Proyecto Patrimonio - 2006 | index | Marco Aurelio Rodríguez | Autores |




CUANDO PIENSO EN MI FALTA DE CABEZA



Por Marco Aurelio Rodríguez

Deberíamos destapar nuestra cabeza como quien se quita el sombrero -en vez de dar la mano, vieja costumbre para declarar indefensión-. Nos conoceríamos de verdad.

El Complejo de Castración sería una broma ridícula. La Duquesa en Alicia en el país de las maravillas, diría al ver a Freud: "¡córtenle la cabeza!, ¡córtenle la cabeza!" La Duquesa, conciencia sublevada de la psiquis, pretende darnos a entender que la realidad tiene un poco de locura y de muerte.

Somos dueños de la caducidad. El Complejo de Castración queda como recuerdo en los museos (si continuara, en todo caso, existe cirugía), el vigor verdadero reside en la cabeza. Sólo para nosotros viven todas las cosas bajo el Sol. A saludar, ¡a derrochar el vino próspero de nuestro sano juicio!

La locura y la muerte son los únicos temores del hombre actual, remarca Alejandro Jodorowsky. Por eso propongo arrojar las cartas adecuadas del Tarot cuando reverenciemos: El Loco (Le Mat) y La Torre (La Maison Dieu), un homenaje a la vida divina y a la libertad de saciarse en ella.

Desechemos las canciones opacas ("Ella usó mi cabeza como un revólver") y su castrante guillotina, y empecemos otra vez el juego, desde el "¡co-te-co-go-te!" de la infancia hasta el "caput" final. Honremos la cabeza de El Bautista y dejemos que las Górgonas nos acerquen a las raíces de ese miedo que se llama serpientes erizadas y mirada fatal. Que David levante la cabeza de Goliat y éste haga las paces y salude, y luego levantemos la cabeza de David y veamos (y comprendamos) nuestra genealogía.

Claro, algunos al descubrirse se olvidarán de ajustar sus molleras y serán considerados diferentes y se hablará de ellos de un modo incomparable (invocación de Frankenstein). Cuando pienso en mi falta de cabeza (título póstumo de Adolfo Couve y tal vez el primero de toda su verdad literaria), me detengo a pensar qué haría mi cabeza por allí. Se convertirá en un pisapapeles y los libros irán saliendo de su cráter como un centelleo hermoso. "Confieso eso sí / que a veces tengo que agarrarme los sesos a dos manos / que a veces los Grandes Pensamientos y Soluciones / comienzan a burbujear / y se acumula el vapor a presión en mi cabeza". Es nefasto confundir la cabeza de uno por la de Rodrigo Lira -por ejemplo-, pues sabemos que el poeta chileno, al igual que Couve, "se voló la tapa de los sesos" (esto es un decir).

Descorchar nuestra cabeza no significa necesariamente derramar hilos amargos. Pensemos que todos llevamos la cabeza destapada, algunos llevan flores, otros simplemente una fumarola. Por supuesto, también los habrá como aquel de la propaganda de TV. Alguien le alaba su gran cabeza (su gran inteligencia). Y ésta gatilla por la boca el disparo: "Te la vendo". Su cabeza desnucada, zurcida, en bruma de discernimiento, queda taponada entonces con la imagen de una culposa galleta, objeto de su desvarío.

¿Quién no ha perdido, acaso, a eso de las tres pe eme, un poco la cabeza?

 
 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2006 
A Página Principal
| A Archivo Marco Aurelio Rodríguez | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: osol301@yahoo.es
Cuando pienso en mi falta de cabeza.
Por Marco Aurelio Rodríguez.