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          Cecilia Meireles
 (1901-1964)
 
 
          
          
          
          
 
 
  Considerada como la gran poetisa de la lengua portuguesa. 
          Junto a Bandeira ha de figurar ya que ellos, con Drummond de Andrade, 
          formaron la vanguardia del modernismo en la poesía brasileña. Su 
          poesía, además de una notable labor cultural, la ha hecho acreedora a 
          la fama por su técnica y por su riqueza formal y humana. Con 
          Viagem obtuvo el Premio de Poesía de la Academia Brasileña, en 
          1835. Afirmó, su manera poética con Mar absoluto (1944) y, 
          principalmente, con Retrato Natural (1949), que consagró su 
          genialidad. Su extensa Elegía (1933-1937), dedicada a la 
          memoria de un ser querido con el tema de un nocturno funerario, tiene 
          fuerzas de sana interpretación, de vital optimismo y de clara 
          luminosidad. Es bella evocación de la alegría que nos rodea y con la 
          que nos obsequian los sentidos. La tristeza se halla en que la abuela 
          no podrá disfrutarla y en captar la idea de la muerte. Como su mejor 
          obra poética se cita Elegía de Gandhi, traducida a numerosos 
          idiomas.
   POESIA 
            
              
                
 Estirpe
 "Los mendigos mayores no dicen nada, no hacen nada.
 Saben que es inútil y exhaustivo. Se dejan estar. Se dejan 
                estar.
 Déjanse estar al sol o a la lluvia, con el mismo aire 
                de entero valor,
 lejos del cuerpo que dejan en cualquier 
                lugar.
 Entretiénense en extender la vida por el pensamiento.
 Si alguien habla, su voz huye como un pájaro que cae.
 Y 
                es de tal modo imprevista, innecesaria y sorprendente
 que 
                para oírla bien tal vez giman algún ay.
 ¡Oh, no gemían, 
                no!... Los mendigos mayores son todos estoicos.
 Pondrán su 
                miseria junto a los jardines del mundo feliz
 pero no quieren 
                que, desde el otro lado, sepan de la extraña suerte
 que los 
                recorre como un río un país.
 Los mendigos mayores viven 
                fuera de la vida: se excluyeron.
 Abren sueños y silencios y 
                desnudos espacios a su alrededor.
 Tienen su reino vacío, de 
                altas estrellas que no cobijan.
 Su mirar jamás mira y su 
                boca no llama ni ríe.
 Y su cuerpo no sufre ni goza. Y su 
                mano no toma ni pide.
 Y su corazón es una cosa que, si 
                existiera, súbito olvidaría.
 ¡Ah!, los mendigos mayores son 
                un pueblo que se va convirtiendo en piedra.
 Ese pueblo, que 
                es el mío. "
 
 
 
 Reinvención
 "La vida sólo es posible
 reinventada.
 Va el 
                sol por los campos
 y pasea su dorada mano
 por las aguas, 
                por las hojas...
 ¡Ah, todo burbujas
 que brotan de hondas 
                piscinas
 de ilusión... - nada jamás.
 ¡Ah!, todo burbujas
 Pero la vida, la vida, la vida,
 la vida sólo es posible
 reinventada.
 Viene la luna, viene, retira
 las 
                cadenas de mis brazos.
 Me proyecto por espacios
 llenos 
                de tu figura.
 Sola, equilibrada en el tiempo,
 me 
                desprendo del vaivén
 que más allá del tiempo me lleva.
 Sola, en la tiniebla
 permanezco: recibida y dada.
 Porque la vida, la vida, la vida,
 la vida sólo es 
                posible
 reinventada. "
 
 
 
 Cantaran los gallos
 
 
 
                "Cantarán los gallos, cuando muramos,
 y una brisa 
                leve, de manos delicadas,
 rozará los bordes, las sedas
 mortuorias.
 Y el sonido de la noche irá transpirando
 sobre los claros vidrios.
 Y los grillos a lo lejos 
                truncarán los silencios,
 los tallos de cristal, fríos, 
                largos yermos,
 y el enorme aroma de los árboles.
 ¡Ah, 
                qué dulce luna verá nuestra calma
 faz todavía más calma que 
                su gran espejo
 de plata!
 ¡Qué frescura espesa en 
                nuestros cabellos,
 libres como los campos de madrugada!
 En la niebla de la aurora
 la última estrella
 asciende pálida.
 ¡Qué gran sosiego, sin hablas humanas,
 sin el labio de los rostros del lobo,
 sin odio, sin 
                amor, sin nada!
 Como oscuros profetas perdidos,
 conversarán apenas los perros en las campiñas.
 Fuertes 
                preguntas. Vastas pausas.
 Estaremos en la muerte
 con 
                aquel suave contorno
 de una concha dentro del agua. "
 
 
 
          El poeta
 "No se si las 
          actuales condiciones del mundo permiten el equilibrio de forma y 
          expresión, porque serían raros los poetas en tal estado de vivencia 
          puramente poética, libres del aturdimiento del tiempo, que logren 
          hacer del grito música, esto es, que creen poesía como se forman los 
          cristales. Pero creo que todos padecen, si son poetas. Porque al final 
          se siente que el grito es grito y la poesía ya es el grito (con toda 
          su fuerza), pero transfigurado."
 
 
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