DIEGO MAQUIEIRA
 
 


maquieira, foto

La poesía-ficción de Maquieira


Maquieira inventa un mundo poético, cómico y futurista. Su escritura juega con alusiones que van de la sonoridad al sentido pero, por sobre todo, construye espacios virtuales que hacen pensar en las arquitecturas y habitantes de ciertos cuadros de Matta, en las situaciones y ambientes de la película Blade Runner, y la violencia de La naranja mecánica.

por Arturo Fontaine Talavera

 

Una caja de cartón como la del compact disc de Sting. Muchos pliegues y repliegues de tonos pastosos creados por la frotación incansable del lápiz de cera de Maquieira. El poeta es también un pintor de veras. Por ahí, escondido y acurrucado un pequeño libro de papel couché en lugar del disco metálico: Los Sea Harrier, un extraordinario conjunto de poemas, que se esperaban desde el anticipo de ellos publicado por Francisco Zegers Editor en 1986. La nueva y completa edición es una producción de Galería Plástica Nueva, Morgan Impresores y Editorial Universitaria, y confirma a Maquieira como un poeta capaz de hacer brotar la belleza y el humor a raudales.
..... Estamos en una guerra encarnizada y jubilosa. De un lado, se distinguen "los que vamos a poner orden", los "milenaristas", los "moluscos de la religión de estado", según la expresión de sus adversarios. Entre ellos figura el Mariscal Ratzinger, el Purpurado de Charol, Sor Clona Cósima, Salieri, Lacunza. Combaten a quienes califican de hedonistas, epicúreos, vagos. Utilizan para sus ataques aviones Mig, Phantom, Mirage. Sus enemigos les salen al paso en Sea Harriers y en portaaviones a vela. Son los Rastelli, los Brando, los Coritani, los Stampa y "los también Gianfranco Feltrinelli", toda una pandilla de rebeldes, anarquistas, mafiosos y pendencieros que se identifican con la alegría de vivir y el refinamiento de los etruscos, y el espíritu guerrero de los hunos, de los celtas y sus druidas "Preferíamos la muerte / a perder la libertad / y llevábamos la alegría del amor / hasta las puertas del infierno / hasta desafiar a la misma muerte / desnudándonos en pleno combate / o agrandándonos las heridas recibidas...
... Maquieira inventa un mundo futurista, poético, cómico y de ciencia-ficción. Cada verso es una sorpresa. Desde luego, su escritura juega, a veces, con las alusiones y ecos que van de la sonoridad al sentido ("un mar mareado", "aún no venerables sino venideros"). En ocasiones hay hallazgos y torsiones obtenidas al suprimir parte de lo que se esperaría de la oración convencional: "Después de haber dejado sollozos a los milenaristas". A menudo estas alteraciones quieren evitar el lenguaje libresco y sugieren una jerga, como ocurre al sustituir el "más" por el "ma" ("Ma mientras..."). El ritmo es natural, marcado por ciertas repeticiones de palabras ("subíamos a ...", "subíamos como..."). Los versos se suceden unos a otros con una fluidez fílmica. Las comparaciones y metáforas de Maquieira son frescas, gozosas, divertidas si es que no asombrosas: "Muy curados, curados como frambuesas"... "venía con la boca mordida de ayunos"... "y soltó el racimo que traía en la lengua".

