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UNA CRÍTICA A DOS PLAQUETTES
Secretaria de Gustavo Barrera Calderón, y La Dormida de Kurt Folch
cuadro de tiza ediciones, 2014

Por Jorge Álvarez
alvareztjorge@gmil.com


 



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Esta  crítica es  fragmento de la tercera parte del “Libro Objeto“, escrito al cual pertenecen una serie de citas  señaladas oportunamente. La tercera parte del  Libro Objeto no ha sido publicada. [1]

En conversaciones con otro poeta se  presenta  la idea de intervenir las textualidades, pero sin alterar el sentido, permitiendo  un texto legible en lo semántico, que de alguna manera mantuviera un relato mínimo, la presentación de configuraciones léxicas que remitan a una construcción en función de una realidad X, sintácticamente aceptable. En vista de un trabajo sobre los significantes. Estructuras léxicas, gramaticales, sintácticas; formas en la construcción del tiempo-espacio, del hablante. Convenciones que conforman nuestro lenguaje e intervienen nuestro anecdotario, el relato, los discursos de lo cotidiano. Mi obstinación en dar con un conjunto de convenciones que no se presentan en primer plano cuando hay un receptor desprevenido, pero que al momento de la elaboración del poema  son de una evidencia que se reitera.

Si el surrealismo creó su propia retórica, el experimentalismo también, y esto  se comienza a notar en el desarrollo de distintos poemarios. Estos metalenguajes no son el porvenir buscado en este encuentro con nuevos procedimientos que se investigan desde  un Arte Conceptual, como una Metafísica del Objeto [2].  Otro aspecto son  investigaciones a partir de teorías del lenguaje.  Como también  una interpretación  del poema desde los procedimientos, los modos de elaboración del poema, dando con un diseño del mecanismo, lo que permite  distintas miradas desde este primer lector [3] que comienza a deconstruir [4]   este mismo hecho de lengua que es el poema, visto como una multiplicidad de convenciones, estableciéndose  esta misma deconstrucción como procedimiento poético. Pero la poesía es otra cosa, siempre es otra cosa.

Quizá los lectores seamos beneficiados en cuanto los poetas transparentan sus procedimientos, estableciendo un primer plano para indagatorias formales, en donde el procedimiento viene a ser contenido y forma,  reconociendo al lector como resolutivo,   lectura abierta ,como realización de una experiencia con los materiales con que se elabora el poema.

Hay una intención de mi parte cuando es el significante lo  que abre a otra realización del poema. El grafismo sobre la hoja comienza a tener la materialidad de un “Objeto”, lo que no deja de ser un Hecho de Lenguaje.

Este distanciamiento que nos dispone a reconocernos lectores, porque cuando son los propios anecdotarios, los relatos de lo cotidiano lo que se relativiza, cuando reconocemos nuestras propias subjetividades como construcciones de lenguaje.

Este texto versa sobre la mirada que antepongo a dos Plaquette publicadas por cuadro de tiza ediciones, en Santiago, 2014. Secretaria de Gustavo Barrera Calderón, y La Dormida de Kurt Folch. Trabajos que por su formato siempre son fragmentos de una obra mayor que por supuesto siempre está inconclusa. Condición aceptada y proclive al indicio, el equívoco, lo incompleto que provoca al lector, lo distancia. Establecer ya desde el formato un fragmento de obra indirectamente nos conecta con una comprensión del orden poético actual en donde todo discurso es fragmentario teniendo como contraparte al Sistema (Sistema de la Lengua). Tensión engañosa. Múltiple.

Me disculpan los autores, o mejor dicho primeros lectores por incluir dos discursos poéticos un tanto disímiles en su consumación, que en sus particulares procedimientos  más bien los confrontan. El Sr Kurt  se lee en relación a una deconstrucción, en una vía en que se sustraen, descomponen, omiten y fuerzan  a mantener al lector casi en la pura visualidad, pero  no es extraño que por mínimas que sean estas muestras de lenguaje, la costumbre no deja de hacer relaciones significantes, cosa que provoca diferencias y experiencias con la palabra y el lector. Negar  la lectura lineal, nociones de tiempo espacio, hablante, órdenes sintácticos, de los imaginarios cotidianos  se integran a convenciones de  carácter experimental.

La obra del Sr. Barrera que en un sentido se deja leer como registro de un relato ambiguo, tiene la particularidad de presentarse como una construcción remitida  a una espacialidad, plasmada en distintos planos, en donde este lector construye su propia mirada en diferentes imágenes de lo mirado, pero este procedimiento es al mismo tiempo contenido. Si sabemos que todo relato es una construcción de lenguaje, arbitrario como signo, estas  posibilidades de los significantes como procedimientos  son casi programáticos en distintos discursos poéticos actuales. Edición de materiales en distintos planos, etc.

