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ESCRIVANIA

Jesús Sepúlveda





Querétaro, México: Ediciones del Hechicero, 2003.

Den Bosch (Holanda) 2000 / Oregón (EEUU) 2001

 


EL ANIMAL TIENE HAMBRE


El animal tiene hambre
de fulgor y estambre
Tiene hambre

Ha muerto tratando de cazarlo
Suspirando
última y fatalmente

El hambre brinca
Tiene vigilias

Hay lomos liberados
que bailan / se calientan
Beben agua con sospecha

La hambruna enrarece
¿O pan o azúcar o té
o gas
o la mano tierna?

El animal tiene hambre
de bondad

Famélicos aquellos que engordan
dejando sin comer al otro
u otra
que permaneció atenta a sus cachorros

El animal tiene hambre
Recorre zanjas
lomas
Viaja

Se para en dos patas y escarba la colmena
Abre sus alas y se arroja de un risco

El animal tiene hambre
cuando va en bandada
o vende sus pulmones sus ojos
su bondad su bronca
que quedan colgando de los ganchos de la carnicería

No hay matarifes sin matadero

hay una revista. un cuento. una micro
y el barrio donde se crió el que escribe

Hay matanzas

Generales los jiferos que llevan delantal plástico
o cotona blanca como los doctores
los químicos los curas los investidos

O botones dorados / jinetas
o terno
A cuero limpio
o sudado

Cuando el animal tiene hambre
todo está tenso
Se desmoronan los libros
se parte la tierra

En el jardín brotan flores de otoño
En la glorieta irreal y necesaria
corre la brisa
pasa la gente

El hogar es uno
que fuma sentado en el patio de su casa
o en un hotel
o aguarda silencioso en el rincón de la infancia
o espera afuera
hasta que abran la mampara

El hambre sale y entra por las rendijas
Hace ranuras
Respira
Trepa rejas
Se alimenta

El animal en cambio no espera
desfallece o muerde
Tiene hambre
y frío

No sabe vivir
con dolor y angustia
pero trata

Se prepara once / se baña
o no se baña

Se harta hasta el hartazgo

Sorbe
Remoja el pan

Se serena un rato

 

 

No importa saber cuál es más salvaje
Si la selva es el día de la jungla
O la jungla la noche de la selva

 

 



EL TAMBOR
Die Blechtrommel


I
Solitario el niño mira tras la ventana
Vaho de boca en húmedo taller
Temblando se sienta en la cama
y entretiene a su sobrina
Juntos oyen venir como sirenas de muerte
los gritos del comedor

II
Cada mañana la mamá dobla la esquina
El papá trabaja al fondo
El taladro o el esmeril me dan nervio
El secador de pelo y la enceradora
Me gusta acurrucarme bajo las frazadas como si fuera invierno
Ahora el padre está enfermo
Hay helicópteros y toque de queda

III
El papá se curó ayer y anteayer
Pensé que estaba muerto
Huele a alcohol y me asusta

IV
Prefiero no salir a la calle
Mi hermana piensa que soy raro
Cada vez que me enfermo
se me hinchan los ojos y el cuerpo
Luego me deshidrato como una calavera

V
No soporto la oscuridad
A la mamá le gusta contar historias
Dice que la abuela regresa y abre los cajones
Con mi hermano nos miramos de reojo
Él es mayor y me manda
Yo leo sus libros y le gano al ajedrez

VI
Me dejaron salir temprano del colegio
Me dolía el estómago y las dipironas no sirvieron
El papá se quiso ahorcar anoche

VII
El doctor me recetó veinte pastillas diarias
Al atardecer escucho las conversaciones de los grandes
Hablan de política y toman vino o té
El verano me enfermé dos veces
Este año me eximieron de gimnasia
Me siento con mi cocaví en el patio del colegio
Siempre me da vergüenza
Pienso en la muerte
Me gusta la vecina y una compañera de curso
Los niños mayores hablan de culear
Voy a moldear una selva con plasticina
Prometo no resfriarme

 

 



OTRA CLASE DE TAMBOR

A John Zerzan .............


El futuro son 6 horas
5 lo primitivo

¿Qué tambor tiene más ritmo:
el del rasta en el metro de Paris
o el de los microbios antisistema
que crecen como hongos
en el noroeste americano?

¿O el del cuero del bongó de mi padre
alegre agudo y obseso
y solitario junto al bastón?

