Se han roto los cristales
Se ha ido al último rincón
el espejo innombrable
aquellos versos invernales
tan opacos a la pupila




TU VERSO

Todos los nombres se disipan enfermos derrotados ante la batalla de tu verso
piedras de luz y voces. Luego de la tempestad el enemigo no pudo emitir ni una sola protesta. Tu osadía trizó con dedos insurrectos un piano desvencijado que nunca más quiso tocar cuando el corazón puso su oído en tu boca. Un tesoro invisible en la punta de tu lengua. Destellos divinos alcanzados en un solo instante. Y los libros sucumbieron. Uno a uno colgados en la muralla del olvido.

Huérfana quedó la palabra
para charlar con ella
bajo tu cama
En cambio
yo no huí
cuando los nombres
fueron devastados
permanecí contigo
para construir
los versos que soñabas

 

 

CITA A CIEGAS

Manuel Montt hacia el mar descifra misterios en el fuego inciensal de la mañana. Un canto sereno de rayos traslúcidos acompaña los pasos lentos. Hay que alargar el instante. Remitir la emoción y escanciarla en la vértebra luego de nombrarla en las noches insomnes.

A tu llamada voy
como al redil
la oveja estremecida
en el herbaje
El viento ahoga tinieblas
Tu copa se pierde
en el bálsamo de la mía
Manuel Montt hacia el mar
se estrecha el abrazo
en las pupilas ávidas
de esta cáscara mía
fragmentada de esperas
Antónima diestra
me conduce al enigma
donde la llave
abre el arca sagrada

 

 

PRISIONERA

Menguada prisionera soy luego de ser ladrona del goce furtivo donde me cortaron la lengua y mis ojos disfrazaron.

Estoy liada en la marea
que cortó mis alas
Tu palabra virgen
rompió el grito de la sombra
En el sudor de la danza
brilla el bendito chorro
Nunca más
la negrura silente
que trajo el monólogo
y la distancia

 


GRUDADA

Te deseas grudada a mi espinazo y yo tiemblo en madrugadas que no alcanzo a definir. Apuesto a la vida una vez más. De lo alto viene el soplo que impregna mi célula. Como un agujero se avizora la senda.

Con tus labios benditos
destruyes la fatiga
la fe inflama la vértebra
Aferrada a tu grano
invento virgen el mundo
El reloj abre la cárcel
descuartiza al miedo
La jungla cierra su labio
al escuchar tu voz
Grudada a mi espinazo
proclamas los reinos
mengua la cuerda del abismo
y torrentes de sangre
derrotan los fantasmas
Sus dientes marchitos
no enmudecen
el canto de tu silueta

Arde el rito del consuelo

 


UNA LEONA


La fuerza de tu voz impulsó el sortilegio
Tu boca fue el seno complaciente
En éxtasis una leona danzó en la mejilla
Sol de primavera tus manos
Rasgaron grilletes

En la garganta de tu selva
murió el ojo taciturno
Se desvaneció la cárcel
en el rugido
que absorbe la loca lluvia de la tristeza

 


EL PERFUME

Derramas tu perfume sobre mi cabeza y con tus manos recoges mis lágrimas. De tus cerezas obtengo el perdón.

En la semilla de tu vientre
baila húmeda mi ansia
Lloro quedamente
al repetir el gozo
en la campana del rito
Abandono esta cáscara
para reclamarte
repetir tu nombre
y nuevamente
devorar las uvas
que cuelgan de tu voz
Una vez. Otra vez.
irrenunciablemente.

 

 

BELLA

Espero tu llamado y sonrío al recordarte. Adivino la brisa frutal de tu sonrisa. Bella entre las bellas tu armonía me viste.

En el tráfico incesante
huelo el parpadeo de tu estrella
disipa el frío congelador.
escurre la oquedad
los tentáculos de la angustia.

Murió el halcón de la rutina

 


ACERTIJOS

Enmudece la boca tu osadía. Sonroja la fosforescencia de tus pupilas. Escudriñas acertijos en mi ventana.

La inocencia abandonó mis maderos
Los corceles del desvarío
derraman embriaguez
en el muelle del silencio
Mi barca en el embrujo de la vigilia
abre el cofre sacro de tu pureza
En el rito supremo
agoniza la queja y el gemido
El resplandor del pecado
que acusa el ojo ciego
no precisa dobleces

Las dudas no tienen cabida
en la lengua ajena
ni en la punta breve de tu meñique

 


SOBRE TU ALA

Se posa mi ala sobre la tuya. Ya no soy la que calza disfraces. La cloaca citadina bebió el ego y la vanidad arrojó su corona. Cubre esta desnudez la perla que no se entrega a los cerdos. La boca del desdén rodó a los abismos.

