....................................... MANUEL LOZANO
 

 

Poemas de España y Francia

 (del libro "Mansión Artaud")

 

 
REPRESENTACIÓN   DEL  ÚLTIMO E INNOMINADO
 
 
                                    Ha dicho:
                       -Hijo, un animal demasiado
                       solitario se come a sí mismo.
 
                                             Sara Gallardo, Eisejuaz
 
                    A Antonia Lloret Hernández
  
Sigue al que camina tras la herida.
Observa al que camina con las manos oscuras.
Sobre su propia boca un corazón
nacido para ser destrozado con jirones de escarcha,
pronunciado ante el lince de la misericordia,
dice el amor.
¿No era espléndido el castigo en ese incendio?
 
 
 
Horus de los dos horizontes,
Har-em-akhet al borde de un precipicio,
Señor de la roja Athribis,
Har-hekenu con tu enigma rojo
en cuevas de la araña,
Resplandeciente sin orillas,
Reminiscencia del sol ciego,
Sumergido entre las plumas de Orión,
Envuelto en la piel quieta de Su Rostro,
bienvenido a esta tierra.
 
 
 
 
El cráneo de tu hambre
diviniza la mansión que fulgura.
 
 
 
Madrid, 14-IX/Granada,
24-IX-2001
 
 
 
 
 
                     
ALBAYCÍN EN BLANCO Y OCRE
 
 
 No hay cosa oculta en los cielos y en
      la tierra que no esté inscrita en el libro
      de la evidencia.

                                   
 Corán, Sura XXVII, 77
 
                  A Daniel Rodríguez Moya
 
 
 
Abismos sin vigías que el mar me devuelve.
Es la cara desierta del ahogo.
¿Por qué no abrirme hasta el sueño,
antiguo en mitades herido
y en mitades recobrado?
En estos pobres reflejos
sube la amargura como un talismán
que otros han perdido para siempre.
Acaso la agonía tampoco nos salve
de las sombras y el diluvio.
Estas calles me arrastran,
descalza brisa para el sacrificio.
Estas calles te engendran y me usurpan.
Los rituales son memorias sin flores.
Blandamente,
¿hay un jardín debajo de la infamia?
¿Pero qué fuego nombrarás
debajo de estas piedras?
¿Y qué río de arañas
lamen con pena esta cueva insensata?
Bebo sangre de mis encías
de trébol labrado por la desaparición.
Sumerjo el rayo de tu historia
con el castigo de otra voz
en la voz de los muertos.
Despiadada esta ley, este hervidero
de amor en la intemperie.
Entonces roen mi señal de nacimiento,
alumbran las tijeras del luto más alto
cuando te deshabitas.
Golpearás contra los trozos que te quedan,
contra las ranuras de obediencia,
contra las leves sustancias
de tu cuerpo en el plato feroz.
¡Incrustarás el latido!
Las jaurías se unen
pero vuelves aquí, mutilado,
llorando mi tristeza
en un rincón de Granada.
 

Granada
25-26/IX-2001
 
 
ZAHORÍ
 
 
                                                          A Horacio Rébora
 
 
Te desgarran, sol rojo, hasta el hartazgo.
 
                                                        ......................
 
El águila le comía las vísceras.
 
                                                       ......................
 
¿En qué estambres fijas el vértigo baldío
como una leyenda, como un doble panal,
apenas como viento? 
Arrópame al destejerme. 
 
                                                     ......................
 
Huesos para saltar la luz
surgiendo entre las tumbas.
 
                                                    .........................
 
¿De acuerdo, entonces, con la herida
que corta la palabra?
 
                                                
                                                  ........................
 
 
Cuerpo encendido en el temblor.
¿Adónde tu transparencia?
Plantaciones y catacumbas guardianas.
Sucede desde el principio.
 
 
Granada,
23/IX/2001
 
 
 
 
CÁFILAS
 
 
 
Son alfileres en duelo,
embarcaderos hacia la posesión
de un blando imperio de humo.
 
 
 
Toledo, 17 de septiembre de 2001
 
 
 
 
VIGILIA DE LOS ESTIGMAS
 
 
 
Pájaro de ceniza que sobrevuela
donde es máscara
la pérdida del cuerpo.
¿De qué intercesoras
ocultarías esa luz, la tigra
de la sed persistiendo en aquelarres?
Altas hierbas
formarían un ataúd con la máscara.
En las esferas de la nada
no hubo nunca un lugar para el naúfrago.
Zurces  basurales con tu sombra.
Subes y subes hasta entrar.
 
 
Madrid, 18/19-IX-2001
 
 
 
    MUJER EN TRANCE POR LA HUIDA
DE LAS ESTRELLAS FUGACES
 
                                                         
                                                    (Miró, 1969)
 
 
Desnuda música en el resplandor de los cráneos.
Las dunas huyen entre carcajadas.
Robo legumbres de mi impostura.
¿Cómo sería la aurora
de los amortajados bajo el viento?
La sangre es la pocilga de esta soledad.
Los caparazones fijan en la piel
otros tatuajes.
¿Cómo sería la aurora
de los amortajados?
¿Cómo sería mi  amortajado
bajo el viento?
Alveolos que caen,
criatura durmiente,
la reina exhuma vidrios
del carro de la sed.
¿Cómo palpitar
sin calcinarse en la lluvia?
 
