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El Taller y los arrepentimientos de José Donoso en sus DIARIOS TEMPRANOS.
DONOSO IN PROGRESS, 1950-1965, (edición de Cecilia García-Huidobro McA.)
Ediciones UDP, Santiago, 2016, 707 páginas


Por Pedro Pablo Guerrero
Publicado en Artes y Letras de El Mercurio, 17 de julio de 2016



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El 17 de octubre de 1958, en una larga carta escrita en Buenos Aires con el fin de pedirle ayuda para conseguir una beca o trabajo en Europa, un José Donoso todavía joven (33 años) le dice al diplomático Carlos Morla Lynch, autor de "En España con Federico García Lorca" (1957): "Me parece que en esto último su libro es una lección: cómo, al escribir de lo que amamos olvidándonos de nosotros mismos, en el fondo estamos escribiendo el más apasionado autorretrato y nos entregamos generosamente a los lectores, les enseñamos nuestro revés, como están amarrados los hilos de la tapicería, que es la única manera de darse cuenta si la tapicería es de buena clase o no. Ese desnudo reflejado en el amor y el entusiasmo, esa generosidad, me parece, es la mejor y la más emocionante cualidad de su libro".

Como lo demuestra la propia cita, el Donoso más revelador no es el que habla de sí mismo, sino el que habla de los otros. O de los libros de los otros. El que se muestra mejor cuando describe a quienes lo rodean, enseñando con esto su propio "revés", para usar una expresión que recuerda el leitmotiv de "La figura en el tapiz", de Henry James: la "pequeña treta" que se extendería, de libro en libro, por toda la obra de un escritor, formando un diseño secreto que sus críticos buscan desentrañar. Los "Diarios" de Donoso son el revés de su tapicería.

La misiva —que posiblemente nunca envió— se conserva en el Cuaderno 13 A, correspondiente al archivo depositado en la Biblioteca de la Universidad de Iowa. Los diarios de José Donoso, según explica Cecilia García-Huidobro McA en su introducción, completan 64 cuadernos de acuerdo a la numeración, pero son 80 en total. Se dividen en dos colecciones: la primera abarca desde 1950 hasta 1966 y está en Iowa; la segunda (1966-1995) se guarda en la Universidad de Princeton. "Donoso in progress" recoge la primera serie, de acuerdo a una decisión editorial adoptada por la Universidad Diego Portales en conjunto con Pilar Donoso. Más de diez mil hojas o un millón de palabras manuscritas, según las estimaciones de la decana de la Facultad de Comunicación y Letras de esa casa de estudios. Cecilia García-Huidobro descartó "cientos de páginas", considerando el ejemplo de lo que hizo el editor Robert Gottlieb con los "Diarios" de John Cheever.

El resultado de esta criba son fragmentos de extensión variable, algunos tan breves como notas ("Read Turguenev" o "Usar de Mario Rivas: Los cueros de cordero que ponían en la cama para el pipí") y otros de varias páginas. Se agrupan, antecedidos por inquisitivas presentaciones escritas por la editora, en diez secciones temáticas, desde "He pasado el día leyendo", acerca de las copiosas lecturas del autor, hasta "El pájaro en el nido", que constituye un minucioso registro de la composición —un verdadero parto— de "El obsceno pájaro de la noche", nacido como un cuento en 1959 ("El último Azcoitia") para luego crecer monstruosamente y cambiar de nombre en varias oportunidades, hasta que en 1962 adquiere el título con el que será publicada la novela en 1970. Su origen, declarado en el epígrafe, está en una carta que Henry James padre envía a sus hijos William y Henry, tomada por Donoso del libro "Henry James" (1951), del crítico estadounidense F. W. Dupee. El escritor chileno copia estas líneas en su diario, el 15 de enero de 1962. Originalmente están en inglés, pero en nuestro idioma dicen: "Todo hombre, aunque solo alcance la madurez intelectual de un adolescente, comienza a sospechar que la vida no es una farsa, ni siquiera una refinada comedia, sino que da flores y frutos en la adversidad, desde la profunda y trágica escasez primordial en la cual el sujeto ve arrancadas sus raíces. El legado natural de todo quien es capaz de una vida espiritual es un bosque indómito donde aúlla el lobo y parlotea el obsceno pájaro de la noche" (traducción la editora no incluida en el volumen).

"Diarios tempranos" no solo permite acceder al taller de novelas tan fundamentales como "Coronación", "El obsceno pájaro de la noche", "Este domingo" y "El lugar sin límites", sino también a múltiples textos descartados por el autor. En el largo anexo final hay tres poemas y seis relatos que permanecían "entrampados" en sus cuadernos: el proyecto de novela "Paula Mancheño" (1957) y cinco cuentos escritos en 1958, cuatro de ellos inéditos y uno ("Pasos en la noche") nunca recogido en libro.


