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DIEGO MAQUIEIRA

Hay algo superior a la verdad: El misterio


por Cristián Warnken



Esta fue una entrevista al descampado, sin pauta ni ruta de navegación, abierta a lo inesperado... En un mundo lleno de cálculos y gestos estudiados, el salto al vacío de Maquieira - en su creación poética y en su particular estilo de conversar- parece aceptar la invitación que Huidobro hiciera a su Altazor: cae, cae hasta el fondo de ti mismo. Maquieira es Altazor, pero un Altazor más valiente, sin paracaídas y sin red.

 

Maquieira trajo una botella de champagne que colocó al centro de la mesa, y yo una maleta llena de libros que nunca usé.

Antes que nada, quisiera decir que me siento muy confortable en este estudio donde estamos grabando, porque pareciera que fueran las dos de la madrugada, y eso te da una atmósfera de silencio muy importante, me pone en un estado de ánimo que me permite abrirme a tus preguntas y darte tal vez ciertas respuestas...

- ¿Cuál es la mejor hora del día para conversar o crear?
La noche o la alta madrugada. Las cinco o dos de la madrugada son las mejores horas para la conversación, las de mayor lucidez. Porque hay demasiado ruido en el ambiente, se ha hecho muy difícil conversar y crear en estos tiempos.

- ¿Y por qué es más difícil en estos tiempos?
Porque hay demasiada estupidez circulando, porque hay demasiada ceguera y porque no hay mucha salida y porque se está reduciendo el planeta. Mientras el universo se expande, el planeta se contrae. Hay muy poco espacio; entonces la reducción del espacio vital del que hablaba Konrad Lorenz, que lo predijo hace más de treinta años, está haciendo sus efectos, vivimos como mordiéndonos la cola y circulando sobre lo mismo todo el tiempo. Entonces, eso te produce una especie de asfixia y se te anula toda tu capacidad de percepción y de ver lo que no se ve. A mí me influye mucho esa contracción. Yo digo que el poema más grande del siglo XX lo escribió la NASA, parece un haiku, y dice: five, four, three, two, one, zero, ignition. Ignition es muy importante, la idea de salir del planeta.

- ¿Tú, como poeta, te sientes parte de alguna tribu dentro de la civilización y la cultura occidental?
Siempre he estado muy identificado con los etruscos.

- ¿Qué te atrae de los etruscos?
Su capacidad de civilización, de refinamiento, su alegría de vivir, su habilidad bélica en un momento dado y después su molicie total. Una molicie que se decía incluso superaba al refinamiento de los griegos. Se sabía que las mujeres etruscas tenían formas más altas de sofisticación erótica que las propias griegas, lo que producía cierta envidia. Y los etruscos tienen también una cultura antibélica, porque fueron muy ricos, generaron la Toscana, y el gran etrusco de la época romana era Mecenas. Él era el genio de las combinazione y lo logró cuando reunió a los grandes poetas de entonces: Virgilio, Horacio, Ovidio...

- ¿Qué te interesa de lo que hoy está pasando en el mundo?
En este momento valoro más lo efímero, más lo frágil que lo sólido y lo permanente, no creo en los grandes establecimientos. Están ahí los dos mil años de la Iglesia católica. Yo le podría proponer ideas a la Iglesia, ya que Ratzinger ha desaparecido.(sic)

- ¿Y qué ideas le propondrías?
Hacer cambios simples, menores. Por ejemplo, cambiar la guardia suiza, o que tuvieran una imaginación más creadora para los conflictos donde están involucrados millones de personas que van a morir, personas inocentes... Yo propongo, por ejemplo, que el Papa pusiera una flota de paz, no como la estupidez de Greenpeace, una flota que podría haber evitado la guerra de las Malvinas, que navegara hacia el Atlántico sur... Y que la Iglesia estuviera presente, con todos sus obispos y cardenales, pero que estuvieran presentes en vivo. Por que ya no se trata de hablar desde el Vaticano. También tengo otra idea, que es desmontar la Estatua de la Libertad y subirla al portaaviones Nimitz o al Kitty Hawk, que es espectacular y prestársela al Vaticano para que la pusiese en San Pedro y que a su vez el Vaticano le prestara a EE.UU. La Pietá para que la pusiera en el lugar que ocupa la Estatua de la Libertad. Porque a los Estados Unidos les falta la piedad y al Vaticano la libertad.