 
Segovia, 15-IX-2001
 
 
 
 
CONSTRUCCION ALEGÓRICA SOBRE EL VIENTRE DE LA ARAÑA
 
 
 
              La araña que atrapas con la mano,
              Y está en palacios de rey.
                                         Proverbios, XXX, 28
 
 
 
 
Me arrojan a paredes, me sumergen, me sepultan
donde nunca he de estar,
allí mismo donde irrumpen las crueles dinastías
                               /de fantasmas,
el deseo y sus aves de marfil.
Éramos el tiempo de la dicha.
La luz languidecía entre las arpilleras
y los objetos carnívoros y los estibadores.
Mi brazo arranca piedras de tu sexo.
El tacto diminuto sube por las pieles
hasta hacer del amor la grandiosa impostura.
¿Quién, pero quién arroja el saldo
de tu desesperante errar por la noche?
¿Por qué no confiesan el asco de volver
con un grito sobre las plumas de mi carne,
la soledumbre, las babas, el temblor?
Serán membranas revelándose
ante una cueva de forajidos, tatuados
en las cámaras del odio.
Hoy se extinguen los silenciadores.
Bajo cualquier mutación, entreabierto,
se retuerce un latido, desvaría,
como la puerta avara en los ojos
                               /de una loca.
Está crucificándose este gesto
sobre el pedernal desollado
en que colocan tu cadáver.
Hazme una señal.
Repliégame entre los alcatraces
para despedazarme de a poco.
¡Mamparas anómalas del hambre,
pezones cortados en la guerra!
Te recogerían, lo sé, aquellos súbditos
con sus sacos de lluvia
como al dios de la leyenda,
o tal vez como a Lázaro en el alba
                               /del terror.
Espumarajos salen de esta boca.
Incrústame, coagúlame
en el ruinoso zaguán de los exilios.
¿Toda plegaria es un perverso guijarro
contra la pasión y la fuga?
La vagabunda tiene el cuerpo
                               /de los profanados.
¿Han de envolverla, al fin
con las fisuras de mi transparencia?
¿Cómo un quejido entre las risas?
Curtida en el sordo ronquido
                               /de la emboscada,
invadida por tenues mareas
                               /de otro adiós,
escupe el veneno hasta nosotros.
  
 
París, 18-X-2001
 
 
 
 
EN EL ÓVALO CLARO
 
 
                                        (Kandinsky, 1925)
                                        
 
 
El viejo animal se revuelca en los charcos.
La lluvia trae historias de ahogados
y no hay, no habrá testigos.
¿Con qué pelaje aguardo el alba
                        /de mis noches?
¿En qué lindes seré intruso
                       /de un carnaval de piojos?
Farfullan los huéspedes.
Cantas con los escombros
para adormecer la navaja.
Díganme ahora si el disfraz
preside las sesiones.
 
 
París, 22-X-2001
 
 
 
 
ARRANCADA EN LOS JARDINES DE SCHOUBRACH
 
 
 
                        ...una rosa arrancada en los jardines
                       de Schoubrach.
                                  Nerval, Aurelie
 
 
 
Música de altas ciudades
 
 
        Telas sobre la prohibición, sobre la lucidez./¿Por qué interrumpen cuando la voz se suelta?/Siempre la multitud uniría el grito a la danza. ¡Qué delicioso comprender la vejez de tus mayores casi junto al sepulcro!/Cuando soy yo el que alarga su sombra, esta sombra, las guirnaldas del pozo enervan determinados recovecos donde desaparecer./Las raíces regresan para incrustarse en el marfil de las premoniciones: ¿será blanco ese umbral?/¿Habrá agujeros cayéndose al mismo tiempo que los cuerpos? ¿Encontrarás arcoiris para profanar tu olvido?/La madriguera -al instante- es un caleidoscopio./Y es el color de los despojos quien rearma la figura entre los intersticios./Y es así como se abren los sellos en medio del relámpago, a fin de saber la bendición cuando arrojas las llaves a la tierra.
 
 
 
París, 25-X-2001
 
 
 
 
SE LEVANTA CON DESPOJOS
 
 
 
 
Hay restos de la fiesta, monedas caídas:
el corazón trasvasado por todas
                     /sus edades
y la cruel raíz que no se nombra.
Nadie apresura el sustento
ni alza un desconfiado cuchillo
por el rostro espía de la vagabunda.
Giran los astros sobre las ciudades.
Los hocicos husmean.
El marfil amarillo de estos cráneos
llena el foso de quien creyó
                     /y del réprobo.
Así el perverso y el rico
nadan en un mar insaciable.
Así las vendas que elegiste.
Así el aceite de las premoniciones.
Así los hierros.
Así el joyel y la misericordia.
¿Quién sacia  su herida
con el cristo de barro
manando leche y sangre,
apenas extranjero
                     /ante sus dádivas?
¿Qué reclama el vapor
de estas máquinas de hastío?
¿Vomitarás la multiplicada ración?
Alábate por lo que no serás,
hambrienta luz.
 
 

París, 27-X-2001

 

 

 

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