Espacios virtuales

... Pero hay, sobre todo, la construcción de espacios virtuales que hacen pensar en las arquitecturas y habitantes de ciertos cuadros de Matta, y en las situaciones y ambientes de la película Blade Runner. El tipo de violencia recuerda momentos de La naranja mecánica. Ello tamizado por una peculiar asimilación del humor y las invenciones fantásticas de películas de dibujos animados, del cine mudo de Buster Keaton, de historietas como las de Asterix y Garfield... Por momentos vuelven a la retina escenas surrealistas de las películas del primer Buñuel.
... Algunas de sus imágenes tienen una inmediatez maravillosamente sensual: "dándonos baños calientes enfriados con nieve"..."chupando de una tina de uvas rosadas". O el ministro Coritani que recibe con animales salvajes sueltos en la cubierta del portaaviones que "parecía un desfile de abrigos de pieles". Otras son más complejas y fantásticas: "Ni a los aliados hunos se les sopló por radar / que les íbamos a subir el mar a los Phantom / hasta ahogarlos en el firmamento, / porque el mar empezó a subir hasta el cielo / donde las alas no les servían ni de remos".
... Los Harrier remolcan a Rastelli agonizante sobre un tablón de mármol que "se movía como la marea" para que cumpla su sueño de morir en el cielo. Coritani, que "hacía detener el viento" para "salir a guerrear a cubierta", desesperado, "alucinó" "hundir el portaaviones hasta la mitad, hasta que quedaran flotando sólo las gigantescas velas", para que "parecieran unas dunas de mármol... levantando una capilla". Desde el portaaviones El Caravaggio, provisto de "cuarenta anclas con cadenas de espesor" comienzan a arrastrar la catedral del Cuzco "mientras la levantábamos con los Harrier". La catedral es puesta sobre El Caravaggio. Entonces se alteran las proporciones esperadas y los "desasosegantes Harrier" entran a la nave central (de la iglesia, por cierto) "y los hacíamos volar por dentro / y pasearse en el aire y como muy educados / haciéndoles visitas a los santos".
... En estos casos Maquieira ha inventado verdaderas situaciones poéticas, escenografías y acciones imaginarias que abren "los ojos a la belleza".
... Los poemas se desenvuelven como una tupida malla de alusiones, paráfrasis, citas parciales, coloquialismos soeces y nombres de sonido extranjero que se entremezclan con la voz del narrador principal, generalmente un "nosotros" que corresponde a los hombres de los "acojonantes Harrier". De repente se reconocen "implantes": unos "versos chupados" a Garcilaso, a Horacio, fragmentos de una entrevista al cardenal Ratzinger, informaciones como de enciclopedia sobre los celtas, el decreto de excomunión de Spinoza presentado como "artista moderno". Varias veces se invoca a un tal Luchino como si fuese su papel el de una suerte de musa que pone al poema en movimiento. Es también el destinatario, el lector.

Adversarios semejantes

... ¿Influencias? Escasas, escasísimas. Se trata de un artista original como pocos. Esto ya quedó demostrado con la publicación de su primer libro, Upsilon, (1975), y posteriormente con La Tirana (1983), que estableció a Maquieira como un poeta de primera. Se encuentran ya allí casi todos los recursos formales que se utilizan en Los Sea Harrier. Sin embargo, desde otro punto de vista, las influencias aparecen por todas partes nutriendo esta poesía que las fagocita y transforma dándoles así un sello propio, inconfundible. Entre los poetas, creo que especialmente fecunda ha sido la lectura de Pound. Pienso, sobre todo, en un poema de exaltación guerrera como "Sextina Altaforte", en "Homenaje a Sextus Propertius" y, en general, en Los Cantos. El trabajo de personajes invita a releer a Kavafis.
... La alegría ante la violencia tiene una gratuidad desesperada y, a la vez, profundamente vital y juvenil. Los "acojonantes Harriers" atacan "jubilosos de perpetuar el ataque" intuyendo que la derrota es casi segura. No esperan la victoria sino que hacer el máximo daño al enemigo. La actitud, la voluntad de no rendición es lo que cuenta. Son rebeldes "mamándose la dura belleza de la guerra", pero tentados y atraídos, como todo rebelde, por aquello que combaten. Lo indica, por ejemplo, la aparición, en el poema "En un cielo con dos mil años de vacío", de Sor clona Cósima que "zampó su belleza": "la dejé ir imaginándola como un polvo perdido", ya que "el amor podría significar la muerte" y arruinar "el sueño de la guerra infinita".
... Los combates se libran "hacia la captura de Dios". Pero el espíritu de provocación se matiza y aliviana con el humor. Al final del poema "Nuestro portaaviones a vela", uno de los mejores y más representativos del libro, surgen los buzos de los milenaristas: "Y les dejamos ver el momento en que saltamos / en bueyes por los lados del portaaviones al mar / a bautizar a las clonas y a llenarlas de gozo / Nos quedamos ahí montándolas en medio del mar / hasta que subimos a echarnos a los toldos / de la privacidad".
... Desde el otro lado, es decir, para los moluscos de la religión de estado, la situación es análoga. Enel poema "Baroque Behavior", Ratz (diminutivo del Mariscal Ratzinger) conversa con uno de sus enemigos de igual a igual: "Ya basta, pedazo". El otro le deja caer: "nosotros" no deberíamos "estar haciéndonos esto unos a otros"... Y no cito más para que el lector lo encuentre en el poema. Por el tono se diría que Ratz es uno más de la mafia. Los adversarios se parecen y comprenden. Podrían intercambiar papeles. De allí el miedo... y la risa.

 

Los Sea Harrier
Diego Maquieira, Galería Plástica Nueva
Morgan Impresores, Editorial Universitaria, Santiago 1993. Sin foliar.

* * *

en suplemento Literatura & Libros del diario La Epoca
domingo 31 de octubre de 1993.

 

 

 
 

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letras.s5.com , proyecto patrimonio, DIEGO MAQUIEIRA:La poesía-ficción de Maquieira, por Arturo Fontaine Talavera, en La Epoca , 31 de octubre de 1993.

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