¿En todo caso qué es un tambor:
una sincronía un trance o un duelo?
¿O todo junto?

¿Una personalidad?

El cadencioso ritmo de cada criatura
que respira y cruza la noche

 

 



EL JARDÍN DE LAS DELICIAS


La buganvilla trepa y se enrosca alrededor del peñón que divide los océanos

Crece entremedio de los pastelones
Resiste las pisadas / los escupitajos
la máquina taladradora

Resuella el predador
luego de pegarse una carrera
sincrónica
que ningún engranaje podría copiar

Hay algo intenso en el resuello: casualidad objetiva

Las rosetas del leopardo se desparraman como materia oscura
Memoria doble que destruye y recrea

Las fibras del cuerpo del animal forman figuras
Cada pata es una corteza

La buganvilla trepa y se enreda

La pantera negra busca alero por las noches
y descansa
No acumula presas
Es arisca y salvaje

Sobre el jardín vuelan los arrendajos azules
Sobre una rama del arce un petirrojo otea

Cada flor que brota
cada hoja que cae
cada charco que se forma
cada luz de estío que irradia el jardín
tiene una melodía alegre

Gorjean y cantan por la mañana
Chirrian y graznan por la tarde
El corazón del bosque ulula y observa

Hay un movimiento perfecto:
luna llena
menguante
media luna
como oleaje que revienta

A veces está nublado
a veces despejado

En el jardín florecen los colores
que más tarde marchitan

Hay un movimiento perfecto
Cada una de sus partes es absolutamente peculiar

La buganvilla se endereza

 

 



UTOPÍA


Figúrate que te despojan
te dejan sin nada
desnudo contra la primavera

Figúrate que te ríes
y abandonas el trabajo el domo la nada
y descansas frente a la primavera

Figúrate que te olvidas
y desaprendes todo tu entrenamiento
que anadeas como pato entremedio del huerto

Figúrate que no hay raza rencor remedio religión
ni estado
que los cristales que te separan del arte se trizan y borran lentamente

Fíjate bien en lo que digo

Figúrate que pierdes el miedo la lengua la anorexia
que se acaban las armas el tedio la bulimia
y abrazas a tu pareja
que recoges el alimento de los árboles
y cosechas el cultivo
que te mantiene sano todo el invierno

Figúrate ser libre
sin número ni fronteras ni archivos
que te despojan del peso y brotan tus ojos
que abandonas el trabajo el domo la nada
que desaprendes tu nombre
y descansas tranquilo en medio del huerto

 

 

 

CHOCOLATE MARROQUÍ

 

 

1

El hachís transforma el ego. No lo hace extraño ni familiar. Pero lo aleja. Esto es clave para un verdadero fumador. Los Protocolos de Benjamin son sólo una primera aproximación. El desplazamiento agudiza la conciencia. El yo incrusta sus ojos en la realidad que transmuta. Ayer fuimos al parque Hoge Veluwe. Tuvimos un vuelo intenso y extenso: dos caladas por cabeza y medio hongo tailandés. Vimos entonces al cielo encapotarse como arrendajo de lo real que corcovea y enrosca y teje el manto tosco y rojizo de la bóveda inmensa como techo bermellón que traza su tiza bermeja en la cimbra del claro y tibio éter arrebolado y curvante de la vista que se desborda oteando el plano seco y saso del domo marroquí-aire protector que pasma quema y llama al arrobamiento.

 

 

2

's-Hertogenbosch-o Den Bosch como la llaman los neerlandeses-es la ciudad de los siete gremios. Aquí vivió y nació el Bosco. Tiñó tentó trazó tiró también. Ahora nadie delínea las delicias. El Bosco busca el bosque talado en la fauna doméstica que quiere ser silvestre. Por las mañanas corremos junto al lago o bordeamos el canal. En la tarde leemos. Cada paisaje se da media vuelta nos mira y nos llama. El pensamiento se deforma con cada golpe de humo que enciende el cerebro. Si un gato exagera su naturaleza deviene perro-o mangosta o alpaca o lirio-. ¿Qué quieren hacer entonces con la tecnología? ¿Hay un número primo que conforme el universo? ¿Qué es un mundo sin materia ni tiempo? Errabundaje enrarecido. La cobra y el escarabajo espían. A lo lejos está el desierto. Ahora nadie pinta. Por supuesto, hablamos de Benjamin y el chocolate marroquí.