Sobre mi carne viertes tu copa
y se postra mi torpe disfraz
El bullicio de los sueños
absorbe el terrible desconsuelo
El prodigio de tu albor
consume la desdicha

vivir sin saber lo que soy

 

 

INVITACION

Líbrame en tu aire calcinemos los agrios recuerdos. El pasado tortuoso el coloso de la derrota. Quebrantemos el lazo del verdugo el torpe despertar en los muros del temor.

No me dejes colgada
en el ventanal de la memoria
Abre la aldaba de tu puerta
libera los fantasmas
desliza sobre mis pasos
las frescas hierbas
de tu aliento

 

 

SIN FAROL

Eros y Tánatos invadieron mi párvulo paso. En su trote feroz
cegaron las ventanas. La espada del teorema rasgó el farol
encadenó la corteza con la cortina del prejuicio

Huérfana quedé
y desnuda
se encendió mi náusea
rompe los abismos
con un clamor:

QUE LAS HOJAS ABRACEN
A LAS EVAS

 


PALABRAS

Hay amor en la palabra. Púrpura fragancia que vuela para dar la vida
Espuma arco iris en ausencia de lluvia y relámpago. Arranca las espinas
El olor de la muerte la fatiga.

Se funde tu lengua y la mía
en la exacta comunión
donde los ojos del cielo
miran con asombro
el desgarro de las máscaras
Luego de la batalla
el pan que alimenta
esta boca

 


DESCUENTOS

No hay tiempo que perder enredada en la curva del rechazo. Derrocharlo es un acto sacrílego.

Las rodillas danzan en el huerto
hastiadas de padecer como mendigas
acusadas por la hiena del cosmos
Envueltas en el papiro del misterio
tus piernas buscan las mías

El closet abre su postigo

 


ADIOS A TODO ESO

Irrumpes en el cuarto de la desolación. Las constelaciones turban los cielos. Ha concluido el viaje de la espera. El reloj de los tormentos. En los días ancianos probé el cáliz equívoco. Colgada al salvavidas de mi pluma rompí la sierpe de la orfandad. Los vagones retornan la memoria y la boca del tiempo se alimenta en tu seno espanta la jauría citadina el imperio de las letras. Usurpas los punteros insolentes. No hay lágrimas ni balas.

Guardas las maletas
de mis viajes frustrados
Te conviertes en la patria
mi bandera
El fuego al que me rindo
sin tapujos

 


PALOMAS

Hurgo en tus ojos las almendras que pregonan amor. Los galgos desbocados provocan vigilias. Somos palomas al vuelo. No existe el salmo inconcluso no hay violín desechado. Desangro en la marcha de tu rostro infinito. El frío no arropa mi anhelo. Se escurre el ala fatigada bajo el hueco egregio de tu mano.

Labio mío no te quebrantas
en el nocturno galope de las horas
estremeces almohadas
derramas el vino en mis costillas
la mies se yergue
............... Mi cáliz rebosa

 

 

AUSENCIA

El arco oscuro del miedo confunde tus pasos. La negrura enmudeció las aguas. Naufragas en puntos cardinales y la espesa garganta corta tu lengua. La barca del caos abrió sus alas y cobijó tu náusea en la sombra del océano.

Recibes el golpe helado de la fiera
se arrodilla el temor en tus granos
espuma el dardo de la desolación

Con dios ausente
sola, viva
sometida al conjuro en la historia
tiembla la fortaleza en el misterio doloroso
la cruel pesadilla
que te involucra a la pasión

El rosario
no lava
.......... el pecado del mundo.

 

 

GRITOS

Los silencios gritan amor y corren veloces las horas. Comemos inconscientes el fruto que rescata la tormenta. El rito disipa el vendaval del tropiezo y el latido de dios ensordece en el éxtasis.

Anochece el paraíso en mis ojos
y de mañana golpea mi puerta
expulsa la pútrida corola
que fornica con mi cólera
la gloria relampaguea

Los salmos inundan nuestro huerto.

 

 

AUTORRETRATO


Prolongo la sangre en los silencios
Salgo de la tierra con puños y lágrimas
en tu vientre canto
brota mi voz para no morir
unida a Rojas, Lihn
y Baily
metida en el suburbio de tu pelo
como la torpe inocencia de mi labio
Trastabilleo en la falta de nobleza
desmayo en la carencia
en el olvido
Me quiebro en la injusticia
me emociona el amor
el verso
la amistad sin condición

 


Ha muerto el fuego
La soledad suelta su llanto
El odio eleva su espalda
El rencor se asfixia
En la mandíbula
las colillas abrazadas
Son noches de espera y fatiga
La oquedad canta en oídos sordos
El homicida del verbo
ha consumado su tarea
en las cuencas vacías
Resplandece exhausta
la separación

 

 


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Ingrid Odgers: La Llave de la Otra Historia.
(Poesía)