La abortada saga de los Yáñez

Tanto estos manuscritos como otros que se mencionan en los diarios resultarán desconocidos para los lectores de José Donoso. Hay, por ejemplo, un proyecto de "novelita sentimental" acerca de sus grandes amigos de juventud: Fernando Balmaceda y Armando Parot, junto a quienes pasaba los veranos en Lo Gallardo, convocados bajo la figura matriarcal de La Momo. El tiempo y los matrimonios se encargarán de separarlos, acarreando la pérdida de este Dorado y la asunción de responsabilidades propias de la madurez. Mientras terminaba "Coronación", el autor acaricia la idea de escribir una novela satírica sobre la burguesía ilustrada que veranea en Isla Negra y Zapallar, unificando ambos balnearios en uno solo, "Cabo Colorado", en el que aparecerían Pablo Neruda y el diplomático Matías Errázuriz, pero también las sesiones espiritistas de Carlos Larraín de Castro y las Morla, Acario Cotapos y "Los hijos de los pescadores que de pronto comienzan a vestirse a la italiana, a tener problemas psicológicos y a darse largos baños de sol con 'Skol' en la playa".

Estos argumentos desechados constituyen los pentimenti o arrepentimientos del artista en el diseño que estaba urdiendo durante sus primeros años. Lo no dicho, lo reprimido, lo trunco, es tan elocuente como aquello que creció hasta adquirir un acta de nacimiento. Sobre todo cuando habla del propio linaje. Su familia materna, los Yáñez, le inspira en 1956 una saga que hubiera sido deliciosa. "Escribir un 'Buddenbrooks' (sic) chileno. Llamarlo 'Los Yhana'. Una especie de Forsyte Saga chileno", anota refiriéndose a las novelas de Thomas Mann y John Galsworthy. Alcanza incluso a diagramar un árbol genealógico y una tabla de personajes esbozados con una libertad de la que no pudo disfrutar en vida, cuando su libro "Conjeturas sobre la memoria de mi tribu" (1996) fue censurado por parientes que se tomaron en serio la leyenda familiar según la cual María Josefa Ponce de León —la madre de Eliodoro Yáñez—, para educar a sus seis hijos, había tenido que regentar una carreta que iba de pueblo en pueblo acarreando mujeres de la vida. Ni más ni menos que como en "La carreta" (1932), del uruguayo Enrique Amorim.

Lamentablemente, Donoso abandonó la saga de "Los Yhana", al igual que la fugaz idea de hacer una obra de teatro basada en la vida de Diego Portales ("Es una figura fuerte, maciza, controversial, y al mismo tiempo tiene una vida privada interesante y plena"), que el autor aprovecharía para criticar veladamente al segundo gobierno de Carlos Ibáñez del Campo. Bastante más avanzado quedó, en cambio, el argumento de una pieza dramática sobre la bohemia de los años 20 y 30 que se juntaba en el bar "Hércules". Sus protagonistas están basados en el poeta Alberto Rojas Jiménez, Blanquita McFadzen Vicuña y el mítico Queque Sanhueza, que llegaría a ser secretario de Neruda.

Queda en evidencia, sobre todo en sus primeras anotaciones diaristas, lo importante que son para Donoso los personajes; muchas veces, su punto de partida. Sin mencionarla, hace suya la célebre nota de Scott Fitzgerald en el manuscrito de su novela inconclusa "El último magnate": "Action is character". Desde su primera época, en efecto, a Donoso lo obsesiona construir sus ficciones a partir de este principio.

"Faulkner —a través de una película que de él vi y que no es demasiado buena— me ha impresionado terriblemente, sobre todo demostrándome una cosa: que si bien el cuento y la literatura de símbolo ético, Kafka, Buzzati, is all very well, la literatura que trata de llegar a una verdad a través de personajes, no necesariamente psicologismo, es quizás aún más grande, y además creo que es lo que yo personalmente más siento. ¡Qué inmensa fuerza tienen los personajes de Faulkner! Qué humanos, qué grandes son, es el tipo de literatura —en escala— que a mí me gustaría hacer y que haré" (2 de noviembre, 1958).