 

 

3

En los Países Bajos el chocolate está despenalizado. Normal: ni orondo ni oblongo bajo el cielo escamado. No se compara a la caja fuerte-ni china ni negra-. Se puede pedalear hasta la esquina y pedirlo sin vergüenza. No es imaginación ni rollo. Montar en dos ruedas hace que la realidad fabrique la lumbre propia del mundo-brilloso como diamante de reloj en medio de la sombra-. Hay una mecánica regulada: palomas en la calle, cuervos en la campiña. El silencio absoluto permuta. El paisaje respira. ¿Qué hay dentro de las palabras? El espíritu del espíritu. El corazón palpita a la izquierda. Mudarlo sería mortal.

 

4

Café con azúcar de niebla en jardines de invierno -al desayuno con maese Benjamin-. Eso antes de cada fumarada. Hacia el sur la celosías: rejas redondas como arrendajo de lo irreal-manantial de las mil y una noches-. Ego lateo. El vagón se detiene. Parte. Transpira. El aura de Fátima riela. El marfuz se enrosca como llavero arisco. Afuera se ventilan las ranuras de lo invisible. Una muchacha recoge en la arena las perlas de su collar desparramadas. Bajo la chilaba el cuerpo ardiente suda. El almuédano llama a los fieles al alminar. Almenados muros rodean el minarete. La mezquita ora. Un alatar hace negocio. Un ignívomo bota fuego-dragón de zoco-. Atrás quedan las amapolas rojas y los tulipanes fucsias que vieron mis ojos agonizar: cobras encantadas, cabras espantadas. El vagón llega. La tarde se abre y es tierna. Extiende sus pétalos. El humo crece. Su nombre es kif.

 

 

5

El enemigo es uno mismo. Desalmado. Si te descuidas, se abalanza por la espalda, a mansalva. Zorro recorrido, malcriado y oculto-o gazapo que ama el once y la bandera-. Simplote. Algunos dicen que es mejor mantenerse sin su aroma-a este lado de la línea-. Porque ya se sabe lo que hay dentro de la cabina y fuera de ella: verdugos forzados por la misma parafernalia. ¿Para qué decirlo tan claro? Todo espejo es una imagen y la identificación una cosa: como una antihumanía. La selección oficial de los H M R y F B P. Sí, sobre todo esos malditos P que viajan de una isla a otra. Que nunca prueban chocolate ni pagan sus deudas. Y por supuesto, algunos nombres que quisiéramos olvidar.

 

 

 

6

a J. Lagos Nilsson ........

Aquí el chocolate escasea, pero no los pastelillos verdes que devanan el cerebro. El perfil izquierdo o derecho de la alondra mira. Los humanos somos criaturas capaces de darnos cuenta: sistema de revelaciones que se abre y cierra como una caja fuerte o china. El universo cae y la humanidad camina-se desplaza-creo: va de un rincón a otro. La poesía modela. Transforma la mente. La desfigura. Crea espíritu e ilusión-como si existiéramos-. Por eso el mago es un señor de la tormenta. Algo de eso saben los mapaches. Como los gatos-en las puertas del inframundo-auscultan entremedio de las zarzamoras. O subidos en la secoya. Hay un cuarto repleto de animales aturdidos que saltan por la ventana. Nada tengo que agregar. Así me contento. El resto no tiene importancia. Y si la tuviera, me fatiga. En fin, son cosas de la noche, y por supuesto, del chocolate marroquí.

 

 

K I F

 

 

1

El corazón de la ciudad se abre como hortensia de medianoche, o amapola entumecida. ¿Qué significa ser poeta: la luz la esterilidad la paciencia? Las rayas del tigre llevan el paisaje en su oleaje eterno-éter que crece y se esparce alrededor del cuerpo-. Me separa la jaula o la ventanilla del auto. No es lo mismo tirarse en balsa en los rápidos de un río que modelar la selva. La vida gira. Dibuja su órbita elíptica. Trae la luz y la noche, el invierno y las flores. Llueve. La tempestad arrasa temprano. El frío y la oscuridad son pasajeros. A veces está claro. Los tulipanes nacen en las riberas, entre los puentes levadizos. Los años entran como animales aturdidos. Brotan los geranios rojos contra la tarde. El paisaje vuela. Los cerezos del valle oyen un ladrido sordo. Palabras secas sin jinete. Aurelia habría sido una pantera negra en otras circunstancias: hermética belicosa delicada-como la sombra-. Al frío de la enfermedad se unió el temblor de su corazón. El universo se transparenta en cada pupila. La hortensia de medianoche sabe eso. Los girasoles lo gritan.

