Proyecto Patrimonio - 2006 | index | José María Memet | Autores |



"Años en el cuerpo" de José María Memet
Poesía ininterrumpida


Por Camilo Marks
Revista de Libros de El Mercurio, Viernes 6 de Enero de 2006.

 

Estamos frente a un volumen construido sobre la base de una experiencia de la literatura, el tiempo, la memoria, la separación, a pesar de ciertas repeticiones, en sus páginas resalta lo mejor de los trabajos de Memet.

El título Años en el cuerpo, antología personal de José María Memet, no puede ser más adecuado para alguien que se acerca al medio siglo, ha publicado once volúmenes de poesía y puede contemplar con tranquilidad su producción por la consistencia y riqueza que destilan muchos de sus versos. La obra de Memet suscita de inmediato preguntas acerca de la relación entre el devenir de cada día y la labor creativa, entre la contingencia política, las conmociones íntimas, la búsqueda de un lenguaje propio y el modo de reflejar todo ello en una escritura lírica de calidad. En verdad, este libro es una refutación al dictum de Yeats, quien afirmaba que el intelecto del hombre se ve obligado a elegir la perfección de la vida o la perfección del trabajo. Sin contar con que tal meta está más allá de lo humanamente posible, la fuerza retórica, la aspereza de la música, el rigor verbal muestran en Memet a un autor que nunca se detiene en lo realista y puede trascender el tono narrativo de los poemas. Así ocurre, por ejemplo, en el temprano "El torturado", donde leemos:

"¿Qué hace el asesino mientras tanto,
acaso fuma mirando una ventana,
acaso esa ventana es de la casa
que yo habito?
Saber que todo es tan precario:
estas palabras, por ejemplo".

Con el transcurso de los años, el idioma se asienta en forma autónoma, el rango de vocabulario y recursos va en aumento, hay más variedad en piezas notablemente extensas y la inseguridad emocional da paso a composiciones de carácter enfático y algo declamatorio. De la sección intermedia del tomo sobresale "El cinturón de castidad", cuyo pasaje final reza:

"Él jamás lo sabría
pues si bien es cierto que cumplo mis promesas,
no lo es menos el hecho de saber
que el placer es más intenso,
si una es capaz de admirar al amante
que ha sido capaz de gozar junto a la muerte".

A Memet se aplica lo que siempre suele decirse con propiedad de los poetas: una persona dotada de talento para el género lírico debe mantener en su mente el estado de niñez, la condición juvenil que le haga conservar en su fase adulta los toques adolescentes. La madurez se logra no tanto en la adquisición de nuevas formas y nuevos métodos, ni menos en el seguimiento de la moda, sino en la recreación consciente de antiguos moldes, preservando la coherencia estructural. En Años..., un repertorio designado con seguridad y sabiduría, estamos frente a un volumen construido sobre la base de una experiencia, compartida junto a otras personas o bien intransferible, de la literatura, el tiempo, la memoria, las separaciones, el estudio de diferentes tradiciones, la soledad irrenunciable de la página en blanco. Desde este punto de vista, resulta evidente la confianza de Memet en las extrañas, diversas, múltiples tendencias que confluyen en sus poesías. En verdad, él ha encontrado una fuente continua de metáforas en esa destacable combinación de espiritualidad, agonías metafísicas, expresiones ideológicas, ira, deseo, nostalgia, manifestándose todo esto en un estilo duro como la piedra, aunque flexible a costa de luchar con las palabras y lo que es más importante, sintético sin caer en el simplismo del par de líneas, tan habitual en los versificadores del momento. El paisaje de fondo, así como el germen de inspiración, está conformado por el mito. Ahí, la lengua y el contenido son una misma cosa y si se alteran los hechos en cuanto al pasado, el anacronismo persigue confundirnos en un tiempo continuo, donde campean la confusión, el renegar de los valores auténticos:

"Esa noche la diva llegó al castillo
ataviada con un vestido negro.
... Después de cenar y comentar
la muerte de Baudelaire
en la guillotina, en su natal París,
nos dirigimos al salón principal
con los tragos de coñac.
Al comenzar el aria, acompañada por Scheja en el piano
la Hendricks dio embeleso a nuestros sentidos...".

En general, Años... resalta lo mejor de los sucesivos trabajos de Memet. A medida que avanzamos en su lectura, se agradecen la energía, la oratoria superior en esta época de tantas desilusiones. Esas conquistas se ven, no obstante, un tanto empañadas debido a ciertas repeticiones y tal vez un nivel de cansancio o erosión en este artista todavía tan fecundo.

 

 

José María Memet nació en Neuquén el año 1957. Entre sus libros se cuentan Poemas crucificados (1977), Bajo amenaza (1979), La casa de la ficción y otros poemas (1988), El duelo (1994), Amanecer sin dioses (1999) y El rastreador de lenguajes (2004). Traducido a varios idiomas e incluido en numerosas antologías, ha recibido los premios Gabriela Mistral (1977) y Pablo Neruda (1996), entre otros reconocimientos. Desde 2001 organiza los encuentros internacionales Chile-Poesía.

 
 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2006 
A Página Principal
| A Archivo José María Memet | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: osol301@yahoo.es
Poesía ininterrumpida.
"Años en el cuerpo" de José María Memet.
Por Camilo Marks.
Revista de Libros de El Mercurio.
Viernes 6 de Enero de 2006.