No puedo dejar de sorprenderme cuando tomo la plaquette del Sr. Kurt y trato de desentrañar como lector desprevenido este conjunto de posibles lecturas, pero lo manifiesto en la visualidad de los textos, es que se presentan como poemas. Título, versos son quizá lo único que nos remita a este género y que nos guía en la lectura, en donde se nos presentan distintas palabras, mínimas construcciones léxicas que muy  acertadamente una amiga conceptualiza como “instantáneas”, que no dejan de llenarse de asociaciones , lecturas paralelas, pero también están estas palabras, estructuras mínimas que se presentan  concretamente como lo que son, esto es simples palabras, arrancadas de todo imaginario, desprovistas de toda autoría, huellas. Experiencias perceptuales, desligadas de todo propósito valórico [5]. Este afán cruza el arte del siglo XX, y nos condiciona como lectores a estas prácticas.

El lector puede  enterarse ya desde un principio del texto que la mirada que da mi lectura trata de encontrar rastros de la elaboración del poema, en ningún caso busca explicar el tema, lo que trató de decir el poeta, alguna lectura de carácter psicológico, y si de alguna manera hay evidencia de intención de significados estos son mínimos, secundarios. Si hay linealidad semántica no cabe duda que se ficcionaliza. Siendo meros procedimientos en la elaboración de los mismos. Sin duda que mi lectura puede confundir.

Cuando sustento que existe una  Metafísica del Objeto, lo explico así porque esta  experiencia en donde es la –realización- lo que prevalece.

Se concibe como experimentación con la palabra. Un objeto desprovisto de convenciones que le asignen un campo de relaciones en un sistema dado. Lo que resultará de esta experiencia se concretiza en una lectura abierta, que se visualiza  en distintos procedimientos que renuevan las lecturas, y en la práctica son la presentación de estos procedimientos  contenido y forma del poema. Hay un sustrato teórico que queda, una visión de conjunto de los materiales utilizados que sustentan la realización del poema. Estas cosas le suceden al poeta, no se pueden desligar de la unidad en que se presenta la vida.   El hecho de tener como centro la realización del poema, la experiencia que representa esta realización de alguna manera nos abre a otras lecturas. Es inquietante este vacío en que plasmamos un signo. El signo desligado de toda convención se nos presenta como “Objeto”, pero esto como procedimiento se predispone como  metafísica: un corpus teórico desde donde sistematizar un concepto. El Objeto en sí no deja se ser un hecho de lenguaje.

Una mirada sobre la obra del Sr. Gustavo sin enredarse en lo anecdótico, esa nostalgia en el decir del Sr. Kurt.  Esta inclusión de dispositivos formales, estos modelos que entrañan una especie de fragmentos de una lectura mediatizada por la forma, el relato siempre ficcionalizado. Quisiera decir que el tema de la banalización de los medios,  la nota sarcástica, pero en ello pierdo el texto, la formalización de registros verificados en la materialidad  textual del discurso que imprime sobre las hojas de la plaquette que se lee. Como acto se inscribe en lo arbitrario del signo. Todo relato en la puesta en acto del discurso tiende a la ficcionalización.

La espacialidad en el registro sintáctico, es a la espacialidad de los distintos versos en la página, las distintas palabras en orden al  espacio en blanco, como a las distintas construcciones  léxicas que se ensamblan en la linealidad de distintos planos semánticos que involucran una desvalorización del discurso, la misma ficcionalización como recurso. Esta mirada sobre estos poemas son la creación de un nuevo imaginario en donde las distintas lecturas que interactúan en la fijación del poema, sirven como otras posibles lecturas que develan formas para la configuración  de nuevos imaginarios  , una forma de aprendizaje con nuevas formas de leer, nuevas miradas sobre lo que siempre se da como desconocido. Si la subjetividad es una construcción de lenguaje, la realización de nuevas miradas en la lectura renueva constantemente lo que creemos por creación.

La materia a tratar en este opúsculo para bien del primer lector es dar con una crítica válida y en la medida de estas propuestas que ponen en cuestión  nuestra propia lectura, y este componente que transcribo en otro desarrollo de este ejercicio tiene como prolegómeno un hecho que ya se verifica en estas líneas. En simples palabras encaro una crítica de carácter propositivo, predictiva.

