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Azul@rte, el Sitio de mi Poesia
Rencuentro y recital de poesía en español
«Carrefour Moutier», centro de integration multicultural de longueuil, Québec, Canada.


Por Jaime Serey
Lunes, septiembre 19, 2005

Poeta, tú me escribes desde tu exilio, con un cuidado natural y de diestro compatriota. Los instantes difíciles que viviste quedaron en tu memoria no podrás olvidarlo jamás. Así ha sucedido siempre con el hombre…

Devoto protagonista de la historia o los combates honrados. Recuerdo a André Siniavki y a otros colegas, que murieron fuera de sus naciones. Enfrentados a cambios radicales de convivencias, paisajes, idiomas y el evoco. Cuyo centro talla en nuestra memoria días enteros de obscuras nostalgias.

Recuerdo a Siniavki quien decía «para mi, la emigración es un lugar sobre la tierra donde se puede sin ocultarse escribir lo que se quiere.»

Me dice que donde habitas ha bajado mucha nieve desde el cielo, tanta nieve que podrían atiborrarse miles de estadios de football de Sudamérica. Los 20 años en aquellas tierras lejanas no te han servido para acostumbrarte al clima polar. Pero tu eres el maestro de tu vida, de tu materia y tu inteligencia y todo ese clima que por mas inhóspito que sea no podrá vencerte. Acaso venció al poeta Rafael Alberti, en sus 39 años fuera de España.

Los vocablos ayudan a interrumpir el sufrimiento de la distancia entre un ser y otro ser. Entre un continente y otros continentes…

El pasaje hacia la victoria esta en las conciencias libres de espíritu, me dices tú con toda certeza después de tus evocaciones, de tus traumatismos, de aeropuertos, de calles llenas de sal, de luna helada de policías y de oficinas de expatriación.

Yo te recuerdo como una persona originaria de la ciudad jardín, siempre perdido en una nube blanca del inverno pensando que nuestros indígenas nos faltan. Hoy, lejos de la patria, tu estas escribiendo quizás sea el pesar de la lejanía o los colores del copihúe, tan rojo como la sangre humana o el color del emblema de la revolución bolchevique.

En estos momentos, me silba al oído un rió de satisfacción al leer tu carta optimista plena de proyectos por realizar.

La edad de las letras, las creaciones de las libertades nunca podrán tener cadenas, solo cadenas de tierra, de aire y de agua. Tú me escribes desde tu exilio y yo te respondo desde mi exilio. Tu, Ulises. Y yo, Ovidio.

II

Poesía, siempre y cuando usted no se defienda y no se desespere podría dejarme verla siempre en los brazos de Aphrodite, quien como nosotros sabemos es y será siempre nuestro aliado o nuestro intermediario entre nuestros sueños y nuestro amor.

Usted debería saber ahora que yo al despertarme a vuestro lado tengo largos instantes para esperar que abra los ojos, para que me mire. Sin embargo usted insiste en que yo la bese apenas aparezcan los primeros rayos de luces matinales. Pero así es la vida todo a su debido tiempo el sol con sus pájaros y los cuerpos formando un solo trébol de cuatro hojas, un solo pedestal de ósculos desparramados por la piel, un solo, solo grito de halitos de fuego y caprichos carnales.

Todo aquello aun pone vergonzosa a las impúberes, como el encanto pone sensible a los rústicos. En ti no hay pasión si no existe una vulgaridad intelectual, que pueda controlar los sentidos y los actos de un enamorado, porque tú tienes una fuerza de embriaguez superior, que deja atrás a la fuerza inferior de la indolencia marital. Entonces yo alabo tu vicio humano, que como los galopes de un corcel de carrera me atacan el alma y mi existencia, porque quien se deja amar, se deja gozar, se deja seducir por las manos de la creación, por los granos del imperio de la generación y las ambiciones de la voluptuosidad completa del espíritu.

Hagamos como Casanova, vengamos al encuentro de la lascivia, de nuestras cinturas perfectas, de nuestros exuberantes senos o nuestros pubis generosos, que sabrán hacernos felices por los siglos con sus fértiles movimientos felinos. En cada posición, en cada acto de satisfacción existe un símbolo de pureza animal. Allí en el espasmo encontraremos la realidad y la perfección del vínculo eternal.