Tomando modelos reales, en el taller secreto del escritor se fraguaron historias que se alimentan de una contingencia recurrente. A mediados de1961, se propone hacer una novela sobre el "momento de crisis y decadencia de la alta burguesía chilena", centrada en una "gran madre compasiva, generosa y comprensiva, pero terriblemente errada, que por compasión saca de la cárcel a un tipo por medio de amistades e influencias, y cuando cree que lo esta reformando, la estafa y comete otro crimen". Es el caso, hoy olvidado, de Matilde Ladrón de Guevara y el reo rematado Juan de Dios Sánchez Guerrero, que ambos relataron en la novela testimonial "Celda 13" (1960), escrita a cuatro manos. Lo mismo le volvería a pasar a la escritora, en 1996, con el convicto por asalto Patricio Egaña.

De 1954 data esta escueta afirmación que hoy nos resulta tan familiar, y que hace un par de años —en el apogeo de la "literatura de los hijos" — incluso hubiera parecido novedosa: "Para la novela chilena: la razón porque los hijos son mayores que los padres es que los hijos se desilusionan de los padres antes que los padres de sus hijos. ¿Cuento?".


El gesto obsceno de la muerte

Respecto de la obra maestra de José Donoso y el rol que en ella jugaron algunos personajes que conoció, hay una experiencia, posiblemente decisiva, que el autor vivió en Buenos Aires el 5 de abril de 1959, cuando era el único huésped en una pensión cuya dueña era una prostituta francesa retirada. "Hoy encontré muerta a la pobre Mme. Jeanne. Me levanté a las 10, fui a su cuarto y la vi, tendida en su jergón, desnuda, con un gesto obsceno, y la boca llena de espuma. Todo el horror de la soledad. Todo el horror de la vida y de la muerte. Todas las nivelaciones y perspectivas. Todo el dolor. ¡Pobre vieja! What is man that thou art mindful of him? Todo el miedo, también, por lo inmediato e indigno, de la muerte. Por el ser 'cosa', por la suciedad. ¡No quiero morir!".

La cita en inglés no es de Shakespeare, sino del Salmo 8 ("¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria?"). Aunque ni siquiera conversaba mucho con su casera, siente la obligación de quitársela al olvido. "Quizás algún día pueda hacerle justicia —escribiendo algo— a Jeanne Sapérre", anota. Este memento mori le hace valorar la "sabia" actitud de los católicos y los místicos de "anular la vida". Donoso, que en varias partes de sus diarios confiesa no poder creer en Dios y hasta se declara "completamente pagano", piensa en Buda y se propone leer a Simone Weil. "¡Hay que matar al yo!", proclama el autor. Como Weil, fracasó en el intento, pero al menos logró ocultar el suyo tras una serie de máscaras.

Al mes siguiente, el recuerdo de Mme. Jeanne vuelve a Donoso en un relato que hasta llega a tener nombre, "Mi gran amiga", como llama Mme. Jeanne a otra vieja, Juliette, que resulta ser la muerte. El cuento, luego proyecto de nouvelle, queda inconcluso, pero lo empuja a hacer algo que supone completamente distinto. "No sé qué todavía, pero distinto, algo con la Rinconada de San Fernando y Emperatriz", escribe. Se refiere al fundo de Lolito Echeverría Carvallo, al que Donoso iba frecuentemente invitado por Alone. No dice nada de Emperatriz, pero cabe suponer que es el mismo personaje de "El último Azcoitia", cuento que menciona el 23 de abril de 1959, dos semanas después de la muerte de Mme. Jeanne. "La Rinconada" llamó el novelista al fundo donde el senador Azcoitia encierra a su hijo deforme, quien vive junto a la jorobada Emperatriz y una corte de monstruos. Contraparte de otro mundo clausurado: la Casa de Ejercicios Espirituales de la Encarnación de la Chimba, ex convento devenido en asilo de ancianas para empleadas domésticas, que creen estar esperando a la muerte, sin darse cuenta de que conviven con ella hace años.

Los muertos de José Donoso retornan a la vida en sus ficciones. Vuelven cargados de reproches, insistentes, como las almas en pena de Rulfo, un autor al que el chileno blinda de las críticas que sí formula a otros escritores del boom ("Pero claro que Rulfo es fuera de serie en todo y en todas partes"), especialmente a Cortázar.

"Diarios tempranos" es como ese fascinante y ominoso laboratorio de experimentación genética que aparece en "Alien: Resurrección", donde la teniente Ripley descubre a cientos de clones abortados, cruzas de humanos con aliens que precedieron a la clonación exitosa: la obra publicada. Pero a diferencia del personaje que interpreta Sigourney Weaver, la editora de este libro, igual de fascinante y perturbador, decide no destruir el laboratorio, sino abrir sus puertas para que el lector se asome a él por su cuenta y riesgo.

 


 



 

 

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