- A propósito de piedad , tú siempre lees a tus amigos el poema "La Pietá", de Ungaretti; es tu poema emblemático.
Es que me parece un poema muy profundo, que va más allá. Siempre se ha hablado de que es una especie de conversión de Ungaretti al cristianismo; a mí me parece que abarca a muchas más religiones. Tiene una capacidad de síntesis y de iluminación, con una constancia enorme. Las mujeres son multiorgásmicas, los hombres no son multiorgásmicos, pero este es un poema multiorgásmico hecho por un hombre. Me refiero a su capacidad de alta frecuencia y de iluminación y de revelación en cada línea, hasta llegar al final.

- ¿Cuál es la revelación que más te toca en este poema?
La revelación es la declaración de impotencia frente a la muerte. En el fondo, pedir ayuda al cielo celeste pero con la convicción de creer en algo, no de credos o de dogmas.

- ¿Cuál es la diferencia entre creer y credos?
Que el credo impone una cierta norma y el creer implica un alto estado de amor, que incluso viene antes de la fe, antes que la esperanza. En cambio, el credo establece un sistema, una organización de fieles, que son mucho más ignorantes, más desorientados y confusos.

- ¿En qué crees tú?
¡Ah, esa es una gran pregunta! Yo creo en el amor, pero me parece una respuesta tan elemental... ¿Pero en qué más podría creer? Creo en Mick Jagger, creo en los Rolling Stones, me interesan más que el cardenal Samoré, me interesa más Stravinsky que Andrei Gromyko, que fue ministro de relaciones exteriores de Brezhnev; me interesa más Chou-En-Lai que Henry Kissinger. Siempre me ha interesado la diversidad de visiones del universo o del mundo o de la humanidad.

- La pregunta es más de fondo. ¿Crees realmente en los Rolling Stones, o hay algo más de fondo en que puedes creer? Te lo digo porque así como Ungaretti se pone al descampado en su poema, quiero que me respondas al desnudo, como él.
Mira, en el fondo, yo no creo ni en Heidegger, ni en Schopenhauer, ni en Borges.

- ¿Por qué no crees en ellos y sí en los Rolling Stones?
Dije Rolling Stones o Los Beatles porque crecí con ellos, y ellos nos dieron una cierta alegría de vivir y sin ninguna agresión. Pero en el fondo yo creo en el amor, el amor a una mujer y en morir haciendo el amor a una mujer. Lo demás son estupideces. Me parece muy bien que se puedan escribir poemas como El tango del viudo o Residencia en la tierra; me parece muy bien la ecuación vida y obra. Pero yo creo en la constitución de Jefferson.

- ¿Por qué?
Me parece la más bella, la mejor redactada que se ha escrito. Además creo en la lengua inglesa, me gusta más Shakespeare que Cervantes.

- ¿Por qué más Shakespeare que Cervantes?
Porque Shakespeare, en el caso de Hamlet, es cuerdo y se hace el loco, y en cambio Cervantes es al revés, está loco y se hace el cuerdo. Y porque también tiene una penetración del drama humano mucho más profunda; en cambio Cervantes es mucho más lúdico. Tiene el problema de la lengua.

- ¿No te gusta el español?
No, no me gusta el español, me cuesta mucho trabajar en español. Me gusta más el inglés, tiene más música.

- ¿Por qué irías tú a la guerra?
Yo iría por mi país o por una mujer. Ya con eso basta.

- Borges decía que el amor es la única religión cuyo dios es falible. ¿Qué opinas tú de eso?
Yo te puedo contestar una frase de Borges que me dijo a mí (yo lo conocí cuando estuve en Buenos Aires el año 84) que contradice esa afirmación: yo prefiero la búsqueda a la verdad, porque la verdad puede ser una miseria. Entonces lo falible o lo infalible... eso en este momento está en las manos del Vaticano.

- ¿Tú crees que hay una verdad aunque sea una verdad con minúscula?
Yo creo que sí, pero pienso que hay algo superior a la verdad, que es el misterio.

- ¿Qué hay que hacer frente al misterio?
Yo creo que hay que celebrar el misterio. A mí la física, aunque soy muy ignorante, me interesa, junto con el problema del espíritu; es por eso que traje una botella de champagne a esta conversación, porque refleja el espíritu, porque lo que hace falta hoy es el espíritu. Hay exceso de materia.

- ¿Por qué no trajiste vino?
No, porque es una especie de pantano nacional; el champagne, en cambio, se puede tomar a cualquier hora, y además tiene más burbujas, que no es gas, porque tiene una segunda fermentación. Además , los franceses dicen que el champagne nunca te traiciona.