La poesía nos salva de la indiferencia perdonando a los individuos, que no se aman. Sus gotas de amor no deberían cegarse en la imterperie y lejos de las manos de la afección…

III

Hermanos, otorgar nuestra semblanza e ignorar el verdadero valor de nuestro reino animal y vegetal.

Es entregarnos al sacrificio ruin de la desaparición inconsciente. Matar por matar, por sentirse el más invencible de la tribu… Es solo un arrebato de superioridad y codicia brutal, que siempre ha interesado y enceguecido a nobles.

Plebeyos e inteligentes. Hoy la muerte nos dirige desde su pedestal negro, como el petróleo, como si el fuese el amo y el señor de todas nuestras almas. Pero es imposible concebir aquello después de haber conocido la libertad que nos entregara la ciencia, el amor y la paz…

Cuando el ostracismo y la destrucción nos vienen ha investigar como dos grandes cómplices de toda una vida solo se esperan ruidos de motores de aviones, helicópteros y proyectiles capaces de quitarnos la vida y el corazón, único resultado celestial del cual dependemos para respirar y darnos la fe de créenos fieles a nuestra tierra.

Nosotros tenemos el deber de sentirnos personas si dependemos de la buena voluntad de la luz y la cultura. Desde aquellos horizontes donde un primer hombre, Dio el primer soplo de la existencia un hilo de sangre corre hasta nuestros últimos días pleno de energías. Seremos siempre las osamentas de otros esqueletos del pasado y las historias ya contadas en otros textos universales tratando de conservar el destino, que desde luego ha sido dividido por el trayecto de una moderna tecnología aciaga.

Pero el hombre sin ser un pájaro ha creído volar en el cielo y aquello no ha sido una coincidencia, para ello se necesito la inteligencia y la voluntad de seguir la ley de la gravedad.

También como un pez ha creído navegar en los océanos bajo las potencias enormes de las profundidades acuáticas. Su lucha no ha sido fácil para conquistar todo un orbe superior donde la tierra y los pétreos se dieron gratis, pero usurpados a consta de la influencia y la violencia de unos impúdicos.

Son las ciudades de los hombres Y las mujeres de buena y mala voluntad que combaten con la vida y la muerte a cada segundo. Son los hombres y las mujeres de las grandes ciudades, llenas de luces de neón, con sus pupilas sin dormir, sin reposo.

Son las ciudades de los hombres y las mujeres con sus músculos tiritando y sus tendones funcionando de manera mecánica y veloz. Son las ciudades que se llaman New York, Paris, Montreal, Londres. Todas Pirámides de cristales o falsas reliquias de oro, de acero y de cobre. Vanidad de una civilización en decadencia. Hoy muéstrate traidor de todas las razas del globo, que hicisteis de vuestras vidas un sepulcro perenne. No podéis quedar inocentes en todo este desastre humanístico, ecológico e intelectual que nos azota…

IV

Hoy después de muchas estaciones recordamos siempre su barbilla blanca y su aspecto de profeta y vagabundo. Walt Whitman, para la poesía fue un trance y para nosotros una oportunidad, después de que estuviéramos exclaustrados en unos aposentos llenos de ignorancias y turbaciones, donde las consonancias de otras épocas nos atrapaban con sus consecutivas repeticiones, hoy que nos perdonen nuestros eternos clásicos de la lengua española, que nos hipnotizaban con sus sonetos y sus rimas, pero este anciano supo cambiar el cosmos de las cosas y de nuestro tiempo contemporáneo.

Creo que nos sentimos todos en aquellos minutos como que observáramos por un mirador donde podíamos ver todos nuestros futuros. Jamás un Poeta, tuvo tantos ejemplos de visiones y alegorías extensas y extensas como es la ribera Mississippi. Desde aquellos luminosos momentos dejamos de ignorar los versos libres y fueron para nosotros, como unos largos pensamientos e interminables conocimientos llenos de novedades, nosotros habíamos comprendido que inconcientemente habíamos caído bajo el embrujo y la dialéctica del artista.

