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Una casa llamada Errance
Prólogo a "La extraña sensación de estar en casa", de Javier Aguirre Ortiz.
Editorial Nueve Noventa. 2023, 104 páginas


Por Jean Jacques Pierre-Paul
Poeta y algo más

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El poeta inquieto sabe que la poesía es también una casa, sin puertas, sin cerraduras, donde se puede amar la vida sin miedo a equivocarse. Hendidura por donde se derraman todas cosas no dichas. Las islas ya no representan el  aislamiento, sino la complejidad del ser. Cuerpos constantemente en movimiento. Todos tenemos una isla íntima, una casa extraña donde estar junto con todas las extrañezas de la existencia.

El poeta inquieto que es Javier Aguirre, que conozco gracias a la poesía, sabe que no es posible vivir en un solo país, una sola ciudad o una sola casa. Por eso en este poemario intenta llevar consigo la  extraña casa para seguir habitándose mutuamente. Por supuesto, es extraño habitar lo inhabitable. Te entiendo, Javier, pero debo confesarte que el olvido es también una casa. Es decir nada se olvida. Todo se transforma. (Eso lo acabo de descubrir en tu libro).

No hablo como un experto en poesía, admito que soy un simple lector de poesía. Al empezar la lectura del libro, esperaba  que su poesía aumente o sacie mi sed. Por eso opté una lectura pausada a través de páginas donde nos encontramos Javier y yo, dos errantes  que transitan por la mordedura del tiempo celoso de nuestro exilio.

La verdadera migración es siempre bidireccional, es decir, hacia ti mismo y hacia los demás al mismo tiempo. Eres también la tierra inconsolable que nunca has dejado de mirar. Para que no se superpongan los vacíos debemos abrirnos a las lluvias. La soledad del hombre es también la soledad de su vacío.

Javier me contó su sed a través de éstos poemas la mayoría cortos ; resulta que la sed de un errante la sed de todos los errantes. Al leer los poemas tengo la sensación de estar escuchando su voz diciendo: ¿Qué haces en la orilla del mar?, ¡Oh poeta!. ¡Sé olas infinitas!

Mientras más infinito es tu mar, más bello serás.

En este libro el poeta admite que la poesía es la suma de todas las posibilidades. Y que la suma de todas las poesías una casa inhabitable. Javier sabe que tiene una casa llamada Errance, que él construyó solo, no por necesidad de soledad (no puede ser salvado alguien que está solo) sino para estar en la intimidad de las palabras.

Me dió mucho gusto haber leído un poeta sin intención de conquistar. Un corazón que late como la tierra. Un poeta consciente de que los cadáveres errantes del desierto son los mismos que recorren nuestras ciudades, calles sin flores, ríos sin alas. Él sabe que no vale la pena nombrar una frontera que no sea poética. Todo lector sabe que un buen libro es el anuncio de otro. Espero el próximo, poeta. Espero que no te olvides de tus musas, tus mensajeras, tus viajes, la transparencia de lo indecible...

Salvado será el que fue nombrado por la luz
Perdido será el arraigado
Somos el país hundido que apenas percibimos
Morirá el que ha vivido en la misma soledad

Digo, para no prologarme más: ¡Salud, hasta la poesía, siempre!!!

Las Cruces 7-5-22






 

Selección de Poemas

NADIE

Nada. Nadie. No hay nadie. Ya no hay nadie.
He venido a buscarte pero está
vacía ahora la casa. Ya no vive
nadie. Y he preguntado a los vecinos,
no saben, dicen, y se encogen
de hombros, yo me encojo
de hombre, de hambre. Yo venía
a verte, y ya no estás. Está la casa
vacía. Ya no hay nadie.Y doy la vuelta,
aún tu calle tibia
de sol, pero ya viene
el invierno: el infierno: nada, nadie.



PARÁLISIS

Es extraño este tiempo dividido.
Cortado el corazón, sin alimento,
sigue su hilo de roja sangre ausente
avanzando, avanzando: ya no nace.

Se borra de repente el horizonte,
las gaviotas, las nubes, todo blanco
como la tabla rasa de la nieve,
–pero el cadáver, ay, siguió muriendo.

Se ha apagado la luz. Se oye un goteo
en la cocina. Cruje arriba el zinc.
Tanteas los dispersos muebles. Sabes
apenas dónde estás. Pero caminas.
Sales al patio. Allí la luna, inmensa,
se te cuela en la boca. Te desmayas.


LA POSIBILIDAD DE LA POESÍA 

Miras al mar mientras te amarras los cordones del zapato.
Vuelan comillas en un paisaje ya inexistente.
El río que se dibujaba ha dejado su lugar al blanco de la página.
El blanco de la página es la luz.

 

ESTACIONES

La primavera y el otoño llegan
a un tiempo aquí y allá,
trenes cruzándose.

Uno al verano va, al invierno el otro.

Yo viajo en corrientes contrarias,
sé apenas, nunca, dónde estoy.

 

HAS DE VOLVER

Como Ulises llorando a la orilla del mar,
así estoy yo, y así se me nubla el aliento.
¿Qué mirar sino el mar? Pero Calipso
me promete la vida eterna, el vuelo
por dentro de una cueva al infinito.
Sé que habrá de llegar un mensajero
de los dioses, me lo dicen las nubes.
Y volveré ya al mar que aquí alimento.

 


TRANSEÚNTE

Por qué siempre vuelve mi corazón
a las oscuras rêveries
a los paseos por el Sena
a los cartones de la plaza
por qué las botellas alojan
uno o dos trámites gozosos
donde poder perpetuar
el gusto insano de la especie

y el gusano de la emoción
me mira con tantas palabras
en el paradero de siempre
por donde te veo pasar
sentado en el momento triste

 


FAW MÜLEPAN

Me dijeron
¡ubíquese!

yo soy muy obediente

giré
miré los montes 
siempreverdes al final de la calle
borré el rumor del tráfago
adiviné la luna
y los planetas

y me dije

aquí estoy
este es el centro
aquí escucho
la lengua de la tierra
aquí me ubico

(((mis ramas resplandecen)))

 

DESNORTADO

Siempre hay algún poema que no encaja
siempre hay algún calmante en la mesilla
no sé si este sonido es tuyo o mío
no sé quién soy acaso nunca fui

este conjunto está desbaratado
voy accediendo a un ámbito impreciso
no sé si estoy aquí o estoy allí
siempre hay alguna pieza desnortada

puede que seas tú lo que no digo
tal vez nunca empezamos a salir
hay acaso una rima que no encuentro

no creo que esto deba ser así
para qué andar buscando en las palabras
una salida una verdad un fin

 

De los largos veranos al sol
queda todo el amor en mi pecho.
¿Qué implica la luz de la infancia?
Los días se extienden como naufragios,
cartas recién abiertas.

No hay cómo nombrar lo que es todo.

 


WIÑOTUAN

Wiñotuan, Wallmapu, may,
müley tañi wiñotual.

Wiñotuan, ñawe, fotüm,
wiñotuan.

Faw püle afay ta walüng
Wallmapu mu llituay pewü.

May, kimfiñ, may wiñotuan,
mütxümenew, may, ti mapu.(*)

 

 

[*] Volveré, sí, Wallmapu,he de volver. / Volveré, hija, hijo, volveré. / Aquí está terminando el verano, / en Wallmapu comenzará la primavera. / Sí, lo sé, sí, volveré, / la tierra me llamó. (El poema partió en mapuzugun, la versión de esta nota es literal, no literaria).

 





 

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Prólogo a "La extraña sensación de estar en casa", de Javier Aguirre Ortiz.
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