Los libros son como luces apagadas, precisan de un lector para
encenderse. Y cuando llegan a nuestras manos se produce una iluminación
que nos hace pensar: “Arribamos del cosmos y emergemos del mar”.
Cuando un amigo termina de escribir un libro, lo publica y te pide que lo leas
y que puedas presentarlo, es una misión, más bien, es un deber sagrado, y
yo me alegro en este caso de presentar el nuevo libro de Theodoro Elssaca,
siempre he creído que los amigos no compiten, al contrario se apoyan,
solidarizan y acompañan finalmente. Este libro ha seguido el curso natural
de ciclo del agua, su memoria y su conciencia, su matemática manifiesta en
el espiral de agua presente en los torbellinos, los huracanes, el ADN, la
sangre, el remolino del pelo en el chacra de la corona, es una colección de
poemas que reflexionan sobre los grandes temas de la poesía, la literatura,
la vida presente y futura: el agua que habita cada una de nuestras células y
almacena la información electromagnética, química y biológica.

Theodoro Elssaca
Aunque
todas las aguas son la misma agua este libro está compuesto a base de
conceptos poéticos esenciales: la verticalidad de las aguas dulces y
fluviales de las cascadas, lluvia, glaciares, napas, ríos y lagos, por otro el
horizonte de las aguas saladas de los mares y océanos. El planeta azul que
habitamos y nos habita posee el mismo porcentaje de agua en su superficie
similar al del cuerpo humano y sigue siendo el único lugar habitable que
conocemos en el universo, reflexiones que han impulsado a Theodoro a
plasmar estos poemas vivenciales emergidos de su dialogo con el agua.
Imposible no ver en estos poemas también la tragedia manifestarse en su
expresión definitiva, los seres humanos al igual que los libros, tienen los
mismos enemigos: el fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio
contenido: “El agua conecta y recorre la historia de la humanidad y nos
revela que prevalece un orden superior, tal vez un plan que debemos
descubrir” como ha intentado hacer a través de su recorrido existencial y
poético Theodoro Elssaca. Siempre es importante trazar la línea divisoria
entre aquello que sabemos y aquello que ignoramos y con la lectura vamos
siempre aprendiendo algo nuevo para traspasar esa línea imaginaria que
nos dicta una sentencia aclaratoria: “La dualidad del agua entre vida y
muerte, su poder para otorgar o quitar la propia existencia”. Hay siempre
emociones y colores sin nombre para los cuales se busca una expresión
adecuada en una palabra o en un poema, la literatura es un placer
finalmente, como lo es el amor, y en esa búsqueda de instantes reflejados
en palabras la memoria personal del poeta nos interroga “Río atmosférico
de cúmulo y nimbo / granizo aguacero nieve / hijos del gélido rigor /
navegamos con clima esquivo / viento en contra esperando que amaine…
Hace días que la lluvia no cesa / hay bruma fosca niebla / vaho calina
humedad / hasta en mis palabras”. El poema es un organismo acústico que
se debe leer en alerta total de los sentidos, dispuesto a comprender cada
cosa que haya que comprender, celebro este nuevo libro de Theodoro
Elssaca, y creo ciertamente que siempre se debe agradecer, una obra
poética conmovedora, que de manera misteriosa e inquietante nos haga
pensar en el futuro y en nuestro presente, la poesía es sinónimo de
polisemia, es decir tiene múltiples significados posibles, esa es la invitación
que nos hace a buscar nuestro propio sentido, aquello que haga vibrar esas
cuerdas dormidas de la guitarra que somos y nos permita resonar con todos
los matices de la significación.
Y para finalizar decir que la escritura de versos es un extraordinario
acelerador de la conciencia, del pensamiento y de la comprensión del
universo. Quién escribe un poema, escribe porque la lengua le inspira,
cuando no le dicta, el siguiente verso. Esperas, como poeta, copiar bien
aquel dictado de lo otro, de la poesía, del poema, confías en su consigna y
en aquello que te exige. Cuidar a la poesía, seguir sigilosamente su dictado,
fielmente. De este modo, la poesía se personifica en el poeta y lo convierte
en su vehículo, la corporalidad, donde se repliega y se va haciendo, solo e
independiente. El poeta entregado al exterior, libre, en constante riesgo,
temerario, expuesto al peligro de la flecha silábica, lingüística y vulnerable.
Calera de Tango
27 de noviembre de 2025
Leído en la 44 Feria Internacional del Libro de Santiago
en la Sala Camilo
Morí
del Centro Cultural Estación Mapocho

Theodoro Elssaca y Leo Lobos durante la presentación.