Germán Marín

 
 

 

El incorregible Germán Marín

Con fama de maldito, el autor chileno inicia el camino hacia la proyección internacional en medio de una polémica con ex-compañeros de la Escuela Militar por usar símbolos castrenses en su última novela.

por Sonia Lira
Que Pasa, 18 de octubre de 1997

 

... Cuando el próximo mes el escritor Germán Marín (63) tome el avión rumbo a España, serán muchos los que se pregunten cómo una pluma "maldita" logró ingresar a la exclusiva agencia editorial que representa a Isabel Allende y Mario Vargas Llosa. Para entonces, seguramente, habrá crecido la lista de quienes tienen un motivo para odiar o admirar en secreto al autor de Círculo vicioso (Planeta, 1994), que fue amigo de Enrique Lihn, alumno de Jorge Luis Borges, discípulo del Padre Hurtado y subordinado del general Augusto Pinochet.
... Precisamente, el último "recado" poco amistoso que Marín recibió provino hace un par de meses de ex compañeros de la Escuela Militar quienes lo acusaron de "traidor" por el tono desmitificador de los símbolos castrenses que emplea en la novela autobiográfica Las cien águilas (Planeta, 1997), segunda parte de la trilogía Historia de una absolución familiar.
... Marín se reconoce como un "insolente". Cualidad que no hace distingos políticos. Sin ir más lejos, en el segundo capítulo de su biografía desliza que sufrió un "enajenamiento" por el trabajo editorial que hizo en 1963. Esta alienación fue, en parte, producto de lo tensas que se volvieron sus relaciones con Pablo Neruda mientras trabajaba en el proyecto de publicaciones Isla Negra. Eran los tiempos en que adhería al maoísmo y muchos en el PC le quitaban el saludo, entre ellos Volodia Teitelboim.
... Con los años, muchas de estas reyertas quedarían en el olvido. En 1973, un fuerte apretón de manos lo reconciliaba con el Premio Nobel chileno. Y hace tres meses, el propio Teitelboim le solicito al escritor que presentara el primer tomo de su autobiografía Un muchacho del siglo XX (Antes del olvido). Pero Marín no cumplió con el deseo del dirigente comunista debido a que Editorial Sudamericana consideró inadmisible la suma de $70.000 que pidió por escribir las doce carillas que requería su discurso. "Sienta un mal precedente" le respondieron los editores. "No trabajo gratis", replico Marín, alimentando así hasta último minuto su fama de irreverente.
... Todo esto sin dañar el prestigio ganado en los círculos intelectuales. La crítica no se cansa de elogiarlo, factor que resultó decisivo para que la agente Carmen Balcells, con sede en Barcelona, decidiera apostar por el futuro internacional del escritor. Próximamente, Marín viajará a España para negociar los términos del contrato con la prestigiosa representante editorial, reconocida por proyectar mundialmente a los escritores latinoamericanos de su cartera.
... Germán Marín nació el 7 de marzo de 1934 en el seno de una familia chileno-italiana. El 28 de febrero de 1950, el futuro escritor ingresa a la Escuela Militar donde conocerá una férrea disciplina, que no tarda en romper. En septiembre de 1952, Marín y otros 8 cadetes deciden terminar una fiesta desfilando borrachos por plena Vicuña Mackenna. En la avenida son detenidos por una patrulla militar y conminados a identificarse. Todos entregan nombres falsos, menos Marín, quien ve en el incidente "la" oportunidad de abandonar la vida militar. Hubo ocasión de negociar. Incluso le ofrecieron delatar a algunos de sus compañeros de armas. Pero el cadete todavía creía en el "espíritu de cuerpo" y guardó silencio.
... A Pinochet lo conoce en abril de 1951 cuando ejercía el mando como comandante de compañía. Sobre el general, el escritor se limita a señalar en su autobiografía que "no era mejor ni peor que cualquier otro oficial intermedio de la Escuela, aunque se diferenciaba por exhibir uno o dos puntos más altos de inmisericordia cuando montaba en cólera". Después de que el escritor fue expulsado de la Escuela por mala conducta, recién volvería a conversar con el futuro comandante en jefe del Ejército, mesesantes de la caída de Allende.
... "La última vez que lo vi personalmente -recuerda- fue a comienzos de 1973. El general Prat había partido a una gira al exterior y Pinochet aprovechó la oportunidad para reunir a los ex cadetes gira al exterior y Pinochet aprovechó la oportunidad para reunir a los ex cadetes que habíamos estado bajo su mando en un acto realizado en el Ministerio de Defensa. Mantuvimos un trato decoroso".