 

 

2

Las nubes y las palabras se deshacen. El aire tiembla y el cosmos se fragmenta. Aquí ya estuve. Huye el miedo que yace en la luz de los cristales del verano. El gentío y los callejones me inspiran. He vuelto a una ciudad de húmedas paredes con rincones abiertos para desandar lo visto. Nada de esto queda salvo cada momento. Todo lo que tocas se desvanece como cuerpo bullente de aquello que alguna vez ha sido. Por las palabras entra el recuerdo. Hay un aroma en las puertas: sonajera de alhajas, té de menta, polvo y pulpa. Un aire familiar ronda mis sueños. También los borronea-o los limpia-. A veces reaparecen.

 


UNA MUCHACHA ÁRABE RECOGE EN LA ARENA LAS PERLAS DE SU COLLAR DESPARRAMADAS


El océano se menea en los ojos
Hablo
Paul dijo que esto sería como ir a la Biblia

Ahora llegamos a Fez Marraquech Essaouira
Fumo
Desde el balcón miramos lo que ocurre en el zoco

Una muchacha recoge sus perlas
Escribo
Criaturas en la lengua del desierto

El universo pulsa y resuena
Tambaleo
Los ojos miran para recordar

 

 



LLAMADA


I
Insólita llamada a las 10 de la mañana
un miércoles de caña
cuando el postigo se abre sobre las cenizas de la noche
Nadie responde

II
's-Hertogenbosch está al sur
del país naranja donde el hasch es permitido
¿Hoy es miércoles-ceniza
o domingo con cuervos?

III
La misma llamada después del hachís
a las 4 de la tarde
A las 4 de la tarde la cabellera está más larga que nunca
a las cuatro de la tarde

IV
La banca del patio se cruza
entre la voz del estéreo
y el coro de aves
frente a la cabellera

V
A las diez de la mañana
corre junto al canal
Nadie contesta el teléfono
Despierta

VI
Entre el rinrinear molesto
y el ruido de los camiones
es imposible dormir
No contesta

VII
A las diez de la mañana amanece en Oregon
La garúa se evapora
y las gotas de lluvia se quedan
en las hojas y los ojos

VIII
El futuro son 6 horas y 5 lo primitivo
"Los puntos cardinales son tres"
El norte el sur las diez las cuatro
En trozos se van congregando los pedacitos

 




PINTURA MODERNA

Hay pocos lugares que asoman la vista
Den Bosch es uno de ellos
Bosque talado bajo la rendija
abisal y tibia que jadea

El engranaje chirría
Anuncian tormenta

Holanda es una niña que corre
con un pie delante para alcanzar el tren que la pilla

Como en el Bosco
las criaturas babean
Por sus bocas se ve caer el cerebro

 

 



SUEÑO
Munch

Salvador Dalí y García Lorca se reconocen en un parque
Uno tiene 4 el otro 5
uno es rubio el otro rígido

Lorca acaba de enemistarse con Soupault:
es demasiado brusco-dijo-
Cada uno se complace con el nombre del otro

Yo abro las puertas de mi casa vestido de franciscano
La lluvia amenaza destruir las canaletas
y la conexión al Internet

En el patio hay una silla
Sopla el viento frío de la muerte
Grito





PRAGA

Tic tac de relojes espían cada pensamiento

El cuadro de la alcoba respira
Viuda negra en primavera

¿Hay fantasmas sin estela?
Rostros en el muro como examen de enfermo

El tiempo congrega los pedazos

 

 


ESCRIVANIA
Odisea Chile 2001


Ningún arresto ni robo a mi regreso

Cruzamos el puente de Brooklyn con 3 grados bajo cero

Welcome to New York City: The Capital of the World in the New Millennium

Cruzamos cuatro continentes en un año

No sólo se mueve el espejo
sino también lo que hay al otro lado del espejo

Caminamos del brazo
sin identidad ni billetera

hay torres de vigilancia. edificios inteligentes. 20 millones de cámaras
aeronaves satelitales. infrarradares. alambres de púas

No sólo se mueve el lente y el ojo que espía
sino también el pasado y el paisaje que escribo

Un nuevo milenio para el nuevo mundo en la nueva ciudadela
como si los canales de Amsterdam
desembocaran directo al río Maipo en la precordillera

