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Javier Campos: La mujer que se parecía a Sharon Stone

DESTERRADOS
Extraños en su mundo


Por JOSÉ PROMIS

 

 

Javier Campos ha creado una adecuada voz narrativa para encarnar la imagen de los latinos en Estados Unidos, que sobreviven angustiosamente en un medio social que los acoge de mala gana.

* * *

La mujer que se parecía a Sharon Stone es el sexto libro de Javier Campos, escritor chileno que después de obtener un doctorado en literatura en una universidad estadounidense se desempeña actualmente como profesor en la Universidad de Fairfield, Connecticut. Ha publicado antes cuatro libros de poesía; con uno de ellos obtuvo el premio "Letras de Oro" de la Universidad de Miami para escritores hispanos residentes en Estados Unidos (1990); con otro fue finalista del concurso Casa de las Américas (1998). En 1999 publicó en Chile la novela Los saltimbanquis, que según el testimonio de uno de los personajes de su último libro no tuvo mucha resonancia pública: pasó desapercibida por la crítica nacional - y más aún el desconocido autor. Una lástima, porque Los saltimbanquis, aún a pesar de la innegable deuda que mantiene con el discurso garciamarquiano, logra adquirir notable individualidad narrativa al utilizar una colorida representación carnavalesca para hurgar hasta el fondo en el insólito destino trágico de un miserable circo de provincia.

En su nuevo libro, el autor incursiona en el género de la narración breve, reuniendo varios cuentos encabezados por una sobria presentación de Mempo Giardinelli que predispone favorablemente la actitud de los lectores. Los relatos de Javier Campos no defraudarán el interés que despiertan las palabras de Giardinelli. En general, el autor construye bien sus argumentos y otorga a sus personajes adecuadas caracterizaciones: no sólo exhiben fisono-mías convincentes, sino que además los percibimos como individualidades llenas de esa necesaria fuerza interior que los convierte, más que en imágenes lingüísticas, en presencias con las que nos identificamos por el calor humano que sus comportamientos irradian. Todas las historias giran en torno al motivo del extraño en el mundo, que en la mayoría de los cuentos se encarna en la imagen de los latinos, indocumentados o no, que se debaten angustiosamente por sobrevivir frente a la indiferencia de un medio social que los acoge de mala gana o que, en el mejor de los casos, los acepta por necesidad pero nunca por amor. Javier Campos ha creado una adecuada voz narrativa para trasmitir tales experiencias: es un chileno nacido en Santo Tomé que pertenece también a este sector semi-subterráneo de la sociedad estadounidense, pero que a diferencia de los millones de ilegales representados por sus personajes, trabaja como corresponsal de una publicación neoyorquina independiente y de algunos medios de comunicación chilenos que publican esporádicamente sus colaboraciones. El mayor mérito de tal narrador, a mi juicio, es su voluntad para evitar comprometerse, para no participar sentimentalmente con el sufrimiento, los desengaños, las transformaciones y las heridas que sufren sus personajes. Al distanciarse, el narrador alcanza el objetivo implícito en la mayoría de sus relatos: la inmisericorde destrucción de los mitos
creados no sólo alrededor del exilio y del autoexilio, sino también acerca de la dorada felicidad que alcanzan todos los que prestan oídos cándidos al generoso llamado de la Estatua de la Libertad.

Pero Javier Campos todavía tiene terreno que cubrir en el campo de la prosa narrativa. A ratos su lenguaje adolece de falta de agilidad; pareciera que al autor le ha costado a veces salir adelante con la construcción de ciertos párrafos. Incluso se pueden encontrar algunos pasajes que conservan una tambaleante redacción. Un ejemplo al pasar: el profesor de gimnasia del liceo del pueblo hablaba peste (sic) de aquel 'grupito de intelectuales'. Los consideraban 'casos perdidos', 'artistas amanerados', y otras frases parecidas decían del grupo Ariete. Sin embargo, el interés que despiertan los cuentos ayuda a sobreponernos de estos tropezones sintácticos que no deberíamos encontrar en futuras publicaciones del autor.

La mujer que se parecía a Sharon Stone.
Javier Campos.
RIL Ediciones, Santiago, 2003, 126 páginas.


 

 



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Javier Campos: Desterrados. Extraños en su mundo
por José Promis
Fuente: Revista de Libros de El Mercurio,
viernes 5 de marzo de 2004