- ¿Cómo te relacionas tú con el tiempo y con la muerte?
He estado trabajando en un poema donde hay un gran diálogo, una reunión cumbre entre el tiempo y la muerte. En esa reunión cumbre, el tiempo se queja y agarra del cuello y le da un coscacho a la muerte y se juntan los dos, porque el tiempo es más compasivo, y el tiempo le da más tiempo, y en cambio la muerte es mucho más despiadada, más envidiosa, más rencorosa. Pero la muerte pierde algo importante, es algo que yo he visto, la muerte queda furiosa, por una razón muy simple: porque cuando la persona se muere, desaparece el alma, y se queda sólo con la escoria, con la basura, con lo que volverá a ser polvo.

- ¿Qué harías tú si tuvieras frente a frente a la muerte?
Saco la espada como Luke Sky Walker, en "La Guerra de las Galaxias", a combatirla. Sería un combate cuerpo a cuerpo, me gustan los combates cuerpo a cuerpo.

- Bueno, trajimos esta botella de champagne, celebremos...
Primero hay que celebrar porque estamos vivos y tenemos una cierta alegría de vivir y ninguno de los problemas que tengamos ni tú ni yo ni nadie que esté aquí en este estudio salen a relucir, porque la alegría de vivir es más fuerte o porque la alegría de soñar y de no renunciar a la imaginación, para mí es lo importante. Yo vivo soñando todo el tiempo, tanto así que a veces soy muy flojo para anotar cosas y escribir cosas; de repente se me ocurren cosas que se me olvidan.

- Tú deberías grabarlas, tú eres tal vez más un creador oral que escritor.
He pensado en eso, he pensado en Sócrates, pero ahora somos unos Socretinos, que dicen cosas...

- ¿Tomamos un poco?
Sí, claro, estamos tomando champagne a las diez de la mañana como lo hacen los franceses, que son unos grandes pesimistas... a mí me encantan, son bastante inteligentes la mayoría de ellos.

- ¿No son demasiado inteligentes los franceses?
No, al contrario, cometieron un grave error, histórico: liquidaron a la monarquía; en cambio los ingleses no lo han hecho. Entonces viven con los problemas de la república. En todo caso los franceses tiene una frase que a mí me gusta, que es muy pesimista: Tout finit toujours très mal, que significa: "todo siempre termina muy mal".

- ¿Qué poetas te gustan más, los poetas aéreos, evanescentes, o los poetas terrestres?
Yo creo que me siento más cercano a los poetas aéreos como Huidobro, pero claro que Huidobro viene de arriba para abajo. Pero tengo pasión por Kavafis también o por Ramón Carnevali, que es un poeta italiano que nadie conoce, que en un momento fue considerado el Rimbaud del siglo XX. Nació en Boloña, es un tipo que tenía una enfermedad grave, encefalitis letárgica, y él escribió mucha poesía en inglés que yo traduje.

- Vamos a brindar entonces por él, por el alma de Carnevali. (Levantamos las copas). ¿Dónde crees tú que queda el alma de los poetas cuando mueren?
Yo creo que los grandes poetas han estado vivos antes de haber venido a la tierra, vienen en una especie de voyage, un paseo por la tierra muy breve, y dejan una estela como un surco, dejan un alimento para el espíritu de la humanidad que sigue viviente, porque ellos no pueden hacer otra cosa, ellos no tienen acceso al gran misterio. Einstein, Schopenhauer, Picasso, Stravinsky, Yeats, comparados con Dios son una alpargata. Rembrandt es una alpargata comparado con Dios.

- ¿Tú crees en Dios?
Absolutamente. Nunca he tenido ninguna duda sobre su existencia. Por eso no he necesitado las religiones terrestres o a las instituciones de las religiones terrestres.

- Rilke definía a Dios como el gran fugitivo, imposible de retener entre las piedras de las iglesias...
Hay una ansiedad de apropiación, para que no se les pierda Dios y poder difundirlo, para poder ejercer un poder. Antes había más poder de la fe, y ahora hay más fe en el poder.

- ¿Nunca le has escrito un poema a Dios?
Nunca, sería incapaz, yo no soy un poeta religioso.

- ¿Eres un poeta pagano?
No, tampoco; soy un poeta mundano, soy un poeta al que le gusta la existencia de valores que hoy no están presentes.

- ¿Por ejemplo?
Siempre he sido partidario de la monarquía. Creo que la monarquía debería seguir existiendo.