La tecnología nos aburría y las ruedas no nos llevaban a ningún destino solo nuestras extremidades tenían el poder de llevarnos a otros sitios, es decir a los bosques a los ríos y al otoño para nosotros un ser enamorado era un sentimental que se colgaba del corazón de una mujer para poder seguir queriendo. En cambio el poeta se colgaba del mundo, el gozo, la dicha y los sufrimientos para seguir existiendo.

Descubrimos al vate Walt Whitman, en un crepúsculo de verano, cuando recitábamos sus Leaves of Grass y sus Cantos en una playa solitaria del litoral, que juglar nos dijimos y nuestras neuronas se volvieron inmoderadas leyéndolo. ¿Que seria esa voz que se alargaba y alargaba hasta terminar en un eco dentro de nuestro corazón? Era algo estupendo si tomábamos en cuenta que aquella señal existía y se nos iba haciendo verdadera y auditiva gracias a su dulzura y su sentido puro y natural. Según decíamos que aquello tenia que ser la belleza de las palabras de la sexualidad.

El verso como la velocidad de un buenaventura se nos hizo libre y se pareció al soplo de los puertos del mar y las hermosuras. Fue entonces que hicieron aparición las metáforas, las ideas absolutas e infinitas. Nosotros nos dijimos un día: «A partir de ahora cuando ya nos hemos despertado vendremos a beber las palabras de este mismo pozo para mantenerlas eternamente en la memoria.»

V

El filosofo Séneca nos dijo que la vida era un viaje hacia la muerte…
Con todo el respeto que le tenemos, nos atreveríamos ha decirle que la vida es un viaje de 80 días, como lo dijera nuestro Julio Verne, o nuestro compositor y poeta Serge Gainsbourg, que la vida es una tostada de mierda que se debe comer hasta el final de la existencia…

Yo, diría que si la eternidad existiera nos cansaríamos de ser, de vernos y de respirar. Es por eso que la muerte, que es nuestro ángel de la guarda cumple su tarea o su oficio de hacernos reposar para siempre vigilando todos nuestros desnivelados huesos en un cajón. La vida por ejemplo es correr tras un objetivo o un pulso real que se cumplirá si se tiene suerte en el azar, es sufrir sin descanso por los percances cotidianos que no dejan avanzar, es el destino incierto que no sabemos si existe a la vuelta de una esquina. Pero entreguémosle las gracias al optimismo, que nos hace seguir luchando por una vida mejor.

Las civilizaciones nunca han sido fáciles. Flaubert era un epiléptico. Van Gogh, maniático depresivo. También, Balzac sufría de surmenage. Musset, tenía problemas cardiacos. Rousseau de orina. Pascal, de constipaciones y migraña. Huysmans, de deshidratación y cáncer. Y Nietzsche, de paralicis general y sífilis…

La lista es larga de todas las enfermedades mortales que han hecho que nuestra existencia sea solamente un halito de esperanzas. Quien vive con la idea de cruzar todas las etapas de las creaciones de dios, es un obstinado verdaderamente inocente, porque si dios las creo, solo fue para que no las alcanzáramos jamás. Todo ha sido inútil pero nunca nos fatigaremos de vivir y de morir, de contemplar el día y la noche hasta nuestros últimos minutos.

Nos preguntaremos siempre: ¿Por qué vivir y seguimos viviendo?, ¿Por qué sufrir y seguimos sufriendo?, ¿Por qué morir y seguimos muriendo?, ¿Porqué vivir y seguimos viviendo? A mi parecer Hemingway, no quiso seguir viviendo. Se habrá dado cuenta que la eutanasia era una excelente solución para nuestro futuro. La muerte esta escrita en la naturaleza del hombre. Como nos dijera Jim Morrisson, ¡Nadie saldrá vivo de aquí!

¿Que es la vida entonces? Algo imaginario que vemos reflejado en un espejo monumental que no existe y que creemos vivirla a cien kilómetros a la hora o la muerte es una mentira, que es verdad, porque no tenemos otra opción que vivirla. Sucede que un día decidimos plantar la exhalación junto a unos alerces floridos en unas áreas forestales en honor a la providencia y el estudio del cosmos. Se nos vinieron tantos llantos de un golpe, tantos nacimientos que no hayamos que hacer con tantas criaturas…

 
 

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