... Después del fracaso de Allende en las elecciones de 1964, el escritor se transforma en un incondicional de Mao Tse Tung. "Mi opción me produjo un aislamiento político, hasta personal", reconoce. Uno de los primeros en alejarse fue Neruda: "En 1968, tuvimos una fuerte discusión en Isla Negra porque Neruda era muy solidario con la Unión Soviética. Le rebatí sus ideas y me fui". La reconciliación con el poeta llegó en 1973, justo cuando editaba su primer libro "Fuegos artificiales". Resulta complejo calificar esa novela debido a que alcanzó a estar apenas unas semanas en el mercado po causa del golpe militar. En todo caso, el crítico Mariano Aguirre señala que se trata de una obra que prefiere olvidar.
... Durante su exilio en Barcelona el mito de Marín fue creciendo. "Para mí y para Enrique Lihn, nuestro amigo se transformó en un misterio", cuenta Aguirre. "No sabíamos qué estaba haciendo desde el punto de vista narrativo, aunque siempre nos hablaba de "su proyecto". Yo le preguntaba a Lihn "¿has visto alguna vez una carilla de esa famosa novela?", y Enrique me respondía que no. Claro que la espera no fue en vano porque el proyecto narrativo de Germán es uno de los pocos que vale la pena en este país de oropel".
... En 1992, Marín regresa a Chile con su autobiografía en las maletas. A pesar de que no mantenía buenas relaciones con el editor de Planeta, decide visitarlo. Llegó impaciente con el manuscrito de Círculo vicioso y conminó a Carlos Orellana a entregarle una respuesta inmediata. "Por favor, conteste rápido, en 15 ó 20 días". El editor le respondió en una semana y media. Puso una condición: que incluyera puntos aparte en el texto. Marín dijo que su religión se lo impedía. Orellana encontró al escritor "insoportablemente pedante". "Es muy mañoso, lo que se llama una persona testaruda, aunque es capaz de ser muy bondadoso", explica.
... Sus títulos son algo extravagantes, sus textos demasiado largos y están plagados de citas y anotaciones de su alter ego Venzano Torres. Esta opción le ha significado ser un autor poco leído (aún no se agota la primera edición de su primera novela). Sin embargo, ha cosechado desde las penumbras sólo críticas favorables, incluso en el exterior: "La precisa documentación esgrimida para dar verosimilitud a los acontecimientos no va en desmedro de la literatura, sino que la proyecta en una dimensión entrañable, casi ineludible", dijo El País Cultural sobre Las cien aguilas.
... En Chile, Marín es nombre obligado en círculos intelectuales. Alberto Fuguet decidió sacarlo un poco de ese circuito escribiendo sobre él un elogioso articulo en una revista de negocios, donde lo trató como un "escritor de culto". A pesar de que es admirado entre sus pares y se mostró contento por los comentarios de Fuguet, la lista de escritores que Marín detesta (y que lo detestan) es larga. Existe un grupo de autores a los que llama "los niños codiciosos de las letras chilenas", donde un lugar importante lo ocupa Carlos Cerda. Además, es conocida la animosidad que siente por el escritor Poli Délano. Con José Luis Rosasco es más directo: ”Rosasco es un asco”, afirma.
... Famosos son los estallidos coléricos de Marín y su carácter irascible, aunque su fama de ”maldito” terminó por consolidarse después de publicar en mayo pasado Las cien águilas, debido a la profunda molestia que causó en el Ejército el hecho de que desmitificara valores como la gallardía y la lealtad. ”Han dicho que soy un traidor”, reconoce Marín.
... El brigadier (R) Raúl Urquiza lo recuerda con simpatía, aunque consultado sobre los comentarios negativos surgidos en círculos de oficiales, el ex militar exclama: ”¡Algo habrá escrito entonces!”. Carlos Larenas fue la primera antigüedad del curso de Marín y es uno de los protagonistas de la controvertida novela. Aunque el militar retirado defiende al escritor de las críticas, también comprende el malestar de sus ex compañeros: “En esta novela, Germán usa directamente símbolos militares, como es el título de Las cien águilas y la foto que aparece en la portada del libro”.
... En medio de elogios y acusaciones, Marín se las arregla para sobrevivir. Recién hace un año y medio consiguió su primer trabajo estable como asesor literario de LOM. “Soy un tipo de pocas apetencias: tres comidas al día y dos pares de zapatos al año”. Seguramente, sus escasas ambiciones materiales serán satisfechas con la aparición de una nueva novela, cuyo título tentativo es Idola. Recientemente apareció un fragmento en Cuentos con resaca, una compilación de textos realizada por Planeta. Además, con la misma editorial tiene pactado publicar en un par de años más, La ola muerta, tercera y última parte de su autobiografía.
... Aunque sus “apetencias” sean mínimas, hay una que Marín no transa: los cigarrillos que enciende uno tras otro a pesar de que el doctor le pidió que olvidara sus queridos Ducados. Ni tampoco hará concesiones con su mentada insolencia, asegura, cuando llegue la hora de compartir representante editorial con Gabriel García Márquez



 

 
 

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