- ¿Por qué?
Porque la monarquía da una cierta sensación no de nobleza sino de guía, porque alguna vez lo fue. Siempre he creído que una monarquía bien llevada sería extraordinaria y que exista con un gobierno colateral o una república, pero que tenga una relación muy directa con el pueblo, con la población total.

- ¿Es posible una monarquía en Chile?
Impensable, Chile ni siquiera tuvo virreinato. Chile es esencialmente un país guerrero; a veces he pensado que todos los de origen europeo debemos tener la decencia de devolverle este país a los mapuches y a los pehuenches y retirarnos cada uno a nuestro país de origen.

- Hablemos de tus poemas. ¿Quién era la Tirana?
Partió de la idea de hacer un poema de un personaje que hubiera hecho alguna contribución al país. Había dos mujeres, me interesaban las mujeres.

- ¿Por qué La Tirana?
Por una cosa musical, por oído, todo es por oído.

- ¿A ti la poesía te llega por el oído?
Por oído, absolutamente por oído, incluso me pasó una cosa divertida, que un músico que conocí me dijo cuando leyó Los Sea Harrier que era una suite perfecta. Y que iba a escribir al respecto, pero yo no soy músico, pero sí un poco compositor, porque cuando escribo me gusta componer. Yo oigo algo, y yo te digo esto sí, esto no, incluso cualquier palabra que veo que no funciona, es por oído, me entra con una velocidad enorme el sonido o me sale con una velocidad enorme.

- ¿Qué relación hay entre tus poemas y tu vida?
En el fondo a mí me da susto escribir, porque lo que yo escribo me pasa. Me han salido muchas mujeres tiranas en el futuro. Lo que yo escribo me pasa; en cambio, hay otros que viven para escribir.

- ¿La Tirana existió realmente?
Tiene que ver con la imaginación, y a mí me interesó porque la Tirana se refugiaba en los bosques del Tamarugal. Tuvo amores con el pintor español Diego Velázquez, que siempre ha sido un personaje muy enigmático. Fue el pintor de Felipe IV, un tipo muy delicado, enemigo de la guerra, que hubiera sido un perfecto director de una galería de arte. Era muy silencioso. Entonces estos amores de Velázquez, y el delirio de Velázquez con la Tirana, son inventos para traspasar todos los tiempos históricos. Y al mismo tiempo en el poema, Velázquez tenía amores con la nieta del Duce, Alexandra Mussolini.

- Es como una gran ópera o como un gran cómic atemporal.
Claro. Es un poema atemporal que mezcla cosas, en que aparecen Stanley Kubrick, y Sam Peckinpah, director de cine norteamericano. Aquí hay una gran mezcla como te digo yo, anti-incestuosa, que es una cosa que siempre me ha horrorizado en Chile, porque Chile es un país muy incestuoso, donde las primas se casan con los primos y no solamente con los primos, sino que con los primos hermanos. Donde los tíos se acuestan con sus hijos, con las sobrinas, donde los padres hacen barbaridades enormes. Es un país que es muy incestuoso, porque es un país muy encerrado, y porque a la cordillera no le gusta que nada suba más allá del Aconcagua.

- ¿Tú eliminarías la cordillera?
Haría volar un buen pedazo ayudado por la NASA, para que circulara el aire y tuviéramos una buena vista a la pampa. Y podría haber más comunicación con Argentina.

- ¿Cuál es tu relación con el mar?
Para mí el mar es fundamental, yo viviría arriba de un barco, o en un hotel, o en un prostíbulo, pero de lujo.

- ¿Por qué en un prostíbulo?
Para tener conversaciones con muchas mujeres y siempre acostarme con una. Pero que me reciban 20, y hablo con 20, juego con 20, pero siempre me acuesto con una.

- ¿Qué mujeres te gustaría que estuvieran en ese prostíbulo?
Puede ser Lucrecia Borgia, por ejemplo; la Simonnetta Vespucci; la Beatrice de Dante, que nadie la ha tocado todavía, sigue virgen. La Romy Schneider, la Natasha Kinski.

- ¿Qué les leerías a esas mujeres?
Las cuatro condiciones fundamentales para la felicidad, de Poe: Uno, vida al aire libre; dos, el amor de una mujer; tres, la ausencia de toda ambición, y cuatro, la creación de una belleza nueva. Esa cuarta es la que caga a las tres primeras .