Aquí no hubo arresto ni robo
sino burocracia

Cuatro campesinas venden pasamontañas
cuatro zapatistas comen pan amasado

¿Qué quieres ver cuando miras por la ventana?
un árbol. un cielo. una casa de hadas. el silencio

Ayer no llovía pero nevaba
Anteayer hubo 40 grados, nena
ya me quiero mojar
o
vamos a la playa
oh...oh...oh...oh...oh

Ciudades que se arrepienten
Trenes subterráneos que cruzan el corazón de la Medusa
Ella guarda silencio: aeronaves. infrarrojos. torreones de control

Un dos tres...aló...aló...hablando

Los cazadores usan teleobjetivos
máscaras. computadoras

El animal rosetado atraviesa el plano
Ellos hablan de realidad. Opinan
se complacen en sus observaciones

Nosotros caminamos del brazo
Sonreímos

Cada gesto es una mancha que crece
como oasis en el desierto

El oasis se expande y respira
Toma forma

La pantera jadea y
rezuma algo que no puedo explicar

Ver en la oscuridad
no es lo mismo que ver en la oscuridad

Desplazarse no es igual a estar en movimiento

Volver al terruño y partir de nuevo
como si los nudos del tronco del árbol de la casa de mis padres
ya no existieran
como si los anillos que sobran
fueran los rostros de los que ya desaparecen

Los cazadores calculan el impacto
y fallan

Miran de un lado a otro
Sombreros enloquecidos en una fiesta de disfraces

Apoyan sus codos
presionan teclas

Nosotros caminamos y sonreímos

Ninguna mano deja
ninguna billetera en ningún tacho de basura
Ninguna causa nunca prescribe

Aquí no hubo arresto ni robo

La hora del guirigay es todo instante

Welcome to the Capital of the World

Ver en la oscuridad es evitar los espejismos
El corazón de la Medusa palpita pacientemente

No sólo se mueve la mente y la realidad que convoca
sino también el clima y el tiempo que queda

El ojo del cazador es falso
Ve en la nada como la nada mira el espejo
Ranura mecánica

Su color es ficticio
Párpados de cera

Yo ofrezco el brazo y caminamos

Welcome again

La noche jadea como pantera al acecho
Sus pupilas abren la mañana
y cierran la tarde hasta la madrugada

Al mediodía vamos todos al oasis a respirar

 

 



EXEMPLO

No seré Lorca desaprensivo con la muerte que se hincha en tiempos de guerra
Fosa de desaparecidos que rebalsa el silencio

No me desharé como Benjamin
La mano y la conciencia filudas contra el hilo que se corta en la aduana de la desesperación

Ya no perecí con el corazón roto
y el pecho en pena la mañana gris de un 11 de septiembre

No arrastro la pesadumbre que seca
Cuerpo magro en leche negra

No me llevarán al estadio ni machacarán mi dedos
Milicos furiosos violentan la puerta

No nos meterán al manicomio como al viejo Pound o a Artaud o a Sade
ni tampoco veremos dioses en la espada de los que llegan de ultramar

No nos detendremos a morir con el trasfondo apocalíptico
de la revolución la traición la burocracia la condena

No callaremos de dolor en París con aguacero y el altiplano en la memoria
España invertebrada y cruzada por el cáliz cabrón-digo, es un decir

En la selva hay ayahuasca y generales de hombres libres
Las próximas líneas aun no se escriben

Ya fuimos a la Comuna y regresamos delirantes
Carnaval en las venas

Ya nos apagamos de tos y sobredosis extra
Boca de imberbe que besa la herida plateada de la hermana enferma

Ya nos fondeamos en el living de la casa
con el Buda de porcelana y la mesa de té

Ya nos encerramos tristemente en un boliche oscuro
para no estar tan solos

La imaginación remata el poema
Hueso de hormigas que carcomen la agonía de sí

No nos obligarán a cortarnos la lengua
sordomuda del suicidio

¿Nazi o talibán
o los sátrapas que nunca serán nuestros aliados?

La imaginación es más astuta y poderosa que todo ello
Ventana abierta como perla en el ojo que palpita

Arrasa el abuso el mando el miedo la paranoia la indolencia
Exuda el ego en la patada vil que anula la conciencia

Junta las hojas del otoño que rozan el paisaje
Suelta la mente y raja al diablo el tejido que destejen mis ejemplos


 


 

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Escrivania.
Jesús Sepúlveda.
Querétaro, México: Ediciones del Hechicero, 2003.