Leo con mucha atención algún escrutinio sobre los modos de hacer poesía experimental, pero el carácter de estas lecturas es manifiesta  desde la novedad, el desborde bibliográfico quizá promovido por la pedagogía,  mera enumeración, pura descripción. Hay que llamar la atención sobre las conmociones que significaron las rupturas formales a fines del siglo diecinueve, demasiado conocidas. Lo que implicó el creacionismo para las mentes de principio de siglo veinte en Chile, entonces no podemos pasar por alto estas consideraciones cuando en este momento no ofrece mayor dificultad presentar poesía que desborda el sentido común. Algo paso en los lectores en ese momento. Qué es lo que pasa con los lectores  ahora, cuando el mismo concepto de autoría perdió vigencia, podríamos decir lo mismo con el concepto de Obra. Por supuesto que este Poeta, este primer lector no es un simple observador. Lo que quiero clarificar es que esta lectura crítica es desde el centro de estas consideraciones, me implica como lector, modifica mis percepciones.

Estos indicios al margen: entiendo como una premisa el tener en cuenta  que una de las proclamas fundantes  del arte contemporáneo es unir arte-vida , y la experiencia misma como arte y esta premisa es eje en el arte experimental, en los inicios del siglo XX Duchamp rasuraba con la forma de una estrella su tonsura para presentarse a sí mismo como obra, y uno de los aspectos rupturista que implicó el creacionismo de Huidobro fue justamente la implicancia directa del poeta en la realización del poema, una especie de creación de mundos paralelos, en ello la intervención de todas las convenciones, una experiencia enriquecedora para el poeta. No es ponerle nombre para que la cosa exista, es escuchar un torbellino de voces que relativizó todo paradigma, esa experiencia aún permea el arte contemporáneo. En muchos de estos procesos creativos lo buscado no es una trascendencia, pero sí la realización misma del poema, la experiencia del proceso artístico.

En que sentido la desvalorización del hablante, la autoría, la simultaneidad de todos los tiempos, la reiteración, la presencia protagónica de los objetos, las palabras como objetos, la simultaneidad  de los espacios, su misma negación viene a decirnos, nos implica, genera nuevas percepciones desde  el arte  contemporáneo.

 

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Notas

[1] Tener como referencia un texto aún no publicado, o publicado en la web como fragmento inconcluso para una Obra que siempre permanecerá inconclusa, y que su Autor  ha tenido la delicadeza de desautorizar, que a la vez es intertexto de un discurso posterior en desarrollo; establece relaciones buscadas por este primer lector en una lectura abierta, sin posibilidad de clausura, o poniendo en evidencia la imposibilidad de clausura o término, de un discurso que siempre es fragmentario.

[2] Metafísica del Objeto, en relación a investigaciones indicadas en la tercera parte del Libro Objeto, trabajo en preparación. Existe un Documento perdido en la web con una primer reseña en donde el Arte Conceptual sería una Metafísica del Objeto, contextualizando  estas conjeturas con respecto al Objeto.

[3] Primer Lector, ver primera parte de El Objeto. En vista de la deconstrucción del Libro, el concepto Autor desaparece, como también Originalidad incorporando la noción de Primer Lector más funcional, en el sentido que este primer lector -lee por primera vez- este reordenamiento(Obra) en un sistema ya dado. La reseña a incorporar una explicación que explicite  la utilización de este concepto (primer lector) es parte de un texto aún no escrito, pero que se verifica con fragmentos del mismo en la crítica que leemos.

[4] Deconstruir: El sentido que doy a este concepto es el de procedimiento. Si existe el concepto de Obra, participa de una sistematización, una serie de convenciones. La evidencia teórica en la Obra Literaria es su estructura.  Desplazo, niego, reordeno, obstruyo   posibilitando nuevos paradigmas, nuevas miradas.

[5] cada suceso puede ser comprendido como un complicado resumen
o bien puede ser percibido como un rastro o como una huella

Los versos sel Sr. Gustavo que finalizan el poema Un Complicado Resumen, sugiere acciones a seguir, procedimientos para integrar estos dispositivos semánticos, en donde la similitud con el trabajo del Sr. Kurt  en cuanto a dejar una especie de huella. Pero hay una distancia en cuanto a que el uno explica y el otro presenta.

Ambas  lecturas recaen sobre el mismo discurso que presentan. Forma y contenido, Significante- significado se leen en un mismo plano. El desplazamiento es hacia la misma estructura del poema.

[6] La lectura reiterada de las Plaquettes  dan con una lectura distorsionada en esta sumatoria de lecturas. Ahora es otro el texto  que leo.



 



 

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