- ¿Qué entiendes tú por una belleza nueva?
Una belleza nueva yo creo que es un hijo o una hija o un poema que tenga un alto grado de belleza. O una obra o una vida. Siempre me acuerdo de Yates, que decía, respecto a la obra: no hay cosa extraordinaria ni notable que tras de la caída de Adán no cueste gran fatiga. Yates me gusta mucho, pero ahora estoy sin libros, no puedo leerlo, estoy trabajando solamente con mi memoria.

- ¿Te sientes más libre sin libros?
Mucho mejor, prefiero saber menos. Me importa el olvido junto con la memoria, me gusta que se me olviden cosas.

- Hablemos de los "Sea Harrier". ¿Qué historia cuentas en ese poema?
En el fondo es una confrontación entre la civilización y la barbarie, es un poema de la cultura contra la incultura. O sea, un poema de la sensibilidad frente a la insensibilidad.

- ¿Qué es la cultura para ti?
Siempre cuando se habla de cultura se habla de ministerios, del Ministerio de Educación, del Ministerio de la Cultura. Es en el fondo para que la gente se oriente un poco, pero la cultura tiene que ver con ser buena persona. A mí una vez me preguntaron qué es ser inteligente. Y yo dije, ser inteligente es ser buena gente, muy simple. La poesía no es una profesión, es una gran aventura espiritual.

- ¿Te es difícil esa aventura, o es gozosa?
Me es muy espontánea cuando ocurre una visión, y entonces yo zarpo. Yo generalmente estoy en el puerto, pero cuando zarpo, que es la composición del poema, el trabajo es arduo. Es como Ulises, tú tienes que hacer el periplo de Ulises, tienes que enfrentarte a Calipso y Circe.

- ¿Cuáles son los peores enemigos de la poesía o de la creación poética?
Yo creo que en este momento hay una gran falta de inspiración, una falta de una verdadera creación poética. En cambio, se hace mucha literatura, se hace mucha carrera literaria.

- ¿Cuál es la diferencia entre literatura y poesía?
Enorme, porque la poesía es precisamente la que tiene el poder de crear el lenguaje del cual usa la literatura para desarrollar sus pensamientos. Es la que da la uva para que los literatos produzcan el vino y vivan del vino.

- Los poetas son dadores de sangre.
Son un banco de sangre. Además tienen una alta capacidad de síntesis. Yo hacía una broma hace unos años: me preguntaron cuál era el mejor poeta norteamericano y yo dije Tiger Woods, el golfista. No es que la poesía tenga algo que ver con el golf, pero tienen algo parecido: el golfista tiene que hacer lo mismo que la poesía, que tiene que meter la pelota en el hoyo en la menor cantidad de palos posibles. ¿Te imaginas un novelista jugando golf? Podría ser una lata...

- ¿Es importante el fracaso en la poesía?
Yo creo que es muy importante el fracaso en la poesía. Generalmente se fracasa; John Ashbery decía que la poesía era una celebración de un acto fallido de las cosas. Es algo que no alcanzó a ser.

- Tu poesía es celebracionista. Percibo en ella una ética propia de Maquieira.
Mucha gente quiere lograr cosas en la vida, y lograr cosas, y producir cosas y tener logros en la vida. Yo quiero lograr cosas en la muerte, lo que no significa tener una pretensión de ser inmortal. Yo no quiero lograr nada en la vida, no le tengo miedo al fracaso. Si hubiera habido una monarquía, yo no habría tenido necesidad de escribir poesía, porque yo no elegí escribir poesía. Por una falta de monarquía yo me dediqué a la poesía. Pero nací en Chile y eso es muy importante. Yo no tengo nada en contra de eso, yo siempre digo que soy un poeta de importación, no de exportación, porque traigo cosas de fuera.

- De otras galaxias.
De otras galaxias, de otras lenguas y de otros países. Para nutrir un poco más.

- ¿A dónde te gustaría ir ahora, después de esta conversación?
A tener una reunión cumbre con Bin Laden para pedirle que reconstruya las Twin Towers.

 

 

Esta es sólo una parte de una conversación con el poeta Diego Maquieira, grabada para el programa "La Belleza de Pensar" (señal 13 cable).

Para más información sobre esta y otras entrevistas de La Belleza de Pensar.
http://www.labellezadepensar.org/

 


 

 

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Diego Maquieira: Hay algo superior a la verdad: El misterio.
Entrevista por Cristián Warnken.
Fuente: Revista de Libros de El Mercurio, sábado 6 de diciembre de 2003.